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EL TRIO PLATEADO por tenshi_kun

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Notas del fanfic:

En este one-shot, Draco Malfoy tiene como mision reparar el armario solamante.

Notas del capitulo: ¡¡Hola!! Aqui estoy con ustedes nuevamente, no me puedo mantener alejada por mucho tiempo, ja.

Les cuento que me llevo bastante escribir este one-shot, aun tengo hasta finales de Diciembre con los examenes grrr.

Un agradecimiento a mi amiga (y melliza, ja) Ann por betearme el capi, no lo hacia desde ""sentimientos peligrosos" jojoo.

Bueno, a leer....
El no era tonto, no señor, que los demás lo pensaran no quería decir que lo fuera en realidad. Sabía muy bien que Potter lo perseguía cada vez que tenía oportunidad, y sabía también que jamás daría con la verdad… no hasta que estuviera concretada al menos.

Se sentía muy bien caminar por los pasillos sin esa opresión en su pecho, sin esa piedra en sus hombros, ya que su misión – gracias a su padrino- había sido cumplida.

El Lord le había encomendado reparar el armario evanescente para poder abrir una brecha a Hogwarts, y lo había logrado… bueno, casi. Eso no importaba, Severus lo quería, por eso lo había hecho, además de haber hecho el juramento con su madre… pero el sabia en el fondo que había sido por cariño.

Pero la realidad era que aun tendría que seguir yendo a la sala multipropósitos para probar el armario hasta el ultimo día, ese día en el que no quería pensar, el que había ocupado su tiempo y su vida por casi un año. Necesitaba quitarse la tensión, solo esperaba que Blaise o Pansy estuvieran en la Sala Común.

Abrió la puerta de su cuarto y ahí estaba, leyendo muy relajado y despreocupado su mejor amigo Blaise, su amante, su confidente. Un hermoso e imponente moreno, con la piel oscura, perfecta y suave, con los ojos marrones penetrantes y potentes, con sus labios carnosos y calientes… definitivamente le encantaba.

Draco detuvo su caminar enfrente del espejo, se quito la tunica muy lentamente y comenzó a aflojarse al nudo de su corbata, expectante y ansioso al ver a su novio dejar el libro y acercarse a él.

-Estoy tan tenso – dijo Draco, largando un suspiro cansado –, necesito relajarme.

Pudo ver por el espejo como Blaise le dedicaba ese tipo de sonrisa que lo ponía solo con verlo, tembló un poco al sentir las manos de su compañero en las caderas, sus labios en su cuello, todo su cuerpo perfecto apoyado al suyo.

-Te extrañe mucho – le susurro Blaise al oído.

-No volverá a pasar, no volveré a dejarte olvidado por tanto tiempo.

-Tenías tus motivos.

-Ya está – dijo, dándose vuelta y enfrentando ese rostro que tanto le gustaba –Mi padrino lo reparo, ya se pueden transportar seres vivos.

-Eso amerita celebrarse.

Draco no le dijo nada, simplemente se lanzo a esos labios que tanto había extrañado, que tanto había dejado de lado por esa maldita misión, pero ya no más.

Poco a poco se fueron despojando de sus prendas hasta caer desnudos en la cama, el contraste de las pieles era algo embriagador, eso les había dicho Pansy, y ellos lo habían comprobado luego de filmarse teniendo sexo. Había sido la primera vez que Draco admiraba los artefactos muggle.

La habitación se había llenado de fuertes gemidos solo en pocos minutos, las pieles de ambos estaban sudadas y la cama rechinaba con cada embestida.

-Más rápido, Blaise – gimió Draco debajo de su novio, abriendo aun más las piernas.

-Ah mierda, Draco… estás tan caliente.

-Tu igual… AH, ya no aguanto.

Blaise sintió como su mano era empapada por el semen de Draco, y como el placer recorrió su cuerpo, llenando el de su rubio amante.

-Necesitaba esto… lo necesitaba en verdad – dijo Draco, luego de recuperarse del orgasmo.

-Yo igual, necesitaba de ti.

-No seas egoísta, Pansy también necesita de mí.

-No te creas, se estuvo acostando con Max Truman mientras tu estabas hermético con la misión.

-¿De veras?

-Ahja.

-Bueno, esta en su derecho, pobre. ¿Vamos a cenar?

-Si, muero de hambre.

**

Harry daba histéricos golpecitos al piso con su pie, el hambre se le había ido al ver a Ginny y Dean muy mimosos justo enfrente de él, así que ahora solo se preocupaba por jugar con su comida… hasta que su segundo (o tal ves primero) objeto de obsesión, apareció por la puerta.

