Rutinario, como las frases que se quedan enredadas entre mis labios y lengua, constante como el sentimiento confuso en mi interior en silencio se propaga, fuerte y lento, dominando cada parte de un alma confusa... la neblina cae sobre mis ojos... No quiero ver, no quiero experimentar... recuerdos y viviencias en un cuerpo gastados por los sarcasmos de una vida agitada, sin piedad alguna...
Aquí es cuando los lazos se rompen... hache es cuando...
- Mesei-sama, ¿qué ocurre? - dijo ella de ojos verdes mientras su cabello se colaba en mi rostro, aguardando mi respuesta a centímetros de mis labios
- Nada Kirai - respondí en voz baja, abrí mis ojos con aquel color azul oscuro casi negro, mi aliento golpeaba sus labios logrando que la sangre subiera a sus mejillas
- No te creo - se acerco rozando mis labios para luego alejarse mientras una de sus manos acariciaba mi cabello negro
Ella se alejo de mi, con su cabellera rojiza flameando entre el viento y los rayos de sol. Como siempre sacándome de mis pensamientos, levante mi rostro apoyándolo sobre mi fría mano fijando mi mirar en su paso lento y grácil.
- Deberías detener eso... - escuche la voz de mi vieja amiga a mi lado, me observaba con cariño, su cabello corto y desordenado caía delicadamente sobre su rostro y sus ojos color miel estaban posados sobre los míos
- No puedo, Nithel, no puedo - mi voz se quebró y mi garganta apretó, la tranquilidad de mi cuerpo huyo rápidamente dejándome a merced de un dolor agudo sobre el pecho
- Oh... Mesei... - llevo una de sus manos a mi mejilla secando lágrimas invisibles de la angustia que embargaba mis ojos
- ¡Mesei-sama! - escuche la voz de Kirai acercándose, voltee mi rostro con expresión triste hacia ella mientras presionaba con mis manos, la mano de Nithel sobre mi mejilla - Mesei-sama...
- Kirai debo hablar contigo - dije en voz baja, solté la mano de mi amiga
- Espera un tiempo mas, Mesei... ahora no - me aconsejaba Nithel mientras en mi la confusión parecía una guerra
- De que están hablando?... Mesei-sama - pregunto inocente, cuestionándose mi rostro triste
Me levante con lentitud sintiendo una caricia de los dedos de Nithel sobre el dorso de mi mano, le observe de reojo, quizás ella tenia razón, no ahora, no era el tiempo y yo aun no estaba preparada. Ella me observaba con sus ojos verdes, camine pasando de ella... y sentí su mano suave entrelazándose con la mía, apreté su mano con angustia y caminamos un largo momento en un silencio tranquilo hasta salir de las instalaciones, sin alejarnos mucho, le lleve hasta mi lugar favorito en donde se escuchaba el susurro del viento y pequeños rayos de sol se colaban entre las hojas de los grandes árboles que nos rodeaban.
- ¿Qué pasa? - pregunto con rostro confuso y alejándose de mi, una tristeza increíble recorrió todo mi cuerpo... le observe apoyar su espalda contra el tronco de un árbol con el rostro hacia el suelo
- Tengo algo que contarte - hable en voz baja - pero creo que este definitivamente no es el momento - camine hacia ella con la duda entre las manos y la tristeza en el corazón, me detuve a unos pocos centímetros de ella observándola
- ¿Por qué crees eso? - dijo ella derrumbándome con un tono suplicante levanto su rostro y enfrento su suave mirada a la mía
- Porque se que es así - mi voz era segura pero baja, acerque una de mis manos llevándola hasta su cintura, la jale acercando su cuerpo al mío y lleve mi otra mano hasta su espalda
Sentí sus manos con delicadeza aunque trémulas recorrer mis brazos hasta llegar a mi cuello... una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo, oculte mi rostro con necesidad en su cuello saboreando el olor de su piel y cabello...
- Mesei-sama... - escuche su voz de forma débil y por mi mente paso su rostro sonrojado
Una sensación que siempre ella a producido en mi, de tempestad y calma. Hice presión con mis manos apegando su cuerpo al mío, llenándome de su olor y de la suavidad de su piel. Escuche un gemido escaparse de sus labios y cuando pude darme cuenta sentí humedad en mi hombro, levante mi rostro y observe de cerca sus ojos verdes llenos de lágrimas...
- Por que lloras, Kirai? - hable en un susurro con el ceño fruncido. Aquellas lágrimas solían aun más que cualquier dolor en mi interior
- Lloro... lloro por ti - dijo cerrando sus ojos y tomando con sus suaves dedos una de mis manos colocándola sobre su mejilla
- Pero, Kirai... estoy aquí..., siempre - dije en voz baja apuñalándome con mis propias palabras, sentí sus lagrimas recorrer mis dedos
- No, Mesei.... Mesei-sama - dijo con una voz angustiada sosteniendo mi mano la llevo hasta su pecho, no pude evitar sonrojarme, una sensación agradable recorrió mi cuerpo sintiendo su corazón, fuerte y sano latía... acelerada estaba - así estoy por ti... Mesei, siento que te perderé - bajo su rostro mientras una lagrima caía por su mejilla, me adelante dejándome llevar y atrape aquella lagrima solitaria con mis labios, ella me miro con ojos tristes
- No pienses eso pequeña - susurre acercándome a su boca - Te amare, por siempre... y como siempre ha sido a tu lado me quedaré
Ella con la desesperación en los labios me beso, sentí la angustia como un golpe intenso al igual que sus labios disfrutaban los míos.
Le había prometido muchas veces que con ella siempre estaría y dolía mas que todo saber que no podía cumplir aquella promesa, ella con sus ojos verdes pudo darse cuenta que algo en mi, un día, había cambiado, la calma se había apoderado de mi y como Nithel había dicho una vez "Caminas cuidando cada latido de tu corazón" Aquella realidad se había vuelto angustiosa desde hace unos meses...
-¿Cuánto? - pregunte con el rostro agachado, en mi cuerpo habían sensaciones que no entendía...
- 5 meses como máximo - dijo el observándome a través de sus lentes - pero Mesei, hay tratamientos...
Negué con mi cabeza antes de que comenzara a explicar algo, sentí sobre mi hombro la mano de mi madre y el mundo se me cayó encima, la desesperación se hizo cada vez mas presente en mi cuerpo...
Ella estaría bien... eso era lo que mas me preocupaba, sentí sus labios como si fura la ultima vez, nos separamos para respirar, ella estaba agitada pero en mis brazos se encontraba y así estaba bien, se sentía sumamente en paz. Lleve mi frente y la apoye contra la de ella observándole directamente a sus ojos, llorosos aunque tranquilos... Hermosa para mi
- Te amo Kirai - susurre y bese de manera corta sus labios
- y yo a ti... - dijo con voz entrecortada luego de sentir mis labios sobre los suyos