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Amo el chocolate por kirei-chan

[Reviews - 42]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

En primer lugar.....PERDON.....de verdad necesito disculparme, hace siglos que no actualizo nada absolutamente nada y me siento fatal por eso, los he dejado esperando tanto tiempo, en verdad no hay excusa que valga, por eso publicaré este cap por adelantado, aunque me encuentro trabajando en los demás que he dejado inconclusos. La verdad creo que lo que me pasó es que no encontraba la forma de continuarlo y que tuviera continuidad, no se, pero en fin, ya estoy aqui ^.^

 

Espero que lo disfruten, extendí un poquito el lemon, aunque de todas formas me ha quedado medio cortito, jijijijiji, tuve muchos problemas para hacerlo porque como me tardé tanto, había perdido el hilo de la historia y no quería sacarlos del personaje original de los primeros caps, pero bueno, creo que hice lo mejor que pude. 

Le dedico este capitulo especialmente a Atena95, cuando vi sus reviews wl año pasado, me sentí motivada de nuevo y decidir continuarlo, se que me tardé un año, pero espero que lo pueda leer. Ademas de todas aquellas personas que siguieron escribiendo reviews a pesar de todo el tiempo que llevaba el fic abamdonado, gracias mil! Por ustedes querid@s seguiré escribiendo.

 

Disfruten!

Después de unos momentos de frustración, sintiéndose todavía al borde de perder los estribos a causa de la ira, Itachi logró estabilizar sus emociones y regresar a su estado normal, calmado y resguardado en su habitación. Intentó agudizar sus sentidos y pudo confirmar sus sospechas, Deidara sacó a Tobi de la cueva y debe estar tratando de matarlo afuera. 

 

La oportunidad que tenía era única, solo estaban él, Deidara y... Tobi en la cueva, y eso sería así por todo lo que restaba del fin de semana, tiempo más que suficiente para materializar sus deseos de una vez por todas, por primera vez en su vida algo tenía sentido además de su hermano Sasuke y no lo dejaría ir por capricho de “Tobi”; después de todo, Deidara no pareció desagradarle la idea y aun más importante, Itachi nunca dejaba nada inconcluso, todo lo que ya ha empezado, debe concluirse. Sonrió levemente cuando calculó su plan, sabiendo de antemano que no había forma de fallar, así que se levantó presto y salió de su habitación.

 

Por otro lado, Deidara envió lejos a Tobi con una de sus obras y estaba algo irritado y al mismo tiempo exaltado...qué demonios estaba haciendo con el Uchiha, por una milésima de segundo pensó que Tobi era un inepto, imbécil y metiche por interrumpirlos pero rápidamente negó con su cabeza en un intento por sacar ese pensamiento de su mente y auto-convencerse de que Tobi por primera vez había sido útil, unos minutos más y habría estado revolcándose con el Uchiha en medio de la sala... palideció de solo pensarlo. Se tocó de nuevo los labios sintiendo su rostro arder, al mismo tiempo deseando el tacto del moreno.... en nueva cuenta esos pensamientos.

 

-Mierda, mierda... ¡No puedo creer que me guste tanto!... Maldito Uchiha, tiene que ser perfecto en todo...Estoy estresado, necesito chocolates.- Concluyó percatándose del caos mental que tenía en el momento y esbozó una sonrisa de solo pensar en algo dulce. Se dirigió con prisa a su habitación, era un alivio el contar con su reserva en todo momento.

 

Grande fue la sorpresa de Deidara cuando llegó a su recámara, toda la calma que logró conseguir en el camino, la poca tranquilidad que tenía su mente se esfumó...-¿Donde está!?...Esta mañana estaba aquí!...No puede ser!...-La bolsa no estaba. Se sentó en la cama con pesadez y trató de hacer memoria a ver cuando fue la última vez que la vio...esa misma mañana, su expresión se tornó sombría al recordar que aparte de él, Itachi era el único presente, después de todo, Tobi no contaba porque llegó después.

 

 

 

 

 

 

 

Por la repentina desaparición de su bolsa de chocolates, Deidara no pudo deducir otra cosa que no fuera el hecho de que habían grandes posibilidades (en verdad todas, pero no quería asumir esa verdad) de que Itachi estuviera involucrado y lo último que quería en ese preciso momento era encararlo, no estaba seguro de cómo reaccionaría o si sería capaz de resistirse. Por un momento pensó en dejarlo así, hacer cualquier otra cosa para calmar su creciente ansiedad, pero no podía, en primer lugar estuvo la idea de sentarse y hacer explotar diminutas bombas, pero descartó inmediatamente la idea, después de todo últimamente no habían muchos recursos y debía racionalizar e uso de su arcilla por cualquier imprevisto... en verdad esa era su única otra opción.

