En una típica tarde de vacaciones, un joven de ojos color esmeralda y del cual correspondía al nombre de Misaki, se dedicaba a hacer las labores domesticas del hogar que desde hacía algunos años compartía con el gran Escritor Usami Akihiko.
De izquierda a derecha de arriba hacia abajo y por todos los lugares posibles Misaki se dedicó a limpiar la estancia principal del departamento del oji-violeta. Así lo hizo hasta que un gran estruendo proveniente del piso de arriba, aparto de sus deberes domésticos al oji-verde.
-¡¡Usagi-san!!- Grito el menor, al percibir que el ruido provenía del lugar donde se encontraba su casero escribiendo alguno de sus escritos en su estudio. Prontamente el castaño se dirigió hasta el estudio donde se encontraba el dueño de la casa, confirmando al momento de entrar al estudio sus expectativas...
..Una vez más el mayor había acabado su trabajo y había terminado desmayado en el suelo a punto del colapso por agotamiento.
Al ver tan lamentable escena del escritor tirado en el suelo, Misaki corrió hacia él y con mucho cuidado lo levanto hasta llevarlo a un sillón que había en la estancia para que reposara. Ya que estuvo seguro el novelista, el castaño, con gran tono molesto, recrimino con su mirada al semi inconsciente peli-plata...
-¡¡Deberías estarme agradecido!! Si no fueras por mi ya estarías muerto!!-
Sin duda tenía razón Misaki, sin él, la vida del escritor estaría en peligro; Y no era por demás, si cada vez que terminaba un trabajo o manuscrito él tenía que correr a ponerlo a salvo para que no cayera muerto por el cansancio o a manos de su editora por no entregarlos a tiempo.¿ Pero acaso se lo agradecía? No, en lugar de eso, mas de una vez lo hacía participe en sus novelas con protagónicos no aptos para menores de 18 años o peor constantemente lo estaba acosando o pervirtiéndolo.
Después de esto Misaki se dispuso a salir de la habitación decidido a terminar sus deberes domésticos; No obstante, al llegar a la puerta el castaño noto como la laptop del escritor se encontraba prendida y desperdiciando energía.
Pensando que el mayor era un irresponsable por desmayarse y dejar prendida su computadora, rápidamente el oji-verde se acerco a apagarla, pero antes de que pudiera llevar a cabo su cometido sus ojos pudieron deslumbrar un archivo en el cual estaba trabajando su casero y el cual por obviedad estaba relacionado con él.
Temiendo que se tratara de una nueva perversión Boy´s Love, Misaki se acerco al monitor del aparato para poder leer mejor el escrito y saber qué demonios pretendida su casero al dejar “accidentalmente” ese archivo en la pantalla de su laptop. Sin embargo, después de leer el primer párrafo del escrito, el castaño confirmo sus expectativas y sus temores sobre lo que escribía Akihiko.
Por algunos minutos el menor pensó en apagar ese aparato lleno de perversiones de su casero pero después de unos segundos y aprovechando que el peli-plata se encontraba semi-inconsciente, se dispuso a leer el texto lo más calmadamente posible, con la excusa mental, de saber en qué inmoralidades había escrito sobre él y para darse una idea de lo que más o menos podría intentar el mayor para “arrasarlo” como siempre lo hacía…
“TEXTO”
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“10 cosas que le gustaría a Usagi-san que Misaki hiciera…”
Por Akikawa Yayoi
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# 10
A la mañana siguiente de que Misaki se le entregara total y enteramente a su seme y que este por deseos de la pasión y los arrebatos carnales hiciera suyo más de una vez el frágil cuerpo del niño de ojos color verdes y cabellera castaño; Akihiko se despertó muy temprano para observar a su semi-desnudo acompañante que reposaba cómodamente entre sus brazos.
Recordando victoriosamente lo sucedido la noche anterior, con mucha ternura, el oji-violeta empezó a acariciar la cabellera de su pequeño mientras aumentaba la tonalidad del abrazo que sometía a su adoración.
-Buenos días mi Misaki… ¿Cómo amaneciste? – Pronuncio muy bajito el mayor, al sentir como por el abrazo antes proporcionado, el castaño abría despacio sus ojos y se acurrucaba más hacia él.
