Un mundo solo para ti...
Misaki se encontraba levantando de la cama cálida en donde minutos atrás se encontraba y a su lado el hombre que más amaba: Usami Akihiko. Con una dulce sonrisa el menor se dirigió al baño; el escritor se veía tierno al dormir, más si como anteriormente cuando el castaño se levantaba el peli gris abrazaba a Suzuki-san en vez de él.
El universitario se bañó y al salir de la regadera se quedó mirando al espejo por un momento preguntándose con una triste expresión: ¿hasta cuándo? Después agito su cara y solo pensó en el escritor para bajar y preparar el desayuno.
A las 7:00 am ambos hombres se encontraban comiendo en una tranquila mañana de primavera
-usagi-san ¿ya acabaste tu trabajo?- pregunto terminando de levantar los trates
-en realidad ya me falta poco, esta vez Aikawa se midió con el tiempo límite y no me tuve que presionar...- al ver la cara de duda del pequeño el mayor sonrió- así que probablemente termine en la tarde...
-mmm ¡QUE BIEN!- menciono el castaño desde la cocina
-si...- se levantó y sin que el otro lo viera, se acercó hasta el menor inclinándose a su oído- así que tengo un tiempo para ti, M-I-S-A-K-I- el chico que estaba terminando de lavar los platos se sonrojo hasta las orejas al oír la voz de su amante tan cerca cuando él lo creía en la mesa, pero poco duro la sorpresa pues el mayor lo había volteado y besado como solo el sabia, dulce y románticamente mezclada con la pasión y lujuria, el menor correspondía tímida y tiernamente; en conclusión, era una mezcla exquisita que podía elevarlos hasta las nubes.
-u-usagi-san... llegare tarde...- musito al termino del beso
-está bien Misaki te dejare ir con una condición...- el menor aun apenado le dirigió la mirada- que aceptes ir conmigo a cenar...
-e-está bien acepto, pero enserio voy a llegar tarde...- se separó del abrazo en el que lo tuvo todo el rato y fue por su mochila para después despedirse del escritor que al irse el menor se dirigió a su estudio a terminar su trabajo pensando antes hacer reservaciones en el restaurante a donde siempre iban... le tenía una sorpresa...
Takahashi había llegado 5 minutos antes a su primera clase así que solo se sentó y miro hacia la ventana con ojos soñadores y cuando quiso darse cuenta aún no llegaba su maestro pero por raro que fuera cuando él pensó que ya llegara precisamente eso hizo.
Las clases pasaron lentamente, pero no fueron agotadoras, cosa rara pues ya se encontraban en el último año de universidad. Misaki se dirigió lentamente hacia la entrada sabiendo de antemano que el escritor le esperaría
Ya que había llegado a su destino se quedó parado apoyado en una barda... ¿Cómo era que ya no se escandalizaba por que el mayor le recogiera?, ¿cómo era que se impacientaba por que llegara tarde?, ¿porque sentía unas ganas horribles de decir “TE AMO” a cada momento? De la nada la respuesta le llego a su mente como un rayo, asiéndolo llorar trayendo como consecuencia que todo a su alrededor se volviera negro
-¡¡¡USAGI-SAN YA LLEGA!!!- grito en su inconsciente mirando al frente viendo a su amante, al momento corrió a su lado y le abrazo con una fuerza que no sabía que tenía mientras lloraba fuertemente
-Misaki no llores... estoy aquí...- le trato de consolar el mayor mientras le correspondía el abrazo y apoyaba su barbilla en su cabello sintiendo como el castaño temblaba ligeramente causado por el llanto
-l-o... lo s-e...- se separó de el mientras se paraba en las puntas de sus pies y le daba un pequeño beso en su mejilla- íbamos a ir a cenar ¿no?- sonrió con rastros de lágrimas aun
-... sí, mi amor...- le abrazo mientras susurraba en su oído- “en algún momento tu...”
-usagi-san... aún no... un poco más...
