Si me llegan a preguntar cuándo fue la primera vez que lo vi, sí, lo recuerdo bien y desde ese día quise hacerlo parte del club de karate, él es un chico fuerte y junto a Sado–kun, ya casi son leyenda en esta escuela. Lo he perseguido días y días durante los últimos meses, y a pesar de que Tatsuki lo conoce bien, no he logrado que se una y si me preguntan ¿esa es la única razón para perseguirlo? La respuesta es no.
–¡Hey Kurosaki! –Le saludo con algo de entusiasmo y ¿él? Me mira con cara de “¿de dónde demonios salió este tipo?” y me responde con un “mucho gusto”. Indignado, le hable casi a gritos, lo admito, y es que no pude evitarlo, bien sé que no es muy bueno recordando caras, pero esto es el colmo –¿Cómo que “mucho gusto”? ¿No te acuerdas de mí? ¡Soy Momohara Tetsuo! Te he invitado muchas veces al club de karate! –Termino por presentarme por ¿vigésima vez? No lo sé, creo que ya hasta perdí la cuenta. Suspiro resignado.
–Eh… Lo siento –Responde escuetamente y se sienta en su lugar.
Lo miro y lo re–miro, es un hombre (al igual que yo), lo pienso y lo vuelvo a pensar, le doy vueltas y más vueltas y llego a la misma absurda e increíble conclusión. Me he enamorado de Kurosaki Ichigo. Como dije es fuerte, es bastante apuesto y bastante listo para la escuela (y hago la aclaración, porque eso de olvidarte de medio mundo… bueno… muy inteligente que digamos no es). Tal vez deba rendirme con él y mandarlo todo al carajo, sé que nunca podría tenerlo conmigo y creo que el darme cuenta de ello es lo que hace que quiera unirlo al club de karate ¿necedad mía? tal vez, pero quiero al menos algo que me acerque aunque sea un poco más a él, ya que no estoy en su círculo de amigos quisiera por lo menos estar en el mismo club. Tal vez pido imposibles.
Puedo suponer que Kurosaki Ichigo solo quedara como mi primer amor. Como ese amor de escuela que solo se queda como platónico ¿y saben? Creo que es mucho mejor así. Probablemente yo no podría estar a la par de él.
–Oye Momohara –Oigo la voz de Tatsuki y volteo a verla. –No te preocupes, ese tipo a veces ni se acuerda de su propio nombre.– Le sonrió. Kurosaki Ichigo, quiera o no, está en un plano diferente al mío, no sé de qué manera, no sé en qué sentido, pero sé que para mí por ahora es inalcanzable.
–Oye… –Escucho que Kurosaki me habla y volteo a verlo.
–¿Si?
–Eh…
–… –Espero a que hable
–Se llama Momohara –Le dice Tatsuki
–Ah… sí…
Me he presentado más de veinte veces y ¿él? ¡Ni se acuerda!
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Fin