-Buenos días Usagi-san… Bien - Respondió tímidamente y semi-dormido el menor, mientras sentía como su seme jugueteaba con sus cabellos dispersos y como amorosamente se le acercaba para profundizar más el contacto. Caso que de inmediato el oji-verde accedió correspondiéndolo de la misma forma que él, rodeándolo con sus delicados brazos.
-¿De verdad Misaki? ¿No te duele nada?... Ayer lo hicimos tantas veces que pensé que te rompería tu cadera- Volvió a hacer énfasis el peli-plata mientras le besaba tiernamente su frente.
Al escuchar esto, de inmediato las mejillas del niño de ojos verdes lindamente se mancharon de color carmín, y más por recordar las variadas poses que la noche anterior sostuvieron su amado y él mientras se amaban lujuriosamente una y otra vez; No obstante, sin separase de su seme, con una gran sonrisa en sus labios, el castaño contesto…
-Usagi-san no me duele nada; No te preocupes-
Al oír esto también el mayor sonrió, y confiadamente acerco sus labios hacia la mejilla de su adjunto para empezarle a proporcionar románticos besitos a lo largo de su rostro como símbolo de lo enamorado que se encontraba de él. Más antes de que pudiera dar el primero Misaki lo interrumpió…
-Usagi-san espera, hay algo que…-Hizo una pausa el menor-… Bueno hay algo que quería hablar contigo-
-¿Qué pasa?- Pronuncio el mayor al pensar que su amado niño le ocultaba algo o que quizás la noche anterior lo había lastimado. Sin embargo el menor ignoro esta pregunta, se soltó lentamente del cálido abrazo del oji-violeta y se levanto de la cama, dejando paralizado al mayor por lo que estaba haciendo,
Después de unos segundos de incertidumbre, sonriendo Misaki, recostó su aun desnudo cuerpo sobre Akihiko, de tal forma que su cabeza quedara sobre el pecho del mayor y sus brazos rodeando su cuello. Acto seguido pronuncio lindamente lo siguiente sin voltear a ver a su seme.
-Usagi-san anoche me dejaste muy agotado… De verdad tenemos de dejar de hacer el amor todas las noches- Prontamente se volvió a acurrucar sobre el pecho de su seme y lo abrazo con más fuerza esperando que el oji-violeta accediera a sus peticiones.
De inmediato el escritor sonrió por tan bellas palabras de su niño, pero más por la dulzura que había utilizado al decirlas y la hermosa forma de subirse sobre él para convencerlo.
-¿Eso quieres Misaki? ¿Ya no quieres que te haga mío cada noche?- Respondió pícaramente y seductoramente Akihiko mientras que con su brazo izquierdo rodeaba la cintura de su uke y con su mano derecho acariciaba sugestivamente su espalda.
Prontamente al escuchar esto, Misaki levanto su cara sorprendido, pero al ver la mirada juguetona de su casero volvió a recostarse en el fuerte pecho del mayor.
-Usagi-san sabes que no es eso… Solo que… bueno, anoche quede muy agotado después de hacerlo y ya van dos días que falto a la universidad por el cansancio- Sonrió el castaño mientras muy tenuemente acariciaba el pecho del peli-plata para reconfortarlo. Más esto provoco lo contrario; ya que al sentir como su amado lo acariciaba de esa forma, el dormido miembro del novelista comenzó a despertar y las ganas de volver a hacer suyo a su adoración aparecieron nuevamente.
-Entonces hagamos que ya sean 3 días mi Misaki-Susurro lujuriosamente el escritor al paso que sometía con el abrazo antes dado el cuerpo del menor e intentaba besar apasionadamente su cuello.
Sintiendo esto el oji-verde se estremeció. Otra vez estaba a punto de caer por las caricias de su novio y nuevamente volvería a ceder a sus instintos de querer estar con el de manera pervertida. ¡No podía permitirlo! o mejor dicho no podía ceder por lo menos no antes de hacer presencia en su universidad y ponerse al corriente con todos los deberes que tenía acumulados por haberse dejado seducir días anteriores.
Así que muy hábilmente y odiándose muy adentro por hacerlo, Misaki se separo de su seme, se vistió con la ropa que estaba en el suelo y se dispuso a salir de la habitación lo más presurosamente, para que su amado Akihiko no lo convenciera de cambiar sus planes.
