Yo estaba en quinto de primaria cuando la conocí, al principio no nos llevábamos nada bien y me caía mal, ya que todos los chicos le hacían caso. Era tan guapa…no me extrañaba que les gustase:
Helen tenía el pelo rubio corto y liso, sus ojos eran verdes claros y era alta y delgada, tenía algunos granos notables de la adolescencia y una sonrisa encantadora.
Según me habían contado a ella la habían trasladado de otro colegio, haciendo que al llegar al nuestro no tuviese amigos, cosa que aunque no quiera reconocer, al principio yo no quería ni hablarle, le tenía mucha envidia ya que yo no podía llegarle ni a los talones.
Yo me llamo Marta y soy bastante alta para mi edad, tengo el pelo rubio y largo por debajo de los hombros, mis ojos son de un gris azulado y de un tamaño normal.
Mis amigas eran las típicas intelectuales de la clase, estaba Lucía que parece la chica perfecta: Guapa, lista y deportista, aunque está obsesionada con Dios y después estaba Sara, que era algo vaga en gimnasia y no se le daban muy bien las matemáticas, pero aún así, ella era mi mejor amiga, “Mi gemela” como yo la llamaba, pues nos parecíamos mucho.
Pasó el tiempo en el que yo evitaba a Helen y observé como ella seguía todavía sin amigas, aunque parecía que estaba entablando amistad con Sonia, una chica un poco superficial, y muy bruta ( Cuando te daba un manotazo te dejaba la marca durante días) y se hicieron al poco tiempo inseparables, siempre estaban juntas y nunca se les oía discutir, hasta que un día vi llorar a Helen en la clase y ya empecé a preocuparme.
En gimnasia el profesor nos dio hora libre y yo me fui a la rocalla( es una parte del instituto donde el suelo es arenoso, tiene 4 bancos y una fuente de rocas ,donde entre ellas crecían plantas) y allí estaba Helen sola, llorando así que dejé mi orgullo a un lado y me acerqué a ella y me senté a su lado. Lucía y Sara estaban al lado mía, como siempre.
Yo: Helen ,¿estás bien?- dije con preocupación
Helen: No, no lo estoy. Me he peleado con Sonia,y ahora ella le anda diciendo a todos que soy una drogadicta y cosas peores.
Yo: O_O ¿Porqué dice esas cosas?
Helen: Mi vida es una mierda, mis padres están divorciados, mi padre está en la cárcel por tráfico de drogas y mi madre es una asistenta y hace lo que puede para mantenernos a mi hermana y a mí.
En ese momento vino Sonia y otras dos que no se que pintaban ahí, yo me levanté enfadada, casi echando humo por la cabeza y me acerqué a ella.
Yo: ¡De qué vas! ¿Quién te crees que eres para meterte con Helen? Tú no eres nadie para llamarla drogadicta, estúpida.
Sonia: Y a ti que te importa, yo le digo lo que es, y punto.
Yo: ¡Y una mierda! (* Si, aunque no lo crean yo cuando era más pequeña decía un montón de palabrotas xDD) Yo que tu me largaba de aquí, porque como me hartes te voy a dar una ostia que te vas a enterar! (* ostia es como una cachetada yo estoy diciendo lo que pasó así que estoy utilizando las mismas palabras, espero que no disgusten xD)
Sonia me miró con mala cara y acto seguido se fue de ahí, no sin antes llamarme “gilipollas”, cosa que no pasé por alto y que ya la haría pagar por ello. Me giré hacia Helen y mis amigas, y vi como ellas estaban impresionadas , la verdad, yo nunca había sido así, pero aquella vez me enfurecí demasiado. Me acerqué a Helen y le ofrecí mi mano.
Yo: Ven ,vamos a jugar a algo las cuatro juntas – Dije dándole una cálida sonrisa.-
Helen me la devolvió y fue en ese instante cuando comenzó nuestra historia.
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