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Cumpliendo tu última petición por Zachary4

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Notas del fanfic:

secuela de Tiempo de vida, para aquellos que querían saber que pasó con el hermano de Alfonso, y para los que no querían, aquí esta de todas formas

Notas del capitulo:

tengo planeado que esta historia dure de tres a cuatro capítulos, depende de cuanta inspiración tenga, ojalá sea de su agrado

Finalmente se encontraba camino a la playa, durante un tortuoso mes había discutido acaloradamente con sus padres todos los días. Después de que se hubieran enterado del fallecimiento de su hermano ocurrido una semana atrás en un pintoresco y desconocido pueblito, ambos habían entrado en un estado de ira y enojo, les molestaba el hecho de que su hijo mayor se hubiera ido para no volver y además que las decisiones las tomara por si mismo, ellos siempre habían manejado a Alfonso a su antojo, desde su alimentación hasta sus estudios, sin olvidarse que en los últimos tiempos también decidían acerca de los tratamientos médicos que tenia que seguir, los cuales ayudaban en sus negocios y los engrandecían en su orgullo al aparentar unión y apoyo hacia el pobre enfermo. Alex aún recordaba el revuelo que ocasionó la partida de su hermano, especialmente cuando sus familiares se enteraron de que este no solo vivía moderadamente, sino que además su pareja sentimental era el hijo de un perdedor e incompetente ex miembro de su compañía, le causó gracia el darse cuenta de que a su familia les alarmaba más el hecho de que Víctor fuera pobre que el que fuera hombre o que ambos sufrían de una salud endeble y que necesitaban ayuda, la cual él siempre ofrecía pero le rechazaban, si los demás supieran donde se encontraban, los habrían acosado hasta la saciedad, afortunadamente él había sabido guardar celosamente la ubicación de su hogar, por lo que no pudieron molestarlo, desgraciadamente la dicha no duró demasiado, ya sabía que ambos chicos no vivirían mucho, la última vez que los visitó pudo comprobar que estaban en la fase final de sus respectivas enfermedades, sin embargo, gracias a los comentarios de los vecinos, pudo saber que murieron tal como vivían, juntos y felices, también gracias a estos se enteró del proceder con sus cuerpos, ellos fueron cremados como lo habían pedido y unieron sus cenizas en una sola urna, que ya había sido elaborada anteriormente, al llegar ahí le entregaron el contenedor de sus seres queridos junto con una carta dirigida a su persona, el remitente de dicha misiva era su hermano, al parecer no había cambiado ni un ápice en él, tenia todo preparado incluso para su muerte…


 



 


 



 


 


 


Ahora de camino a su destino leía una vez más la ya maltratada carta, el último adiós de su hermano:


 


 


“Alex


 


¿Cómo estas pequeño monstruo?, probablemente enojado por no haberme despedido adecuadamente de ti, o ¿me equivoco?, vamos, no frunzas el ceño, te vas a quedar así y luego no vas a encontrar novia, jeje, si te soy sincero, me siento un poco mal al no haber podido aguantar un poco más para poder verte, pero ya sabes, uno no decide este tipo de cosas, espero y no te preocupes, Víctor y yo dejamos todo arreglado para que nuestra muerte no traiga inconvenientes a nadie, solo hay tres cosas que te quiero pedir:


 


1.- no te culpes, lo que sucedió era inevitable, no fue culpa de nadie, te digo esto porque te conozco y sé que eres bastante cabezota, vive tranquilo y pasa esta etapa de tu vida, sigue adelante y disfruta de cada momento, no te cierres a las oportunidades que se te presentarán, estoy seguro serán infinitas.


 


2.- por favor, no permitas que nuestros padres se hagan cargo del funeral, no deseo que mi despedida sea el típico sepelio snob, en el que los que asisten aprovechan para presumir sus nuevos autos o intimar en el cuarto contiguo al féretro, lo sé, crees que he visto muchas películas, pero te puedo asegurar que el funeral del tío Carlos así fue.


 


3.- en el cajón oculto de la urna hay una buena cantidad de dinero, te pido que con el tomes un autobús a la playa más cercana, y que esparzas nuestras cenizas en el mar, si, si, ya sé, esto es poco original, además de que odias el agua, precisamente por eso lo hago, ya es hora de que afrontes tus miedos, eso pasó hace mucho, además, esta vez ella no estará a tu lado, no podrá lastimarte, ten valor y aprovecha este viaje para descansar y despejar tu cabeza.


