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El Giratiempos Roto. por aerosoul

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Notas del capitulo:

holaaaaaa este capitulo me ha qudado extraño... pero así ha quedado...

Como os dareis cuenta ya no falta mucho para que regresen a Hogwarts.

Garcias por leer, os quiero

- ¿MOISES? ¡¡MOISES!! ¡¡OH, POR MI SAGRADA DIVINIDAD, QUE…!!

- Esto… no - dijo Harry Potter con voz sumamente condescendiente, intentando ocultar al rubio -. No somos ese tío. Estoy bastante seguro que de ser así lo sabría, pero si lo vemos le diremos que estas buscándole…

- ¿Qué? ¡Ah, no! ¡¿Serías tan amable de apagarte y regresar en… ?! ¿Te parece bien una hora? -preguntó Draco Malfoy a Harry que intentaba a las desesperadas, cubrirle con su propio cuerpo - Vale, media hora…

- NOP.

- ¿No? ¡¡¿Cómo que no?!

- Nosotros ya nos íbamos - interrumpió el Gryffindor, volviéndole a poner la túnica a Malfoy, que le miraba de mala leche.

- ¡¡VOSOTROS!! - gruñó el árbol y su llama se elevó hasta tocar el techo y recorrerlo como lenguas infinitas de fuego. - ¡¿PERO QUE NARICES HACEIS AQUÍ?!

El monomaníaco tragó saliva y puso al rubio tras él para protegerle de la furia asesina del Arbolito Ardiente.

- Esto… nosotros no queríamos interrumpir así, aquí, pero es que nos hemos perdido, así que, agradeceríamos mucho que nos indicaras el camino de regreso.

- ¿SABEIS? - dijo el arbolito, menguando sus llamas. - PENSANDOLO BIEN, ES BUENO QUE ESTEIS AQUÍ.

- ¿En… en serio? - preguntó Harry, un poco nervioso. Aquellas palabras y el tonito con el que fueron dichas, le causaba recelo.

- PERO CLARO QUE SI. OS ENCOMENDARE UNA MISION - informó el arbolito, brillando de forma alegre - : VOSOTROS SACAREIS A MI PUEBLO ELEGIDO DE EGIPTO.

- ¡¡¿Qué?!! - rezongó el bipolar, empujando a Potter a un lado, para enfrentarse al arbolito. - ¿Qué te hace creer que vamos a hacer lo que tú quieres?

De inmediato las llamas volvieron a crecer con un rugido ensordecedor y amenazante, envolviendo a los magos sin llegar a tocarlos… aun.

- ¡¡POR QUE SI NO LO HACEIS SERA LA ULTIMA VEZ QUE RESPIRAREIS!! ¡MORIREIS LENTA Y AGONICAMENTE, CONSUMIDOS POR MI FUEGO Y ARDERAIS HASTA QUE VUESTRA CARNE SE DESPRENDA LIMPIAMENTE DEL HUESO! ¿HABEIS COMPRENDIDO?

- ¡¡!!

- BIEN. ENTONCES, ESTO ES LO QUE HAREIS…

- Así que, según tú, solo hay que convencer al Faraón de Egipto de que deje ir a tu pueblo de hebreos… - terminó Draco, poco convencido del hecho, mirando con encono al arbolito malhumorado.

- ASI ES, ENCONTRAREIS A MI SIERVO MOISES Y LE DIREIS QUE SAQUE A MI PUEBLO DE EGIPTO POR QUE GRANDE ES SU…

- Vale, vale - interrumpió Malfoy, haciendo aspavientos. - Supongamos que llegamos a el tío este y le decimos: el arbolito ardiente de la caverna nos ha mandado a ti a… que te digamos que saques a su pueblo elegido de Egipto ¡¿de verdad piensas que nos creerá?!

- VALE, QUE SI LO PONEIS ASI HASTA YO OS MANDARIA A TOMAR POR… EJEM, LO QUE QUIERO DECIR ES QUE ENTIENDO EL PUNTO.

Harry, que había estado al borde del colapso nervioso, preocupado por la salud futura de su adorable rubio, pudo respirar de nuevo.

Draco volteó a ver al moreno con gesto altivo. Potter solo pudo sonreírle.

- ¿ENTONCES… QUE PROPONEIS?

