Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La reunion familiar por Zachary4

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Para mi querida Vychibi, feliz cumpleaños adelantado, ojala y te guste, aquí esta el lemon que te prometi, con todo mi amor y cariño

Notas del capitulo:

Con cariño para ti

Mauricio se mordía las uñas de manera compulsiva mientras se aferraba al asiento del avión, a su lado Alex lo miraba intentando controlar las ganas de reír que le daban al ver a su novio en ese estado, las personas a su alrededor creían que ese enorme sujeto se comportaba de aquella manera debido al temor a volar, varios le dijeron que pronto terminaría y la azafata se ofreció a traerle algunos calmantes o cualquier otra cosa que necesitara, a todo esto Alex negó amablemente y aseguró que se haría cargo de su “amigo” ya que él ni siquiera articulaba palabra, les prometió que el rubio se mantendría calmado y no causaría problemas por lo que los demás pasajeros incluyendo la azafata volvieron a prestar atención a sus asuntos y los dejaron en paz; Alex sabía perfectamente que toda esa atención le molestaba a su pareja, por lo que era preferible que no los molestaran, de cualquier manera no era miedo a volar precisamente lo que lo tenía en ese estado, sino un terror horroroso a conocer a sus suegros, así es, esa era la razón de que ahora hiperventilara y tratara de aventarse al vacío con tal de no llegar a su destino.


 


Alex prefirió dejarlo seguir con toda esa pantomima innecesaria y acomodarse en su lugar mientras leía un libro acerca de los adelantos en los tratamientos para las enfermedades cognitivas en los menores de edad, realmente ni siquiera él estaba seguro de que hacía en ese avión dirigiéndose a la casa de sus padres, hacía siete años, desde que se fuera a vivir a la ciudad donde conoció a Mauricio que no tenía ningún contacto con ellos, pero la semana pasada recibió una llamada de su madre pidiéndole perdón e implorándole que fuera a visitarlos, parecía que se sentían solos al ver que no tenían a nadie más a quien llamar familia o tal vez era el interés el que la hacía decir toda esa sarta de mentiras acerca de la unión familiar de la que nunca habían gozado, fuera una cosa o la otra tenía ganas de saber así que Alex decidió que no perdía nada en ir y pasar unos días en la que fue alguna vez su casa, más nunca hogar, hay que admitir que la única persona de su familia que le podría permitir sentir eso era su hermano y él ya estaba muerto desde hace mucho, también pensó en ello, el presentarse en ese sitio sin apoyo podía ser muy difícil de realizar por lo que escogió llevarse a su adorado noviecito como escudo contra cualquier ataque y eso no fue tarea fácil, Mauricio odiaba viajar y más que eso, aborrecía a los padres de Alex por el poco interés que habían mostrado al enterarse de que su hijo menor de edad se iría a vivir muy lejos y el nulo ánimo recibido de su parte al saber que seguiría con sus estudios o el que se graduara con honores de la carrera que había decidido cursar; por lo que tuvo que mentirle y decirle que una conferencia acerca de los métodos más prácticos para realizar transplantes y los nuevos implementos que se habían desarrollado en esos últimos diez años se estaba llevando a cabo en su ciudad natal, al enterarse de esto el rubio se emocionó y ni siquiera se puso a pensar que era demasiado extraño que su novio supiera más de esto que si mismo, solo preparó sus maletas y lo siguió al aeropuerto como un perrito faldero, Alex reía en su interior al recordar la cara de espanto que puso Mauricio al enterarse de que todo era una jugarreta sucia que utilizó para que lo acompañara a visitar a sus papás, “debes considerar que son tus suegros y mi única familia” ante esto no hubo nada que el rubio pudiera objetar, el pelinegro nunca creyó que ese tipo de sentimentalismo barato funcionaría, principalmente porque día sí y día también se quejaba de lo mal que lo habían tratado sus papás, pero bueno, no hay que tener conceptos equivocados de la gente, su novio era más blando que el algodón y muchas veces igual de empalagoso, se volteó a verlo y pudo percatarse de que los sedantes que le pusiera en el jugo momentos antes ya habían hecho efecto, si no se los quería tomar por las buenas, se los tomaría por las malas, tampoco quería que los ficharan como malos clientes en ese aeropuerto; se inclinó para abrocharle el cinturón de seguridad y se dispuso a pasar lo que restaba del viaje leyendo ese libro tan interesante que le mandara su suegra como premio por haber vencido a Mauricio en las calificaciones.