-Usagi-san v-voy a hacer el desayuno… te espero a bajo- Susurro el oji-verde antes de salir del cuarto de su casero y cerrar la puerta.
Ante esto el mayor sonrió…
“Sin duda todavía el día era muy joven y habría mucho tiempo para seducir a su niño y hacerlo caer ante el deseo y la pasión de unir sus cuerpos…”
# 9
Aún con el corazón latiéndole a no más poder por las seductoras caricias del mayor, Misaki se dispuso a preparar el desayuno para su casero y él. Saco un par de vegetales y empezó a picarlos para posteriormente comenzar a freírlos en un sartén; No obstante, mientras realizaba la acción, no podía evitar maldecir a la tonta Universidad por alejarlo de su novio y de sus perturbadores besos.
Y es que esa era la verdad; si no tuviera que ir a la escuela, él podría quedarse con Akihiko todo el día y empezar a tomar en serio sus deberos de hacerlo feliz a cada segundo como él se lo pedía.
Pero espera… ¿Qué no le había dicho que tenían que dejar de hacer el amor todos los días? Entonces… ¿Por qué estaba tan enojado con la Universidad por separarlo de él, si esta era la única razón por la que su hermano lo había dejado vivir en casa del escritor?
Por unos minutos Misaki se quedo reflexionando hasta que encontró el por qué de su enojo…
…Quizás por qué si no tuviera que ir a ella tendría todo el día disponible para estar y vivir su prohibido romance con el mayor, sin interrupción alguna. Además de que podría complacerlo a cada instante que él se lo pidiera, sin limitaciones ni pretextos.
Sin duda eso era, ¡Como deseaba ya graduarse de la Universidad para dedicarle todo el día al escritor y no separase nunca más de él!
-Misaki, se quema la comida- Pronuncio el mayor al ver como su adoración se perdía en sus pensamientos y olvidaba el motivo por el cual había “supuestamente” se había separado de sus caricias.
-¡Wuahhhh!-
Al saber esto, rápidamente el menor regreso a la realidad para intentar salvar el resto del platillo que estaba cocinando. Cosa que afortunadamente lo logro, gracias al oportuno aviso del novelista.
-¡No puede ser, casi se quema!- Se lamento el menor al pensar como por su descuido, el platillo casi había terminado en el bote de la basura. Sin embargo sus lamentos fueron interrumpidos por un cálido abrazo proveniente del dueño de la casa.
-Misaki ¿Por qué estas tan distraído?- Le susurró el mayor tiernamente al menor mientras esperaba oír la respuesta que, de antemano ya sabía; Sin embargo, al escuchar esto el menor en lugar de confirmar los pensamientos del escritor comenzó a estremecerse.
-Ehmm… jejeje yo no estoy distraído Usagi-san-
- ¿Acaso es porque no quieres ir a la universidad y quieres quedarte junto a mí para que nos amemos locamente todo el día? – Volvió a recitar Akihiko en el oído del castaño, aunque esta vez más sensualmente al tiempo que empezaba a deslizar una de sus manos debajo de la camisa que llevaba su uke y por todo su abdomen para provocarlo.
Ante esto nuevamente Misaki se estremeció e inconscientemente dejo salir pequeños suspiros de deseo incitando a su casero a que continuara sus caricias; Sin embargo, después de unos besos proporcionados por el mayor, regresó la idea de ir a la universidad y cumplir sus deberes. Así que nuevamente y en contra de su voluntad Misaki se soltó del agarre y se dedico a servirle el desayuno a su casero.
-U-Usagi-san v-vamos a desayunar- Pronuncio el oji-verde mientras tristemente se dedicaba a servir el plato del oji-violeta.
Sabiendo de antemano que su pequeño estaba punto de ceder a sus caricias y deseos Akihiko accedió a desayunar sentándose en una de las sillas del comedor; No obstante, cuando el menor se le acerco para colocar los platillos en la mesa, Akihiko lo tomo de la cintura y lo sentó sobre sus piernas de tal forma que su cabeza quedara acurrucada sobre su pecho.