A simple vista estaba diferente, caminaba muy relajado y su sonrisa adornaba su pálido rostro… no una sonrisa burlona, sino una sincera y contenta. Harry lo siguió hasta que se sentó en la mesa, justo en medio de Blaise y Pansy… sus ojos se abrieron enormes al ver el profundo beso que Malfoy de dio a Parkinson, pudo jurar que había visto sus lenguas.

-Mmm, tienes gusto a Blaise.

-Así es amiga – interrumpió el moreno – ¡Nuestro Draquito ha vuelto!

-¿De veras? ¿Snape lo hizo?

-Shhh Pans, no hables tan fuerte. Si, lo hizo.

Ella sonrío y se acercó para darle un nuevo beso en los labios, uno mucho más tranquilo y no tan osado. El trío plateado se dispuso a cenar, mientras un integrante del trío de oro no les quitaba la vista de encima.

**

Harry no iba a perder, se dirigió hacia su habitación y busco su capa, dispuesto a seguir a Malfoy hasta el fin del mundo. Lo localizó a él y a sus dos amigos rumbo a las mazmorras. Vio como el trío se paro justo enfrente de donde aparecía la entrada a Slytherin.

-Párcel – dijo Pansy, y los tres chicos entraron, seguido por Harry.

La sala común seguía tan elegante e imponente como la recordaba, estaba casi desierta, solo unos chicos, al parecer de primero, en una de las mesas alejadas. Le puso un hechizo silenciados a sus zapatos, y subió detrás de los tres. Se impresionó al ver la habitación de los Slytherin’s. Tenía forma circular, jamás había visto una habitación circular, contaba con solo dos camas, y eso le pareció muy injusto.

-Bueno – dijo Blaise, luego de dejar sus cosas – Creo que me iré a dormir a la habitación de Theo, Vincent y Greg.

-No te preocupes por mí, Blaise – dijo Pansy – Yo ya me voy.

-¿Qué? – Dijo Draco, algo ofendido- ¿No piensas pasar la noche conmigo?

-No mi amor, por dos razones – dijo la chica – Primero: Porque cuando tienes sexo con Blaise, luego no respondes como a mí me gusta. Segundo: Porque quedé con Max.

-Pero yo ya estoy aquí, Pansy.

-Lo se, y me siento feliz por eso… pero con Max, no se… creo que me gusta.

-¿Quien eres y que hiciste con Pansy? – dijo Blaise.

-Soy yo chicos, no se preocupen, ya se me pasará.

La chica tenía el pelo mas largo de lo que Harry recordaba, negro y con un flequillo cayéndole por su frente, piel blanca, cuerpo de muñequita y unos bellos ojos verde claro. Se acercó a sus chicos y les dio un beso en los labios, para luego salir de la habitación.

Harry aun no podía cerrar su boca, había oído rumores de que el trío Malfoy/Zabbini/Parkinson era muy “intimo” pero no lo había creído… hasta ese momento.

-Bueno… creo que somos solo tú y yo nuevamente – dijo Blaise, acercándose a Draco y abrazándolo por la cintura.

-Así parece.

Cuando los chicos se besaron obscenamente, Harry comenzó a temblar, debía hacer algo inmediatamente. Sacó su varita e hizo que la puerta del baño, que estaba abierta, se cerrara estrepitosamente, haciendo que Draco y Blaise se separaran por el susto, en el momento que los chicos se miraban extrañados y se metían al cuarto de baño, Harry escapo de la habitación y del nido de las serpientes.

**

Corrió unos cuantos metros y se quito la capa, sentía que iba a asfixiarse debajo de ella. Se apoyo contra una pared e intento regular su respiración, por la carrera, y por la sorpresa.

Aún no podía creer lo que había visto, no tenía idea que esas cosas pasaran en la escuela, pero en ese momento no le pareció tan extraño. Ya tenía 16 años, que él fuera un patético en el romance no quería decir que los demás lo fueran también.

Al parecer Malfoy no solo tenía novia, sino también novio, su cabeza ya le dolía un poco de tanto pensar y también se sentía algo humillado y avergonzado y, porque no, también envidioso.

¿Cuándo iba a tener esa especie de vida? ¿Cuándo podría salir de fiesta, emborracharse y tener sexo? ¿Acaso llegaría a vivir esas experiencias? Al menos haría todo el esfuerzo porque así fuera.

