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La lluvía que ahoga las palabras por cutebeast64

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Notas del fanfic:

Bien pues, naruto, como todos aquí lo saben es propiedad absoluta de Masashi kishimoto, aunque aveces me da una pequeña parte del credito por el yaoi (es broma xD). Bueno, pues, sigan leyendo.

Notas del capitulo: Bien, se que no debería de comenzar un nuevo proyecto cuando estoy enrolada con proyectos como “Todo se Vale en la Guerra y en el Amor”, “Anunciadora de la Luna” y “Recostado en tu espalda”… pero simplemente no pude evitarlo:3, así que parece que voy a colocar otro proyecto parecido a los anteriores, y creo que de tanto leer textos de Loca_cool, se me pegó su buena idea de poner títulos largos así que aquí está: “la lluvia que ahoga las palabras”. Espero les guste. Para quienes lo hayan notado (y también para los que no xD) el título de este capítulo está basado en el título de una obra de Shakespire llamada “A buen fin no hay mal principio”… Solo que por mi ánimo trágico lo puse negativamente… Espero que me digan si realmente vale la pena haberme esforzado tanto T-T… Si ya estoy super triste porque aparte de Mokone_edith, (mi amado *ente diabólico*) nadie me ha dejado reviews… y realmente planeo renunciar si no mejora… Espero no tenga que renunciar a ninguno de mis proyectos, porque me parecen buenos aunque…
Más bien continúen, y no los distraigo más… Dejen muchos reviews para hacerme feliz y díganme en que puedo mejorar, si hay algo en lo que pueda xD, después de todo soy perfecta no, Muajjajajja… es una broma, pero ya no pierdan más el tiempo en mis desvariaciones y lean que para eso están aquí ¿o no?
Llovía copiosamente, los vidrios de los autos se llenaban de cristalinas gotas de aquel líquido transparente y encantador que reflejaba la luz formando figuras completamente nuevas en el interior de los autos sin que los que transitaban en ellos, dentro de su propio mundo, atareados probablemente pensando en todas las cosas que podrían estar haciendo, en vez de permanecer ahí encerrados, si quiera las notaran…

El tráfico se había atascado, y todos, enojados seguían llamando la atención de los otros conductores oprimiendo sus bocinas, e incluso tú, desesperado, te hallabas en medio de ese círculo vicioso de gritos, ruido y gritos, que trataban de llamar la atención de los demás, para seguir avanzando. Tenías muchas cosas importantes por hacer, y ese atascamiento no estaba entre tus planes, sobre todo cuando tenías que buscarle a él...

Justo en el instante en el que parecía comenzar a disiparse aquel inusual atascamiento, giraste levemente tu mirada de color negro hacia la ventana del auto, para ver a través de ella… ¿Quién se podría imaginar que a quien buscabas con desesperación estaba del otro lado de aquel cristal apoyado en el volante de un auto finísimo?

- Naruto- Intentaste llamarle a través del cristal… El rubio apenas si giró levemente su rostro para verte de reojo, con aquella hermosa mirada de tono azul, que de inmediato congeló tus sentidos, antes de tornar su vista al frente y arrancar el auto- ¡Naruto!

Seguiste llamándole, como si tu vida dependiera de detenerle, pero el auto cada vez estaba más lejos y las bocinas tras de ti, te desesperaban. Aceleraste el auto, sin mirar demasiado al frente, solo ocupado de alcanzarle lo más pronto posible, sin importar realmente las consecuencias

- ¡¡Responde joder!!- Seguías gritando sin que te pusiera ni una pizca de la atención que creías merecer por tu alto rango de heredero de la empresa Uchiha-¡Sé que me escuchas, joder!!

Pero no respondía, solo seguía avanzando entre la lluvia, que empañaba sus vidrios, impidiéndole ver hacia el frente con claridad, logrando evadir los carros apenas por poco, resbalando las llantas en el cemento. Naruto giró en un instante hacia una desviación del camino, de manera tan impulsiva, que seguiste andando por la vía principal varios metros antes de girar, casi saliéndote de la vía para volver atrás, pasando en contravía entre aquellos autos que trataban de frenar, para no hallarte de frente, y que terminaban resbalando entre la carretera húmeda hasta estrellarse con algo que los detuviera; adelantándote entre todos hasta llegar al desvío por el que avanzó ese rubio distraído y estúpido, hasta hallar aquel Lamborgini de color negro brillante que avanzaba bajo el mando de ese inexperto. Seguiste llamándole a través de la ventana… El camino estaba oscuro y era peligroso, pero por alguna razón, simplemente habían dejado de importarte aquellas cosas… Solo querías encontrar a Naruto y hacerle entrar en razón.

- No me dejes- Gritaste ya con la voz agarrotada, sin saber que más decir, ahogados todos tus discursos, acabada toda tu arrogancia… Ya ni estabas seguro de cuando habías rebajado tu arrogancia hasta el punto de suplicar- Eres todo lo que tengo, Naruto… ¡No te atrevas a dejarme!

