Pues este es el unico fic que tengo de esta serie. Es cortito y bastante suave. A ver si os gusta ^_^
Estan cayendo. Caen uno a uno. Como mis lagrimas.
¿Por qué no puedo parar de llorar? ¿No soy feliz con Yukino...?
Estoy convencido, quiero creer que si.
Recostado en el arbol, con una alfombra de petalos de cerezo a mi alrededor, puedo recordarla, recordar cuanto la ame, el dia que la conoci... Deseaba que fuera ella la que me esperaba alli...
La queria y la consegui.
He amado su pelo, su fragancia de violetas y hierbabuena recien cortada, sus pechos, todo su cuerpo, su piel, su boca, que ha sido solo mia, que tantas veces pronunció un te quiero en mi honor.
Mi nombre pegado a su voz me sonaba a gloria.
Quise amarla, la ame, pero ya no siento lo mismo. Hay cosas, sentimientos nuevos de los que apenas ahora soy consciente, que me apartan de ella. ¿Es que ya no puedo quererla?
Me ayudo, me apoyo, ha estado conmigo, incluso cuando aquella mujer volvio para destrozarme... Yukino me salvo de todo, de todos... de mi mismo...
He sido un debil, un cobarde... A su lado, no soy mas que un perdedor, un inutil...
Siempre me supera, no puedo compararnos, ella es quien lleva las riendas de mi vida. Aunque no siempre fue asi, yo...
- ¿Qué haces aquí solo?
- Hideaki...
¿Por qué? No quiero, no puede ser eso... ¿Por qué de pronto me late tan fuerte el corazón?
Aunque si lo pienso, cuando estoy con el es siempre igual...
Me tiembla todo el cuerpo...
El tambien estaba alli, como Yukino, cuando mas le necesitaba. Fue el primero en quien confie de verdad, le conte mi pasado y no me juzgo, solo intento ayudarme... Hideaki... Hideaki siempre me ha querido como un amigo...
Sopla una brisa agradable que me despeina. Pasan los minutos y ninguno habla.
- Soichiro...
- ¿Qué?
- Nada... – me mira de reojo, pero cuando le miro yo a el, me vuelve la cara... – Estaba pensando que... – Y comienza a hablarme de cosas banales, como siempre que estamos solos y se pone nervioso...
¿La amo o tal vez la ame?
Mientras su garganta produce sonidos que rasgan el aire en murmullos apenas audibles y que no escucho o no quiero escuchar, no entiendo, no quiero oir, miro su boca, moviendose suavemente... Hay cosas que el no sabe y tal vez no quiera saber de mi... Sentimientos que ni yo mismo comprendo... y que quiero esconder y enterrar para siempre, pero...
Otra rafaga de viento llena su pelo de petalos, que se apresura a sacudir y de pronto se encuentra con mi boca en la suya, sin yo planearlo, sin el desearlo, pero no se separa, y eso me incentiva a continuar el beso, a profundizar la agradable sensacion, el intenso contacto de mi lengua enredada con la suya...
No puedo creer que me guste tanto, que sus labios esten justo como los habia soñado tantas veces, suaves y calientes y que no podamos parar, no podamos separnos.. O eso crei por un momento... Deslizo mi mano hasta su entrepierna y comienzo a bajar la cremallera...
Hideaki me aparta de pronto, acalorado, excitadisimo y sudando, me mira con vergüenza, tiene las mejillas rojas y apenas puede respirar, vuelve la cara hacia otro lado y se levanta.
No le detengo, se que seria inutil. Se tambien que he sido un imbecil y he metido la pata...
- Ella te quiere... No hagas tonterias... Y menos por mi... Aunque ya sabes que yo siempre... Pero eso da igual...
- Pero... ¿Qué pasa? ¿No te ha gustado?
- Yukino te quiere. No la dejes, Soichiro. No merece la pena... – y se marcha.
La brisa sopla de nuevo y caen. Caen las flores. Y mis lagrimas florecen y caen tambien... como los petalos de cerezo...
Ya me he hecho a la idea de que no puedo tenerles a ninguno de los dos. No puedo, eso lo se... Los arboles siguen deshojandose, llegara el verano y parara, pero yo no puedo, no puedo parar de llorar, y es que, ahora lo se, hay lagrimas mas profundas, lagrimas que... duran mas que una primavera...
~FIN~
Pse... Quiza un poco cursi al final, pero bueno. Es el tercer fic que escribi (oficialmente, antes habia intentado con otros...)
Alguna gente me dijo que lastima que me quedara en lo de la cremayera... pero ahi quedó XD
Beshitosh
shinobita