 


 



 



 


 


La casa era monstruosamente grande y fastuosa, parecía de esas que solo vez en reportajes de narcos o novelas donde el protagonista tiene más nombres que el directorio telefónico, no podía creerse que una familia necesitara tanto espacio para vivir, mucho menos si solo eran dos personas pero él no podía hacer más que quedarse con la boca abierta por la impresión y desear que fuera una pequeña, pequeñísima visita de cortesía lo que los retuviera en ese sitio, se moría de las ganas de volver a estar en su pequeña y confortable casa, aunque tuviera que compartir un poco de la atención de su novio con las arpías que tenía de clientas, ¿Por qué no podía haberles hablado por teléfono o enviarles una postal?, no creía necesario el ir a ver a esa gente que estaba seguro solo querían ver a Alex para recriminarle algo.


 


Alex vio como se presentaba ante sus ojos aquella residencia que desde sus tiempos infantiles le pareciera más una casa del terror de esas que leías en cuentos de hadas, esa enorme mansión que se encontraba en la parte más rica de la ciudad tenía un aspecto lúgubre y triste a pesar de mantenerse en perfecto estado, los jardines rodeados de setos cortados simétricamente y rosales de gran tamaño que contaban con un número no definido de años encima de un color más rojo que la sangre, con innumerable cantidad de espinas que le recordaban todas las veces que se había lastimado al tratar de esconderse entre ellos para que cierta mujer desagradable no lo encontrara, el camino era de piedra caliza debido a que daba un contraste perfecto con la enorme fuente que se erigía en su centro o al menos eso es lo que su madre creía, avanzando un poco más se presentaba la casa, una construcción de tiempos pasados y gran resistencia en sus cimientos que había pertenecido a su familia desde varias generaciones, cada una de estas le había agregado cosas de su invención, por lo que ahora era mucho más grande que hace cincuenta años, estaba seguro de que nadie sabía con precisión de cuantas habitaciones se conformaba o el número exacto de baños pero sí sabía que tenía cuatro pisos y una cava en la que se guardaban todos los vinos pertenecientes a la extravagante colección de su padre y que eran una pequeña fortuna en si mismos, podría asegurar que un par de familias podían sostenerse de por vida con lo que costaban todas esas bebidas que a él solo le sabían a uva fermentada. 


 


Un mayordomo entrado en años al cual recordaba como el viejo que le rompía sus patines cada que patinaba en la sala les abrió la puerta, saludándolos con una leve inclinación de cabeza les permitió la entrada; en ese lugar ni la servidumbre era amable con él; Alex pasó de largo mientras que Mauricio veía el interior del lugar, un poco impresionante por el lujo excesivo a su parecer, decidió seguir y tomar la mano de su novio, después de todo él estaba ahí como apoyo emocional y haría un buen papel.


 


-Alexander –una mujer de delicada figura pero imponente presencia vestida con ropa formal y muy elegante los observaba desde la planta superior, lentamente se fue acercando a donde ellos se encontraban, bajando con la parsimonia con la que solo lo puede hacer alguien que cree que lo único que deben hacer los demás es esperar a verla, Mauricio se preguntaba como podía bajar y no tropezarse al tener la cara tan levantada o el vestido tan largo ya que le arrastraba, Alex por el contrario solo podía pensar que su madre tenía un gran doctor ya que las cirugías plásticas que sin duda se había practicado le permitían verse aún más joven que la última vez que la vio ¿o tal vez sería que se transplantó la cara de otra persona?, prefirió guardarse todos los comentarios, no estaba allí para comenzar a pelear aunque no recordaba que en su relación hijo-madre hubieran hecho otra cosa.