- Quizá si nos das una seña particular - dijo Malfoy con gesto despreocupado y elevando sus hombros -. No sé: algo que te identifique.

- YA. PODRIAIS DECIR QUE OS ENVIA EL DIOS DE SU PADRE, EL DIOS DE ABRAHAM, EL DIOS DE ISSAC, Y EL DIOS DE JACOB QUE INDISPUTABLEMENTE HHA VISTO LA AFLICCION DE SU PUEBLO…

- ¿Indis…que? - preguntó Harry.

-¡¡ PUTABLEMENTE !! - bramó el arbolito - … DE SU PUEBLO QUE ESTA EN EGIPTO Y HA OIDO EL CLAMOR DE ELLOS A CAUSA DE LOS QUE LOS OBLIGAN A TRABAJAR, POR QUE CONOCE BIEN LOS DOLORES QUE SUFREN Y ESTA PROCEDIENDO A BAJAR PARA LIBERARLOS DE LA MANO DE LOS EGIPCIOS Y PARA HACERLOS SUBIR DE AQUELLA TIERRA A UNA BUENA TIERRA Y ESPACIOSA. A UNA TIERRA QUE MANA LECHE Y MIEL, A LA LOCALIDAD DE LOS CANANEOS Y LOS HITITAS Y LOS AMORREOS Y LOS PERIZITAS Y LOS HEVEOS Y LOS JEBUSEOS. Y AHORA ¡MIRAD! EL CLAMOR DE LOS HIJOS DE ISRAEL A LLEGADO A EL Y TAMBIEN HA VISTO LA OPRESION CON LA QUE LOS EGIPICIOS LOS ESTAN OPRIMIENDO. Y AHORA VE A FARAON Y SACA A SU PUEBLO, LOS HIJOS DE ISRAEL.

- …

- ¿?… Me he perdido después de “EL DIOS DE ABRAHAM.” - declaró Draco. - ¿Y si empezamos por darle tu nombre?

- VALE: YO SOY…

- Bien, “Yo soy” ¿Qué te parece si pasamos a lo importante? - pidió Malfoy, con aire digno de un neurótico compulsivo en cada uno de sus movimientos. - ¿Qué harás por nosotros?

- ¡¡QUE QUE HARE POR VOSOTROS!!

- Yo pregunte primero - se quejó el rubio, con gesto fatuo.

- Está bien - intervino el moreno, intentando que el Slytherin quedara de nueva cuenta tras él.- No es necesario que hagas absolutamente nada por nosotros.

- ¿Qué no? - refunfuñó Malfoy, volviendo a empujar a Potter a un lado. - ¿Estás demente? - se dirigió al moreno. - ¿Te parece poco que este… arbusto incendiado nos mande así como así a sacar a unos tíos que quién sabe que clase de acto aberrante hicieron para que les esclavizaran y quiere que los liberemos y encima que busquemos a ese tal Moisés que podría estar en china…? ¿Y tú dices que no haga absolutamente nada por nosotros? ¡¡¿Estás demente?!! ¡¡Y no me salgas con tus ínfulas de héroe, Harry, por que ya te puedes ir cagando leches…!!

- UPSSSS - exclamó el arbolito ardiente, observando como el moreno de gafas apretaba sus puños y entornaba sus verdes ojos directo al rubio. - CREO QUE ALGUIEN ESTA EN PROBLEMAS.

- ¡¡¿Se puede saber a que coño te refieres con “Infulas de Héroe”?!!

- SI, YO TAMBIEN QUIERO SABER - comentó la llama en un tono risueño.

- Sabes bien a que me refiero - dijo Draco. Y aunque el rubio se escuchó sereno, el moreno pudo detectar bajo el agua un tono igual de neurótico que el que usaba el Tío Vernon cada vez que un mago aparecía a su puerta. - Eres “Harry Potter, el salvador del mundo mágico,” “El Gryffindor valiente que encontró la Cámara Secreta y mató al Basilisco,” “El ganador del Torneo de los Tres Magos” “El líder del E De…”

- ¿Y COMO TE SIENTES AL RESPECTO? - preguntó el arbolito con tono profesional.

- ¡¡Pues como un completo idiota!! - contestaron al unísono, ya que la llama parlante no especifico a quién se refería.

Ambos muchachos rieron.