 

Se levantó decidido a enfrentar al “malnacido” Uchiha (según él) que probablemente se robó sus chocolates. A la mierda con su vergüenza, pensaría en eso después.

 

 

Por otro lado, Itachi se encontraba recostado en su habitación, esperando pacientemente hasta que el rubio se decidiera a buscar su pertenencia perdida, después de todo, si algo conocía de Deidara era que se le había pegado algo de la impaciencia del detestable pelirrojo que le acompañaba. Pudo haberlo abordado en su propia habitación, pero prefirió darse el gusto de molestarlo. Tobi se teletransportó breves minutos antes y le informó que él y Zetsu estarían fuera unos días para “algo” que no podría importarle menos por el momento, por lo tanto, dejaba el refugio a su cargo. Claro, no sin antes advertirle sobre lo poco que le agrada “compartir” sus pertenencias (refiriéndose a Deidara).

 

“Perfecto, tengo todo el terreno para mí.” Pensó el Uchiha, ignorando completamente la última parte de la conversación con su maestro.

 

Fue sacado de sus cavilaciones por un fuerte estruendo que hizo la puerta de su habitación al estrellarse contra la pared. Tan solo en un pestañeo el rubio ya tenía un kunai con su filo contra el cuello del moreno, interrogándole con la mirada. Posición comprometedora, considerando que estaba casi sobre el cuerpo del mayor, sus rostros a escasos centímetros de distancia, respirando agitado y la desaliñada ropa que lo cubría.

 

-¿Qué se te ofrece?- preguntó el más alto con cinismo y una sonrisa socarrona, poco común en su rostro.

 

-¡¿Fuiste tú verdad?! los quiero de vuelta!- exigió el rubio, nadie, nadie se metía entre él y sus chocolates, por más que gustara del moreno (aunque nunca lo admitiría abiertamente), no podía tolerar un atentado contra su salud mental como ese.

 

-Si te refieres al beso...con gusto te lo devuelvo- sin borrar su sonrisa sostuvo la nuca de Deidara con la intención de besarlo, apartando en su desconcierto la mano con el kunai. Lo que no pudo predecir fue el fuerte puñetazo justo en su rostro apenas intentó consumar el ansiado beso. Deidara aun agitado se bajó de la cama con rapidez y mantuvo cierta distancia, en verdad deseaba ese tipo de cercanía con el Uchiha, pero tampoco se la dejaría tan fácil.

 

“Rayos...ni que fuera una furcia”.

 

A Itachi no le había gustado nada ese trato, se atrevió a golpearlo...en su rostro. Se puso de pie, observando detenidamente el aspecto de su compañero que aun le miraba desafiante, buscando una respuesta de su parte. Se relamió los labios cuando notó como el pantalón se le pegaba a las piernas a causa del sudor, sus labios entreabiertos y la capa que apenas dejaba ver la punta de los dedos.

 

“De esta no te salvas”

 

Deidara retrocedió hasta chocar con el muro a sus espaldas cuando vio al Uchiha acercarse con mesura, sin quitarle la vista de encima. Se sintió titubear por unos instantes. Itachi siempre sabía cómo descolocarlo, hacerlo temblar, dudar, toda su confianza se desmoronaba.

 

“Se supone que fui yo quien vine amenazando....es todo lo contrario ahora....maldito, tienes que ser perfecto en todo ¿No?”

 

 

 

Sin darse cuenta ya Itachi lo tenía acorralado contra la pared, la cercanía de sus rostros y un fuerte sonido de las manos de éste azotando  el muro a cada lado de su cuerpo le provocó un ligero respingo. 

 

-Tenemos un asunto pendiente- fueron pocas sus palabras, casi de inmediato ya se encontraba atacando la boca de su acompañante con un demandante beso, con una de sus manos, sostenía la nuca del rubio para evitar un posible escape, con la otra realizaba complicados sellos de mano, para una invocación.

