“Una palabra que lo describa?... “
-Sí, cuál cree usted que sea la palabra que mejor le describa?
“...PERFECTO…”
“Su delicado rostro es perfecto….
Su grácil cuerpo es perfecto…
Su deslumbrante sonrisa es perfecta…
Y su asombrosa voz… es perfecta…”
-No puedo estar más de acuerdo con usted Sr. Fugaku… no hay mejor calificativo, adjetivo, sustantivo o palabra en cualquier idioma que lo describa mejor…
El lugar era mágico, un espacioso y hermoso recinto perfecto para un ángel, a simple vista pareciese un salón de eventos, sin embargo, la combinación de los distintos tipos de luces, el hermoso decorado tipo victoriano, las mesas finamente decoradas centros de mesa que resaltaban por su delicado y sofisticado arreglo floral, las sillas que rodeaban cada mesa, eran toda una oda al glamour, suaves y cómodas, tapizadas de un color bermellón, sin duda, al lugar al que mirases podías distinguir el buen gusto resaltando hasta en el mas ínfimo detalle del lugar… y, como broche de oro, la joya de la corona era representada por una hermosa visión de la belleza infantil, vestido con unos lindos pantalones cortos de color azul rey, una camisa vaporosa de color blanco, en cuyos puños y en el cuello se encontraban listones a juego con el color de los pantaloncillos, para ajustar las mangas en torno de esas bellas muñecas y para ajustar las tela en torno del grácil cuello de cisne y en cima de éste, le colocaron un hermoso diamante con un intenso color turquesa, llevaba unos bien lustrados zapatos de piso con una hebilla de considerable tamaño a cada lado del calzado y unas medias largas de color blanco que se perdían dentro del short… Una piel blanca y un cabello hermosamente azabache, esa mirada profunda y oscura que pareciese estar indagando dentro de tus pensamientos cada vez que te mira… Y el hechizo estaba completo cuando escuchabas esa encantadora voz… tan serena y tan apasionante, llena de sentimiento y a la vez tan vacía… era hermoso, era un digno representante del hermoso Narciso*, de un bello efebo, él era…
PERFECTO…
Era todo un placer para los sentidos, disfrutar una cautivadora y estética apariencia al mirarle, al olerle su encantador cabello con aroma frutal, y escucharle su hechizante voz de cantos angelicales…
Sin embargo… todo tenía un precio… un gran y cuantioso precio…
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“Una palabra que lo describa?... “
-Sí, cuál cree usted que sea la palabra que mejor le describa?
“...PERFECTO…”
“Su delicado rostro es perfecto….
Su grácil cuerpo es perfecto…
Su deslumbrante sonrisa es perfecta…
Y su asombrosa voz… es perfecta…”
-No puedo estar más de acuerdo con usted Sr. Fugaku… no hay mejor calificativo, adjetivo, sustantivo o palabra en cualquier idioma que lo describa mejor…
El lugar era mágico, un espacioso y hermoso recinto perfecto para un ángel, a simple vista pareciese un salón de eventos, sin embargo, la combinación de los distintos tipos de luces, el hermoso decorado tipo victoriano, las mesas finamente decoradas centros de mesa que resaltaban por su delicado y sofisticado arreglo floral, las sillas que rodeaban cada mesa, eran toda una oda al glamour, suaves y cómodas, tapizadas de un color bermellón, sin duda, al lugar al que mirases podías distinguir el buen gusto resaltando hasta en el mas ínfimo detalle del lugar… y, como broche de oro, la joya de la corona era representada por una hermosa visión de la belleza infantil, vestido con unos lindos pantalones cortos de color azul rey, una camisa vaporosa de color blanco, en cuyos puños y en el cuello se encontraban listones a juego con el color de los pantaloncillos, para ajustar las mangas en torno de esas bellas muñecas y para ajustar las tela en torno del grácil cuello de cisne y en cima de éste, le colocaron un hermoso diamante con un intenso color turquesa, llevaba unos bien lustrados zapatos de piso con una hebilla de considerable tamaño a cada lado del calzado y unas medias largas de color blanco que se perdían dentro del short… Una piel blanca y un cabello hermosamente azabache, esa mirada profunda y oscura que pareciese estar indagando dentro de tus pensamientos cada vez que te mira… Y el hechizo estaba completo cuando escuchabas esa encantadora voz… tan serena y tan apasionante, llena de sentimiento y a la vez tan vacía… era hermoso, era un digno representante del hermoso Narciso*, de un bello efebo, él era…
PERFECTO…
Era todo un placer para los sentidos, disfrutar una cautivadora y estética apariencia al mirarle, al olerle su encantador cabello con aroma frutal, y escucharle su hechizante voz de cantos angelicales…
Sin embargo… todo tenía un precio… un gran y cuantioso precio…