Cuando llegó a su cuarto y descubrió a sus amigos durmiendo se relajo, al parecer no habían notado su ausencia. Fue al baño, se puso su pijama, pero no podía dormir. Tomo el mapa de los merodeadores y encontró las motitas de Draco Malfoy y Blaise Zabbini, una encima de la otra moviéndose levemente. También se fijo en la de Parkinson y Truman, exactamente igual, pero en un aula, y no solo ellos, había muchas motitas una encima de la otra… en todas las casas y en varias partes de castillo… ¡Hasta en la torre de Gryffindor!

Se sintió tan frustrado que regreso al baño y se masturbó… al menos era algo.

**

Su cara no podía estar más larga, desde el Gran Comedor hasta la oficina de Dumbledore había visto a decenas de parejas besarse contra las paredes, en bancos o simplemente parados. A cada segundo se sentía mas patético y furioso, el quería estar haciendo esas cosas, no revisando los recuerdos de un desquiciado.

Mientras tanto, en otra parte del castillo, Draco probaba el armario que su padrino había terminado de arreglar junto a él, probaba tanto objetos como seres vivos, más precisamente los pajaritos que encontraba descansando en alguna ventana. Todo estaba muy bien, se sentía relajado al haber cumplido su misión, así que se dispuso a husmear en esa sala… había miles de cosas interesantes.

Grande fue su sorpresa al encontrar un piano, de cola y color negro. Jamás admitiría que amaba ese instrumento muggle, y mucho menos que sabia y disfrutaba tocándolo. Su madre le había enseñado a hechizar instrumentos para que todos tocaran la misma melodía.

En la mansión había una sala enorme llena de instrumentos, y a Draco le gustaba tocar el piano mientras era acompañado por otros instrumentos. Se sentó al piano y hechizo dos violines, algo rotos y sucios, que había encontrado también… había olvidado lo bien que se sentía crear música.

Cuando abandono el último escalón de la gárgola que adornaba la entrada a la dirección… lo vio, no había que ser experto en adivinación para saber de donde venía. Harry aceleró su paso dispuesto a encararlo, pero cuando dobló la esquina lo vio muy cerca de Parkinson, se paralizó un poco y no supo que hacer… había quedado como un idiota.

-¿Se te ofrece algo, Potter? – dijo la chica, con tono amargo.

Harry simplemente le dio una mirada fiera a Malfoy y se fue con caminar pasado.

-Es tan patético, pobrecito – dijo Pansy, abrazando a Draco por el cuello.

-Ese lo que necesita es un buen polvo – respondió Draco.

-Justo lo que necesito yo también.

-¿Eh? ¿Y tú adorado Truman?

-Anoche me propuso una relación formal, tener exclusividad.

-Ajajá, pobre diablo.

-Es lindo, lo admito. Pero como tu dices es un pobre diablo ¿Te imaginas que mis padres se enteren? Yo ya estoy prometida con Acasio tercero de Escocia. Solo me desfogo antes de una vida de completa fidelidad.

-Ja… eso ni tú te lo crees. Mejor vamos a desfogarnos ante de nuestros matrimonios arreglados.

Ambos tomaron el camino hacia las mazmorras, sin sospechar que Harry Potter había escuchado todo detrás de la pared.

**

La noche cayó fría sobre Hogwarts, mientras en una habitación de las mazmorras, Pansy estaba apoyada contra la pared de piedra del cuarto de Draco y Blaise, era inútil buscar un rincón, ya que la habitación era circular.

La chica disfrutaba de los chupetones en el cuello que el rubio de daba, y de su juguetona mano acariciando sus mulsos… y mas allá. Draco disfrutaba de la dureza de Blaise refregándose en su trasero, de sus manos acariciándolo debajo de la camisa.

Draco abandono los labios de Pansy para tirar su cabeza hacia atrás, y atrapar los de Blaise. Estaban en el máximo momento, los cuerpos del trío plateado temblaban de excitación, y Draco gemía apretado en medio de sus amantes, siendo tocado por cuatro manos y besado por dos bocas.

Se sobresaltaron al oír tres golpes fuertes en la puerta… pero no querían detenerse. Ignoraron el llamado, pero el entrometido visitante no se dio por vencido, tocando mucho mas fuerte.

-¡Mierda! – se quejó Draco, saliendo del medio de tan maravilloso trío.

-¡¿Quién mierda es?! – Grito Pansy, frustrada.

Casi se cae al piso desmayada cuando la puerta se abrió y se dejo ver Severus Snape.

-Se ha ganado un mes de castigo, señorita Parkinson – dijo el hombre, muy relajado.