 


-buenos días madre, un gusto el verte de nuevo –besó la mano de la mujer que en estos momentos llegaba a su lado intentando tocar la menor cantidad de piel posible, ese tipo de contacto le era imposible al igual que a ella, lo cual se mostraba en sus rostros, más imperturbables que unas estatuas de mármol –te presento a mi novio, Mauricio, Mauricio, ella es Lucrecia mi madre –el rubio no sabía si debía acercarse o alejarse lentamente, pero creyó que la segunda opción era mejor al ver la manera en la que lo examinaba aquella mujer, pareciera que observaba un trozo de carne podrida.


 


-un gusto señora –Lucrecia arrugó el entrecejo al escucharse nombrar de aquella manera por aquel chiquillo insolente que perturbaba la estética de su hermoso hogar, no toleraba el que la gente la tratara como alguien mayor a pesar de que lo fuera, rechazó la mano que se le extendía y prefirió ignorarlo y tratar de seguir la charla única y exclusivamente con su hijo, Alex se percató de esto y arrugó el entrecejo de la misma manera, no iba a permitir el que se discriminara a su pareja de aquella manera, miró a su madre con algo parecido al desagrado que era realmente el único sentimiento que tenía por ella, ahora se daba cuenta del gran error cometido al ir a ese lugar.


 


-creí que tendrías un mejor gusto pero parece que eres igual que tu hermano. –Alex mordió su lengua para no tomar a su madre de los brazos y arrojarla a la pared más cercana, a este tipo de personas se les debía de atacar con guante blanco. 


 


-tal parece que no es un buen momento para venir ¿no es así? –una sonrisa mordaz se entrevió en su rostro y sus facciones se endurecieron de manera perceptible –debería preguntarle a tu asistente acerca del tiempo que tienes libre entre amante y amante, aunque no creo que sea mucho, con lo que te encanta meterte en sábanas ajenas, dile a mi padre que me lo pensé mejor y no tengo ganas de verlos.


 


-espera un segundo –Lucrecia tomó a su hijo de la manga de su camisa tratando de detenerlo, su ímpetu era mayor al de antaño y su lengua más afilada de lo que recordaba, no cabía duda de que era parte de la familia.   


 


-¿Qué quieres? no me vayas a decir que de repente te nació la vena materna porque eso no me lo voy a creer, ¿Por qué no nos ahorramos la molestia y me dices que quieres de mi exactamente? Por que esto de querer ver reunida a la familia de un día para otro no es normal en lo absoluto. –retiró su brazo quizás demasiado agresivamente pero quería dejar en claro que no permitiría que lo tocase siquiera, solo había ido a ese lugar por explicaciones y eso es lo que iba a conseguir.


 


-ah, veo que no se puede actuar de otra manera contigo, aunque me sorprende lo perceptivo que puedes llegar a ser, si tanto quieres saberlo te lo diré, tu prima Eugenia está en la ciudad esta semana y quiere hablar contigo porque tanto sus padres como nosotros hemos decidido que lo más conveniente es que ambos se casen y se hagan cargo de la empresa de la familia.


 


-¿eso es todo? –no le sorprendía en lo absoluto de que se tratara de algo así, ni siquiera del hecho de que quisieran unirlo con alguien que compartía sus mismos lazos de sangre, después de todo, en su familia solo se trataba de buscar la forma de conseguir más dinero -No se para que te molestaste en hablarme y pedirme que viniera si mi respuesta es la más obvia, ni loco me casaría con esa bruja divorciada, si su esposo la dejó debe ser por algo, además de que es una vieja fea y desagradable, preferiría volverme monje antes que contraer nupcias con ella.