- SI TIENEN ALGO QUE DECIRSE, CREO QUE ESTE SERIA UN BUEN MOMENTO.

Harry resopló y observó a Draco, que tenía la cabeza gacha mientras jugaba con su túnica.

- ¿Por qué te sientes así? - preguntó Potter, mas amablemente.

Draco no contestó al instante. Sus grises pupilas se posaron en el fuego del arbolito, que ahora brillaba pacíficamente. Después se deslizaron a los verdes, que esperaban una respuesta.

- Siento que no soy digno de ti…

- Define “digno” - pidió Harry, que no lograba entender.

Malfoy volvió a vagar la mirada por el lugar, de pronto, poco convencido de hablar de ello. Bufó y reviró los ojos.

- Yo jamás seré un héroe, Harry. No uno como tú, que estás dispuesto a dar la vida por todo el mundo. Yo soy demasiado… Slytherin para eso. Y se que un día decidirás que todo esto ha sido un error.

- Me salvaste la vida, ¿recuerdas? - dijo Potter, ahora llevando su mano a la mejilla del muchacho para acariciarla con ternura. - Eso te convierte en alguien mas importante que yo mismo…

Draco soltó una risita suave. Buscó sus ojos, que refulgían como crisoles dorados a la luz del fuego.

- ¿Y QUE ME DICES TU? - preguntó al Gryffindor.

Esta vez fue Harry quien dudó antes de contestar. Sin apartarse del rubio, contestó:

- Tengo miedo de que me abandones. Tengo miedo a que todo sea un…

¿Cómo decirlo sin sentirse aun mas idiota por ello?

- ¿Un engaño? - terminó el rubio, sintiendo que le dolía el pecho cuando Harry asintió.

Hubo un incomodo silencio que permitió por un buen rato el que solo se escuchara en la oquedad, el crepitar del fuego.

Y por curioso que pareciera, Harry solo que ría escuchar de los labios de Draco, que aquello, que aquel amor, no era un engaño. Quizá un simple no hubiera bastado para que Potter se convirtiera en el mago mas poderoso del universo.

Pero Draco estaba demasiado dolido como para poder contestar algo decente sin golpear al Gryffindor. 

Y el silencio dolía mas que mil palabras de odio para Harry.

- BIEN - dijo el arbolito, brillando mas intensamente. - CREO QUE DESPUES DE TODO NO ERA EL MOMENTO. ASI QUE, HAGAMOS DE CUENTA QUE ESTO NO HA PASADO Y…

- ¿Sabes? Yo nunca quise esto - dijo Draco, enfrentando a Potter con ira. - Yo jamás quise que pasara… jamás quise que me importara si te dolía o no, el que te recordaran a tus padres. Jamas quise salvarte la vida para no morir yo contigo. Jamás quise hacerme dependiente de tus miradas, de tus palabras de afecto, de tus besos… ¡¡Jamás quise quererte tanto, ¿comprendes?!!

- Comprendo.

Potter cogió el rostro del Slytherin para besarlo. Cuando sus labios se unieron, fue como si hubiera un torbellino de fuego a su alrededor, ardoroso y rugiente, que crecía hasta abarcarlo todo.

- EJEM, EJEM - carraspeó el arbolito, antes de que aquello se volviera mas intenso (por que las manos de cierto moreno ya no estaban precisamente en el rostro de Malfoy) - ESTO… BIEN, ENTONCES… ¡¡HEY, OS ESTOY HABLANDO!! ¡¡DEJAD DE HACER ESO!!

Harry y Draco se separaron muy a su pesar.

De pronto, irrumpiendo en la quietud del lugar, les llegó una voz de caverna que les puso los pelos de punta.

- Hola. ¿Hay alguien aquí?

Harry estaba seguro que el temblor de la llama se debió a un escalofrío…

Si una llama pudiera sentir uno…

Pero como se suponía que tampoco hablaban…

- ¡ESTO, NO, NO HAY NADIE! - gritó la llama, temblorosamente. - ¡VUELVA DENTRO DE UN SIGLO, POR FAVOR!

- Sé que están aquí - canturreó la voz. - Afuera está vuestro caballo.

Las llamas del arbolito se elevaron como largas serpientes y chocaron contra el techo de piedra ocasionando un pequeño derrumbe que tapó la entrada.