-de acuerdo... vámonos- le sonrió majestuosamente y ambos subieron al automóvil
Después de 30 minutos ambos hombres se encontraban en el restaurant comiendo de sus respectivos platillos, Misaki no apartaba la mirada del sensei pues por su expresión algo ocultaba, se hallaba... extremadamente feliz, pero el chico lo ignoro y siguió comiendo mientras le contaba al mayor una que otras cosas de su escuela y de su trabajo en la editorial en la cual estaba de vacaciones.
-usagi-san, no se supone iríamos a “cenar”- el mayor puso una cara divertido
-tienes razón esto sería “comer”... pero es que a la hora de cenar quería hacer otra cosa y no quería que tuvieras hambre... está bien ¿no Misaki?- pregunto con sarcasmo viendo que el menor se perdía por un momento en sus pensamientos- ¿Misaki?...- le llamo al darse cuenta que no reaccionaba
-p-perdón usagi-san es que...- miro su reflejo en el vaso que tenía enfrente de el- recordé cierta escena de mi pasado...
-Misaki... ¿tu...?
-¿a d-donde querías ir usagi-san?- le interrumpió el castaño fingiendo que nada pasaba
-mmm... termina tu comida y te digo- pronuncio tratándolo como un niño con la única meta de ver el puchero que el menor hacia cada vez que hacia algo similar
Ya afuera del restaurant...
-usagi-san ¿a dónde vamos?...- pronuncio el castaño después de un largo rato en el que habían estado caminando en silencio. El mayor solo le sonrió y le tomo de la mano para caminar hacia donde él lo tenía planeado.
-Misaki...- le llamo para que al momento de que volteara una venda le cubriera la vista- tranquilo cuando llegamos te la quitare ¿sí?- se le adelanto a la “pequeña” discusión que el menor iba a hacer por la anterior acción
-pe-pero apúrate...- acepto vencido sintiendo como el mayor se encontraba en su espalda dirigiéndolo con las manos en sus hombros, esas manos frías y a la vez cálidas.
-¡Ya llegamos!- menciono el mayor después de haber caminado 15 minutos mientras le quitaba la venda roja.
-esto es...- el menor miro para todos lado encontrándose en una pequeña cabaña rodeada de pinos y demás árboles
-entra Misaki...- el escritor le abrió la puerta dejándolo entrar
Cuando ambos estuvieron en el interior notaron que todo estaba preparado para quedarse como una semana, con comida, agua potable y bastante leña para mantener prendida la pequeña chimenea que en ese momento tenía un alegre fuego dando al lugar un ambiente romántico pues este elemento era el único que daba luz en todo el lugar.
-¿te gusta?- pregunto el peli gris susurrando a su oído provocando que el estudiante se estremeciera
-¿Cua-cuando preparaste esto?- se separó de el abochornado pero sin dejarlo de mirar
-tuve un poco de ayuda...- sonrió y se dirigió hacia la chimenea para luego sentarse en el suelo enfrente de esta- tienes todo el fin de semana y el lunes libre ¿no?- el castaño asintió aun en su posición alejada del mayor- pues me gustaría que nos quedáramos aquí todo ese tiempo...- dio unos golpes en el suelo al lado de él dando a entender a su acompañante que se sentara a su lado cosa que hizo después de unos minutos completamente sonrojado
-pero usagi-san... hoy es jueves mañana tengo que ir a la escuela...
-Misaki no te preocupes por eso...- sin que el joven se diera cuenta el mayor se iba acercando a el
-¡como que no me...!- pero no fue capaz de terminar su reclamo al sentir la boca de su pareja en la suya robándole un dulce beso que al principio no fue correspondido del todo.
-enserio Misaki no te preocupes, solo disfruta de este tiempo juntos...- agrego después de que se separaron para después colocarse atrás de él y rodearlo con sus brazos quedando ambos viendo el fuego enfrente de ellos.