 


-pero si es una chica agradable y culta, perfecta para que enmiendes tu manera de vivir


 


-ja, ¿chica dijiste? Esa tipa tiene quince años más que yo, será de todo menos chica, en lo de agradable y culta debes estar hablando de otra persona porque yo recuerdo que era bruta y molesta, si parecía un gorila en lugar de mujer


 


-no hables así de la futura madre de tus hijos


 


-si, si, hijos y lo que tu quieras, tan usada está que lo único que ha de traer consigo son enfermedades y ladillas


 


-por Dios, ¿con que clase de personas te has estado relacionando para que le hables así a tu madre?


 


-con las correctas sin duda alguna.


 


-pero si es muy buena y sumamente atractiva


 


-dirás que es horrible y nadie más la quiso.


 


-ella no es horrible


 


-no pues, solo que es difícil de ver si no quieres quedarte ciego


 


-Alexander, reconsidera lo que estás diciendo, si tu padre estuviera aquí…


 


-si él estuviera aquí sería exactamente lo mismo, no reconsideraré nada porque no se me da la gana seguir perdiendo el tiempo con una discusión tan ridícula, aunque ahora que lo pienso ¿Dónde esta mi papá?


 


-él salió a una reunión de negocios con los inversionistas de Inglaterra pero estoy segura de que volverá la semana que viene


 


-pues que mal porque no pienso estar aquí para ese momento, pero me lo saludas, no quiero que piense que tiene un hijo irrespetuoso –levantó la mano en señal de despedida y comenzó a alejarse en dirección a la salida


 


Mauricio que había permanecido apartado de todo ese embrollo no podía seguir la disputa que se mantenía en esos momentos, solo veía como se lanzaban miradas fúricas y que ahora Alex se acercaba a él mientras que la mujer caminaba de un lado al otro como león enjaulado y presto a saltarte encima, el ambiente era pesado en aquel lugar y lo único que quería era irse cuanto antes, pero justo cuando ya tenía la mano del menor entre las suyas un cuarto personaje apareció en escena.


 


-que escándalo tan molesto tienes aquí tía, deberías comportarte o los vecinos comenzarán a hablar al respecto


 


La persona que acababa de llegar era una mujer delgada y alta de suaves y gráciles facciones que armonizaban con su delicado rostro, solo sus ojos desentonaban en el conjunto al mostrar una mirada fría y calculadora, su largo y oscuro cabello caía en ondas hasta la mitad de su espalda y sus tacones de punta hacían un ruido constante al caminar.


 


-estoy seguro de que los vecinos no escucharán nada ya que la casa más próxima está a más de mil metros de distancia, nadie tiene tan buen oído, a menos que sea de esta familia


 


-oh vaya, pero si es mi adorado primo, estoy segura de que llegaste inmediatamente después de enterarte de que podrías casarte conmigo


 


-claro que si –la sonrisa sarcástica que mostraba Alex en este momento era fiera y agresiva, dando así una muestra de su estado de animo actual -¿Quién podría querer otra cosa en esta vida? Estoy seguro de que tu primer y segundo esposo no sabían lo que hacían cuando te dejaron, si eres todo un tesoro, lástima que ya tantas personas te hayan saqueado antes que yo.


