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Never leave you por xilema95

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Notas del capitulo:

 

¡Hola! He vuelto con un nuevo fanfic de Loveless, con mi pareja favorita por sobre todas *O*

 

 

Capítulo I.- "Paranoia"

 

 

Una sosegada tarde de otoño. La temporada favorita de la mayoría de las personas. Ritsuka había ido a visitar a los Zero, ya que Soubi y Kyo se encontraban ocupados en la universidad exponiendo sus últimos cuadros de la clase de artes. Cabe decir que ya casi no se quedaban mucho tiempo en el departamento, pareciendo la propiedad de los dos chicos menores. Natsuo y Youji habían decidido no regresar a la escuela de luchadores, por lo que estaban casi seguros de que Nagisa-sensei los había borrado de su mapa. Pero al no tener ni siquiera un centavo para satisfacer algún mísero capricho, se veían obligados a permanecer encerrados casi todo el día para evitar ver cosas que pudieran tentarlos, y que posteriormente no podrían comprar.

—Ustedes dos— comenta el sacrificio de Agatsuma—; deberían salir al aire libre un poco más. Terminarán por hostigarse.

—¿Y para qué?— contesta de mal humor Youji, inclinando hacia atrás sus orejas gatunas.

—Sólo digo, así podrían entretenerse un poco…

El pelirrojo jugueteaba con la cola de Aoyagi, limitándose a escuchar la conversación entre ambos sacrificios. Miraba atentamente al peli azul; notaba cómo cada palabra que pareciera salir de la boca del neko pelinegro lo irritaba.

—No tenemos dinero, Ritsuka— responde el de cabello lacio con hosquedad—. ¿Quieres que nos tentemos viendo cosas y después quedarnos con las manos vacías?

—¿Por qué no prueban con un trabajo de medio tiempo? Quizás sea justo lo que necesitan. Tendrán algo con qué matar el tiempo, y ganarán dinero…

—¡No trabajamos! Deja de decir estupideces.

—Oye; él sólo estaba dando una sugerencia— defiende Natsuo, algo harto por el comportamiento de su amigo—. No tienes que ser tan tosco.

—¿Otra vez defendiendo a Ritsuka?— gruñe con algo de recelo— ¿Por qué no cambias de sacrificio y te quedas con él, eh?

—Ahh, no tienes idea de cuánto me gustaría hacer eso— suspira y le clava la mirada a su compañero con malicia, mientras se curva una sonrisa en sus labios—. ¡Qué pena por ti, Youji! Te quedarías solo, sin nadie que te quisiera.

—¡Idiota!— el peli azul da media vuelta, toma una paleta del refrigerador y se dirige a su respectiva cama, donde se tumba con la fuerza suficiente para hacer crujir el colchón. Lanza un suspiro en lo más recóndito de su almohada, antes de levantar la cabeza y colocarse boca arriba, mirando perdidamente el techo, mientras se sumergía en sus pensamientos. Al recordar que aún poseía la chupeta en su mano derecha, le quita la envoltura con total despiste, alojando el dulce en sus labios, mientras degustaba el dulce sabor retornando a sus cavilaciones.

Ambos nekos quedan unos segundos en silencio, inmóviles en la sala, sorprendidos por la impulsividad del chico del lunar. Finalmente, el joven Sagan se permite soltar un soplo de aliento, amenizando el tenso ambiente.

—Bah, sí que es un amargado— se para, mientras también se dirige a la nevera—. ¿Quieres un jugo, Ritsuka?

—¿Por qué le dijiste eso? Deberías ir a disculparte.

—Sabe que estoy bromeando- responde sin dejar su aire despreocupado—, no entiendo por qué se lo toma tan a pecho.

—Quizás siente que tú no lo dices tanto en broma…— toma la lata ofrecida por el Zero.

—¡Es ridículo!— mira en dirección a la cama donde estaba aislado su sacrificio, esperando que éste lo escuchara— ¡Sabe que siempre seré su luchador, es un paranoico!

—Tal vez no se siente suficientemente valorado por ti.— continúa razonando el pelinegro, tratando de convencer a su amigo de que fuera a pedir disculpas.

—Lo único que sucede es que está celoso porque te encuentro mucho más adorable que él— toca las orejas gatunas de Ritsuka con una expresión juguetona—. ¿Quién puede resistirse a ti?— el joven Aoyagi se sonroja como de costumbre, lo cual hacía que el pelirrojo sonriera complacido— ¡Adorable, adorable!

De pronto escuchan los pasos del peli azul, que pasó al lado de ellos, ignorándolos por completo.

—Youji, ¿a dónde vas?— pregunta el sacrificio de Soubi.

—A pasear— responde de forma cortante—. Les haré un favor dejándolos solos. Procuren no infestar el cuarto de hormonas.

Y dicho esto, da un sonoro portazo mientras se escuchaban sus fuertes pisadas al bajar las escaleras.