Sus ojos negros viajaron por sus tres alumnos, y no necesito explicación para saber que habían estado haciendo.

-Sal Draco – dijo, abandonando la habitación.

Draco miro a sus amigos muy frustrados y con mirada de perdón, al tiempo que se acomodaba la ropa y salía del cuarto.

-¿Lo hacemos nosotros? – dijo Blaise.

-No, sin Draco no tiene gracias.

Afuera de la habitación, en el pasillo, Severus miraba a su ahijado con cara de pocos amigos.

-¿Sigues con ese jueguito, Draco?

El rubio solo bajo la mirada y se sonrojo.

-Como sea, es tu vida… vine a comunicarte que el Lord quiere verte.

-¿Qué? ¿Tan tarde?– dijo, levantando la cabeza y asomando un brillo de miedo en sus ojos.

-No lo se Draco, el se comunico conmigo y me pidió que te llevara.

-¿No sabes que quiere?

-No… pero no te preocupes, el armario ya esta reparado, además… yo estaré ahí.

-Gracias padrino. Mejor vamos, no hay mucho tiempo.

**

Esa mañana, después del almuerzo, Harry estaba ubicado en el rincón mas oculto de la sala común leyendo tan misterioso libro que lo tenía fascinado. Aunque todos le dijeran que ese libro era algo malo, el pensaba que ese tal príncipe era brillante.

No solo se escondía para leer el libro del príncipe mestizo, sino también para ocultarse de esa especie de brote hormonal que había en los años superiores de todas las casas en Hogwarts.

Ron no dejaba de besarse con Lavander, y cuando Hermione estaba cerca parecía que lo hacia aun mas, mientras esta intentaba darle celos con Cormac. Pero lo que más le dolía era ver a Ginny con Dean, el sabía que la pelirroja gastaba de él, pero simplemente no sabia como acercarse, como comenzar a hablarle… debía haber algo.

Al parecer todos los dioses del planeta lo habían oído, cuando vio a Dean irse con Neville y a Ginny comenzar a caminar hacia su rincón.

-¿Aún leyendo eso, Harry? – le dijo coqueta, sentándose a su lado.

-Pues si.

-No deberías, ese libro no es nada bueno, Hermione esta muy preocupada por tu obsesión.

-¿Tu crees? ¿Y que puedo hacer?

-Deshacerte de él, ponerlo en un lugar donde ni siquiera tú puedas encontrarlo.

Y por primera vez en su vida, Harry tuvo una idea. Si le demostraba a Ginny que la respetaba y la obedecía, tal vez se darían las cosas, tal vez compartir algo así, algo íntimo entre los dos, ayudaría a impulsar eso que lo estaba matando.

-Tienes razón, Ginny. ¿Me acompañas?

-Claro que si, Harry – le respondió, sintiendo su corazón palpitar con violencia.

**

Desde que había vuelto de ver al Lord que permanecía enserado en la sala de los menesteres, Snape lo había excusado en las clases del día, y le había avisado a Pansy y Blaise que no llegaría a la sala común hasta la noche.

La visita no fue mala, pese a que duro hasta muy entrada la madrugada. Voldemort lo había felicitado-o eso había entendido- por haber cumplido la misión, y le dio una nueva fecha para el ataque, en donde el debería abrir el armario y dejar entrar a los mortifagos.

Eso lo tenía muy preocupado y consternado, pero para calmarse se repetía una y otra vez que era por la vida de sus padres, debía hacer ese sacrificio por ellos. Ni siquiera le apetecía estar con alguno de sus dos amantes y eso era muy raro, pero deseaba con todo su ser un poco de paz y tranquilidad, un lugar donde pudiera esta solo y nadie lo molestara.

No sabía la hora, tampoco tenía interés en conocerla, lo único que hacia era investigar esa sala tan peculiar, intentando localizar otro instrumento. Cansado de ver pupitres acumulados, muebles viejos y escobas rotas, decidió sacar su varita.

-Accio saxofón – grito, apuntando a cualquier parte de la sala, pero nada salió.

-Accio guitarra – Volvió a gritar, y una guitarra vieja y rota voló hasta su mano. No le servia de nada, ya que no tenia sus cuerdas.

-Accio bandoneón - grito, y ese instrumento tan raro, pero que sonaba tan bien, voló a su mano desde adentro de un armario.

Draco lo inspeccionó, su madre siempre hechizaba ese peculiar instrumento para poder tocar algún tango, según Narcissa una danza sensual y sofisticada, y el estaba completamente de acuerdo con su madre.