 


-sigues siendo el mismo mocoso molesto de siempre


 


-y tu la misma arpía pedófila que recuerdo, aunque debes darte cuenta de que ya no soy un niño así que seguramente difiero de tus gustos


 


-¡cállate! ¿Cómo te atreves a hablarme de esa manera? –Eugenia parecía estar al borde del colapso mientras que Lucrecia y Mauricio compartían la misma cara de confusión, ninguno de los dos comprendían que pasaba, algo no cuadraba en la charla


 


-vaya, tanta cirugía debió removerte el cerebro, aunque tal vez solo sea una mejora


 


-¿de que hablas Alexander? No comprendo nada –“yo tampoco” la mirada de Mauricio hacia su persona era clara y Alex creyó que ese era el mejor momento para liberarse del secreto que solo su hermano y él habían compartido durante tantos años


 


-seré directo porque no se ser de otra forma, así que escucha atentamente madre porque no volveré a repetirlo, esta fulana que esta frente a mi intentó propasarse conmigo cuando tenía ocho años pero mi hermano lo descubrió y no permitió que me hiciera nada


 


-¡¡eso no es cierto!! ¡¡Te estás inventando todas esas cosas!!


 


-Alexander no deberías hacer acusaciones de tan alta índole


 


-no las haría si no fueran verdad –Mauricio no se creía lo que escuchaba, sus puños comenzaban a cerrarse con fuerza mientras intentaba tranquilizarse, nunca golpearía a una mujer aunque esta se lo mereciera –tranquilo Mauricio que todavía no acabo, ¿sabes porque le tenía tanto miedo al agua? –El rubio negó con la cabeza -¿no, verdad? Pues porque mi querida prima me arrojó a la piscina cuando era pequeño y no sabía nadar y no solo eso, sino que se quedó para disfrutar del espectáculo hasta que mi hermano llegó de la escuela y me sacó inconsciente ¿o no sucedió así? Si quieres puedes dar tu punto de vista, aunque creo que no se me olvidó nada. –Eugenia castañeaba los dientes mientras que intentaba mantener la compostura, volteó hacia donde el hombre rubio estaba y vio que la miraba de manera asesina, prefirió voltear hacia su tía para comprobar que esta tampoco le ofrecía su apoyo, se había creído completamente lo que ese mocoso decía y ella no podía defenderse de ninguna manera porque era completamente cierto, si bien, el daño nunca llegó a mayores, las intenciones de dañarlo eran completamente verdaderas.


 


-¿Por qué hiciste eso? –su tía era quien ahora le hablaba, su voz era apagada y temblaba ligeramente


 


-… -no sabía que responderle ya que ni siquiera ella conocía el porque de sus actos, solo lo había hecho


 


-¿Por qué no me lo dijiste antes? –Lucrecia miraba en esos momentos a su hijo sin atreverse a acercarse más, ¿y con esa mujer quería unir en matrimonio a su ahora único hijo?


 


-por el simple hecho de que no estabas ¿ya se te olvidó que en esos años solo te vi un par de veces? Todo el tiempo te encontrabas de viaje y nunca dejabas un número al cual localizarte, y por si fuera poco, nos dejaste al cuidado de esta mujer durante todo un año, discúlpame si esto hiere tu orgullo de madre pero francamente no me importa, cuando vine a este lugar fue porque pensé que tal vez te habías dado cuenta del mal trabajo que hiciste al cuidarnos pero me doy cuenta de que no es así


 


-no puedes criticarme por eso, tu no sabes lo que yo pasé


 


-¿y tu si sabes lo que nosotros pasamos? A mi hermano lo hicieron miserable hasta el día en que decidió largarse de esta porquería de lugar y mi igual, si volví fue solo para ver que tan diferentes eran las cosas pero siguen exactamente igual –Alex tomó la mano de Mauricio y comenzaron a irse, de pronto se detuvo en seco y volteó nuevamente –ahora me voy y espero no volver a verte nunca más, no vuelvas a hablarme o a ponerte en contacto conmigo de ninguna forma porque no te responderé, y en cuanto a ti Eugenia, Mauricio es de las personas que no lastimarían a una mujer –miró a su novio y sonrió antes de soltarlo –desgraciadamente para ti, yo no pienso igual –con paso firme se acercó a donde se encontraba su prima y estampó su puño cerrado en la pequeña cara que tenía enfrente, un sonido similar al de huesos rompiéndose se dejó escuchar por la estancia acompañado de un grito de sorpresa y dolor –lástima, el que te rompan la nariz duele mucho pero estoy seguro de que tu cirujano plástico sabrá arreglártela, adiós querida familia, esta visita fue muy provechosa   