- ¡¡POR QUE NO OS HABEIS DESHECHO DE ELLA!!

Malfoy volteó a mirar a Potter con los ojos entornados.

- Se lo he dicho, pero no me ha hecho caso.

- VALE, YA NO HAY TIEMPO. ESA TIA ES MAS TESTARUDA QUE EL FARAON DE EGIPTO. BIEN, BIEN, SI ME LA QUITAIS DE ENCIMA HARE UN PACTO CON VOSOTROS. SI O SI.

- ¿Qué clase de pacto? - preguntó Draco.

- OS DEVOLVERE A CASA.

- Y si mejor nos otorgas superpoderes o algo así…

- ¿LO TOMAS O LO DEJAS?

- Lo tomamos - dijo Harry antes que el rubio negara.

- BIEN, BIEN, ES LO QUE QUERIA OIR.

- Ya voy a llegar - canturreó Lilith desde detrás de la pared de piedras.

Hubo una explosión de luz, y frente al arbolito, apareció un cáliz.

- COGEDLO Y VERTER EN EL, UN POCO DE VUESTRA SANGRE.

Harry cogió una piedra con filo y se hizo de sangre en la muñeca. Dejó que escurriera en el cáliz y lo mismo hizo Draco.

- AHORA, BEBED DE EL.

- Creo que te has equivocado de vampiros - rebatió el rubio, cruzando los brazos.

- ¡¡QUE BEBAS DE EL!!

- ¡¡Madre mía, que carácter! - refunfuñó Malfoy arrebatando la copa al moreno y bebiendo, con gesto de asco. - ¡Hey, esto no es sangre! - reclamó, pero se calló de inmediato, por que de pronto fue como si su corazón latiera dentro el corazón de Harry.

- Permíteme - pidió Harry, que cogió el cáliz para beber lo que restaba. - Hey, es cierto. ¡Esto es vino!

Y el corazón de Harry latía dentro el corazón de Draco.

Dos corazones latiendo en uno.

Sus ojos se buscaron de inmediato.

- AHORA, REPETID CONMIGO: UN…

- Un pacto de sangre - dijo Harry.

- Tú sangre, mi sangre - dijo Draco.

- Tú, yo.

- Uno.

Soy de ti…

parecían decir sus almas. Por que Dios me creó de tu aliento…

- ¡¡¡¡Wouuuuuuuuuuu!!!! - exclamaron al unísono, con las manos cogidas.

- LO SE, LO SE - canturreó el arbolito y se echó a reír traviesamente. - ¿SABEIS QUE EN ALGUNAS CULTURAS, LO QUE ACABAIS DE HACER REPRESENTA UNA BODA?

-…

-…

- AHORA, VAMOS A LO IMPORTANTE. NO QUIERO SABER DE LUNAS DE MIEL AQUÍ, EN MI SANTUARIO…

- Ya voy llegando… ¡No temáis, yo os salvaré!

- NO ME LO RECUERDEEEEES. ¿SABEIS? TAL VEZ PODRIAIS HACER UN TRATO CON FARAON: ELLA A CAMBIO DE LOS HEBREOS…

De entre el fuego del árbol, apareció una sierpe ígnea, que reptó por el tronco hasta llegar al suelo.

- COGEDLE POR LA COLA.

- ¡¿Qué?!

- COGEDLE POR LA COLA… ¡VENGA, NO OS MORDERA!

- Que la cojas por la cola - dijo Draco a Harry, empujándole con el hombro.

- ¿Yo?

- Claro que tú. El ha dicho: Harry, cógela por la cola.

Potter reviró los ojos y se acercó a coger a la sierpe ígnea, que ahora era una hermosa cobra dorada. No sin antes vacilar, el moreno extendió su mano hacia el majestuoso animal, y este, dócilmente, se dejó coger.

El Gryffindor vio con asombro, como la serpiente se tensaba como la cuerda de una guitarra y se convertía en madera. Sentía un extraño poder emanar de aquella pieza mágica. Fluía sutilmente por sus dedos en torno a ella, como electricidad, como si en vez de sujetar un cayado, estuviera sujetando una centella.

- Wow… - exclamó Harry, sonriendo emocionado.

- ENTREGADSELO A MI SIERVO MOISES PARA QUE MEDIANTE EL LIBERE A MI PUEBLO.

