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¿Dudas De Mi? Yo Dudo De Este Sentimiento... por Txusiitha_Maxxiitha

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Notas del fanfic:

Esperamos que les guste :)

Notas del capitulo: Wolaass pss a ver que tal este es nuestro primer fick o_o espeor que nos valla bn xD o.oU dejen rewies para saber que tal n___nU

Nos despedimos disfrútenlo.

Att: Maxxitha y Txusiitha
Una cálida mañana en un poblado rural llamado Rizenbul, el sol estaba brillando en lo más alto. Uno de los rayos del sol entró por la ventana del cuarto de un chico rubio, el cual se encontraba en un profundo sueño provocando su despertar.

Agarró el reloj que estaba en una mesa al lado de su cama y notó que apenas eran las 6 a.m. lo que hizo que maldijera al Sol por haberlo despertado de su hermoso y profundo sueño.

De repente el chico de cabellos largos y rubios sintió los pasos de alguien que estaba subiendo la escalera, por lo cual decidió hacerse el dormido.

Alguien abrió su puerta. Un hermoso chico de cabellos largos y castaños, ojos color verde oliva sosteniendo una bandeja con el desayuno. Eran 3 panqueques, amontonados uno arriba de otro con un toque de mantequilla encima y un vaso de nestea bien frío.

- Al no tenías que moles… - dijo el rubio, siento interrumpido por su hermano el cual en silencio se limito a recostarse a un lado de la cama sobre el, para colocarle con suma delicadeza la bandeja con el desayuno. El rubio se ruborizó.

- En tu cumpleaños quise hacerte algo especial nii-san – respondió mientras se colocaba al otro lado de la cama con cuidado al lado del rubio. – Ahora abre la boca – dijo el castaño esbozando una sonrisa mientras cortaba delicadamente un pedazo de los panqueques y se lo daba a su hermano.

- Gracias Al – dijo el rubio mientras comía la comida que le preparó su hermanito menor – ¡Están buenísimas!, siempre fuiste bueno cocinando –

- Me alegra mucho que te haya gustado nii-san – exclamaba Al mientras cortaba otro pequeño pedazo de sus panqueques – Ahora no hables, sólo come. – dijo mientras sentía que sus mejillas empezaban a ruborizarse.

- Tienes razón Al… - aclamó mientras recibía el panqueque – Gracias de nuevo…

- No hay de que nii-san, sólo quiero que hoy no andes preocupado de todo como siempre. – decía el hermano menor mientras veía como su hermano bebía un sorbo de nestea.

Ed seguía recibiendo la comida en silencio como su hermano se lo había ordenado, aunque de vez en cuando soltaba unas torpes risas que rompía el silencio. Edward mantenía la boca abierta esperando otro bocado de los maravillosos panqueques preparados por su hermanito.

- ¡Nii-san! ¿Que haces con la boca abierta? – dijo Al, lo que hizo que Ed se diera cuenta de que ya se habían acabado los panqueques, aunque él realmente estaba disfrutando de que su hermano le diera de una forma tan tierna los panqueques.

Ed rió – Lo siento me cegué estaban muy ricos gracias – dijo mostrando una sonrisa en su cara y despeinando la cabellera de su hermano menor.
Luego de esto, Al recogió la bandeja y se fue de la habitación para darle tiempo a su hermano de cambiarse y de arreglar la habitación.

- Al siempre tan cariñoso y atento… - pensaba Edward mientras tendía su cama. Primero sacó todas las almohadas y extendió bien todas las sábanas que tenía allí para luego volver a montar las almohadas. Una vez hecho esto, entró al baño que estaba anexo a su habitación. Abrió la regadera mientras se quitaba la ropa y la llevaba a su habitación cojia una toalla y entraba a la ducha.


Escaleras abajo se encontraba Al, terminando de lavar la vajilla.

Subió y entro a la habitación de Ed mientras este se bañaba tomo la ropa sucia de Ed la cual había dejado en el piso de la habitación y la llevo al cesto de la ropa sucia (valga la redundancia del texto xD). Luego se alistó para ir a clases.