Después de un tiempo en el que solo se oía el acompasado ritmo de sus respiraciones el escritor empezó a darle al menor pequeños besos en sus mejillas haciendo que su cara tomara de nuevo un leve color carmesí más cuando el peli gris fue bajando sus besos por todo su cuello sin dejarlo de abrazar
-usagi... san- apenas podía pronunciar algo aquellas sensaciones siempre le descolocaban
-Misaki ¿cuándo fue la última vez que estuvimos nosotros 2 solos sin nada que nos interrumpiera?- le susurro sin alejarse aun de el- no he tenido tiempo por el manuscrito y necesito recargarme de Misaki...
Sin esperar a que el menor discutiera, le fue desabrochando lentamente la camisa café que traía mientras se adueñaba de sus dulces labios. El menor sin poder resistirse le correspondió la caricia tratando de voltearse cosa que no le permitió el mayor que lo tenía bien sujeto de la cintura.
Después de un momento en el que disfrutaron del sabor del otro, el peli gris hizo que el menor se recostara para después el mismo acomodarse arriba de él notando la agitada respiración del menor por el anterior beso asiéndole irresistible no volver a posicionarse de la pequeña boca que lo volvía loco recorriendo cada centímetro que desde hacía casi 4 años le pertenecía al igual que el resto del muchacho que como podía trataba de igualar el ritmo de la lengua del mayor
De nueva cuenta los besos y lengüetazos fueron bajando hasta su cuello quedándose un momento ahí disfrutando de su sabor y de los pequeños gemidos que el otro emitía; después de un rato el escritor regreso a su boca mientras con sus manos delineaba delicadamente su cuerpo desde su cadera hasta detrás de su nuca tomándola y profundizando el beso, pero después de todo eran humanos y el aire se les hizo necesario trayendo como consecuencia que se separaran y permitiendo al mayor de los dos besar todo el pecho del estudiante poniendo especial atención a su dulces botones rosas los cuales beso, y para volver aún más loco a Misaki paso su lengua por todo el contorno para después meter todo el pequeño cacho de carne a su boca
-usagi... ¡usagi... s-san!- el menor lo único que podía hacer en esos momentos era disfrutar de las sensaciones que le brindaba su pareja gimiendo bajito logrando que el mayor se excitara aún mas
El escritor siguió su recorrido por todo el abdomen del pequeño deteniéndose de nuevo pero esta vez en el ombligo del castaño que emitía una pequeña risita con los besitos que se le brindaban cambiando por jadeos al sentir aquella húmeda lengua entrar y salir de aquella parte de su cuerpo. El mayor mientras levantaba la mirada para ver la cara avergonzada y agitada del menor dirigía sus manos al botón de su pantalón y con sus dientes bajo lentamente el cierre disfrutando de torturar al pequeño que siempre que llegaban a ese punto no podía evitar sentir nervios y pena
-¡usagi-san!...n-no hagas... ¡eso!- gritoneo entre gemidos el universitario al notar como el mayor sin pena alguna lo masturbaba con su mano
-tienes razón Misaki no lo hare así...- sonrió perversamente y cambio su mano por su boca metiendo toda la erección una vez para después sacarla y delinearla completa con su lengua pasándola desde la base hasta la punta disfrutando como el menor se retorcía de placer, para después seguir ahora con su boca sacándola y metiéndola al ritmo de los gemidos del menor que inconscientemente movía la cadera pidiendo mas
-usa-usagi... san... ¡PARA!... y-ya voy a... AHHH!!!- sin remedio alguno el menor se vino como siempre en la boca del mayor mientras este gustosamente tragaba del todo aquel liquido blanquecino del cual él era el único en probar. Poco después el mayor ya se encontraba preparando al chico para el siguiente paso sin siquiera esperarse a que se repusiera de su anterior orgasmo, tampoco es que fuera que el castaño se quejara de eso, que si bien no lo decía, se notaba en sus tiernos gestos, así también en sus gemidos cada vez más altos
-¡usagi-san!- grito de nuevo cuando se vio invadido por el escritor que aunque fuera lento le causaba cierta incomodidad a un Misaki completamente rojo de vergüenza pero también de placer
-relájate Misaki...- le beso en la mejilla mientras le veía a los ojos- te amo... te amo demasiado, siempre lo hare...- pronuncio con dificultad el peli gris mientras se iba moviendo lentamente aumentando inevitablemente el ritmo.
