Romeo y… ¡¿JULIETA?!
¡¿Por qué a mí?!
- No lo haré – vociferó con calma, pero con notable irritación, un joven azabache.
En la rectoría de la honorable Institución de Konoha Gauken, cuatro personas discutían un asunto de suma importancia. Dos de ellas, tratado de convencer a quien, dicho sea de paso, se negaba rotundamente en aceptar. Mientras que la ultima, sólo sonreía, y rogaba a todos los Kami, que se pudiera, que no ocurriera un cataclismo.
- No puedes objetar – hablo la rectora de tan sublime Institución – Fue por equidad, así que no queda más que decir.
- ¿Desde cuando se habla de equidad en un sorteo?
- B-bueno… el asunto es, que ya esta, y punto. No sé diga más del asunto
- Lo qué Tsunade-sama quiere decir, Sasuke – habló esta vez, el peliblanco, u hombre con una bufanda en la cara, que le cubría en la boca. - Es mejor que aceptas ¿no crees? No están malo como aparenta.
- Sino lo es – inquirió el azabache, ya bastante irritado – por que no lo haces tú.
- Sabes que no puedo, soy profesor. Además todos estuvieron de acuerdo de hacer el sorteo. No querían igualdad en oportunidades.
- No me vengas con diplomacia ahora, Kakashi. Si querias hacer justo todo este asunto, debiste desde un principio separar los papeles masculinos de los femeninos, así no habría tanto pleito.
- El único que se opone aquí eres tú, Uchiha – aclaró la rubia - Así que eso no cuenta.
- Es un complot –Susurró para si el joven, viendo cada vez mas perdidos sus intentos de ganar.
Cada atacante sonrió victorioso – claro, a uno casi no se le notaba si sonreía o no, por obvias razones – Sólo le faltaba un empujoncito más, y la batalla sería suya.
- No te me hagas la victima, Uchiha. Que tampoco es para tanto.
- Claro – refutó el Uchiha, sintiéndose cada vez más incontrolable su estado de ánimo.
- Lo único que puedes hacer es aceptar. O sino Tsunade- sama tendrá que manchar tu expediente perfecto.
Sasuke, que había tratado de ignorar las palabras de su maestro, se `perturbó a lo que, este ultimo había dicho. Los observó a cada uno, con los ojos desorbitados, rogando por que lo dicho por su sensei nefasto, fuese una broma de mal gusto, uno de esos estúpidos cuentos que siempre sé traía consigo, como cuando llegaba tarde a clase.
Pero al, observarlo, supo que no era ningún cuento chino. Sus facciones, ocultas pero a la vez visible, no le negaban nada. Y al observar a la rubia voluptuosa, y su sonrisa de victoria lo aseguró. Estaba frito.
- Es una actividad escolar, y si te niegas – continuó esta vez la rectora, saboreando ya los resultados de sus palabras – No me quedará de otra que exponerlo en tu expediente. Así que dime Uchiha ¿Seguirás negándote?
La mirada que le dedicó el chico, la congeló por un momento, pero sonrió cuando noto lo tenso que el chico se había puesto. Era la mejor forma de manipular a un Uchiha, su reputación era intocable, especialmente con el tipo de padre que tenia, y la relevante importancia que este asunto tenía para el patriarca de la familia.
Exactamente era lo que le venia al la mente en ese momento al azabache, si su padre veía eso en su expediente, era hombre muerto, pero también quedaba lo de la estúpida obra. Que burla más grande, pero su padre…
- Esto es un chantaje ¿lo sabia? – alegó el Uchiha, como último intento de zafarse.
- No, no lo es, uchiha. Simplemente te otorgo a disposición lo que ocurría sino lo haces. Es cuestión tuya aceptar o no.
- Busca dulcificar cada palabra, pero eso niega la verdad de lo que digo.
- Basta, aquí ya no queda más que decir. Shizune – Le habló esta vez a la otra joven, su mano derecha, que no había dicho palabra alguna durante toda la reunión.
- Si, Tsunade-sama
- Tráeme el expediente de Uchiha Sasuke.