 


Te quiero mucho, mi querido hermanito, cuídate y sé feliz


 


PD. Hola, aquí Víctor desde el más allá, trata de tirarnos en un lugar donde el agua no esté muy fría, es que luego me da frío, y si acaso estas pensando en echarnos por el baño, y embolsarte el dinero, ni lo intentes, ni siquiera pienses en ello porque lo sabré y te aseguro que te seguiré por toda la eternidad como alma en pena, muajajaja, eso es todo, chao, besitos ^-^”


 


Alex reprimió una risita ahogada, solo a su cuñado se le ocurriría escribir algo como eso en una carta de despedida, la había leído infinidad de veces desde que la recibiera, esa era la razón de que finalmente se hubiera decidido a cumplir la última petición de su hermano, recordaba la mirada nostálgica de Alfonso cada que se mencionaba a ese enorme terreno con agua, siempre había querido ir al mar, pero nunca lo había realizado por temor de dejarlo solo, no se lo había dicho directamente, pero él sabía todo lo que lo había protegido desde su infancia, desde que comenzara a temer, odiaba el ser débil, el tener un trauma que no lo dejara seguir adelante, su hermano tenía razón, ya era hora de afrontar sus miedos, ahora no había peligro de salir lastimado.


 



 


 



 


 


 


Llevaba tiempo caminando, la arena se sentía suave y cálida bajo sus pies, era una sensación realmente agradable, como su piel era muy delicada y se quemaba con facilidad, tuvo que esperar hasta que el sol bajara, a estas horas ya no había nadie en los alrededores, además de que las clases aún no terminaban, por lo que los vacacionistas eran escasos, bajo el brazo traía la urna que contenía los restos de su hermano y cuñado, quería encontrar el lugar idóneo para esparcirlas pero ninguno le parecía conveniente, tontamente estaba siguiendo las indicaciones establecidas por el loco de Víctor, el agua debía ser agradable y no estar muy fría, como si realmente fueran a sentir el clima a través de lo que quedaba de ellos, para complicar más su tarea, no podía evitar alejarse del lugar cada que el agua lograba tocar sus pies, el miedo era más fuerte que sus ganas por recuperarse, tal vez lo que necesitaba era relajarse, pero eso no era nada fácil, aún más allá de su problema, lo que más lo hacía desistir era el pensar que este era el adiós definitivo, se estaba despidiendo de la persona más importante para él, la única que lo había amado y protegido desde siempre, antes, cuando solo vivían en lugares diferentes, le quedaba la confianza de que podría verlo solo viajando hacia él, pero eso ya no podría ser, no se verían nunca más, estaba solo, y esa soledad se resentía, mientras tenia la urna con él era como si alguien invisible lo estuviese acompañando, sin embargo no se dejaría caer, lo prometió, continuó buscando un poco más, al final se decidió por un pequeño resquicio de la playa, escondido de todo lo demás por unas enormes construcciones rocosas, evitando de esta manera el que alguien lograra verlo, sentía que estaba a punto de realizar algo demasiado personal y deseaba hacerlo en completa privacía, no quería que algunos ojos curiosos denotaran su presencia, destapó el contenedor con forma de muñequito tirolés, Víctor tenia gustos demasiado excéntricos, vació algo del contenido en su mano, sintiendo esa suave textura deslizarse a través de sus dedos, siguiendo el fresco viento de la tarde, lo arrojó hacia el agua, viendo las espirales que se formaban al posarse en su superficie, continuó haciéndolo de la misma manera una y otra vez, mientras se vaciaba la urna sus ojos iban destilando lágrimas que recorrían sus sonrosadas mejillas, comenzaba a oscurecer y el frío se hacía presente, pero no podía parar, sus manos se movían mecánicamente y sus piernas parecían clavadas en ese sitio, su corazón se apretaba de manera dolorosa pero a la vez reconfortante, se estaba despidiendo de la persona a la que más amaba en el mundo.


 