Le aplicó un hechizo de limpiezas y uno para repararlo, ya que estaba algo roto pero no tanto como la guitarra.

Hechizó el bandoneón, los dos violines, y se sentó al piano, para tocar la melodía del tango preferido de su madre.

**

Estaba agotado, no sabía a ciencia cierta cuanto tiempo había estado ahí dentro, pero no le importaba, lo había disfrutado como hacia tiempo no hacia. Dejo los violines y el bandoneón sobre el piano, se colocó su tunica y se dispuso a salir de ahí.

Abrió la puerta de madera y cuando dio solo dos pasos hacia fuera, recordó que había dejado el armario evanescente abierto, además de que no lo había cubierto con las telas. Volvió a meterse dentro de la sala, sin darse cuenta que había dejado la puerta ligeramente abierta.

Cerró las puertas del armario, saco su varita y levito la gran tela para cubrirlo por completo, cuando se encamino nuevamente a la salida, escucho voces.

-Mira, esta abierta – dijo la inconfundible voz de Potter.

Draco entro en pánico, y comenzó a buscar un lugar para ocultarse, luego de mirar hacia todos lados y de caminar acelerado sin saber a donde ir, opto por meterse dentro de un pequeño armario, seguramente había sido utilizado para guardar pociones, ya que cuando entro había frascos sucios y rotos adentro.

-Aquí es donde todas las cosas se esconden- dijo Ginny, tomada de la mano de Harry- Mi padre me hablo de este lugar, tiene siglos.

-Así parece.

Draco miraba curioso por la pequeña abertura del mueble, no quería perderse ningún detalle ya que pensaba distorsionar los hechos por todo Hogwarts con tal de ver humillado a Potter.

-Cierra los ojos – dijo Ginny.

Draco vio como la pequeña comadreja guardaba un libro dentro de una caja de madera tallada, que estaba sobre una mesa cercana al armario en donde estaba oculto. Potter aun tenía los ojos cerrados y se lo veía patético e infantil.

Tuvo que ponerse una mano en la boca para no soltar una fuerte carcajada cuando vio el torpe beso que la Weasley le había dado a Potter, para después irse y dejarlo con cara de idiota. Draco no podía creer que Potter tuviera esa cara de tarado enamorado, obviamente no sabia lo que era un beso de verdad.

Eso iba a ser muy divertido.

-Eso fue patético – dijo, saliendo del armario, y sorprendiendo a Potter.

-¿Qué hacer aquí, Malfoy?

-No lo mismo que tu, por lo que veo.

-¿Tu viste eso?

-Preferiría no haberlo visto, fue muy desagradable.

Harry lo miró con tal rudeza, que Draco flaqueo por un instante.

-¿Qué haces aquí? – preguntó.

-Eso no te importa, Potter.

-Claro que me importa – dijo, mientras se acercaba – Te he estado siguiendo, he escuchado muchas cosas interesantes.

-No se a que te refieres.

-Hoy no estuviste en el desayuno, faltaste a clases, y te la pasas aquí casi todos el día.

-Vaya… me has seguido en realidad.

Harry sacó su varita y la enterró en el cuello de Malfoy, este se paralizó por un instante, pero no pensaba dar marcha atrás, debía actuar firmemente y no permitir que Potter descubriera el armario.

-Relájate ¿Quieres?

-Me voy a relajar cuando descubra lo que estas haciendo.

-¿Y porque piensas que es algo malo?

-Porque nada bueno puede venir de ti.

Viendo de costado el piano y los instrumentos arriba, Draco se iluminó… era hora de actuar.

Bajo la mirada, y ese primer segundo pareció funcionar a la perfección, ya que Potter ablando el agarre, y retiro un poco la varita de su cuello.

-Lo se – dijo con tono triste – Todos piensan eso, por eso vengo aquí.

-Parkinson y Zabbini no lo piensan.

-¿Y tu que sabes?

-¿A que vienes aquí, Malfoy? ¡Dímelo!

-Bien… si es lo que quieres.

Harry lo siguió con la mirada, siempre con su varita fuertemente agarrada. Vio como Malfoy destapaba la tapa de un piano, y agarraba dos violines que estaban sobre el lomo del instrumento.

-¿Qué estas haciendo? – preguntó Harry.

-¿No me dijiste que te muestre lo que hago aquí? Esto es lo que vengo a hacer.

Harry apretó más la varita y apunto a Malfoy cuando vio que este sacaba la suya de su túnica.

-Que paranoico, Potter.