Desde que Al recupero su cuerpo los hermanos se mudaron a Rizenbul, su pueblo natal en el cual construyeron un colegio donde Alphonse estaba inscrito para completar sus estudios, Edward al contrario después de renunciar a central y dejar de se alquimista estatal o perro de los militares como decía el, se instaló trabajando junto con Winry y la abuela Pinako con los automails. Allí ganaba el dinero suficiente para mantenerse a él y a su hermano.

Luego de unos cuantos minutos ambos estaban listos, Ed para ir a su respectivo puesto de trabajo y Al para ir al colegio, no era mucho el camino de la casa de los hermanos a la casa de Winry así que todas las mañanas Ed acompañaba a su hermano al colegio caminado estaba a unos 20 minutos además que aprovechaba para conversar con su hermano.

-Al, muchas gracias por lo de hace un rato, de verdad me encanto, cocinas delicioso- Le dijo al pequeño castaño justa antes de que éste entrara a las puertas de su colegio, mientras esbozaba una gran sonrisa.

-De nada nii-san, sabes que me encanta cocinar y más cuando es para ti- le dijo el castaño al rubio un poco ruborizado.

El rostro del rubio se torno de un leve color rosa –Ehmm… gracias Al pero tú eres el que prepara esa maravillosa comida, yo no tengo nada que ver con eso, de todas formas es hora de que vayas a clase se hace tarde y están a punto de cerrar las puertas de tu salón- decía mientras miraba su reloj de bolsillo y señalaba la puerta del colegio.

-No es la verdad nii-san… mmm… tienes razón ya se hace un poco tarde y tarde para ti también nos vemos a la tarde en casa de Winry, ¡Feliz cumpleaños Ed te quiero mucho!– le dijo el pequeño al con un tono muy simpático mientras lo abrazaba fraternalmente.

El rubio se limito a escucharlo y abrazarlo, pero antes de separarse le dijo suavemente al oído –Te quiero Al, cuídate mucho y gracias por todas tus atenciones del día de hoy-.

-Te lo digo de nuevo hermano si eres terco no hay de que- dijo con un tono burlón mientras se alejaba de Ed para entrar a su colegio.

Edward solo miraba a su hermano mientras se despedía saludando con la mano. Luego se marcho a su trabajo, también era la casa de Winry y la abuela Pinako, cuando llegaron al pueblo no sabían cómo mantenerse económicamente Ed rechazo más de 7 cartas de su padre, en las que el Dr. Hohenheim les proponía mandarles una cantidad razonable para los estudios de Alphonse y la comida aparte de cualquier cosa que necesiten. Lo que Edward no se imagina es que su padre si los ayudaba económicamente, ya que su sueldo el cual le daba la abuela Pinako era en realidad dinero que les enviaba su padre, era la única forma de que este pudiera mantenerse y Alphonse con él.

-Buenos días Winry, buenos días abuela Pinako- Dijo al entrar a la casa o en este caso a su lugar de trabajo.

-Muchacho que tanta formalidad necesitas, un simple hola bastaría-Le dijo la abuela Pinako mientras fumaba su pipa como comúnmente lo hacia.

Mientras se escucharon unos pasos bajando apresuradamente la escalera, era Winry, al llegar al piso de abajo fue corriendo hacia Ed para lazársele encima al pobre mientras exclamaba a todo pulmón –¡¡EDWARD ELRIC Feliz Cumpleañooooooooooos!!-.

Los 2 se cayeron al piso –Winry quítate de encima ¡aaaaahhhh! te dije que no quería dramas en mi cumpleaños esto es toda una escena- Le decía refunfuñando con una gotita en la cabeza mientras trataba de quitarla de encima.

-Hay Ed no seas tan gruñón es solo un poco de mi afecto hacia ti además celebremos es tu cumpleaños- Decía mientras se levantaba con un molesto tono chillón y haciendo mil y un muecas.

-Deja de molestarme, pero es cierto hoy es mi cumpleaños- dijo con una leve sonrisa al recordar el regalo de Al -pero eso no implica que falte al trabajo, si quieres celebrar lo haremos cuando termine mis horas laborales- dijo de inmediato con tono indiferente mientras se levantaba y sacudía sus ropas.