Misaki no quería que aquel momento nunca terminara y eso era precisamente lo que haría, disfrutaría al máximo de su usagi-san, aunque él sabía que nada era verdadero, todo era una mentira.
Se encontraba Misaki Takahashi sentado sobre una cama, apoyado en la pared a su espalda mientras su mirada se encontraba perdida en algún lugar de la blanca habitación.
-Takahashi-kun, tienes visitas...-le llamo un hombre vestido completamente de blanco siendo distinguido de la habitación por su cabello negro y ojos azules
-ah- suspiro una mujer de cabello rojo- Misaki-kun aún no sale de su "mundo" ¿cierto?- se dirigió al lado del castaño para tocar levemente su hombro esperando recibir una respuesta que en poco más de 3 años no obtenía, sin poderlo evitarlo soltó unas pequeñas lagrimas
-me temo que no...- le respondió el enfermero con una triste cara también viendo al oji verde
-aun cuando Akihiko murió hace 3 años él se quedó encerrado en ese mundo donde es feliz al lado de el...- susurro Isaka Ryuuichirou el anterior jefe del difunto escritor.
Y es que hacía poco más de 3 años Misaki y Akihiko habían ido a una linda cabaña después de que fueran a cenar y ahí el escritor le había propuso matrimonio a lo cual el castaño acepto. Se pasaron 3 días ahí hasta que el lunes de su estadía Takahiro el hermano de Misaki y el cual había ayudado al peli gris a organizar todo sin saber nada, llego de sorpresa esperando encontrar ahí a la novia de su amigo, encontrándose a su hermano siendo besado por el oji violeta.
-“me estuvieron engañando... tu maldito perro ¡¡¡te aprovechaste de mi hermanito y de mi amistad!!!”- grito en aquel entonces el peli negro valiéndole que su hermano gritara que estaba equivocado, que él lo amaba, pero a lo que si puso atención fue al “¡ME CASARE CON EL!”, perdiendo los estribos y dirigiéndose al escritor para golpearlo
-“¡¡NO PERMITIRE QUE UNA ABOMINACION COMO ESA SE HAGA REALIDAD!!!”- dijo ubicando al lado de la chimenea una barra de hierro que servía para mover la leña y antes que el escritor respondiera a los golpes o escapara con su hermano le golpeo en la cabeza dejándolo inconsciente y en un charco de sangre pero antes de cerrar los ojos susurro “te amo Misaki...”
Por supuesto la policía llego poco después por la llamada del encargado del lugar que había escuchado gritos, encontrándose a su llegada a un arrepentido Takahiro y aun deshecho Misaki que aún no soltaba el cuerpo inerte del escritor.
-“Está en coma”- fue la respuesta del doctor después de unos momentos que el peli gris fue llevado al hospital- “es muy probable que no despierte... lo siento...”- continuo dejando a un castaño llorando amargamente; lo dejaron en ese estado unos meses para que después el mayor se diera por vencido y... muriera.
-“¡¡¡LO AMABA!!! YO AMABA A USAGI-SAN Y EL NUNCA ME FORZO A NADA, YO... yo no sé vivir sin el nii-chan, ya... ya no puedo vivir sin él, yo...”- fue lo último que oyó Takahiro de su hermano.
Él se hallaba encerrado en la cárcel condenado a 4 años de prisión, (N/A: Takahiro aquí no tiene esposa...) y ver llorar a su pequeño hermano, aquel al que juro cuidaría, fue su peor castigo, el en el fondo lo sabía, que el pequeño de verdad llego a amar aquel inmaduro escritor, pero también sabía que el joven saldría adelante... cuan equivocado estaba...
Solo pasó una semana en que la prensa y el mundo se enteraron de la muerte del famoso escritor para que el ex prometido del mismo dejara de comer, dormir y en sí de vivir... se había encerrado en su cabeza, en una vana ilusión donde él era feliz al lado del amor de su vida...
