1.- “Persiguiendo la nada”
“Esto esta mal…”
Notaba como su boca descendía por mi cuello y un escalofrío me recorría el cuello.
“Ella tiene novia…”
Sus manos en mi cuello hacían estremecerme y no podía evitar que mis manos explorasen su anatomía… su espalda… sus muslos…
“Debo detenerme…”
Notaba como sus besos en el cuello, sus manos en mi pelo me estaban haciendo perder el control…
“Joder! Paula! Detente!”
Abrí los ojos y rápidamente me separé un poco. Intenté respirar hondo, calmarme… Temblaba de pies a cabeza… esa chica me excitaba demasiado. Llevaba mucho tiempo deseando esto, aunque fuera solo abrazarla, y hoy, tras un pequeño abrazo no había podido controlarme y la había besado… lo mejor fue que ella me lo respondió… “Oh dios! Esos labios… su lengua… su sabor…” Cerré los ojos con fuerza y cuando los abrí ya al menos respiraba con normalidad, aunque el cuerpo seguía temblándome. La miré, esa mirada que tanto me hipnotizaba, ese pelo que daban ganas de estar peinándolo durante horas, esas manos tan suaves, su figura… sus labios. Mi parte irracional se desenvolvía como un animal enjaulado, había estado a punto de desatarme y dejar libre la lujuria y ahora, esa lujuria clamaba ser saciada,
-Esto no esta bien… Yo no tengo pareja y es cierto que te deseo y quiero… que mi corazón late por ti. Pero no puedo hacer que traiciones tu corazón por un impulso mío.
Me lavé la cara con agua helada, estábamos en mi casa, la había invitado para hablar ya que mis padres se habían ido, junto con mi hermano, para hacer unas compras y, aunque deseaba que esto sucediera, ahora ya no estaba tan segura.
Volví a mi habitación y allí estaba ella, apoyada en el respaldo de la silla, con los brazos cruzados mirándome. Dios! Que mirada!
Se acercó poco a poco hasta quedar enfrente mía, a apenas unos centímetros. Me cogió ambas manos y después me miró a los ojos.
-Estas manos estaban aquí
Dijo mientras las ponía en los bolsillos traseros de su pantalón. Yo temblaba de pies a cabeza, el corazón volvía a desenfrenarse y poco a poco, la adrenalina que parecía estar desapareciendo de mí ser volvió con muchísima más fuerza. Notaba como los colores me volvían a las mejillas. Me miraba a los ojos, volvía a hundirme en esa mirada suya. Mientras, ella me bajaba la cremallera de la sudadera, pasaba sus manos por debajo de mi camiseta acariciando mi vientre, haciendo cosquillas en los costados y poco a poco, empezó a subir siguiendo como guía mi columna. Un escalofrío me recorrió el cuerpo y no evitó que arqueara un poco la espalda y bajara la cabeza, empecé a suspirar a morderme los labios y fue entonces cuando noté una punzada en mi cuello… Como sus labios y dientes iban haciendo una pequeña marca en mi cuello. Apreté los dientes y fue cuando no pude más… La lujuria se había desatado.
No tardé en sacar las manos de los bolsillos y quitarme la sudadera, le cogí el rostro y la besé como nunca, ella se abrazó a mi cuello y me respondió el beso. Empecé a caminar y, cogiéndola por debajo del culo la levanté y la senté en el escritorio. Allí le quité la camiseta y mientras la besaba recorría con mis manos sus pechos, obligándola a cortar el beso de vez en cuando para poder respirar y suspirar. Los gemidos, por parte de las dos no tardaron. Ella empezó a acariciarme el vientre y poco a poco subía sus manos pero sin llegar a tocarme nunca, lo que hizo que más de una vez lanzara un gemido por la tortura.
“Estás persiguiendo la nada…”
Abrí los ojos y frené en seco. Despegué mis labios de su piel y le sujete la barbilla con mis manos obligándola a mirarme a los ojos que ahora me miraban extrañados y con un atisbo de miedo:
-Lo siento… Será mejor que te vistas y te vayas…
Abrió más los ojos y con la boca abierta por la sorpresa intentó volver a abrazarme, acción que evité dando un para atrás. Cogí nuestros sujetadores y le pasé el suyo junto con su camiseta.
La miré y tragué saliva
-De veras lo siento… pero no puedo.
Noté de pronto un leve picor en la mejilla y como, en un momento, salió de mi casa dando un fuerte portazo. Cuando fui al cuarto de baño tenía una parte de la cara roja por el tortazo. Cerré los ojos y rápidamente me desvestí y abrí el grifo en agua fría.
-La amo… eso lo sé… pero… se que sus sentimientos no son correspondidos, tiene novia.
Bajé la mirada y pronto unos brazos me rodearon dándome el apoyo que necesitaba.
-Se fuerte cari…Estás pasando por un mal momento, hace poco que dejaste a tu novio por ella…
-Por él no siento nada, la ruptura no me ha afectado-La interrumpí antes de que continuase hablando.
-Escucha…-Ángela y su paciencia para aguantar mis interrupciones- Debes ser fuerte, si es cierto que tu, con tus palabras y con ciertas acciones estas demostrando que la quieres… ó que como mínimo, te gusta mucho. Pero ella seguramente solo te vea como una amiga… aún no has podido verla en persona y si es cierto que habláis mucho por Messenger y que os decís cosas muy bonitas…Pero para ella… sólo eres una amiga, después de lo que has hecho aún no la has visto y, encima, ella no hace lo mismo para intentar verte… Debes asumirlo Paula… Ríndete… estás persiguiendo la nada”
Un estornudo me sacó de mis pensamientos, el agua fría me había bajado la temperatura pero no había hecho que olvidase esos recuerdos… Ángela tenía razón… Quizás a ella solo le atraigo físicamente… o ni siquiera eso… soy solo un juego… un apoyo en el que puede confiar y que le puede dar consejos de su orientación sexual…
Apreté los dientes y salí de la ducha. En un momento me vestí y en la cocina me pillé una Coca-Cola y un poco de chocolate, en estos momentos eran los dos que más me ayudaban. Encendí el ordenador y conecté la música en seguida. Abrí el correo y le dí a la opción de un nuevo correo. Empecé a escribir:
“Hola… quería pedirte perdón por lo de esta tarde… Y a decirte que lo siento… lo siento de veras, pero no podía permitir que mis sentimientos hacia ti lo estropeasen todo. Te amo, te amo con todo mi corazón, sentí conectar contigo desde el primer momento en el que te vi, pero hay muchos factores en mi contra. Esta no sería la primera vez que tengo que olvidarme de alguien especial para mí, de alguien el cuál noto que he conectado y que estaría dispuesta a mucho y más por ella. No quiero hacerte incomodar, no quiero que estés a disgusto y que yo ande entrometiéndome, así que, esta será la última noticia que tengas de mí hasta que tú desees.
Te deseo toda la suerte del mundo con Bea. Te quiero Laura.
Para ayudarte:
Paula”
Le di al botón de enviar y suspiré. Miré la hora… Me vestí y me fui para el centro. Tenía que despejarme, liberarme… tenía que olvidar. Fui al bar donde me encontré con mis colegas y allí, mientras las horas pasaban las botellas de Desperado se iban amontonando y poco a poco notaba como iba perdiendo los sentidos…
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