-¡U-Usagi-san espera! ¡Tengo que ir a la escuela ya he faltado muchos días!-
-Misaki acéptalo, de verdad tú no quieres ir, quieres que te haga nuevamente el amor- Le susurro Akihiko en uno de sus oídos estremeciéndolo mientras nuevamente le volvía besar posesivamente su cuello y deslizaba sus manos desesperadamente sobre su pecho.
Ante esto Misaki se quedo pensando en la última frase de su seme ¡¿Cómo rayos le había leído la mente?! ¿Cómo sabia que se moría por quedarse todo el día junto a él y tenerlo para él solito?...
…Quizás lo conocía bastante bien para descifrar sus movimientos o tal vez el mayor tenía poderes telepáticos. Pero fuera lo que fuera Akihiko sabía perfectamente que después de acariciarlo posesivamente como lo estaba haciendo era muy difícil que Misaki se negara a tener intimidad con él.
“¡Al diablo la escuela! ¡Al diablo todos los deberes que tenia atrasados! ¡El cuerpo de Misaki le pedía estar con su seme y nada lo iba a impedir; aunque faltara un día más a la escuela!”
Sintiendo como su pequeño niño cedía ante sus movimientos el mayor coloco en una posición más favorable el cuerpo del menor.
Aun sentados sobre la silla del comedor, Akihiko movió cada pierna de Misaki con mucha delicadeza, de tal forma que cada una quedara sobre su costados y este, mientras abrazaba su cuello, sentado sobre el, ahora despierto, miembro del escritor. De esta manera el oji-violeta principio a aumentar las caricias a su amado y a desabrochar la estorbosa camisa que le impedía comerse al menor a besos.
Prontamente el escritor se deshizo de la prenda y como si se tratara de algo insignificante, la aventó lo más lejos que pudo, mientras sentía como ansioso su pequeño intentaba desabotonar ansiosamente los botones de su camisa y hacer lo mismo que él había hecho.
-Misaki estas muy ansioso- Recito pícaramente el novelista mientras intentaba devorar toda la extensión del cuello del menor y este suspiraba por sus caricias; Sin embargo ante esto el castaño no respondió solamente se limito a continuar con el sensual trabajo de desvestirlo.
Nuevamente Misaki ya había cedido ante los besos de su amado, y otra vez se iba a fundir en un mar de deseo junto a él, con la única intensión de demostrarle lo mucho que lo amaba, cuando lo quería y que solo a él le pertenecía. No obstante, antes de que el castaño pudiera despojar al escritor de su prenda, una voz de mujer se hizo presente en la estancia e interrumpió todos los planes del novelista y su acompañante
-¡¡¡¡SENSEI MÁS LE VALE QUE TENGA EL ESCRITO!!! ¡¡¡O SI NO..!!-Gritó la editora mientras abrió la puerta del departamento del escritor y observaba la candente escena que había interrumpido….
# 8
Sabiendo que aquella mujer había impedido una perfecta mañana de romance y pasión entre él y su amado niño, Akihiko pensó en mil y un formas de asesinar a esa estorbosa mujer por haber entrado sin avisar a su hogar; Sin embargo, antes de que pudiera decir algo al respecto para solucionar la situación y seguirle proporcionándole sugestivas caricias a su adoración, Misaki bajo de su regazo haciéndole saber que aunque descuartizara a su editora en tres mil pedacitos, la escena de amor que los dos protagonizarían no volvería.
-……...Misaki- Suspiro tristemente el mayor al ver como el joven estudiante se dedicaba a buscar su camisa que había terminado sobre alguna parte del piso de la estancia principal.
-Este… sensei yo…- Trato de decir Aikawa paralizada por la asesina mirada que el peli-plata le había dedicado; No obstante antes de que pudiera decir a cualquier palabra para su defensa una voz la dejo totalmente estupefacta.
-¿Aikawa-san no sabe que es de mala educación entrar a una casa sin haber tocado antes la puerta?- Recito Misaki con voz fuerte al paso que se colocaba lo más calmadamente su camisa y veía enojado a la pelirroja por haber sorprendido a su amado y a él en tan comprometedora escena.
-Bueno yo… Misaki-kun… no sabía que estaban ocupados, Además... ¡Es su culpa sensei! ¡Si no hubiera faltado a su promesa de entregar a tiempo su trabajo, yo no hubiera venido!- Se justifico la mujer intentando calmar al menor que enojado la miraba. Y no era por demás si por culpa del irresponsable del escritor, ella había hecho enfadar al siempre alegre de su inquilino.
