Hasta que uno se atrevió a romper el hielo mientras se levantaba de la cama y comenzaba a vestirse.
-Y por que tan feliz?- preguntó Pauline, una mujer de unos 25 años a otra un poco mayor.
-¿Pues como que por que? Tengo un trabajo lindo y un hombre que me cuida y me quiere ¡Al fin obtuve lo que tanto quería!- respondió Stepha con una sonrisa en la cara, haciendo lo mismo que la otra mujer.
-mhm...por fin lo viste- masculló
-¿Bueno y tu que tienes?... Ven acà tonta
-Nada...- alcanzó a decir antes de zafarse del abrazo que la morena le brindara mientras preguntaba.
-Y ahora vas a hacer teatro... ¡No entiendo por que te enojas!
-Mhm...¿Tengo que explicartelo?- Pauline escupió las palabras con rencor
-¿Ahora que me vas a reclamar?¡Tu tienes una linda casa, dinero, autos, viajes, joyas! y lo mas importante...¡tienes una familia que te ama...Una linda esposa y unos hijos maravillosos!...¿No puedes alegrarte al menos, por que yo tenga algo que se acerque un poco a lo que tu tienes? ¡En su tiempo tu tomaste lo que tienes! ¡Tomaste tu decisón y me dejaste en segundo plano! ¡Me convertiste solo en la amante!
-Yo tomé toda esa mierda porque sabía que jamás la tendría contigo! ¡Sabía que nunca querrías luchar por esas cosas a mi lado! ¿Y ahora me reclamas tu a mí? ¿Sabiendo que pude haber dejado todo eso por tí?
Justo al terminar de decirlo, tan solo se escuchó un vidrio romperse...era una copa que hacía unos segundos había reposado entre los dedos de Stepha; aquella copa voló justo a un lado de la cabeza de Pauline; pasó rozandole una mejilla sin llegar a tocarle de lleno.
-¡¿Que te sucede?!¡¿No ves que casi me matas?! ¡Estás loca!- Gritó la mas joven.
-¡No me reclames nada! ¡No tienes derecho! ¡Sabías que pude haberte dado todo! ¡Todo lo que tienes y mas!
Con una sombría mirada, Pauine bajó la cabeza y no supo que responder... tan solo habían reclamos en su cabeza; no encontraba las palabras para gritarle a aquella morena, que no estaba enojada con ella, sino consigo misma, pues no había sabido tomar la única decision de real importancia en su vida.
-No...En el fondo sabía que no lo tendría contigo... A pesar de todos mis esfuerzos y todas mis ilusiones, sabía que no querías esto, porque fue lo que repetiste tantas veces... Lo dijiste hasta que te hartaste... Cada vez que podías me restregabas en la cara a cualquier idiota que intentaba meterse entre tus piernas... ¡Siempre! Lo que mas me duele es que creí... de verdad pensé que de verdad podía llegar a enamorarte... pero me engañaste cuando dijiste que me querías... solo mentiste... Eres, fuiste y seguirás siendo una falsa... Pero fue mi culpa... Fui yo quien aceptó este jueguito... Todo con tal de que me voltearas a ver por lo menos...
-¡Sabes que no es cierto!¡Sabes que te amo!- Gritaba Stepha desesperada, mietras algunas lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas.
-Si me hubieras amado en algún momento, habrías hecho algo... Si me hubieras amado, no me habrías pedido ser tu amante... No me habrías escondido ante los ojos del mundo... Habrías aceptado cuando te ofrecí mi vida entera... ¡te la ofrecí tantas veces que no las puedo ni contar!...Pero ahora es tiempo de hacer lo que debí hacer hace mucho...
Adiós Stepha... sé feliz con el hombre que te quiere y te cuida, que es tiempo que yo haga lo mismo por mi familia... Es tiempo de quitarme la venda que yo misma coloqué sobre mis ojos... Ya es justo que acepte que son todo lo que siempre necesité... Solo... Hace mucho debí decirte adiós...- dijo pauline al tiempo que se daba la vuelta, dejando un corazón destrozado a sus espaldas.
Y así fue que después de una ajetreada tarde, en una elegante habitación de hotel, tan solo se vió un cuerpo inmóvil posado sobre una cama, rodeandose solo con sus brazos sin decir una sola palabra; solamente quería evitar por primera vez, aquellos instantes en los cuales, no existía nada ni nadie mas.
Hasta que se atrevió a romper el hielo y llorando se levantó para irse y nunca mas volver... así como la jóven que tanto quería... así como ella jamás volvería a sus brazos.