Antes de que la castaña pudiese obedecer, el Uchiha volvió a hablar, y Tsunade se supo vencedora.
- De acuerdo, ustedes ganan. Acepto – Arrastró las últimas palabras, saboreando su temible derrota con ello.
- Bien, me alegro que hayamos quedado de acuerdo. Lo ves Sasuke no están malo. – Le rectificó sus sensei. La mirada que le dedico el mencionado, no le dejó duda que su vida posiblemente estaba en peligro. Si las miradas matarán
- Entonces no hay nada más que discutir- sonrió con alegría Tsunade,. Buscando calmar el ambiente pesado de la habitación. – Sasuke uchiha, desde ahora, en la nueva presentación de los alumnos de últimos año de Secundaria, titulada Romeo y Julieta, tú serás… ¡¡Julieta!!
Primer paso: el juicio
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- Vamos, Sasuke-kun, no está malo – aclaró una pelirrosa, buscando reconforta su compañero, y eterno enamorado.
- Hm – se negaba a hablar del asunto el ojinegro, no sólo lo habían manipulado para aceptar, sino que muy tarde se dio cuenta de la otra parte implicada en todo este asunto.
Todos sus compañeros, que se autoproclamaban sus amigos, lo observaban, había llegado derrotado a su aula. Y en el mismo momento que entró cada uno de ellos lo abordó para saber que había ocurrido. ¿Y qué ocurrió? Pues el primer paso de su amarga existencia, fuese mas amarga.
Él sería Julieta.
- Las chicas y yo – continuó esta vez Ino – Nos encargaremos del vestuario, ya verás que lindo vestido tendremos para ti.
Y el ambiente pesado se torno a su alrededor, Kami-sama debía odiarlo.
- Ino-chan – se escuchó la voz de hinata, como un pequeño murmuró, que fue apagando el ambiente hostilidad poco a poco – Creo que… eso no a-ayuda.
- Bastante problemático – vociferó Shikamaru, el tampoco quería actuar en la estúpida obra. Pero su papel no era tan malo, como el del uchiha.
Los papeles habían sido escogidos por suerte, y para algunos no había salido tan malo.
El papel del príncipe fue tomado por Shikamaru.
Mercucio, el mejor amigo, para Sai
Benvolio había sido otorgado para Kiba
Sakura fue otorgada como la madre de Julieta.
La madre de Romeo para Ino.
Teobaldo fue para Neji
Paris para el serio de Gaara.
Los padres de cada uno, irónicamente uno de ellos, el de romeo había sido para Ten-ten, y el de Julieta, para Rock lee.
El vasallo de romeo Shino
Y el de fray Lorenzo, Hinata, pobrecita de ella.
Y como ultimo aperitivo, el ama, para Chouji.
Pero, lo que tal vez era la molestia para Sasuke, fuese el inútil Romeo que le había tocado: Naruto.
- Vamos, teme. Deja lo amargado. Es sólo una obra.
- Un idiota como tú, no tiene por que opinar.
- ¡¡ ¿Qué has dicho?!! ¡¡Teme!!
- Ya basta ustedes dos, me producen jaqueca – vociferó gaara, que en todo ese tiempo, no había dicho ni una palabra.
Tanto Sasuke como Naruto se miraron una vez más con destellos de odio, y apartaron la vista del contrario. Y por un instante Sasuke olvido que su dignidad estaba por los suelos.
- De todos modos, - continuó Naruto, esta vez sin mirar a Sasuke - ¿De qué trata Romeo y Julieta?
Caída estilo anime, para la mayoría, de los presentes, y instintos asesinos por parte de Sasuke y Gaara, en contra del rubio.
- Romeo y Julieta es una tragedia, de dos amantes que se conocen en una fiesta y se enamoran – puntualizó Sai, sonriéndole al rubio, este prestaba total atención al relato. Pero por desgracias sus familias eran bandos enemigos y este amor era imposible…
- Sus familias eran algo así como los Yakuza, ¿verdad, sai? – le interrumpió el rubio, al moreno – Habrá peleas y acción, y todo lo demás, no entiendo que te molesta Sasuke, si se oye bastante interesante.