El día transcurrió rápido ya eran las 6 p.m. (hora de finalizar el trabajo), Al salía del colegio a las 5 p.m. por lo que ya debería estar en su casa preparando la cena para cuando llegara Ed. A pesar de que Al sea el menor él se encargaba de cocinar y de algunos labores hogareños se le daban mejor a él que a Ed, eran como un matrimonio feliz; Ed trabajaba y se encargaba de pagar todo los que se necesite aunque también realizaba uno que otros labores hogareños y Alphonse se encargaba de la casa en si la mayoría de los deberes los hacía el aunque no le molestaba más bien le gustaba ponerle orden a la casa.

-Abuela creo que ya es hora de irme seguro que Alphonse me espera- dijo mientras terminaba de guardar la ultima llave de tuercas en su sitio.

-De que hablas Edward ¡es tu cumpleaños hay que celebrarlo!- dijo winry con un tono pedante.

-Winry tiene razón deberíamos celebrar aunque sea un poco, claro si tu quieres… sino te puedes largar en este instante- dijo la abuela Pinako mirando a Ed directamente a los ojos, aunque tuviera sus clásicos anteojos el rubio sentía como la mirada de la abuela Pinako era penetrante.

En eso la puerta sonó, la abuela se dirigió a abrirla, y para sorpresa de todos era el pequeño Al con una torta de fresas, chocolate y crema en sus manos -Nii-san!! ¡Feliz cumpleaños de nuevo!- dijo con una gran sonrisa mientras entraba en la casa y ponía la torta enfrente de Ed para que este la observara.

Edward no tenía palabras para describir la emoción que sintió al ver una torta para él preparada por su hermanito. Esbozó una sonrisa y sin pensarlo más la abuela Pinako y Winry fueron a la cocina a buscar el cuchillo para picar la torta dejando a los hermanos solos. Edward veía la preparación de la torta, lo jugosa que estaba y lo rica que se veía.

- Al se ve que está recién hecha, como te alcanzó el tiempo para hacerla? - Preguntó el hermano mayor todavía sonriendo.

- Pues verás... Entregué el trabajo que faltaba y pedí salir temprano para hacer tu torta Nii-san - respondió Al viendolo mientras Ed se reia - Que pasa? - pregunto Al un poco sonrojado

- Gracias Al no tenias que esforzarte tanto - Le dijo el rubio mientas le daba una palmada en la espalda a su hermano. Seguido de esto entró la abuela Pinako y Winry a la sala con un cuchillo grande y filoso.

- Y bien, ¿quien picará la torta? - preguntó Winry a los hermanos.

- Yo lo haré - dijo Alphonse agarrando el cuchillo y poniendose delante de la torta y Edward levantó una ceja.

- De ningún modo has hecho muchas cosas por mi ya y ese cuchillo lo veo muy peligroso, podrias cortarte. - Decía Edward orgulloso. Agarró el cuchillo y se disponia a cortar un pedazo de torta.

- Ahh Maldición- exclamó Ed mientras veia como corria una gota de sangre de su dedo.

- ¡Edward! Que torpe eres - decía Winry un poco enfadada - Iré a buscar unas banditas, ¿me acompañas abuela? - Pinako asentió y las dos subieron las escaleras para buscar el botiquín de emergencias.

- Nii-san! ¿Estás bien? - preguntó Alphonse poniéndose rápidamente a su lado.

- Si Al, solo me hice una pequeña cortada, nada grave - le respondió el rubio. El pequeño tomó con delicadeza la mano de su hermano y observando bien la mínima herida, acercó su boca y le lamio de una forma tierna la sangre y luego se llevo el dedo a la boca para detener el sangrado.

- Al.. - decía Edward un poco ruborizado. Su hermano volvió al otro lado de la mesa. Tenía cara de preocupación - Gracias. - dijo sonriendo.

- Yo... Sólo recordé que una vez tu hiciste lo mismo conmigo Nii-san. - dijo casi en susurro Alphonse. Los dos voltearon al escuchar que Winry y la abuela Pinako ya venian bajando.

Winry tomó la mano de Edward y le colocó la bandita.

- Dejenme a mi picar la torta, no quiero mas leciones. - dijo la abuela Pinako. Picó la torta en 5 grandes rebanadas y colocó 4 de ellas en unos pequeños recipientes.

Edward fue el primero en recibir su pedazo de torta. Tomó un pequeño pedazo y la saborió. Estaba deliciosa, no sabía como su hermano preparaba cosas tan ricas.

- Esta maravillosa Al, de verdad, demasiado deliciosa. - le dijo Ed tomando asiento en uno de los sillones de la sala.