 

Lejos de atacarlo, escapar, desaparecer y olvidarse de su sobrevalorada bolsa de chocolates... se dedicó a disfrutar al máximo de ese suculento beso, debía aceptarlo, besaba como un dios el moreno y eso lo volvía loco, no pudo resistirse más y reviviendo lo vivido hacía unas horas, se entregó a la caricia, que mas daba, después de todo el Uchiha lo traía loco, ya pensaría después cómo lidiar con las consecuencias, el efímero momento que vivía era lo importante.

 

Itachi sonrió levemente en el beso cuando sintió las temblorosas manos de Deidara abrazarse a su espalda, dando caricias suaves, cohibidas. Ya se había dado cuenta de la inexperiencia y timidez del rubio en el tema la vez pasada, eso lo excitaba mas, ya se encargaría de quitarle todo eso.

 

Con delicadeza, Itachi deslizó la banda protectora de Deidara hacia abajo hasta la altura de sus ojos, para usarla como venda, el rubio se removió e intentó retirarla pero Itachi aprovechó su desconcierto para introducir su lengua en su boca y lo estampó contra la pared, pegando todo su cuerpo contra el menor sacándole una exclamación de sorpresa.

 

-Solo siente, disfruta el momento, Deidara- le susurró suave al oído cuando rompió el beso.

 

-Te mato si haces algo raro, maldito.- No se encontraba muy seguro de lo que estaba haciendo, pero las palabras del moreno eran como un hechizo, su cuerpo inevitablemente acataba sus deseos y su mente se nublaba en un delicioso estupor.

 

 

-Mm!- Itachi volvió a besar a Deidara, pero esta vez fue distinto, en su boca sentía el sabor de los chocolates que tanto ansiaba y le gustaban. Deidara se abrazó más a él y sintió cuando al separarse, le colocaba un trozo en la boca para que lo comiera, lo engulló con gusto y esta vez fue él quien besó a voluntad al Uchiha. Entonces si fue Itachi quien le robó sus chocolates, no sintió rabia como sería lo normal, si era para disfrutarlos de esa forma, pondría los malditos chocolates en la puerta del Uchiha si era necesario.

 

La temperatura aumentaba y con ella la ansiedad de ambos. Itachi colocó la bolsita con los dulces en la mesita a su derecha, donde curiosamente también aguardaba otro objeto bastante interesante. Por un momento se olvidó de todo y se dedicó a acariciar por completo el cuerpo de su acompañante, abrió con fuerza la capa, para darse cuenta de que no llevaba nada en la parte superior de su cuerpo y sin preámbulos empezó a devorar su cuello. Deidara suspiraba y ahogaba los gemidos que nacían en su garganta, dejando escapar leves gruñidos, y es que tener al Uchiha lamiendo, mordiendo y besando toda esa zona con tanta pasión lo encendía rápidamente, inclinó su cabeza para darle todo el espacio posible y enterraba sus uñas en sus hombros.

 

Itachi, complacido por la cooperación de su amante, soltó la coleta de sus rubios cabellos y volvió a besarlo con otro chocolate en la boca como premio, deslizó sus manos por toda la espalda del rubio, hasta llegar a sus glúteos que apretó con fuerza hasta hacerlo gemir. Cuando todo el dulce se disolvió entre sus lenguas decidió atender el pecho de Deidara, sin rodeos dirigió sus labios a sus pezones. Por turnos, los lamió, mordió, succionó, dejándolos totalmente sonrosados y húmedos, al mismo tiempo masajeaba el erguido miembro del rubio, deleitándose por los eventuales y diminutos gemidos del menor. 

 

 

Abandonó su tarea en su pecho y se apartó un poco, retiró la banda protectora de su rostro y la lanzó lejos, lo  miró fijamente a los ojos, que estaban dilatados y nublados de pasión, enternecido Itachi besó su frente, mientras comenzaba a retirar sus pantalones, ropa interior y calzado, una vez que estuvo todo a un lado, le dio una rápida mirada al cuerpo de Deidara enmarcado por la capa totalmente abierta que aun portaba, maravillándose y a la vez excitándose aun más. Tomó de la bolsa otro chocolate, bajo la atenta mirada del rubio y se lo introdujo a la boca, en un rápido movimiento se encontraba besándolo y compartiendo el dulce con Deidara, aprovechó lo relajado y distraído que estaba para acariciar la zona de su entrada y presionar con uno de sus dedos para comenzar una suave intromisión.

 

Deidara se exaltó por la sensación, tensándose y dificultando el trabajo de preparación, a lo que Itachi interrumpió el beso por unos instantes.