Seguía con eso cuando algo golpeó su nuca, el impacto fue tan fuerte e inesperado que perdió el equilibrio, yendo a caer al frío suelo, su caída fue estruendosa ya que no había podido utilizar sus manos para pararla al tener que proteger la urna que, para su fortuna, se mantenía intacta entre sus brazos, no se había roto, lástima que no pudiera decir lo mismo de su ahora deforme nariz, la cual había chocado con una de las duras rocas que ya no le parecían tan bonitas, esa herida sangraba profusamente y estaba seguro que en cuanto pasara un rato le dolería horrores, se levantó como pudo, aún sin soltar su valioso tesoro, estaba furioso, volteó buscando al culpable de su desgracia, en cuanto giró tuvo frente a él a un chico aparentemente unos años mayor, le ganaba en altura, por lo menos una cabeza, tenia los cabellos algo largos y disparejos de un rubio oscuro, seguramente artificial, ojos castaños y demasiado expresivos para su gusto, también tenia mucha fuerza, como pudo comprobar al sentir la piedra que le aventó incrustada en la parte posterior de su cabeza, algo viscoso y cálido se escurría por su cuello, genial, primero su nariz y ahora esto, como si le faltaran motivos para odiar este viaje, estaba a punto de soltarle algunas “encantadoras” palabras a su atacante cuando vio que este se acercaba, sin poderlo evitar, Alex se pus en guardia, podía parecer débil pero no lo era en lo absoluto, en otras circunstancias nunca lo habrían golpeado, sus reflejos eran demasiado buenos, solo que su ánimo no estaba para peleas en ese momento, sin embargo ahora estaba lleno de ira, no solo lo agredían, sino que además lo interrumpían en un momento sagrado, que lo molestara más, si es que se atrevía, viniera lo que viniera, él estaría preparado, le iba a enseñar a ese sujeto a no meter las narices donde no lo llamaban, no pudo evitar recordar su pobre y adolorida nariz, quien sabe como le quedaría, el otro chico se acercó aún más estirando su mano como pidiendo permiso para tocar, ¿Qué se traería entre manos?, decidió esperar solo un poco, de manera sorpresiva sintió como el otro tocaba suavemente su nariz intentando no lastimarlo.


 


-estas sangrando -… “y el premio para el más perceptivo del año es para…” bien, ese sujeto se veía fuerte pero de seguro no era muy inteligente


-no hombre ¿Cómo crees? Lo que pasa es que me encanta meterme jalea en la nariz y dejar que escurra –él podía llegar a ser muy sarcástico y grosero cuando se enfadaba y en estos momentos estaba enojadísimo


 


El otro chico solo alejó su mano rápidamente escondiéndola detrás de su espalda, al parecer se había asustado, Alex no se podía creer que el sujeto que minutos antes lo atacara ahora estuviera a punto de llorar, porque eso es lo que parecía, tenia los ojos nublados y la mirada baja, como si las rocas fueran la cosa más maravillosa sobre la faz de la Tierra


 


-yo… es que… bueno, verás… perdón, lo siento mucho, no quería hacerte daño, es que pensé que estabas tirando basura y…


 


-¿¡¡¡basura!!!? ¿¡Donde demonios ves que yo traiga basura!?


 


-¿eh? Pues ese muñeco que traes abrazado, no pensé que fuera un juguete -¿muñeco? ¿Cuál muñeco? Ah, si cierto, la mugrosa urna que Víctor había hecho, ahora ya no le parecía tan bueno el que no se hubiera roto, debía de verse como un mocoso, jugando con muñequitos en el mar, sus mejillas inevitablemente obtuvieron un tono rosado, la vergüenza le ganaba en ratos al dolor y el enojo


 


-no es un juguete, por mucho que lo parezca, esto –levantó el objeto, mostrando que la cabeza se le podía quitar y que estaba lleno de algo parecido a la tierra –es una urna, y lo que está adentro es mi hermano –no vio necesidad en contar acerca de su cuñado, además de que no entendía porque le explicaba todas esas cosas –el diseño es así porque un tonto lo hizo de esta manera –al menos Alex ya se había tranquilizado completamente, para su desgracia, la herida se había enfriado del todo en lo que platicaba y ahora le comenzaba a doler horrores


 


-oh, ya veo –al chico no le parecía tan mala idea, era bastante original e ingenioso, nunca había visto una igual            


 


-deja de maravillarte y llévame a un hospital, que me estoy mareando –en cuanto dijo esto, sus piernas flaquearon y hubiera caído si el otro chico no lo alcanza a sujetar


 


-hay una pequeña clínica cerca de aquí, por cierto –ya habían comenzado a caminar, Alex se apoyaba en su hombro y caminaba con dificultad, sus ojos comenzaban a ver borroso –sé que no es tiempo de presentaciones, pero, me llamo Mauricio –como si a él le importara ¿es que no se callaba nunca? La cabeza le dolía y solo quería descansar –un gusto –Mauricio se dio cuenta de que lo que acababa de decir estaba fuera de lugar, pero es que era una costumbre para él el presentarse de esa manera


 


-perdóname que difiera, pero para mi no es ningún gusto… yo soy Alex


 


-en serio discúlpame, te juro que no fue mi intención


 


-te perdonaré antes si te callas y me llevas con un doctor, realmente no me siento nada bien


 


Por donde pasaban, las personas se les quedaban mirando, Alex escuchó como una señora hacía un comentario bastante curioso “mira cariño, Mauricio ya lleva otro herido” así que no era el primero, esta sería una larga noche.


 

Notas finales:

¿les gustó? espero comentarios, siempre y cuando no dejen daño físico irreversible, todo lo demás es aceptado, de cualquier manera mi cerebro ya no esta tan bien como antes


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