El rubio giró levemente el rostro para verte y te hizo una seña que significaba adiós en el lenguaje de señas, antes de girar impulsivamente por la carretera… No hubo tiempo para reaccionar, trataste de frenar pero el agua hacía que aquel auto perdiera por completo el control, giraste el volante hacia el sitio por el que se había ido Naruto, pero el movimiento solo empeoró la situación, y casi en reversa, el auto resbaló hacia la orilla de aquel acantilado, bajo la que reposaban las aguas del río. La barrera de cemento se rompió por el impacto…

Sentiste aquellos nervios, aquellas mariposas en el estómago, por una sensación desconocida y te sentiste impotente al no ser capaz de controlar tu propio miedo, que te hacía permanecer sujeto al volante del auto como si eso pudiera salvarte… Y desde allí pudiste ver aquellos ojos azules llenos de un miedo tan grande como el tuyo… o incluso algo mayor, un dolor y un miedo desenfrenado, y molesto… un miedo que, no habías vuelto a ver desde…

Aquellos mismos ojos azules, solo que era una expresión más infantil, a través del cristal de aquella ventana, sonriendo ampliamente, escribiendo en el vidrio empañado, antes de que todo se saliera de control. El dolor, el olor a sangre, el miedo apoderándose de él…

- Todo va a estar bien Sasuke- Aquella voz sofocada por la sangre que salía de aquello labios pálidos
- ¿Qué sucede?- Tus propios sollozos infantiles
- Todo va estar bien…-Aquella vida, perdiéndose ante tus ojitos negros infantiles y temerosos

Aquellos ojos azules espantados, las lágrimas desesperadas, la falta de sentido, aquella pequeña mano canela tendiéndose hacia ti, pidiendo un auxilio que aunque quisieras no podías darle… Aquella impotencia…

Por un instante lo recordaste todo, recordaste como era tu vida en aquel entonces, notaste la manera en la que todo había cambiado… Pudiste ver el temor en esos ojos azules al verte caer… pero no tendiste la mano, porque no había nada que él pudiera hacer por ti… por que de nada serviría, y no querías aumentar aquel dolor en su pecho… la verdad no querías aumentar aquella pena insulsa que sabías, llenaba por completo su alma infantil, no querías darle algo de que arrepentirse, como tu lo habías tenido por tanto tiempo…

Todo eso, todo lo que te había llevado de manera desesperada tras aquel auto negro, hasta el punto de perder el control de aquel auto, había comenzado hacía tan poco… Lo que había logrado poner de cabeza su existencia y cambiar por completo la forma en la que veía la vida, apenas si había empezado hacía un poco menos de una año…

Salías con esa chica tan encantadora, de cabello en un extraño tono rosa acaramelado, y mirada verdosa, tal vez demasiado melosa para alguien como tú, pero tan atractiva que no podías evitar querer estar a su lado… Alguien tan distinto a ti en todo sentido que parecía imposible el que existiera una química real entre ustedes, pero tan perfecto en conjunto que podrías haber fingido por siempre ese amor irreal…

Solo había un problema en esa chica, y era que amaba a los niños, y no hacía otra cosa que hablar sobre ellos, sobre lo tiernos que se veían, sobre cuánto quería tener uno de ellos… Insistía demasiado en aquel tema prohibido al hablar contigo, de tener hijos que corretearan por ahí y a los que pudieras criar en su compañía…

Insistió por mucho en esa idea, que te parecía tan retorcida, hasta el punto de que deseabas hacer algo para calmar aquel odioso sentimiento, algo que no la alejara de ti, pero que no te atara a algo tan ridículo como lo eran los niños pequeños…

Y así fue como terminaste usando tus conocimientos universitarios para asistir a varios colegios, en busca de convertirte en maestro, siendo esa la única manera en la que tú y Sakura se arreglaron para cumplir con sus propios deseos personales, sin interferir con los ajenos.

Sai te ayudaba, era un chico, tal vez demasiado desesperante por esas actitudes desesperantes y fuera de lugar, de alguien que desconoce la vida real, oculto a la vida, como él lo había estado, encerrado en aquel reformatorio húmedo y oscuro que tan aterrador te pareció al verlo de cerca… …l trabajaba en un colegio especial, diseñado para aquellas personas únicas e inusuales que tenían algunas diferencias, con la mayoría… Ya fuera mental o físicamente. El te hablo de muchos sitios muy buenos a los que asististe…

Intentaste en muchas escuelas, pero no eras exactamente lo que se esperaba de un maestro, eras demasiado frío y calculador, de castigos demasiado severos, con ideas revolucionarias para la enseñanza de las que nadie quería hablar o escuchar hablar… Te echaron de todos diplomáticamente, con aquellas frases desesperantes de “lo pensaremos” ó “tal vez en otra ocasión”, que solo lograban irritarte por su hipócrita fachada.