 

-No te preocupes, se lo que hago, solo relájate y déjate hacer- le ordenó obteniendo un bufido de molestia por parte de Deidara, quien desvió la vista avergonzado, sintiendo cómo se hundía a totalidad el dígito del mayor dentro de sí.

 

-Ah! - No pudo reprimir un gemido acompañado de un sonoro jadeo cuando Itachi comenzó a masturbarlo, se abrazó fuertemente a la espalda de Itachi cuando sintió sus piernas fallar, ya contaba con dos dedos expandiéndolo y la verdad la excitación lo estaba volviendo loco.

 

-¡Ya! Haz lo que vayas a hacer, pero ya!- Casi suplicó Deidara cuando el ritmo aumentó junto con la presencia de un tercer dedo. Itachi como respuesta sonrió y retiró suavemente sus dedos, de todos modos las primeras veces siempre es doloroso y molesto, por más que intente prepararlo, así que le dio otro beso en los labios y lo sostuvo de sus muslos abiertos a cada lado de sus caderas, lo acomodó recostándolo de la pared para facilitarse el trabajo de cargarlo y rozaba la entrada del rubio.

 

-Escúchame bien, depende de ti, pero de todos modos es doloroso.- le susurró suavemente al oído para inmediatamente comenzar a empujar, con dificultad entró la punta y aun presentaba mucha resistencia. Deidara enterró sus uñas con fuerza en su espalda, cerraba sus ojos con fuerza y mordía sus labios hasta casi sangrar para no gritar, no quería verse tan vulnerable.

 

Por su parte Itachi inició una sesión de besos por todo el rostro y cuello del rubio, lamía con suavidad y acariciaba lentamente sus muslos como podía,  buscando relajarlo, necesitaba hacerlo para poder continuar sin lastimarlo demasiado y forzar menos. Lo besó profundamente en los labios, recorriendo la boca contraria con su lengua, Deidara  suavizó su agarre en la espalda y abrió un poco sus ojos, solo para sentir como el pene de Itachi entraba en su interior por completo. En ese momento, tanto por el dolor como por el placer, no fue capaz de reprimir el grito que nació en su garganta, por otro lado, Itachi solo gruñó al sentir semejante opresión.

 

 

Cuando Deidara logró acostumbrarse a tenerlo dentro, se abrazó más a él con sus brazos y piernas, empezó a lamer su cuello y besarlo. Itachi se separó un poco de él para mirar su expresión, buscando aprobación para continuar y lo que vio lo dejó helado: Deidara estaba jadeando, con los ojos llorosos, completamente sonrojado, mirándole fijamente y con la capa deslizándose por sus hombros.

 

-S...Siguee...ahh!- Itachi no se hizo esperar e inició con un movimiento de caderas que si bien no era brusco, estaba cargado de pasión e intensidad, salía con cierta calma para después entrar rápidamente sacándole gritos, gruñidos y gemidos al rubio entre cada estocada. 

 

 

Movido por la desbordante pasión, Itachi embistió cada vez más rápido, perdiéndose en las múltiples sensaciones que le brindaba el interior del menor, lo besaba, mordisqueaba su cuello, jadeaba, completamente poseído por su deseo. Deidara por su parte, no pudo soportar más y dejó salir cuanto grito nacía en su garganta, especialmente cuando Itachi consiguió dar en un punto especial que le quitó todo el poco autocontrol que le quedaba.

 

-Así, así....Ah!.....Ahí!....m.....mas...rapi..doo!- todo atisbo de timidez desapareció en cuanto el placer ganó terreno en su mente, ya no le importaba que Itachi lo apretara fuertemente contra la pared, ni el dolor que sentía cuando entraba con demasiada fuerza, mucho menos las mordidas en su cuello que seguro dejarían marcas después, como le gustaba la forma en que era sometido, aunque jamás se lo diría, sonrió por unos instantes ante tal pensamiento tan irónico, no se atrevería a expresarlo con palabras, sin embargo ya estaba rendido ante él. 

 

El ritmo se tornó errático y los movimientos más veloces de lo que imaginó, gritó complacido cuando experimentó el orgasmo de Itachi dentro de sí y escuchó el gruñido que soltó en su oído. Sintió unas cuantas embestidas más y luego Itachi cayó de rodillas aun sosteniéndole, Deidara sentía espasmos de placer y un orgasmo que venía, pero Itachi se lo impidió con su mano ejerciendo presión para detenerlo, Deidara lo miró con reproche y éste solo se limitó a tomar algo a tientas de la mesa que estaba al lado, no logró identificar qué y después sintió como era recostado en el suelo, Itachi permanecía en su interior, con la respiración acelerada y se acomodo entre sus piernas, manteniendo la cercanía, sobre él.