 


Salió sin voltear más mientras que apretaba fuertemente la mano del rubio y unas lágrimas silenciosas se escapaban de sus ojos, atrás quedaba su madre tratando de aparentar que no había pasado nada y su prima con los ojos llorosos y la cara ensangrentada debido al bulto deforme que antaño fuera su nariz, la servidumbre llegó presurosa a atenderla y tratar de parar la hemorragia al menos hasta que llegara el doctor familiar, ante todo debía quedar la discreción.


 


Durante todo el recorrido hasta salir de la mansión Mauricio no articuló palabra alguna, solo estrechó al menor en un abrazo casi asfixiante que sin duda era lo que más necesitaban tanto uno como el otro, finalmente Alex se había liberado de la pesada carga que era su familia, estaba seguro de que no volverían a molestar más y nada pasaría a mayores, era más fácil decir que la oveja negra de la familia había rechazado la boda antes que mencionar lo de las confesiones de un pasado difícil y el porque de que ahora Eugenia fuera a practicarse una cirugía más, si de cualquier manera ya era cliente asidua del quirófano, lo mejor ahora era regresar a casa y descansar uno al lado del otro lejos de los problemas del mundo tal y como solían hacerlo en sus tiempos de ocio.  


 


 



 



 


 


 


Las horas de regreso hasta su casa fueron totalmente agotadoras, ninguno de los dos había comentado nada, solo continuaban abrazándose a pesar de las miradas indiscretas de los transeúntes, no querían separarse aunque solo fuera para caminar, las personas de su ciudad no se inmutaron demasiado, la mayoría ya sospechaba y la que no, temía decir algo y que el médico sádico los decapitara con su bisturí, algo poco factible… porque no lo traía consigo en ese momento, llegaron al lugar que tanto deseaban ver y bordearon la clínica para entrar a la pequeña residencia de dos pisos en la que vivían, entraron a trompicones ya que desde que tocaran la puerta comenzaron a besarse de manera voraz y continua, dejando solo reducidos lapsos de tiempo para respirar, ya después se preocuparían de las pobres margaritas que habían pisoteado al entrar, Mauricio estaba seguro de que Alex lo amonestaría por haberlas destruido pero en esos instantes los labios que tenía frente a sí le obnubilaban los sentidos y solo lo hacían querer más y más de esa persona que compartía su vida desde hacía varios años; lentamente fue disminuyendo la intensidad de los besos, tratando de que en ellos hubiera algo más que simple deseo, quería imprimirles el toque de amor y ternura que sabía hacían enloquecer a su novio y que en estos momentos tanto deseaba sentir; Alex en contestación se aferró con más fuerza a su cuello permitiendo que lo cargara hasta la segunda planta en la que tenían su habitación, rodeó con sus piernas la cintura del rubio y pudo sentir la excitación que comenzaba a despertar en su pareja y que lo hacía sentir acalorado y nervioso como si fuera la primera vez que estuvieran juntos, a pesar del tiempo, cada encuentro era especial; continuaron con los besos hasta que llegaron a la puerta, la cual estaba simplemente emparejada y pudieron abrirla empujándola un poco, la ventaja de vivir en un lugar donde los robos eran algo desconocido, o más bien, donde los asaltantes le temen al dueño del lugar, con cuidado el mayor acostó a Alex en la cama, recostándose encima y colocando los brazos a los lados de su cabeza, sosteniéndose con los codos para no aplastarlo, con delicadeza bordeó los labios contrarios con su lengua sin llegar a profundizar el beso, mientras tanto ya había logrado desaparecer de su campo de visión la ropa que los molestaría más adelante, lo hizo con la velocidad y experticia que solo se consigue con años de práctica, el menor se dejó hacer, deseoso de sentir lo que su pareja le haría, el día de hoy sería completamente pasivo y complaciente, Mauricio besó sus labios, sus pómulos, quijada y siguió descendiendo dejando pequeñas marcas en ese impoluto cuello, sintiendo el acelerado correr de la sangre a través de la yugular, lamió la piel que estaba sobre esta y