- … Es un palo - dijo Draco, con cara de poker.

- ES UN CAYADO, BACULO O COMO QUERAIS LLAMADLE.

- Es como una varita mágica - secundó Potter, que aun no salía de su asombro. - Solo que es una graaaaan varita mágica.

- EXACTO… ¿A QUE ESPERAIS? ¿ A QUE ME HAGA VIEJO?

- Ya llegué…

- YO NO ESTOY AQUÍ - susurró la llama y suavemente se extinguió.

Lilith, llena de tierra, había logrado hacerse de un camino entre las piedras y ahora estaba ahí, con una gran sonrisa. Extendió sus brazos a Harry, y antes de que pudiera tocarlo, Malfoy la detuvo por la cabellera.

- No te acerques a mi esposo - rugió.

- ¡¡¡¡¿Quéeeeeeeeeeeeeee?!!!!

Harry sonrió, sintiéndose agradablemente extraño ante aquella confirmación. Pero era cierto… Le gustase a quien le gustase.

A él sí.

.

.

.

Y ahí iban, de camino a la aldea para preparar su viaje en busca de un tío al que llamaban Moisés, con una pelirroja que estaba aferrada a no dejarlos solos para consumar el matrimonio, y de nuevo, en el maldito desierto. Por fortuna no era tanto el calor, el sol ya moría en el ocaso.

La pelirroja iba con un cabreo de la leche por que ella no había estado presente en la boda, y de hecho, no estaba muy segura de que no fuera un invento del rubio para deshacerse de ella. Tenía una vena saltada justo debajo del ojo, palpitante a simple vista, desde que Draco anunciara su repentina boda.

Pero eso no iba a impedir que hiciera la lucha. Aun no existían los divorcios pero podía ser el primero.

Harry llevaba a Draco en el caballo blanco, abrazados, sintiendo sus corazones latiendo al unísono, como si realmente solo dependieran de uno.

Era como si sus almas estuvieran en comunión.

Lilith, detrás de ellos, iba montada en un caballo negro de crin blanca, que parecía bailar a cada paso, como en un desfile. O eso, o se quería deshacer de la pelirroja que lo montaba.

A la distancia, en el lejano horizonte, se admiraba una linea azul, que se oscurecía conforme lo hacía el cielo.

Un mar quieto.

Ahora, Draco ya no veía con desprecio aquel lugar. Ahora le parecía un sitio mágico: la tierra de las mil y una noches que alguna vez había leído en la biblioteca privada de su madre. Genios, princesas, alfombras mágicas, ladrones, reyes… Sin duda alguna, su favorita era Schahrazada, la Palabra Mágica.

Tal reina le recordaba a Mercedes: ambas eran bellas y valientes.

Draco afirmó los brazos de Potter a su alrededor.

Se sentía bien saber que por fin tenía un hogar, y ese hogar estaba en el corazón de Harry…

Por su parte, el moreno iba muy callado, deleitándose en el latir del corazón de su rubio. A pesar de que este la daba la espalada, lo sentía palpitar a través de los huesos y la carne.

Cuando llegaron a la aldea de Zumos, el cielo había transmutado en un nimbo de estrellas, enigmático y abismal.

De inmediato los recibieron, el comerciante y Abia, que se mostraban realmente mosqueados con la pelirroja, quien, apenas verlos, se bajó del caballo y pasó de largo, ocultando su rostro de ellos, con una mano.

- Hijos míos - recibió Zumos, feliz de la vida. - ¿Cómo os ha ido?

Pero los muchachos parecían drogados con su propio amor. Harry saltó del caballo y recibió a Draco en sus brazos, queriendo separarse lo menos posible. El moreno rodeó con sus brazos al rubio, desde la espalda, y sonrieron a ambos.

- Bien, bien - dijo Potter. - Nos encontramos con un arbolito ardiente, muy simpático, y nos ha pedido que encontremos a un tal Moisés para que le demos un tronco de árbol y pueda sacar a los hebreos de Egipto.

- ¿Habéis dicho Moisés? - preguntó alguien, detrás de Zumos.

Harry creyó que ya estaba viendo fantasmas…

- ¿Diggory? - preguntó Draco, con una gran sonrisa, cosa que no le gustó a Harry.