 

-...quiero.ah....terminar...- casi suplicó el rubio sintiendo los dedos de Itachi acariciando sutilmente su miembro, a parte de que sentía al moreno dentro de sí aun y veía su semblante divertido.

 

-Aun no.....estamos a la mitad, Deidara- abandonó sus caricias en su miembro y sacó de la cajita que tomó de la mesa unos dangos con una cremosa salsa de chocolate.  

 

-Todavía faltan estos-  En el paquete habían 3 palillos con 3 bollos cada uno, Itachi tomó uno y lo paseó por el pecho de Deidara, quien se limitó a cerrar los ojos y suspirar en ocasiones por la sensación, finalmente Itachi le pasó el palillo para que degustara los dangos mientras él se encargaba de limpiar completamente el pecho del rubio con su lengua, una vez terminado, lo besó profundamente, donde compartieron los sabores, Deidara se sintió desmayar cuando en medio de ese beso pudo percatarse de cómo el miembro del moreno crecía y se endurecía en su interior.

 

Itachi repitió el proceso con el abdomen del rubio, luego con su ingle incluyendo su miembro, permitiendo en esta ocasión que Deidara eyaculara en su boca mientras lo succionaba con fuerza.

 

-Di...disculpa- Deidara se sintió avergonzado y un poco culpable por haber terminado en su boca, pero aun con la advertencia que le hizo el mayor no se detuvo, como respuesta recibió un tierno beso en los labios, indicándole que todo estaba bien. Itachi sostuvo una de sus piernas y la colocó sobre su hombro, en un rápido movimiento salió del interior del rubio para darle una potente estocada que le sacó un grito cargado de placer, desde ese ángulo conseguía una penetración deliciosa para ambos. Deidara se relamió los labios y lo miró con lujuria cargada en sus ojos a la par que su miembro se elevaba de nuevo, deduciendo lo que vendría. Se aferró a Itachi con su otra pierna en su cintura y se amoldó al ritmo que llevaba su amante con su movimiento de caderas,  gozando cada vez que sentía el choque entre ellas.

 

De nuevo el Uchiha se esmeró en darle todo el placer del mundo con sus enérgicas embestidas.

 

-Sujétate- le ordenó Itachi cuando llevó la pierna que descansaba en su hombro hasta su cintura para que Deidara se enredara a ella, así lo hizo. Pegó más sus cuerpos, logrando que su abdomen se frotara contra la erección del rubio, haciendo que éste echara su cabeza hacia atrás nublado de placer. Sin detener sus embistes, mordió uno de sus pezones y después se dedicó a succionar con fuerza sobre su cuello, para dejarle una enorme marca morada.

 

-Eres mío- le susurró al oído, aumentando el ritmo al mismo tiempo. Gimió cuando sintió un nuevo orgasmo llegar y sin recato se descargó dentro del rubio. Poco después  también se vino Deidara entre sus vientres.

 

Itachi salió con cuidado de Deidara, para evitar lastimarlo más de lo que debía estar, estremeciéndose al escuchar el gemidito que salió de sus labios al sentirse vacío. Lo alzó en brazos para llevarlo a la cama y recostarse junto a él. 

 

Deidara sonrió complacido y totalmente relajado, había olvidado hasta el motivo que lo llevó a esa habitación, y vaya que valió la pena. -hum, no es que tenga problemas con eso- respondió a la afirmación anterior, sorprendiendo al Uchiha, un poco, por la actitud tan sumisa que asumió, habría esperado muchas cosas menos eso.

 

-Bien, porque nos quedan todavía muchos chocolates y el fin de semana apenas comienza- dijo colocándose encima de Deidara dispuesto a continuar con su asalto.

 

-Me alegra escucharlo Uchiha, porque mi bolsa estaba casi llena- recibió el demandante beso del moreno sin protestas.

Notas finales:

Hey!!! No me maten por favor! Espero que al menos se hayan reído un poquitooo!

 

Jejejejeje. Nos leemos después, contestaré los reviews, pero necesito tiempo para eso, la universidad me mata! jejejeje.


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