Harry se sintió entupido al ver como Malfoy levitaba uno de los violines y luego agitaba la barita sobre este, luego, hizo lo mismo con el otro violín. Con un poco de dificultad tomo el pesado bandoneón y lo coloco sobre una silla al lado del piano, para luego agitar la varita sobre el instrumento.

Se sentó elegantemente frente al piano, al tiempo que agitaba su varita una vez más, y Harry se sobresalto un poco al ver que el violín que volaba sobre el extremo derecho de la cabeza de Malfoy comenzaba a sonar.

Harry se quedo mirando el instrumento suspendido en el aire, y oyendo la hermosa melodía que transmitía, se sintió embriagado por un instante, hasta que el ruido en el piano lo sobresalto nuevamente, al tiempo en que sus ojos verdes se posaban en Draco Malfoy, tocando el instrumento elegantemente.

Por unos pocos minutos, solo sonó el violín y el piano que Malfoy tocaba magníficamente, pero no se tardaron en sumar el otro violín, colocado a la izquierda del rubio y el bandoneón sobre la silla comenzaba a retorcerse.

Luego, Malfoy dejo de tocar el piano, y solo sonaba un violín y el acordeón, pero aunque el Slytherin no estuviera tocando, igualmente seguía derecho y con los ojos cerrados, esperando su momento.

Y su momento llegó minutos después, Draco volvió a poner los dedos sobre el piano, y todos los instrumentos juntos volvieron a interactuar. Harry sonrió y se lanzo un poco hacia atrás cuando los dos violines comenzaron a juguetear a su alrededor.

La melodía era hermosa, y luego de seguir a los violines con la vista, estos volvieron alado de su dueño y Harry también poso su mirada ahí. Draco parecía estar como en un trance, con los ojos cerrados y balanceándose delicadamente.

Harry se lo quedó mirando, parado sobre su lugar, con sus brazos al costado, con la varita aferrada a su mano derecha. Era un tango, un tango alucinante, un tango que le estaba cerrando la garganta, y le hacía asomar lágrimas en los ojos.

Su vista se nublo, realmente tenía lagrimas en los ojos, su pecho subía y bajaba con velocidad y en ese momento sintió como su corazón palpitaba galopante dentro de su pecho.

El acordeón dejo de sonar, al igual que los violines, ahora solo quedaba Malfoy, que dio por terminada la canción. Un silencio muy tenso gano el lugar. Harry reaccionó cuando tuvo a Draco Malfoy a un palmo de distancia.

-Eso fue…

-Shhh.

Draco levantó sus gafas y las coloco sobre la cabeza, dejando ver mejor esos ojos verdes invadido por las lágrimas. Potter parecía no reaccionar del todo, y Draco aprovecho ese momento. Colocó su mano sobra la nuca del moreno, y este no se quejo, entonces el rubio deseo continuar, se acercó mucho mas, rozando sus labios y sintiendo el cálido aliento de su rival, y este tampoco objeto.

Sus labios hicieron contacto y, cuando Draco se dio cuenta que el cuerpo de Harry había reaccionado al fin, lo tomó de su cintura y apretó más el agarre de su nuca.

Hubo un poco de resistencia, pero no la que Harry hubiera impuesto si realmente quería zafarse de ese beso, no hizo muchos esfuerzos para que eso sucediera. Pero estaba consiente, Harry tenia sus cinco sentidos en su lugar, pero aparentemente un sexto sentido que no conocía, le impedía moverse.

Draco entreabrió sus labios, y Harry acepto la invitación. La humedad se hizo presente, y Draco escucho el sonido de algo caerse, la varita de Potter había resbalado de su mano hasta llegar al piso.

Harry se sintió un idiota al definir su beso con Cho como “Húmedo” Es beso, o el que había compartido con Ginny minutos antes, ni siquiera podían compararse al que le estaban dando en ese instante… al que Draco Malfoy le estaba dando.

Otra cosa que a Harry le llamaba poderosamente la atención, era el contacto de los cuerpos, y se sintió aun más estupido y patético al recordar que sus dos miserables besos no habían tenido contacto físico con la otra persona.

Draco aún tenía la mano en su nuca, y con la otra envolvía su cintura. Podía sentir el calor del cuerpo del rubio a través de la ropa... y esos labios, succionando los suyos, esa lengua, luchando con la suya.

El aire se les hizo necesario a ambos, y Draco se apartó unos centímetros, lo justo para mirarlo a los ojos.

-Eso es un beso, Potter – Le dijo, con voz agitada.