- Es mi sobrino Kamâl - anunció Zumos, abrazándolo orgullosamente. - Viene de visita - y agregó en voz baja - Y espero que disfrutarais de vuestro paseíllo - dijo con un guiño - por que, a falta de lugar, se quedará en vuestra casa, esta noche.

Definitivamente, el único feliz con esa idea, fue el mismo Kamâl, que sonreía coquetamente a Draco Malfoy de Potter.

Y Harry estaba dispuesto a borrar esa sonrisa definitivamente.

- ¿Qué, acaso no tiene mas ropa? - susurró el moreno al oído del Slytherin, cuando se dirigían a la cena de bienvenida para el sobrino favorito de Zumos.

Draco rió suavemente.

Y es que el muy descarado antepasado de Cedric Diggory, que era mucho mas musculoso y tenía una piel bronceada magníficamente, por el sol, vestía solo un pantalón de lino. Aquel era todo un Dandy del Desierto. Mujeres jóvenes y adultas, suspiraban y se desmayaban al verlo pasar.

- Venga - dijo Draco, dando un picorete en los labios de Harry. - No te pongas celoso. Ya sabes que tú eres el guapo.

- ¿Sí? Pues hace un momento no me lo ha parecido… - recriminó Potter.

- Muchachos, muchachos - llamó una de las esposas de Zumos. - Coged asiento con nosotros.

Y antes de que Harry pudiera seguir despotricando contra el inocente Kamâl, fueron sentados a su lado. Cuando el Gryffindor notó que la muchacha estaba por sentar a Draco junto al dandy, se interpuso en el cometido y él cogió al asiento junto al tal Kamâl.

La plaza estaba a reventar de gente que quería darle la bienvenida al sobrino del comerciante. Una gran fogata igual que la noche anterior, música y mujeres danzantes que daban todos sus movimientos por el dandy…

Pero este intentaba pasar de Potter para poder ver al ángel rubio.

- Así que te llamas Kamál - afirmó Harry, con cierto resentimiento en la voz.

- Así es - contestó el muchacho, guiñando un ojo -. Kamâl Yâsid Talâl Zahîr. Mis padres no pudieron encontrar mejor nombre para mi.

- Imagino que significa algo así como “Capullo de mierda engendro del demonio” - balbuceó el moreno.

- Significa “Belleza, perfección, dotado de buenas cualidades, agradable, admirable, luminoso…” Algo así. Y vosotros sois…

- Yo soy Potter y el es Malfoy - contestó Harry, intentando interponerse entre los ojos del Capullo de mierda engendro del demonio y su rubio.

Pero entonces Kamâl se puso de pie y se acercó a Draco, se arrodilló frente a él y le cogió una mano.

- Una belleza como tú debería tener un nombre mas bonito, como Suhayl, por que eres tan hermoso como una estrella.

Harry estaba que se subía a las paredes, y cuando el capullo se atrevió a besar la mano de Draco, supo que era tiempo de manchar sus manos con sangre…

Por suerte para Kamâl, no tuvo que ser así, por que Draco se puso de pie y le dio un rodillazo contra la nariz.

- No te atrevas a hacer eso de nuevo - sentenció el rubio, y se volvió a sentar junto a Harry, para apañar su mano.

El moreno no le podía ver mas orgulloso.

Kamâl se levantó, con los ojos llorosos y la nariz oculta tras su mano. Se sentó en silencio en su lugar y de pronto sonrió a Harry.

- Me ama. Lo sé, su actitud lo dice todo.

Potter le devolvió la sonrisa desdeñosamente.

- Entonces… estáis buscando a Moisés - dijo el dandy, echándose un puñado de dátiles a la boca.

- Sí. Y tú dices que le conoces.

- Por supuesto. Vive en Madián. Esta casado con una hija del sacerdote Jetro, Séfora.

- ¿Podrías decirnos como llegar?

Kamâl estiró su cuello y vio sobre la cabeza de Harry al muchacho rubio, que comía higos con miel.

- ¿Sabes? Voy a hacer algo mejor que eso: os llevaré personalmente…

.

.

.

Aquella noche fue muy larga para Harry. Compartir su nido de amor con un capullo de mierda no le hacía gracia, y menos que tratara de meterse bajo la túnica de Draco, alegando que con la oscuridad se había equivocado de cobijas.

