Andrew esta leyendo en la comodidad de la sala, cuando escucha unos pasos en las escaleras, se pone de pie, cuando ve a Alicia tan espectacular y hermosa que siempre sonríe satisfecho, casarse con ella fue una buena decisión.
Cuando Andrew Merton cumplió 25 consideró que era tiempo de contraer matrimonio, principalmente para conservar su imagen y atraer mas clientes al bufete, lo tomó como si se tratara de un negocio, buscó entre sus allegado de confianza a la persona, hombre o mujer, eso le tenía sin cuidado, que cumpliera con las expectativas planteadas
-¿Qué te parece?- Alicia toma el brazo de su esposo
-Perfecta como siempre- Andrew le sonríe, mientras salen de la casa rumbo a la fiesta de beneficencia programada para esta noche
En su búsqueda encontró a Alicia y de inmediato supo que era perfecta: hermosa, con talento innato para los negocios, inteligente y con las suficientes agallas para llevar un matrimonio falso , porque eso sería solo una imagen que vender, y tres años juntos demostraban lo acertado de su decisión.
-Fiesta tan genial- Andrew dijo sarcástico al entrar al enorme salón donde se encontraban las personas mas importantes del país, esta clase de eventos los odia con toda su alma…
-Tan animado como siempre, cariño- Ironizó Alicia- Pero esta vez pretendo divertirme, así que vete haciendo a la idea de quedarte un largo rato
Pero Andrew ya no le hace caso a su mujer, pues toda su atención esta puesta en el chico que esta frente a él platicando con otro joven a unos metros de distancia. Lo observa detenidamente parece tener unos 18 años y se ve realmente atractivo, no tan alto de estatura, pero por lo que se distingue con un cuerpo sensacional, cabello castaño claro, cuidadosamente despeinado dándole un sutil toque de sensualidad y como toque final unos hermosos ojos azules que son invitación de poseer a su dueño. De repente el chico voltea hacia donde esta Andrew, sus miradas se cruzan por un instante, el chico sonríe antes de voltear de nuevo hacia su acompañante. Andrew sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, aquel muchacho era algo inusual
-El menor de los Sodja- La voz de Alicia trajo de regreso al mundo real a Andrew- Los rumores dicen que es la oveja negra de la familia, el suele acostarse con quien se ponga en frente, no creo que sea tu tipo
-Vamos a nuestra mesa- Andrew la interrumpió, no le gusta hablar de sus relaciones con Alicia, aunque tiene razón, si lo que decía era cierto, no era para él, prefiere mil veces algo serio que una aventura de una noche…
Desde hace algunos minutos Cristian siente que alguien lo observa de forma persistente, voltea y su mirada choca con un hombre, se sorprende al verse descubierto pero no aparta su mirada de Cristian quien le sonríe y voltea a otro lado para que no descubra que se ha sonrojado
-¿Puedo preguntar si lo conoces?- Fernando, su acompañante lo toma de su hombro para llamar su atención
-Claro que si- Cristian sonríe, Fernando era su acompañante favorito, desde que cumplió 16 Cristian se dedicó a construirse una imagen lo mas alejado posible de lo que su familia esperaba de él: rebelde, ajeno a las reglas y buenas costumbres, promiscuo, con una vida disipada, como diría su madre, de fiesta en fiesta, de cama en cama, aunque solo es la fachada, una cortina de humo para alejar a su familia, a las fiestas solo hace acto de presencia y luego se refugia en un departamento que compró hace tiempo y que nadie conoce, las “parejas” con las que siempre es visto, son contratados en una agencia de acompañantes- No lo conozco peor se quien es, Andrew Merton, fundador de la firma de abogados mas importante e influyente del país y quien lo acompaña es su esposa- Esto ultimo le provoco una pequeña molestia
Si su familia conociera al verdadero Cristian seguramente estarían muy complacidos: tímido, de impecables modales, buen estudiante, refinado, incluso romántico ¿Quién diría que Cristian Sodja es todavía virgen porque espera al amor de su vida?
Andrew intenta prestar atención a lo que dice Alicia, pero no puede evitar mirar de reojo al joven Sodja, es simplemente hermoso, nuevamente sus miradas se cruzan
El corazón de Cristian se acelera, esta vez no importa lo sonrojado que pueda estar, levanta su copa en un intento de brindar a distancia con él. Andrew sonríe ante la acción del meno y sin dudar levanta su copa para responder el gesto.
-Ahora vuelvo- Cristian se levanta de la mesa para dirigirse al baño, sabe lo que va a ocurrir si Andrew acepta la implícita invitación y lo sigue, pero por primera vez esta dispuesto a todo, de llegar hasta donde el otro quiera si su corazón late con la misma intensidad que cuando le mira.