Ante esto, Misaki suspiro, quizás había reaccionado un poquito fuerte con Aikawa quien solo cumplía su trabajo… Pero por dios ¡¿Por qué no dejaba en paz a Usagi-san?! ¡No tenía que venir todos los días a interrumpirlos ni entrar al departamento como si se tratara de su casa!
-Aikawa–san, no puede venir cuando quiera y entrar, Usagi-san y yo también tenemos privacidad…- Hizo una pausa el menor, para después sonreír dulcemente -… ¿Recuerda? Somos novios y los novios también tienen derecho a demostrarse lo mucho que se aman-
Escuchando esto, la mujer quedo paralizada, pensando en lo que había hecho y como compensar al castaño por haberle quitado su momento de intimidad con su novio. No obstante antes de que pudiera decir algo vio como el oji-verde, tomaba sus cosas, besaba lindamente al mayor en los labios y se despedía para irse a la universidad.
-Misaki ¡Espera te llevo en mi auto!- Pronuncio Akihiko mientras tomaba sus llaves y acomodaba su camisa.
-No hace falta Usagi-san, es mejor que te quedes a cumplir con tu trabajo, para que Aikawa-san pueda cumplir con el suyo- Sonrió el menor antes de cerrar la puerta y marcharse del lugar, pero más sonrió por pensar que entre más pronto acabara Akihiko su escrito, más pronto se iría su editora y no los molestaría.
# 7
No tardo mucho en llegar Misaki a su escuela, ni en enterase de toda la tarea pendiente que había tenido por haber complacido las fantasías de su seme días atrás; Sin embargo, aunque el panorama no parecía prometedor entre tanto trabajo, el castaño se dispuso arreglar todos los pendientes que tenia con el único fin de poder seguir teniendo la excusa que le daba a su hermano para no salirse de la casa del novelista… “La universidad”.
No obstante, aunque estuviera lleno de trabajo, Misaki no podía dejar de pensar en la única persona que quería en este mundo y más cuando sabía perfectamente que esa mujer, aunque fuera su editora, se encontraba en su casa.
Y no es que le tuviera celos o algo así, ya desde hacía un tiempo atrás los había superado; además de que confiaba demasiado en su casero para pensar que lo engañaba con tan horrenda mujer; solo era que no compartía la idea de que alguien le gritara a su novio por no entregar sus trabajos a tiempo.
Sin duda como odiaba ver el menor que aquella mujer tuviera que gritarle a su novio una y otra vez por haberse distraído y no haber cumplido con la fecha de entrega y sus responsabilidades. Pero desgraciadamente era su editora la encargada de hacer que el Gran Akihiko-sensei cumpliera su trabajo y eso ni él podía replicarle.
Además había que aceptarlo, Akihiko tenía muchas cualidades, era guapo; sexy, caballeroso, un maestro en la cama y cariñoso con él a no más poder, pero entregar su trabajo a tiempo no estaba entre esas y por más que quisiera tenerlo para él solito no sería capaz de decirle que le molestaba la presencia de la pelirroja.
Así que resignado, Misaki se dispuso a entrar a sus clases para dejar de pensar en aquella mujer que tenía la obligación de hacer cumplir a l escritor con su trabajo.
-Buenos días Misaki ¿A qué se debe tal honor de tu visita?- Pregunto sarcásticamente un joven de cabellos grises y lentes al ver como el castaño se dirigía a tomar asiento a un lado de él.
-Buenos días sempai, también me alegra mucho verte- Contesto sonriendo el oji-verde, mientras se colocaba en su asiento y veía ver al profesor You Miyagi llegar al salón para impartir su clase.
-¿Y bien Misaki? ¿No me vas a decir por qué has faltado mucho últimamente?- Pregunto el mayor pícaramente mientras veía como el menor se sentaba despreocupadamente sobre de él y no emita ninguna palabra justificando las múltiples que había tenido. No obstante no espero mucho para recibir la segura respuesta del castaño.
-Tuve que cumplir mis deberes- Sonrió alegre y orgullosamente Misaki.