Un golpe en su cabeza, lo hizo callarse, el rubio con lágrimas en los ojos observó a su amiga pelirrosa, la chica ignoró al rubio, y permitió que Sai prosiguiera.
- No es tanto así, Naruto – le susurró Hinata antes de que Sai, continuará, y el chico calló para seguir escuchando.
- Como decía, - prosiguió sai, ya cuando todos estaban callados, y amenazados para no interrumpir – pero lograron casarse gracias a la ayuda de un fraile, creyendo que este amor posiblemente acabaría con las hostilidades de ambas familias. Pero antes de la noche de bodas, Teobaldo, el primo de Julieta, retó a Romeo a una pelea, en la cual mercucio muere asesinado por la mano de Teobaldo.
Naruto estuvo apunto de interrumpir, el relato, pero una mirada de Sakura lo abstuvo de decir cualquier tontería que se le viniese a ala mente, y dejó que sai prosiguiera.
- … Romeo, ciego de furia, mata a Teobaldo, y huye al instante de hacerlo. El príncipe al saber que su pariente fue muerto a manos de Teobaldo, es sordo a las amonestaciones de los capuleto que piden la sangre de romeo, como al mismo tiempo, es sordo a los ruego de los montesco, que ruegan por clemencia por la vida de su hijo. El príncipe le otorga la vida a Romeo, pero este queda exiliado de Verona, y si vuelve será asesinado.
- ¡Lo ves, Sasuke, si es interesante!
- Dobe, cállate, y deja que termine, quieres.
- Estás bastante quisquilloso, Teme.
- ¡¡Naruto, guarda silencio!! – le amenazó Sakura nuevamente, y El rubio se prometió ya no hablar.
- Julieta triste por su amado, se encierra en su cuarto, y no deja entrar a nadie. Pero romero llega a visitarla, poniendo en peligro su vida, y esa noche se dan su “prueba de amor” – sonríe mas abiertamente Sai, al observar la aparente inquietud de Naruto, y la molestia del azabache, pero ninguno dice nada – Al día siguiente Romeo parte hacia Mantua, y Julieta recibí la noticia de parte de su madre que ha sido concedida a paris en matrimonio. Pero esta se niega, y va a pedirle ayuda al fraile que les casó. El fraile, al ver los intentos de morir de parte de Julieta, le da un tónico que la hará pasar por muerta durante 24 horas, en las cuales llamará a Romeo, y los dos podrán huir juntos a Mantua. La noche antes de la boda, Julieta bebe el tónico, y cae dormida como muerta. Pero la noticia que le llega a romeo es que Julieta esta muerte, no recibe nada de parte del fraile, compra un veneno, y regresa a Verona para descansar junto a Julieta para siempre.
Sai se detiene por un momento, observa al rubio que está bastante interesado en el relato, hecha un vistazo alrededor, y sonríe complacido al tener la atención de cada uno, incluso del vago de Shikamaru.
- Este, ya en los aposentos donde descansa todos los capuletos antes de ser enterrados, se encuentra con Paris que viene con las mismas intenciones, y se montan en una ardua batalla que termina con la vida de Paris. Romeo, victorioso, se dirige donde descansa el cuerpo de su amada Julieta. Se despide de ella con palabras de amor eterno, y bebe el veneno, y antes de morir roza los labios de su amada por última vez, y cae muerto. Julieta despierta, y encuentra a su amado muerto, loca de dolor se clava una daga y muere también. La noticia llega a las dos familias, y con la muerte de los dos amantes, el odio entre ambas familias llegó a su fin.
El relato de Sai terminó, y las chicas más sensibles comenzaron con su parloteo.
- ¡¡Ay, no que triste!! – gritaron el dúo dinámico de Sakura e Ino.
- Oh, vaya – fue lo único que Naruto había logrado articular.
Todos se sorprendieron por lo escueta respuesta, esperaban algo más al estilo Naruto: no sabían que en especifico. Pero unos gritos o un cielos dattebayyo, y yo haré eso. Eran lo menos que esperaban.
- ¿Sólo eso dirás, dobe? – cuestionó Sasuke – Que simple eres.