-Alicia, regreso enseguida- Andrew se disculpo antes de ponerse de pie
-Te cuidado- Su esposa lo tomó un instante de la mano para después dejarlo ir
-No te preocupes- Andrew le sonrió, ¿tan fácil se había dado cuenta? Suspiró, tanta convivencia le estaba dando a Alicia cierta ventaja
Cristian lavó su cara para después mirarse en el espejo, ya le había dado un par de minutos y era hora de regresar
-Viniste- Cristian sonrió cuando al voltear se encontró con Andrew
-Si…-Pero antes de que pudiera decir algo mas, Cristian comenzó a besarlo con pasión, como si se le fuera la vida en ello; después de la sorpresa inicial, Andrew correspondió de la misma forma, sintiendo la única necesidad de tocar la piel del menor, así que desabrochó la camisa de Cristian y comenzó a recorrer su pecho en una lenta caricia
-Ahh- Cristian gimió cuando la mano de Andrew llegó hasta su pantalón. Pero en ese preciso momento la puerta se abre, ambos se quedan inmóviles, conteniendo el aliento, ocultos bajo una sombra y acorralados contra la pared, aun abrazados por el temor de hacer algún movimiento. Sus corazones laten con tal fuerza que piensan que van a ser quienes los delaten.
El hombre que entró, salen de allí un par de minutos después, el tipo iba demasiado distraído ebrio, para el caso da igual, como para darse cuenta de la presencia de Cristian y Andrew; que rieron a carcajadas cuando estuvieron seguros de que el hombre no regresaría
-Supongo que hasta aquí llegó lo que prometía ser un excelente momento- Cristian sonrió soltándose del agarre de Andrew y comenzó a acomodarse la ropa- No quiero otro sermón de mi “querida” madre por un escándalo- Murmuró sonriendo. Andrew asintió y también se acomodo la ropa, el tampoco podía darse el lujo de un escándalo- Aunque sería una lastima no terminar lo que iniciamos, claro, en otro momento- Cristian le dio un corto beso en los labios Andrew y en su mano dejó una tarjeta- Me gustas Andrew, habla cuando quieras- Y antes de que pudiera recibir respuesta salió del baño
-Cristian…- Murmuró el mayor, por fin sabía el nombre del chico que, desde el primer instante que lo vio, le quito el aliento…
Por fin es domingo y Andrew puede quedarse en su casa tranquilamente y descansar de todo el ajetreo del trabajo, por eso esta inmóvil en la sala, bueno casi inmóvil; pues sus dedos acarician la tarjeta que le diera Cristian un par de semanas atrás, semanas en las que Andrew no ha podido dejar de pensar en él, semanas en las que no se ha atrevido a llamar.
Sabia lo que ocurriría: tendrían sexo algunas veces, seguramente terminaría enamorado de Cristian, si es que no estaba enamorado ya, tal vez lo volvería su favorito pero no el único y eso lo destruiría poco a poco, estaría a su lado hasta que Cristian se aburriera y encontrara a alguien mas ¿Podría conformarse con eso? ¿Podría aceptar no ser la única persona en la vida de Cristian? Aunque no podía pedirle nada cuando el mismo no es libre, si tan solo lo hubiese conocido antes, hubiera luchado para que lo amara, pero el deseo de no quedarse solo, por esperar a alguien que quizás nunca llegaría lo llevaron a tomar la decisión de casarse de forma precipitada- ¡Diablos!- Murmura molesto
-Si tanto quieres verlo, llámale- Alicie sonrió al ver a su esposo en la sala con el teléfono en sus piernas, su comentario se ganó la atención de Andrew, no le había dicho nada, pero no era difícil saber lo que a su esposo le preocupa- Por una vez en tu vida arriésgate ¿OO quieres que le marque yo?
-No gracias- Ante la amenaza de su esposa, Andrew comienza a marcar, Alicie tenía razón, no debía atormentarse aun por algo incierto, era tiempo de arriesgarse, Alicie simplemente sonrió y salió de la habitación, Andrew necesitaba privacidad.
Cristian se estaba bañando cuando sonó su celular, sabia que era patético pero aun así en dos semanas no se había separado de su celular ni un segundo, esperando la llamada de Andrew, eso también incluía el baño por lo que solo estiro su mano para contestar. Tenia puestas todas sus esperanzas en que Andrew llamara, ese hombre se había colado en su corazón sin importarle que estuviera casado, incluso si amaba a su esposa no dejaría de pelear- ¿Si?
-¿Cristian?
Los ojos de Cristian se iluminaron al reconocer la voz de Andrew- Si, el habla- Sonrió, la espera había valido la pena
-Habla Andrew, nos conocimos hace algunos días en la fiesta de beneficencia de la compañía Mechanical Inc.- Andrew se sintió estúpido ¿Cómo se iba a acordar teniendo a tantas personas a su lado?
-Claro que te recuerdo- La sonrisa de Cristian se hizo mas grande- ¿Cómo olvidarlo?-Pensó
-Si no estas ocupado, me gustaría invitarte a salir, hoy en la tarde- Andrew rogó mentalmente para que aceptara
-Me encantaría- Cristian controlo sus deseos de brincar como loco por todo el baño ¿Ocupado? Estas semanas fueron las más aburridas, ya no hizo intento alguno por mantener su imagen de “fácil” ni siquiera había pisado la agencia de acompañantes, por primera vez quiso deshacerse de esa imagen, quería que Andrew lo conociera tal y como era.
-¿Conoces el café Internazionale? ¿Nos podemos ver allí a las cinco de la tarde?
-Me parece perfecto
- Entonces hasta las cinco- Andrew sonrió feliz
-Hasta las cinco- Cristian se sintió realmente emocionado
Ambos colgaron al mismo tiempo, en cada uno se dibujo una sonrisa, tal vez no era tarde y hoy comenzaría realmente la vida