luego avanzó hasta que tuvo el pezón derecho dentro de su boca, jugueteó con este dándole ligeras mordidas y nimios jalones que arrancaban jadeos de placer del cuerpo debajo suyo mientras que con su mano izquierda atendía el otro pezón con ayuda de un poco de su saliva para emular el trabajo que realizaba su boca, después de un rato cambió de posiciones hasta que los dejó completamente erectos y sensibles, sopló sobre ellos ocasionándole una descarga eléctrica a su acompañante, levantó la vista y la fijó en Alex que en estos momentos le dedicaba una mirada de deseo y petición, Mauricio sabía qué quería y sin duda alguna se lo iba a proporcionar, ese día quería hacer sentir el máximo de los placeres a su novio y de seguir así lo conseguiría sin duda; pronto prosiguió con su recorrido besando y lamiendo los recovecos que tan bien conocía y que sabía de sobra, le proporcionaban placer, bajó un poco más y se encontró con la erección que ya comenzaba a expulsar pre-semen en pequeñas cantidades, lamió golosamente la punta y continuó con todo el tronco, haciéndolo en lametazos continuos y rápidos pero sin meterlo aún en su boca, permitió que su saliva escurriera y empapara los duros testículos que masajeó con su mano izquierda, sin previo aviso metió el pene en su boca, abarcándolo casi en su totalidad, un gemido de sorpresa brotó de los labios de Alex que sujetaba entre sus dedos la cabeza de Mauricio instándolo a seguir, este no se hizo del rogar y empezó a subir y bajar, llevando un ritmo constante, moviendo la lengua en su interior y deslizando los dientes, tocando las venas que resaltaban sin llegar a hacerle daño, mientras que continuaba con esta labor, su mano derecha descendió por el borde de las espalda hasta el comienzo de sus nalgas en las que pronto se internó, logrando llegar hasta la estrecha entrada que se escondía entre estas, con un poco de esfuerzo producido por los días que llevaban sin hacerlo debido a la falta de tiempo, logró meter el dedo medio ayudándose de la saliva que junto con parte del pre-semen habían resbalado hasta allí, una vez dentro lo movió circularmente tratando de ensanchar un poco más para permitirse entrar, después fueron dos y tres los dedos que se movían en el interior de Alex, quien cuando sintió que estaba preparado le pidió a Mauricio que continuara, el rubio dejó de lado lo que hacía, sacando el pene de su boca al mismo tiempo que retiraba los dedos del cuerpo del menor, se colocó en posición, tomando su propio pene para ponerlo en la entrada y comenzar a empujar, lo hizo de manera lenta pero firme mientras buscaba con su mano derecha calmar las ansias y amainar el dolor de su pareja atendiendo su erección, a la vez que lo besaba de manera profunda, ocasionándole así un choque de sensaciones entre el dolor y el placer, Alex lo apretó con las piernas, terminando de empalarse, un gritito salió de sus labios pero fue acallado por los labios ajenos que ahora lo devoraban con hambre animal; un movimiento consecutivo y lento dio comienzo, tratando así de que el cuerpo de Alex se acostumbrara a la invasión, se besaban en todo momento y pegaban sus cuerpos lo más que podían, haciendo así que el movimiento se incrementase hasta llegar a una velocidad frenética sin perder por ello la profundidad de las embestidas, Mauricio lo tomó en sus brazos e hizo que se sentara sobre él, sin salir de su interior en ningún instante, pudiendo profundizar aún más y tocando de esta manera la próstata del menor, lo que lo hizo correrse casi en el momento, después de unas embestidas más y debido a la compresión de los músculos del recto de Alex, Mauricio llegó también al final, corriéndose dentro sin poder contener los espasmos que lo hacían temblar, se dejó caer lentamente hacia atrás, llevando consigo el menudo cuerpo de su amante, saliendo poco a poco de su interior y estirándose para alcanzar los pañuelos desechables que siempre tenían en la mesita de noche, sin moverse de su posición limpió entre besos y caricias a Alex y a sí mismo, habiendo terminado lo apretó contra sí y besó su frente.