-¿Deberes? ¿Qué clase de deberes?-Volvió a hacer énfasis el estudiante mayor para ver si podría sacar un poco de información de aquel aparentemente tímido niño
-…..Mi deberes con mi novio Usagi-san- Orgullosamente volvió a contestar el menor, mientras veía como el joven de cabellos grises que ponía una expresión seria por las palabras antes dichas. Y no era por demás, si Misaki sabía perfectamente que su sempai tenía un amor escondido hacia el escritor. Pero aunque fuera su amigo, el oji-verde no podía ocultar lo que sentía por el novelista y tenía que poner a su lugar a cualquiera que si quiera intentara acercarle al escritor. Y más cuando se trataba de aquella persona que haría lo que fuera para quitarle a su amado.
Después de esto el mayor guardo silencio, y no volvió a hacer preguntas por no imaginarse que clase de “deberes” Misaki habría hecho con el peli-plata para no haber venido varios días a la escuela.
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Mientras tanto en la Residencia Usami; Akihiko ya no sabía cómo desaparecer las ganas de matar a la pelirroja por permitir que su adorado niño se hubiera alejado de sus brazos y por obligarlo a escribir una columna de algún periódico que ni él conocía.
Y es que si no fuera por la intromisión de su tonta editora; en esos instantes habría tenido a Misaki debajo de él gimiendo suplicando que lo hiciera suyo más de una vez y lo llenara complemente de su esencia.
¡Estúpida Aikawa que lo había interrumpido en pleno momento amoroso!
-¡¡Apúrese sensei!! ¡¡Deje de divagar en sus pensamientos y termine el trabajo!!- Mencionó molesta Aikawa mientras veía como el novelista en lugar de escribir en su computadora y se la pasaba imaginando mil y un cosas.
-Ya voy, ya voy- Contesto de mala gana el mayor, mientras pensaba seriamente en cambiar de profesión para no tener que lidiar con esa horrible mujer que le pedía escribir algo totalmente imposible para él.
Y es que lo era… por qué ¿Cómo demonios quería Aikawa que escribiera sobre la caída de las bolsas financieras internacionales; si el mayor solo podía pensar en ver a Misaki desnudo arriba de él, lleno de placer mientras los dos se fundían en un mar de lujuria a mitad de la sala de su casa?
¡¡¡Era totalmente imposible!!
Pero aunque lo fuera; el mayor estaba consciente de que si no terminaba su trabajo pronto aquella mujer no se iría de su casa y no lo dejaría realizar sus más bajas fantasías sexuales con él pequeño niño que adoraba a no más poder. Así que tratando de no imaginar mucho en los planes que haría con Misaki tan pronto este regresara a su hogar, Akihiko se puso a analizar y escribir lo que Aikawa le pedía.
Al paso de algunas hora, el escritor ya había terminado de escribir el artículo periodístico que la pelirroja le había pedido; Sin embargo aun faltaba lo más pesado, editarlo y corregir los pequeños detalles gramaticales y de coherencia en el texto. Pero tanto la editora como el escritor estaba exhaustos y más este ultimo que por más que hiciera esfuerzos no dejaba de imaginare a su lindo niño abrazado de él.
-Sensei voy a ir a buscar a fuera algo para comer, descanse un poco y mas al rato continuaremos el trabajo ¿De acuerdo?- Interrumpió el silencio que había en al habitación la editora mientras recogía algo de dinero de su bolso y se dirigía a la puerta de salida para cumplir su objetivo. No obstante, no recibió respuesta alguna del escritor que estaba enojado por las últimas palabras de su editora ¡¿Cómo era posible que ella si se diera tiempo para ir a buscar algo que come y a él no le hubiera dejado complacer a su novio en la mañana?!
Al ver la expresión del novelista prontamente Aikawa salió del lugar y dejo al mayor con sus pensamientos de querer ver a su amado y continuar con lo que había dejado pendiente. Los mismos que a medida que pasaba el tiempo iba incrementando; sobre todo al pensar que faltaban un par de horas para que su castaño llegara a la casa, que sin duda, era una tortura para el escritor y más porque desde que su niño se había recostado sobre él desnudo había despertado su libido y sus deseos de nuevamente amarlo.