Así fue que el antes estudiante universitario llego a ese lugar pagado por la herencia que su antes pareja le había dejado, cada cierto tiempo Aikawa, Isaka, Toudo, y demás personas cercanas al joven le iban a visitar sin novedad alguna que no fuera que el chico seguía reviviendo sus recuerdos con Usami, en especial el último momento a su lado.
Dentro de su fantasía Akihiko y Misaki se encontraban descansando después de demostrarse de nuevo cuanto se amaban; ambos estaban cubiertos con una roja manta mirando la chimenea la cual nunca se apagaba.
-usagi-san ellos están de nuevo aquí...- susurro Misaki acomodándose mejor en el abrazo en el que el escritor lo tenia
-deberías salir Misaki...- le musito en su oreja para después besarle levemente en la mejilla
-solo... un poco más...- sin poderlo evitarlo más lloro fuertemente sintiendo como usagi le abrazaba y también lloraba
-ya basta Misaki... solo te haces daño... basta amor...
-usagi-san ¿por qué?... ¿Por qué me dejaste?... ¿sabes que voy a hacer si salgo verdad?- se volteo a encararlo notándose solo en un obscuro cuarto- yo... me reencontraré contigo... solo- sonrió levemente aun llorando- ...espérame...
Era de noche en el hospital, Misaki por primera vez en poco más de 3 años se movió por cuenta propia notando que aun respiraba, que ahora lo único que podía mandar no era a un mundo, una ilusión si no solo a su cuerpo.
Tardo poco más de 10 minutos buscando su objetivo encontrándolo en una habitación que se hallaba abierta, se sentó en el suelo y miro por la ventana con cerca la hermosa luna que ese día estaba llena, solo sonrió y lo hizo, deslizo el pequeño bisturí en su delicada piel de su muñeca haciendo lo mismo con su otra mano dejando el objeto manchado de rojo al lado de él, mientras esperaba quedar inconsciente vio como goteaba su mano, dirigió un dedo a su herida y usando la sangre como tinta escribió en el suelo la frase que solo una vez había dicho a la persona más especial para el...
-¡¡¡¿no lo encontraron por ningún lado?!!!... ¿quién fue el que dejo su habitación abierta?- había gritado el encargado del hospital al enterarse que uno de los pacientes no estaba cuando recibió la visita de su hermano recientemente salido de la cárcel.
-¡lo encontramos director!... pero...- dudo uno de los enfermeros
-¡Misaki!, ¿dónde está Misaki?- pronuncio desesperado el hermano mayor del oji verde
-el... lo siento mucho... él se suicidó...- dijo pesadamente el enfermero encargado del castaño y el cual también lo había encontrado. Poco después de eso Takahiro fue llevado al lugar donde se encontraba su hermanito, el cual aún no había sido movido esperando a la policía. Lo primero que noto el peli negro al entrar al lugar fue a Misaki con las muñecas manchadas en sangre ya seca por el tiempo que había estado así, lo segundo fue inevitable no verlo... un “TE AMO USAGI-SAN” escrito también con sangre.
-Misaki... perdón- Takahashi mayor cayo de rodillas llorando enfrente de su difunto hermano- por lo menor... por lo menos te encontraras con el ¿no?...
Un joven chico de cabello castaño y ojos verdes se encontraba siendo abrazado por un hombre de cabello gris e imposibles ojos violetas, ambos tenían la apariencia de cuando se conocieron
-tardaste demasiado Misaki...- le susurro mientras sin poderlo evitar lloraba
-perdón usagi-san... etto... ¿aún sigue en pie la propuesta de matrimonio?...- pregunto tímido sin verlo
-¡¡¡cla-claro Misaki!!!... este... este será nuestro mundo...- le beso para después dirigirle una hermosa sonrisa
-¿un mundo solo para nosotros dos...?
-por supuesto... te amo Misaki...- volvió a abrazarle mientras enfrente de ellos aparecía una hermosa casa rodeada de árboles al igual que el clima se convertía de un día nublado a uno soleado como si fuera primavera
-yo también te amo usagi-san...