 


-te amo mucho


 


-y yo a ti, gracias por haberme apoyado y perdón por llevarte hasta esa horrible casa –Mauricio sabía que ahora era momento de hablar, siempre era de esta manera cuando alguno de los dos tenía problemas, le gustaba la confidencialidad que se generaba entre ellos en esos instantes –espero y no te llevaras una mala impresión de mi al haberle pegado a una mujer


 


-no deberías preocuparte por eso, esa tipa ni siquiera podría considerarse mujer y, aunque si fue horrible el conocer a tu mamá y todo eso, estoy seguro de que ahora te sientes mucho mejor ¿no es así?


 


-sin duda eres quien mejor me conoce


 


-y me enorgullezco de ello –Mauricio jaló las cobijas que habían quedado revueltas después de todo el movimiento que habían realizado sobre la cama y los cobijó a ambos con ellas –espero que me permitas seguir conociendo más cosas de ti


 


-solo si tu haces lo mismo


 


-así será –se besaron y se acurrucaron uno contra el otro dispuestos a dormir cuando el timbre de la puerta comenzó a sonar de manera continua y molesta, Mauricio se levantó e hizo lo que cualquier persona normal haría en una situación como aquella, tomó su bisturí; Alex seguía sorprendiéndose de la facilidad de su novio para sacar objetos extraños de lugares desconocidos, algún día tendría que decirle el secreto; y lo arrojó después de asomarse por la ventana y comprobar que era la vecina enfadosa que quería ligar con su novio desde hacía más de un año, la mujer volteó hacia arriba al sentir algo que la tocaba en la mejilla y vio a un doctor loco que la saludaba completamente desnudo desde el piso superior


 


-hola vecina, ¿le importaría regresarme mi bisturí? Es que accidentalmente se me cayó


 


La mujer vio a donde le señalaban y observó que lo que la rozara no había sido otra cosa que ese instrumento diabólico que seguramente su vecino estaba utilizando en algún acto satánico, con el alma escapándose de su cuerpo debido al susto y las esperanzas de que tal vez en otra ocasión pudiera ver a su adorado doctor Alex, si es que seguía con vida, se fue corriendo hasta llegar a su casa a encerrarse a cal y canto temiendo la próxima guerra mundial o peor aún, una visita del médico sádico.


 


-si sigues así nos vamos a quedar sin material médico y sin pacientes a los que atender –Alex aún acostado en la cama extendió su mano para que el otro la tomara –además de que si te paseas así te va a dar un resfriado


-entonces tendrás que calentarme –se acostó a su lado y decidió que ese día no tenían porque trabajar, ni el próximo o el que seguía, al fin y al cabo, habían tomado vacaciones, aunque no resultaran como debían, podían completarlas en casa


 


-eres incorregible


 


-pero así me quieres


 


-por supuesto que si –Alex se incorporó un poco y besó sus labios de manera superficial –me muero de sueño, buenas noches


 


-igual, que descanses –más le valía a los vecinos no molestar más o él se encargaría, ya después se preocuparía de conseguir más clientes. 

Notas finales:

que tal?? estuvo bien?? espero que si, ahora si duraré bastante sin subir nada, esto fue solo un detalle especial para una gran amiga, hasta pronto bye bye


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).