Y volviste al principio, sin siquiera moverte un poco del punto de partida; o tenías a un pequeño revoltoso, para que Sakura y tú pudiesen cuidarle, o entrabas de maestro a una escuela…

- Tienes una tercera opción; dejas a Sakura y comienzas a salir conmigo- Dijo Sai a modo de broma cuando le planteaste tu doloroso dilema, con una de sus falsas sonrisas
- Cuarta opción; te asesino y le digo a Sakura que no soy bueno para cuidar a nadie- Respondiste cortante, mirándole con esa expresión oscura y aterradora que solo tú sabías hacer…
- No tenías que enojarte tanto… Claro que te podría ayudar si en tu plan no estuviera muerto-
- ¿Cuál es tu plan revolucionario?- Inquiriste curioso al notar la seriedad de sus palabras
- Te puedo llevar a la secundaria en la que trabajo… ahí se podría decir que “les agradan los métodos turbulentos” con los que sueles trabajar-
- Eso explicaría porqué trabajas ahí-
- Te recuerdo que soy tu única opción, Sasuke-bastardo - Respondió sonriendo hábilmente, en una falsedad casi real
- Bien-

Te llevó a aquella secundaria de pisos brillantes como cristal, que reflejaban las figuras de los que andaban intranquilos por los pasillos… aquellos maestros que seguramente se preguntaban, inconscientemente “¿Por qué yo, porqué este lugar, porqué vine aquí?”. Te aceptaron de inmediato… uno de los maestros había renunciado y necesitaban que entraras el día siguiente

Te apresuraste antes de que cambiaran de opinión, llevaste todos aquellos instrumentos con los que solías trabajar, y simplemente te asentaste en aquel lugar, dispuesto a no permitir que te echaran de nuevo. Sai solo sonreía, viéndote cargar cajas llenas de objetos de lado a lado, sin que pudieras saber que era lo que pensaba…

La mañana que comenzaste a trabajar hacía frío, estaba por empezar a nevar. Los chicos ingresaron ordenadamente a la amplia aula de clase, no habían de tener más de 16 años, se veían como unos niños…

Y lo que realmente te preocupaba, lo que quizás te hacía sentir un poco nervioso, eran esas diferencias que los caracterizaban… Aquellos chicos que avanzaban con muletas, otros con sillas de ruedas, otros que tenían casi todo su cuerpo vendado. Unos que al no poder oír o hablar se comunicaban por señas, algunos que no podían ver, otros enfermos de gravedad… Y tú, parado entre ellos, completamente sano, no podías hacer nada por curarlos, solo tenías que permanecer allí y enseñarles…

Los tratabas como a cualquiera, tal vez con demasiadas represalias para su condición de enfermos, todos te acataban con el miedo marcado en sus ojos de distintos tonos, pero entonces tenía que meterse ese estúpido rubio inútil, se levantó de su puesto cuando le preguntaste algo sobre la clase, seguro de que no te había atendido en el transcurso de la clase y te miró decidido, haciendo nada más unas señas con las manos.

- No puedo entender ese tipo de lenguaje. ¡Habla joder!- Le gritaste reflejando todo tu odio contenido. …l solo te miraba, decidido, como si te preguntara algo con la mirada
- Uchiha-sensei. Naruto-kun no puede hablar- Dijo un chico de cabello castaño, que no podía ver y llevaba un perro blanco de lazarillo- Es mudo desde pequeño-

Naruto te miró y pareció reírse emocionado al verte decaer frente a toda la clase. Habías quedado como un estúpido, y no había nada que pudieras hacer. Quisiste golpearle, pero sabías que no podías, te contuviste al notar como seguía hablándote con señas, así que solo saliste del salón, y ya en el solitario pasillo al oír las risas que denotaban la falta de respeto que te tenían, golpeaste la pared enojado… Estabas harto.

- Sensei, Naruto-kun, quiere que le diga que es un estúpido y que lo mejor que puede hacer es solo… Renunciar a este empleo- Dijo una tierna chiquilla de cabello negro y ojos blancos, que se había levantado de su puesto, y permanecía parada en el resquicio de la puerta revisando todo frente a ella con un bastón de color negro, decorado en plateado, marcado con él símbolo familiar de una familia acaudalada; la familia Hyuuga.
- Maldito bastardo- Gritaste enojado golpeando de nuevo la pared conmocionado- ¿Quieres guerra estúpido mocoso? Pues te la daré.

Y así comenzó esa guerra y esa historia.
Notas finales: ¿Les gustó? Espero que si. Me inspiré en un trancón camino a mi casa, así que espero que sí… Además de eso, ya tengo otro proyecto en mente… Que si no lo pongo hoy, tal vez lo ponga otro día… Y todo porque luego de horas en un trancón (mi horrible imôto conduciendo) tuve la gran idea de coger el Transmilleno de Bogotá… ¬¬* una mierda sin duda alguna… Bueno, doble trancón y para colmo, mi bakka-imôto llegó primero a la casa… Antes de que alguien pregunte, no vivo con mi imôto, es solo que tengo que ayudarle a pasar física de 11 y mi “adorable madre” la mandó a vivir conmigo toda la semana… Y esa es la explicación de porqué no actualicé la semana pasada… Bueno, ya me canse de escribir, así que no les explicaré por que estaba ella conduciendo y no yo… Tal vez luego… Tengo sueño, no dormí porque quería terminar mis capítulos… así que *bostezo* Oyasuni (Buenas noches, para el que no sepa lo que significa ¬¬*) y no dejen de leerme :3

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