Harry sentía que su corazón se le saldría del pecho, acababa de besarse con un hombre, con Draco Malfoy más precisamente, lo cual lo hacía más incorrecto, más peligroso y más excitante.

-Lo que tocaste fue… maravilloso – dijo Harry, aun sin separarse de Draco.

-Gracias, espero que haya cambiado un poco tu visión de mí. Crees que me conoces, pero no es así.

-Ya veo.

-Debo irme, Potter. Fue un placer encontrarte aquí.

-Espera – dijo Harry, tomándolo de su brazo y volviendo a acercarse.

-Se lo que vas a preguntar, Potter ¿Por qué te bese?

-No, no quiero saberlo, dejémoslo en que fue un impulso por parte de ambos.

-¿Entonces que quieres?

-Que te quedes un minuto.

-¿Tan poco?

-A veces se vive una vida en un minuto.

Draco quedo impactado por esas palabras, jamás pensó que saldrían de la boca de Potter, esa misma boca que no podía dejar de ver. Al principio solo había sido una especie de broma que le quería tender a Potter, una especie de burla mezclado con el morbo de saber que se sentiría besarlo.

Su jueguito se había vuelto en contra, lo entendió cuando sintió su corazón latir y su estomago rugir, una sensación extraña que no sentía desde hacia mucho tiempo… una sensación linda.

Potter lo estaba abrazando de su cuello, y juro que estaba sostenido en la punta de sus pies, ya que él era un poco más alto que el moreno. Se abrazo a su cintura y correspondió al beso, una boca algo torpe, pero deseosa de perfeccionarse.

Las manos de ambos comenzaron a tocar el cuerpo ajeno, las reparaciones se dificultaron y el beso se había vuelto erróneo y desesperado. Draco reaccionó, la situación se le estaba yendo de control.

-Basta – le dijo, apartándolo.

-¿Por qué? – preguntó confundido Harry.

-Esto no es correcto, se nos salió de control.

-Tú empezaste, Malfoy.

-Y tu la seguiste, Potter.

-Ya entiendo –Dijo Harry, cruzándose de brazos – Tus amantes se pondrán celosos.

-¿Qué?

-Zabbini y Parkinson, todo el colegio sabe que son un trío… en todos los sentidos.

-Creo que tu eres el que esta celoso.

Harry no respondió, y Draco puso ver un brillo de tristeza en sus ojos, la piel sonrojada y los labios hinchados.

-Escúchame, Potter.

-No quiero.

-Bien, si no quieres.

Harry se quedó con la boca abierta cuando Draco salio de la sala, no pensó que le haría caso. Se sentó en el pequeño banco frente al piano, tratando de poner sus pensamientos en orden… había sido su culpa. ¡Malditas hormonas!

Se maldijo por permitir que lo hechizara con esa canción, por permitir que lo besara y, sobre todo, por volver a pedirle que lo hiciera. Algo malo estaba pasando con él, tanto había deseado besar a Ginny y ahora ni siquiera se acordaba de la chica.

Finalmente salio de la sala para dirigirse hacia la torre, se encontró a Ron por el camino y lo noto extraño, pero se excuso diciendo que se sentía agotado y que quería estar solo.

Se acostó demasiado temprano, pero no pudo dormir hasta la madrugada.

**

Draco caminaba con sus dos entrañables amigos hacia la mesa de las serpientes. Sentía como una mirada verde lo penetraba furiosa, pero no quiso levantar la vista, eso significaría seguir con lo que había pasado, y no quería.

Tampoco se lo contó a Pansy y a Blaise, lo que había pasado con Potter era algo muy suyo, muy intimo y que se lo llevaría a la tumba.

Las clases fueron iguales, con Potter mirándolo, escrutando cada centímetro de él, hasta sus dos amigos se dieron cuenta, pero Draco solo levantaba los hombros en señal de no saber que sucedía con Potter.

En el descanso del almuerzo, Draco salio hacia el lago para poner en orden sus ideas, pero pronto su cabeza se volvió un torbellino al ver a Potter sentado ahí.

Eso le pasaba por meterse con un virgen.

Se sentó a su lado, la hierba se sentía bien y el sol calentaba lo justo y necesario, Potter no lo miro, pero le hablo:

-No te hagas el interesante, no estoy mal por lo de ayer… es que aun estoy asimilando lo que paso.

-No necesito hacerme el interesante… y lo de ayer fue un impulso.

-Lo se, yo mismo te lo dije dentro de la sala - dijo, mirándolo con un destello de rencor.

-¿Quieres que sea sincero contigo?

-Aunque sea una vez, por favor.