- Ey, teme y que más puedo decir.- se sulfuró el rubio – Bueno… no es lo que me esperaba… - divagó
Los gritos de las chicas comenzaron otra vez, protestándole al rubio su falta de buen gusto, como no podía gustarle tan maravillosa historia.
- Es que no me parece creíble.
- ¡¿Cómo dices?! – gritaron otra vez el dúo dinámico, y el acoso verbal comenzó otra vez.
La mayoría de los chicos sintieron pena por el rubio, seria difícil librarse de ese par de sentimentales. En la mente del azabache sólo quedaba el pequeño detalle del cual Naruto no se había puesto a pensar, y por el momento, ninguno de sus compañeros tampoco. Cuanto más le duraría esa paz.
- Oigan – habló Chouji, comiendo aún de su bolsa de frituras – entonces, Sasuke y Naruto tienen que besarse.
Y todo el mundo calló, las chicas dejaron en paz al pobre de Naruto, que por un momento se quedó congelado. Nadie sabia como romper el incomodo silencio que se había formado, y la vena de irritación de Sasuke apareció en su frente. Y Kiba, hizo gala de su excentricidad y rompió el silencio.
- Entonces tendré que traer la cámara, será un momento KODAK* - todos quisieron reír, pero el aura que emanaba de Sasuke no se los permitió. Ahí abría sangre.
- Kiba, no me provoques – su voz se oyó gutural, como en una película de terror donde el asesino prevenía a su victima de lo que está apunto de sucederle.
Kiba tragó en seco, y rio nervioso, declamando paz. Todos continuaron como si nada de eso sucediera.
Naruto, estaba en otro mundo, la platica de sus amigos, paso a segundo plano, nadie notó lo callado que había quedado el rubio después del comentario de Chouji, más que nada preocupados por la reacción de Sasuke. Y es que le rubio estaba sonrojado, en su mente solo una idea rondaba: Él y Sasuke se besarían
Segundo paso: la sentencia de muerte.
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Ya era de noche, los dos regresaban a sus respectivas casas, no vivían muy lejos el uno del otro, por eso esa manía de siempre irse juntos. El recorrido fue en completo silencio, que en cierta parte extraño a Sasuke. Era con el rubio con quien estaba o, ¿no? Se supone que este debería estar hablando hasta los huesos, y aunque se hubiese jurado antes que el repentino mutismo de su amigo.
- ¿Sucede algo, dobe? – trató de parecer desinteresado, pero sabia que no lo había conseguido, ya con tan sólo preguntar le daba un punto en contra – Estás muy callado – y cada vez se le notaba más.
- ¿Alguna vez has amado así, Sasuke? – la seriedad con la que formuló la pregunta, lo inquieto un poco.
Creía saber a que se refería, al parecer a Naruto le había calado por dentro la estúpida historia, lo que no entendía es por que le preguntaba eso. Amar no es algo que se hubiese detenido a pensar abiertamente, y contra todo pronostico, las palabras de Naruto le calaron muy a fondo.
Él era capaz de amar. Sabía que amaba a su familia, bueno de vez en cuando la detestaba, pero que adolescente no lo hacia hoy en día, a sus amigos los había llegado a apreciar. Y Naruto, formaba una parte importante de su vida desde pequeños, pero jamás pensó en amar, desde el punto de vista de tanta entrega por una persona, como Romeo y Julieta.
- Olvida lo que te dije, teme – sonrió Naruto conciliador al notar la duda en el azabache – Mejor preocúpate por lo que te espera. Te verás muy bien en vestido, ttebayo.
- Y ate habías tardado, dobe – le protesto el azabache, olvidando por completo sus pensamiento anteriores – él único que hará el ridículo serás tú. De seguro que en este momento Shakespeare debe estar removiéndose en su tumba por tener a tal inepto como representante de su protagonista.
- ¡EY, TEME! ¡No insultes! – le reclamó el rubio, volviendo a su estado de ánimo de siempre – Por cierto ¿Quién es Shakespeare?
Una vena en su frente apareció, o Naruto era tonto o se hacia, de todas maneras, las dos le colmaba la paciencia.