- Me alegra que te guste Nii-san - expresó con alegría el castaño sentándose en el mismo sillón que su hermano.

- Al eres el mejor cocinero que he conocido - decía Winry en un tono chillón al sentarse en una silla cerca de donde estaban los hermanos.

Se comieron sus respectivos pedazos. Hasta la abuela Pinako comió la rica torta hecha por Alphonse. Ed notó que aún quedaba un pedazo de torta en la mesa.

- Abuela, ¿puedo quedarme el pedazo que queda? Ya que nadie se lo comerá y nunca desperdiciaré comida hecha por Al - preguntó Edward sonriendo. - ¿Qué me dices?

- Ese pedazo es para alguien que debe de estar por llegar - dijo Pinako. - No te molestes Ed.

- ¿Porque debería de molestarme? - decía Edward mientras escuchaba como alguien tocaba la puerta. Seguido de esto la abuela Pinako fue a abrir la puerta.

- Vieja Pianako disculpa haber llegado tarde - decía un hombre de gran estatura, de cabellos rubios y largos. - Espero que aún quede torta para mi - exclamaba el hombre riendo.

- No te preocupes, Hohenheim, te guardé un pedazo, los chicos están en la sala, pasa... - decía Pinako mientras encendía su respectiva pipa.

- Cierto - dijo el hombre colgando su abrigo en el perchero. - Feliz cumpleaños hijo - decía mirando a Edward, ya que este tenía una expresión de molestia y odio. - Se nota lo feliz que estás al verme... Hola Alphonse, has crecido desde la última vez que nos vimos - dijo viendo hacia su otro hijo que le brindaba una sonrisa. - Oh Winry, que linda estás cada vez te pareces más a tu madre - le decía el hombre a la joven.

- Gracias - decía Winry un poco sonrojada mientras se levantaba rápidamente del asiento para darle a Hohenheim el pedazo de torta - Tome.

- Uhmm - exclamó el hombre cuando se comió un pedazo de torta. - Está muy buena, ¿donde la compraron? - preguntó.

- La hizo Al - dijo Ed con arrogancia - Y dime, ¿que te hizo venir para acá? - preguntó mirando fijamente hacia los ojos de su padre.

El hombre sintió el desprecio de su hijo cuando se dirigía hacia él. - Pues tu Ed, no siempre cumples 17 años - Edward volteó rápidamente la vista hacia la pared.

- No tuviste de haberte molestado al venir acá - dijo Ed - De todos modos ya Al y yo nos íbamos a la casa.

Alphonse se sorprendió con ésto que dijo su hermano. - ¿Ya nos vamos? - preguntó mientras veía que su hermano se estaba levantando.

- Sí Al - respondió secamente Ed. Winry puso una cara triste al ver que su amigo trataba aún de tal manera a su padre.

El padre al ver la reacción de su hijo se sorprendió. - Edward espera, tengo que darte tu regalo. - Hohenheim fue a donde estaba el perchero y sacó 2 entradas. Seguido de esto regresó a la sala y se las entregó a Ed.

- ¿Qué es esto? - preguntó el rubio tratando de evitar el choque de miradas entre su padre y él.

- Entradas para una obra en Zenotime... Para que vayas con tu novia o con Winry - Dijo el hombre sonriendo.

- Supongo que gracias - dijo Edward mientras su padre se acercaba tendiéndole la mano y estrechandolas mutuamente. - Adios Winry, adios abuela Pinako.

- Edward no tienes que irte aún. Te puedes ir más tarde. Podemos hablar, recordar cosas de cuando éramos niños - dijo Winry intentando que sus amigos se quedaran, pero Ed ya estaba saliendo por la puerta. – Al… - susurró mientras veía con una cara un tanto triste a Alphonse.

- No te preocupes Winry yo hablaré con él luego... Adiós padre - decía mientras se levantaba para abrazar a Hohenheim. - Adios abuela Pinako - dijo sonriendo el castaño. - Adiós Winry, supongo que hablamos mañana! - dijo mientras le brindaba un abrazado a la chica.

Enseguida Alphonse salió de la casa y su hermano lo estaba esperando..
Notas finales: Pronto subiremos el próximo cap D: estamos en proceso de escribirlo x3

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