—Parece que si está molesto.— murmura Natsuo de forma inocente.

—¿De veras? No me di cuenta— Ritsuka cruza ambos brazos en su espalda, mientras entrecierra los ojos con expresión de aburrimiento, usando un tono sarcástico que hizo enrojecer al pelirrojo de la vergüenza—. ¿Irás a buscarlo?

—No me gusta tratar a Youji cuando está “en sus días”.— se rasca la cabeza, meditando lo que haría, o no haría, en su mejor caso.

—Es mejor si vas ahora, así no se guardará un rencor más grande. Iré contigo, si quieres.

—¡Oh, Ritsuka!- toma las manos del aludido, sonriendo a ojos cerrados— ¿Tendrás una cita conmigo si no lo encontramos?

-¿¡Eh!?

Mientras, el sacrificio del segundo Sagan deambulaba por los alrededores, sin saber realmente a dónde lo conducían sus pies. Sólo recordaba en su cabeza los miles de halagos y frases que su luchador le dedicaba a Ritsuka, inflamándolo más por dentro. Normalmente le daba igual lo que dijera Natsuo, ya que sabía que para él todo era “adorable”. Pero su tolerancia comenzaba a desaparecer cuando notó que el pelirrojo sólo se había concentrado en Aoyagi como todo lo “adorable” para él. Sentía celos; eso era. Estaba ofendido porque después de todo el tiempo que estuvieron juntos, Natsuo casi nunca le decía cosas así. En cambio, conoce al escuálido sacrificio de Soubi por poco tiempo, ¡y ya es el centro de su atención! Eso lo enfermaba. Le daba náuseas.

«Es un imbécil» golpea con la punta de su desgastado tenis una pequeña roca que estaba en su camino, lanzándola con fuerza, sin importarle si golpeaba a alguien cercano «. ¡¿Cómo puede gustarle alguien como él!?»

—¡Auch!

Un quejido a pocos pasos de él lo hacen volver a la realidad. Eleva la vista, para observar que la piedra que lanzó había dado en la cabeza de un chico, quien se frotaba la sien, muy adolorido.

—¡Oh, pero a qué idiota le di!— se acerca hasta el joven, que aún seguía con su labor de sobarse—. Hey, ¿No quedaste con un moretón?

—Estoy bien…— su voz era increíblemente suave, casi tan dulce como la de una chica, cosa que hizo temblar internamente a Youji—. Sólo tenga más cuidado de donde lanza sus piedras…

—¡No es mi culpa que no hayas tenido reflejos para ver cuando la arrojé!— exclama a la defensiva, aunque realmente sabía que quien debería estar molesto era el extraño joven, cosa que no ocurrió.

—No le dije que tuviera la culpa.— lo mira por primera vez a los ojos, quedando algo embelesado por la imagen que tenía enfrente. Tardó varios segundos en despegar la vista, cosa que naturalmente incomodó al peli azul.

—¿Q-qué tanto me miras idiota?— intenta sonar molesto, aunque en realidad también estaba examinando curiosamente al crío.

—N-nada— se apresura a bajar la cabeza, sintiendo algo candentes sus mejillas—. Lo siento…

«Realmente éste tipo es de lo más sumiso...» piensa Youji, sintiéndose algo enternecido con la actitud de aquél individuo. Eran en vano los intentos por dejar de observarlo, así que decide rendirse ante la tentación y lo escruta de arriba abajo.

Era un poco más bajo que él. Tenía el cabello corto y algo alborotado; castaño, con reflejos dorados. Sus ojos eran verdes y grandes, irradiando inocencia y dulzura. Vestía una chaqueta color vino obscuro que estaba abierta, dejando ver su playera gris. Las mejillas aún seguían sonrojadas, ignorando Sagan el por qué. Todo eso, a la actitud tan indefensa que parecía tener, le dio por primera vez a Youji el concepto de “adorable”, tan mencionado por su luchador.

«¿Qué diablos estoy pensando?» sacude un poco la cabeza, intentando espantar aquella sensación.

—Bueno, yo me tengo que retirar…— el joven comienza a avanzar con lentitud, sintiéndose avergonzado por la manera en que el joven del lunar se había perdido mentalmente—. Que tenga un buen…

—Aguarda— la mano del peli azul lo detiene, tomándolo por el brazo. Ni siquiera sabía cómo detener sus acciones—. ¿Tienes algo que hacer?

—Realmente no…— intenta evadir la mirada del sacrificio de Natsuo—. ¿L-le gustaría ir al parque conmigo un rato? Tengo ganas de comer algo en compañía…

Youji sonríe instintivamente. Extrañamente, aquel chico le inspiraba confianza, y había logrado disipar su humor negro. Definitivamente haber salido del departamento había sido muy buena idea.

 

Notas finales:

 

Espero les haya gustado, ¡Reviews, sugerencias y críticas constructivas son recibidas!

 


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