- Serás inútil. – se exasperó el azabache – Es el escritor de Romeo y Julieta.
- Oh – fue lo único que dijo el rubio.
- Pfss. Culturízate, Naruto. No queras siempre pasar vergüenza. – le sonrió con malicia Sasuke.
- Oye, calma, es que no lo sabia – se sonrojo por la vergüenza – Ya verás que muy pronto me “culturizare” – repitió la ultima palabra que Sasuke había dicho, como una promesa así mismo que lo haría- Le pediré a Ero-sennin que me eche una mano, él sabe mucho de libros, dattebayo.
- A buen árbol te arrimas, Dobe.
- ¿Eh? ¿A que te refieres, teme? – Cuestionó el rubio, confuso por las palabras que decía le azabache – Yo no me estoy acercando a ninguna árbol, ttebayo.
Paciencia, Kami-sama. Paciencia rogaba el azabache, a todos los cielos para no cometer homicidio en primer grado en ese instante, más que nada por que había bastantes testigos que los habían visto salir juntos, y las sospechas recaerían por completo en él. Aunque debería pensármelo.
Una mano se posó en el hombro del azabache, y primero pensó que se trataría del rubio, pero este estaba a su lado, y amenos que Naruto fuera Míster- Elástico, seria imposible.
Sus ojos se encontraron con otros igual de oscuros que los suyos, y repentinamente cayo en cuenta de quien se trataba. Su aniki.
- Buenas Noches, Ototo baka. Naruto – los saludo el hermano de Sasuke, Itachi.
Sasuke resopló con fastidio, y Naruto lo saludo con alegría. Itachi venia de estudiar de la casa de un amigo, un proyecto de la universidad, y por casualidad los había visto
- ¿Por qué han salido tan tarde de clases? – los tres habían empezado a caminar a su destino, y fue Itachi quien rompió el silencio.
- Es que estábamos viendo los últimos detalles de la obra – le contesto el rubio, con la misma sonrisa de siempre.
- ¿Y qué obra es? – Preguntó el azabache mayor, bastante interesado, específicamente por un detalle.
- Romeo y Julieta de un tal Shakespeare. – la repuesta le gustó, y tanteo el terreno para emitir su siguiente pregunta, su hermanito caminaba bastante lejos de ambos, así que este era su oportunidad para sonsacar al rubio, y sacarle todo lo que sabia, antes de que Sasuke se enterará.
- ¿Y quiénes son los protagonistas? – se felicitó por su tremenda actuación de desinteresado, cuando era todo lo contrario.
- Yo seré Romeo, y Sasuke será… - el menor de los azabache se detuvo en seco, ¡¿Qué demonios…?! No podía dejar que terminará esa frase, pero cuando quiso hacer algo, ya era demasiado tarde – Julieta.
Y todo su mundo se derrumbó. Debí hacer algo muy malo en mi vida pasada para que me pase esto.
Noto la mirada de su hermano puesta en él, aún no sabia que era lo que este le diría, y estaba seguro que esta era una oportunidad que el mayor no dejaría escapar.
- No sabia que ahora fueras travestí, Sasuke – tal vez fue un asesino, y Kami se lo hacia pagar.
Tercer paso: sellado el documento, se procede a la acción
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¡¡Seré Romeo!! Les grita a sus padres al poner un pie ya en casa. Había sido divertido ver tan molesto a Sasuke, siendo cargado luego por Itachi como costal de papa, alegando que se llevaría a la bestia a la cueva.
Una vez que se despidió de los hermanos Uchihas, salió corriendo a su hogar. Sus padres lo miraron raro, pero no pudieron preguntarle nada. Porque la tormenta Naruto había dejado el recinto. Será para después, se dijeron, aún cuando ya se hacían una idea.
Llegó a su habitación, tiró su mochila por un rincón de está, que para ser sincero, no recordaba en donde, y se tiro a la cama. Tendido boca abajo, con ambos brazos estirados, y sus piernas colgando, susurró para si, en la oscura habitación.
“Seré Romeo…. – una sonrisa le acompaño a su siguiente frase, junto con suspiro de felicidad – y Sasuke… Sasuke será mi Julieta.