Pero ante esto, el mayor sabía perfectamente que entre más pensara en su hermoso pequeño no podría continuar su trabajo y la bruja de su editora no se iría; Así que sabiendo que era la única opción de bajar un poco sus ansias y sabiendo de antemano que Aikawa tardaría por lo menos media hora en volver, Akihiko decidió tomar una ducha de agua fría para disipar sus pervertidas ideas y para aguantar hasta que sus niño regresara de la escuela.
Rápidamente Akihiko, entro al cuarto de baño, se quito totalmente la ropa que traía puesta, abrió a no más poder la llave del agua fría y entro al baño con el único deseo de olvidar las enormes ganas que tenia de someter a su amado y de penetrarlo salvajemente toda la noche.
# 6
La espera por ver a su amado era demasiada y el no saber nada de las clases hacía que Misaki se desesperada más. Sin embargo, y para su buena suerte, un maestro no había llegado y había podido salir antes de su escuela dejándolo totalmente libre para ir a ver a Akihiko y terminar lo que había dejado pendiente en la mañana y que nadie los interrumpiera.
Sin tomar en cuenta a nada ni a nadie Misaki se dirigió corriendo hacia su casa con él único deseo de estar con su novio y más porque si sus cálculos no le fallaban, la molesta de su editora ya se habría marchado y nadie los podía detener de amarse locamente.
No paso mucho tiempo para que el menor arribara al departamento del mayor y para que entrara sigilosamente en este, pensando que a lo mejor su casero se encontraba dormido esperando a su llegada; No obstante, al oír como la llave de la ducha se encontraba abierta su anterior idea se convirtió en un juguetón y seductor pensamiento para poder llevar a cabo alguna de las fantasías sexuales que su novio días atrás le había confesado.
Así que dispuesto a cumplir cualquier gusto de su novio, y aprovechando que la puerta estaba sin seguro, sonriendo Misaki muy lentamente entro al cuarto de baño, y empezó a quitarse su ropa sin que se diera cuenta el peli-plata de su presencia para entrar con él y que los dos pudieran amarse locamente.
Por su parte Akihiko, pensando en que el agua fría relajaba sus músculos y lo hacía olvidar de querer estar con Misaki, cerró sus ojos y no pudo notar como el menor se inmiscuía a esta y como veía hipnotizado su desnudez. Fue hasta que el menor muy suavemente empezó a acariciar con su mano su pecho, que el novelista abrió sus ojos y pudo observar tan inusual escena de tener a Misaki desnudo totalmente, en la ducha y con su mirada ansiosa de estar con él.
-Misaki… No te escuchar llegar- Suspiro excitado el novelista al ver como su niño sensualmente se le acercaba a abrazarlo incitándolo a que continuaran lo que había dejado pendiente en la mañana.
-Eso fue por qué no hice ruido para no molestarte- Contesto pícaramente el menor, mientras que abrazado de su seme posaba sus labios en el pecho de este para empezará proporcionar pequeños besitos a lo largo de la empapada piel de Akihiko.
Viendo como el mayor se quedaba totalmente hipnotizado ante su presencia; Misaki principio a estimularlo con pequeños besitos a lo largo de su abdomen recorriéndolo una y otra vez hasta que llego a uno de los pezones del mayor, el cual al sentirlo, con algo de desesperación empezó a besarlo mientras que con su otra mano recorría lentamente y sin pena alguna el cuerpo del escritor.
Con gran habilidad y como si se tratara de su exquisito manjar, Misaki se posesiono del izquierdo botón rosa del mayor, cerro sus ojos y con gran ansia empezó a lamerla una y otra vez recorriéndola de adentro hacia fuera y de un lado al otro varias veces para proporcionarle placer a su seme.
Cuando acabo de su labor hizo exactamente lo mismo con el otro pezón deleitándose al momento por ser el único en poderlo disfrutar de esa forma tan lujuriosa como lo estaba haciendo.
Mientras tanto Akihiko no podía creer lo que estaba viendo, y no es que su niño no le hubiera seducido antes, por el contrario cada vez que hacían el amor Misaki se entregaba completamente a él y cualquier petición sexual que quisiera, se la complacía de inmediato; Sin embargo, no podía creer como su fuerza de voluntad, la misma que lo había llevado a tomar ese baño para olvidar sus deseos, lo había traicionado tan rápido y con solo ver a su niño de esa forma.
