La llamada
Rig, ring, ring, el telefono llamaba mientras un cabreado Usami Akhiko iba a contestarlo luego de haberlo ignorado magistralmente en tres ocasiones anteriores. Muy molesto tomo la bocina, preguntando de mala manera quien llamaba, entonces una voz desconocida dijo.
-Señor Usami Akhiko ¿estoy hablando con Usami Akhiko?-
-Que molesto- dijo el escritor colgando en seguida la bocina del teléfono, porque de seguro por el tono de voz se trataba de algun fanático suyo que de alguna manera se habia conseguido su numero y ahora solo llamaba para poder corroborarlo.
Se retiro hasta su estudio pensando en que esa seria la tercera vez en dos años que tendria que cambiar el numero de su hogar, aun siendo privado, no entendía como la gente podía gastar tanto tiempo en molestar a otros, aun si estos eran los que le daban de comer.
Ring, ring, ring, sonaba nuevamente el teléfono y el muy cabreado oji lila intentaba de ignorarlo, ring, ring, ring, seguía sonando incansablemente después de 20minutos sin cesar. Definitivamente esto haría sacar de sus casillas a cualquiera y mucho mas a un mal humorado novelista que se la habia pasado en vela hasta tarde intentando de terminar una de sus novelas BL, que por supuesto tenia como protagonista a su amado, a quien a todo esto apenas y lo veía en las horas de comida y por el cual estaba a punto de morir por la tan larga duración de abstinencia forzada, tras una severa amenaza de Aikawa, quien le aseguro que de no terminar esta vez su trabajo, se vería obligada a notificarlo a la editorial y seria puesto de inmediato en la lista negra. Por supuesto que al peli plata el ser regañado por sus jefes era lo que menos le importaba, hasta que la peli roja le recordó que era lo que les ocurría a quienes eran puestos en la lista negra.
-Un mes entero en confinamiento, con cero acceso a la civilización y sobre todo a…..-
Antes de que pudiera terminar su explicación el peli gris gritaba asegurando que tendria listo el manuscrito esa semana, porque el estar lejos todo un día de su adoración era como la desesperanza, el pensar siquiera estar sin el por todo un mes seria como la muerte.
Ring, ring, ring, sonaba el maldito teléfono luego de haberse callado por un par de segundos sacando de sus recuerdos al escritor quien se creia libre del maldito chillido del aparato.
Levanto la bocina y pregunto de nuevo de muy mala manera quien era, esta vez el hombre hablo rápido temiendo ser nuevamente colgado.
-Usami Sensei tenemos algo suyo si desea recuperarlo deberá pagar el monto que le indicaremos a continuación- decía una voz ronca que molesto aun mas al oji lila.
-De que diablos hablas-
-Bien, esta vez si lograste captar su atención- se escuchaba una voz de fondo que sonaba bastante contento.
-Escuche con atención, tenemos con nosotros a su noviecito, si lo quiere devuelta deberá pagarnos 2millones de dólares, entendido-
Tras escuchar esto Usagi se quedo helado, su mente por primera vez en años se quedaba nula, una hoja en blanco que luego de escuchar una puerta abrirse, dejando entre ver a su adoración, avisándole haber llegado, podía al fin reaccionar.
-¡Malditos vagos dejen de fastidiar!- grito molesto colgando con furia la bocina del teléfono.
No podía creer que alguien se atreviera a jugar con algo tan sagrado como eso, su corazón apenas y habia reaccionado tras escuchar la voz de su amado que ahora se encontraba gritando que lo soltara, ya que desde su llegada su amante se le habia abalanzado abrazándolo fuertemente.
Una hora exactamente habia pasado cuando el maldito teléfono sonaba nuevamente.
-Yo voy- dijo el menor que corría hasta el aparato pero que apenas tuvo en su mano le fue arrebatado por el escritor que con bastante esfuerzo disimulo su molestia.
-Quien- dijo de mala manera el peli gris esperando la respuesta.
-¡Somos nosotros, escúcheme bien, si no quiere…- la frase ni siquiera fue terminada por que el gran Usami ya le respondía de la manera mas severa.
-No escuchen ustedes, mi teléfono tiene identificador, con solo una llamada a la compañía y los encontrare, les pondré una demanda tan grande que ni con todo el dinero del mundo se salvaran de ir a la cárcel, así que mejor dejen de llamar si no desean atenerse a las consecuencias- tras decir esto colgó bruscamente el auricular llamando la intención de su amado, a quien le pidió no contestar si volvia a sonar.
-¿Por qué, sucede algo Usagi?- pregunto notoriamente preocupado el menor pero a lo cual fue tranquilizado por el mayor.
-No, nada, es solo un fans que se las quiere dar de listo, por eso solo déjamelo a mi-
El menor asintió marchándose a su cuarto, mientras el peli gris pensaba si lo mejor seria tomar cartas en el asunto o simplemente ignorarlo, pero finalmente decidió ignorarlo, de todas formas la ultima vez también habían llamado insistentemente, claro esta que nunca le habia tocado una broma de esa magnitud.
Dos horas aproximadamente desde la ultima llamada y un ring, ring, incesante sacaba de su concentración al afamado escritor quien se dirigía a tomar el maldito teléfono.
-¡Se los advertí, ahora aténganse a las consecuencias!-
-¡No usted aténgase a las consecuencias, porque le mandaremos a su noviecito en pedazos me escucho!-
Estas ultimas palabras lograron hacer callar al autosuficiente escritor, porque solo imaginarse aquel horrible panorama para su pequeño simplemente le aterraba.
-¡Bien escuche!-
-¡No ustedes escuche, se equivoco de persona, porque si usted cree que!- ahora Akhiko era interrumpido por su interlocutor que al igual que el estaba perdiendo los estribos.
-¡Mira imbecil eres o no Usami Akhiko, el afamado escritor, heredero de las empresas Usami, si o no!-
Al escuchar esto Usagi deseaba contestarle detalladamente que lo primero era cierto, pero que lo otro jamas lo seria, no porque no fuera cierto, si no porque el jamas lo aceptaría, pero entonces recordó con quienes estaba hablando y solo dijo lo mas obvio.
-¡Si soy Usami Akhiko, el mismo que te dará un buen par de golpes si te encuentra!-
-¡Jajajaja!, Señor Usami creo que no ha entendido a mi compañero- decía otro sujeto de voz fría. –Me quiere hacer el favor de ir a ver a su amante-
-¿Qué cosa?- decía el oji lila sin creer la osadía del par.
-Si, vaya a ver si se encuentra bien y luego hablamos- termino de decir el hombre colgando al instante el teléfono.
Locos pensó el escritor, entonces recordó que hacia dos horas no habia visto a su Misaki por estar enfrascado en el trabajo, su corazón se helo al pensar en la remota posibilidad de que aquellos individuos hubiesen podido entrar en su hogar y secuestrar a su amado. No imposible se decía para si, mientras corría hasta el cuarto de este, recordando que en su estudio no habia posibilidad de escuchar los ruidos externos y que si esos sujetos habían conseguido el numero privado de su teléfono, lo mas bien podrían haber hecho lo mismo con su dirección.
Abrió la puerta mirando alrededor del cuarto, estaba helado, no habia nadie.
-Misaki- dijo con angustia.
-¡Misakiiiiiiiiii!- gritaba angustiado pensando en lo que le harian a su pequeño si el no hacia lo que ellos deseaban y mucho mas porque ahora se daba cuenta que su forma de responderles aquellos individuos podia provocar que su amado pagara las consecuencias.
Continuara.......................