Cuando Harry se dio cuenta era por que la nariz de Kamâl sangraba profusamente. Draco se recostó tras Harry y se abrazó a él. Por su parte, el moreno había puesto el cayado de Moisés a la mano, solo por si…

- ¡¡¡¡¡Aaaaaauch!!!! - se quejó el dandy, sobándose la nariz.

- Lo siento - se disculpó el moreno, sonriendo perversamente en la oscuridad - Con lo oscuro que esta no he podido ver donde dejaba mi cayado.

Malfoy soltó una risita y se aferró mas a su Harry.

Y no tardaron ni diez minutos cuando el capullo ya estaba roncando como maquinaria pesada.

Harry bufó.

Estaba acostumbrado a los ronquidos de Ron, pero estos eran completamente irritantes.

Se volteó boca arriba pero no podía dormir.

Maldijo en voz baja para no despertar a Draco.

De pronto sintió una caricia clandestina bajo su túnica. Ya que Kamâl seguía roncando, aquella mano tenía que ser de Malfoy. Antes de detenerla, esta recorrió su muslo y llegó a su objetivo. El miembro de Harry, con la sola idea, ya estaba enhiesto y palpitante.

Draco se irguió lo suficiente para apoderarse de los labios de Potter mientras su mano se movía suavemente en torno al pene de su amante. Separó sus labios de los del moreno y bajó hasta su abdomen en busca de darle placer con ellos, pero justo cuando estaban por llegar, la puerta se abrió bruscamente y, recortada contra la luz de la noche, apareció una silueta muy decidida.

- ¿Quién creéis que llegué?- preguntó Lilith, arrastrando su piel para acomodarse en medio de ellos.

Draco bufó y le dio la espalda mientras Harry se ponía a sollozar silenciosamente.

Esa noche Potter tuvo pesadillas. Soñaba que cada vez que quería besar a Draco, este se volvía Lilith y a veces Kamâl.

Al despertar, el cielo era de oro blanco y no había señas aun del sol. Kamâl ya estaba listo para salir en su aventura y él no se iba a quedar atrás. Zumos les dio provisiones y caballos. Cuatro caballos… Por que la pelirroja también iba.

, ahora con el rostro limpio de henna y piedras y espejos, únicamente había conservado los ojos enmarcados. Montaba el mismo caballo blanco que los había llevado antes. Parecía que solo se dejaría montar por él. Soberbios ambos… En fin, que el viaje se inició de buen agrado por parte de la pelirroja y Kamâl. Harry tenía ojeras en las ojeras y Draco estaba molesto por que su matrimonio aun no se había consumado.

Ah, y Kamâl cabalgaba a su lado, sin apartar su vista de él.

Diggory siempre le había caído bien. No era un Slytherin, y de hecho, era apuesto. Este tío, de que era apuesto era apuesto… y galante, pero él ya estaba casado y no podía andar coqueteando con cualquier idiota que se le cruzara en el camino.

Madián era un lugar lleno de elevaciones de piedra y tierra. Montes por aquí, montes por allá. Montañas mas para allá. Harry viajaba detrás de Malfoy para estar al pendiente de lo que Kamâl pudiera intentar.

Y Lilith, a su lado, canturreaba alguna canción inventada por ella misma, sin duda alguna.

Pronto se hicieron visibles grandes tiendas de colores alegres, que sobresalían de la tierra. Las personas los miraban pasar, los niños saludaban con sus pequeñas manitas y algunos les miraban con recelo.

- Aquí es - dijo Kamâl deteniéndose frente a una gran tienda de dorado y rojo, muuuuuuy Gryffindor. - Déjame ayudarte a ba… - dijo el dandy, pero se calló cuando notó la áspera mirada gris. - Vale, yo solo decía. - Caminó hasta la tienda y gritó - Moisés, Moisés, tienes visita.

- ¿Quién me busca? - dijo un hombre alto, de barba larga y ojos risueños.

Apenas verlo, Draco se acercó a Harry, temiendo lo peor, y no se equivoco.

Harry lo miró boquiabierto.

- Pa… pa… - sus labios temblaron y sus ojos se llenaron de gruesas lagrimas. - Buaaaaaaaaaaaa….

Se echó a llorar sobre el hombro de Malfoy, que le daba pequeños golpecitos cariñosos en la espalda.

Notas finales:

Millones de gracias


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