-Me salio mal ¿Si? Quise hacerte una broma, quise seducirte, jugar contigo… y me salio mal.

Harry se quedo mirando el lago, no quería ver los ojos grises de Malfoy, no quería mostrarle que lo que estaba diciendo le causaba… algo de dolor.

-Potter, no me arrepiento, me gusto mucho besarte… pero.

-Zabbini y Parkinson.

-Yo los amo.

Harry lo miró fijo, con el seño fruncido y expresión confusa.

-Veras… los tres ya estamos comprometidos con personas que ni siquiera conocemos.

-Eso es horrible.

-Lo se, pero así nos educaron y lo debemos hacer.

-Pero…

-Yo dije esa palabra muchas veces, Potter. Simplemente es así.

-Creo que entiendo.

-¿Haber que entendiste?

-Estás con ellos, disfrutando de tu juventud, ya que en un futuro no podrás.

-Algo así, además nos ayuda a asimilar que nos casaremos con personas que no elegimos, con personas que no amamos… ojala podamos amarlas con el tiempo.

Ambos se quedaron unos minutos mirando el lago, pensativos. A Harry no le apetecía hablar, de cierto modo lo que Malfoy le había contado le parecía… triste.

-Lo siento, se que no debí… besarte, para luego burlarme.

-No tienes por que. Digamos que me enseñaste a besar… gracias.

-No lo hiciste tan mal… eres muy apasionado.

-Bueno, esto se esta saliendo de control otra ves.

-Si – dijo Draco, riendo, la primera sonrisa sincera que le había visto.

Pasaron otro rato en silencio, esta ves mucho mas largo, y esta ves, roto por Harry:

-Debo regresar, ya comenzaran las clases de la tarde.

-Si.

Draco se quedo mirando a Harry hasta que desapareció dentro del castillo, se juro mentalmente no volver a hacerse el galán, tratando de seducir a sus compañeros, a sus amigos… o enemigos. El tiro le había salido por la culata, ya que la noche anterior sintió unos remordimientos terribles respecto a la mentira que le había hecho creer… pero la vida de sus padres estaba en peligro y no podía arriesgarse.

Seguramente cuando los mortifagos entraran a Hogwarts y Harry se enterara que fue el quien reparara ese pasaje lo volvería a odiar, y así seguramente tenia que ser. Pero el, por su parte, siempre recordaría la facilidad que tenía Potter para dar vuelta su mundo, para volver en contra sus bromas y molestarlo, ese pensamiento lo hizo sonreír.

No importaba el resultado de la guerra, esa guerra que era inevitable, Draco siempre recordaría a Potter en la sala de requerimientos aquella tarde confusa…. Y estaba seguro que Potter también la recordaría.

Se levanto y se limpió la tunica para que el pasto saliera, caminó con paso elegante hacia el castillo y, justo cuando entro, se encontró con sus amores, sus amantes… sus mejores amigos.

-Aquí estas – dijo Blaise, con tono de reproche.

-¿Dónde te habías metido?- preguntó Pansy con el mismo tono.

-Estaba en el lago.

-¿Estas bien? – preguntó el moreno.

-Ahora que los veo a ustedes estoy sensacional.

-Es bueno saber eso – dijo Pansy.

-Vamos- dijo Blaise- Las clases de la tarde ya comenzaron.

Los chicos se acomodaron como tenía acostumbrado: Pansy y Draco tomados de la mano, y Blaise rodeando los hombros del rubio con su brazo.

Caminaron así hasta el aula de Pociones, abriendo la puerta y llegando elegantemente tarde sin perder ningún punto. Harry y Draco intercambiaron una imperceptible sonrisa, cada uno en medio de su respectivo trío.



FIN
Notas finales: Espero de todo corazon que les haya gustado.

Ustedes ya me conocen y saben que la musica me encanta, lo que no creo que sepan es que yo bailo tango, y la semana pasada estaba ensayando la cancion instrumental que Draco toca y se me vino esta imagen a la cabeza, claro que por esto mi compañero me piso, y yo me cai, ademas de lastimarme el pie con los zapatos nuevos... en fin.

http://www.youtube.com/watch?v=dBHhSVJ_S6A

Les dejo esta video de la pelicula "Perfume de mujer" ya que es el unico en donde se escucha la cancion completa y original, ademas de que estoy practicando esa misma coreografia, pero un poco mas rapida.

Bueno, sera un hasta pronto. Cuando salga de vacaciones tendran un fic como ustedes se merecen, tengo muchas ideas en mente.

Espero sus reviews. Besos

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