-Usagi-san ya estás muy duro ¿Quieres que te ayude con eso?- Pronuncio provocativamente el castaño en uno de los oídos del mayor mientras que con una mano acariciaba lascivamente al hombría de su seme y con la otra mano se dedicaba a acariciar el fuerte pecho de este.
-Por supuesto Misaki…- Suspiro Akihiko excitado a no más poder y con su libido al cien por ciento por tener tan cooperativo al menor.- …Pero hazlo con tu boca ¿De acuerdo mi Misaki?-
Al ver la mirada deseosa de su seme por sentir su miembro entre sus labios; Misaki sonrió y muy lentamente se dispuso a cumplir la petición de su amado Akihiko.
Con las gotitas de agua fría que chocaba entre su cara y escurrían por su cuerpo, lentamente Misaki se hincó en el suelo, dejando a la altura de sus labios la erecta hombría de su amado, lo miro lleno de deseo y muy despacio fue abriendo su pequeña boquita para introducirla en ella y concederle ese placer que su amado le pedía agritos desde la mañana.
Sin embargo antes de que pudiera sentir el palpitante miembro de Akihiko entre sus labios o escuchar la ronca voz de el escritor diciéndole lo bien que lo hacía, la loca de su editora regreso de su media hora de comida y nuevamente interrumpió con todo lo planeado, sin impórtale que el menor estuviera deseoso por estar con su seme y complacerlo de todas manera.
-¡¡¡SENSEI SALGA DE LA DUCHA!!! ¡¡TENEMOS QUE ACABAR EL ESCRITO ANTES DE QUE MISAKI-KUN LLEGUE A CASA!!! –Grito Aikawa mientras tocaba furiosa e histérica la puerta del cuarto de baño.
Ante esto y sabiendo de antemano que otra vez iba a volverá a pasar lo de al mañana y Misaki dejaría de proporcionarle sus caricias. Akihiko tomo a Misaki de la maño, lo levanto del suelo y rápidamente lo empujo hacia una de las paredes de la ducha par empezarlo a besar desesperadamente por todo su cuerpo e impedirle que se fuera de ese lugar.
-Concéntrate solo en mi voz… olvida que ella esta fuera y continuemos con lo que estamos haciendo mi Misaki- Pronuncio el mayor roncamente en uno de los oídos de su amado con la intensión de que no se apartara de él y lo dejara tenerlo una vez más pese a las protestas de su editora, que detrás de la puerta le gritaba a no más poder.
-¡¡¡SENSEI NO SEA DESOBLIGADO!!! ¡¡¡YA SALGA DE UNA VEZ!!!- Volvió a gritar Aikawa al ver que el escritor no hacia ni el intento de salir del lugar.
Sin embargo, la voz de Aikawa era totalmente escuchado en la ducha, y ni con el sonido de el agua cayendo podría ocultarse.
Así que otra vez interrumpido y frustrado en sus planes Misaki intento librase del desesperado agarre de su seme; No obstante, al sentir como su niño forcejeaba con sus besos y caricias, Akihiko nuevamente le susurro lo anterior pronunciado, con la esperanza de hacerlo cambiar de opinión; mientras que totalmente excitado tacaba lascivamente cada parte del cuerpo de su niño tratando de incitarlo a que lo ayudara a deshacerse de los deseos que tenía por hacerle el amor.
Sin embargo esto no paso; totalmente frustrado por tener a la loca de la editora del novelista a pocos metros de ellos, Misaki se libro del agarre de su seme y puso fin a todo con al siguiente frase dejando paralizado al mayor.
-¡Usagi-san basta! ¡¡Yo no quiero hacerlo si Aikawa-san está afuera gritando tu nombre!!.. ¡¡¿Qué no vez que me pongo muy celoso al pensar que mientras me entrego a ti, tu puedes estar pensando en ella?!!- Hizo una pausa el menor para tomar un poco de aire - ¡¡Yo no quiero compartirte con nadie Usagi-san!!...Así que por favor termina ya tu trabajo para que Aikawa-san se vaya lo más pronto de nuestra casa-Sentencio visiblemente enojado el castaño al mismo tiempo que salía de la ducha y envolvía la mitad de su cuerpo en una toalla
Ante esto el mayor solo se quedo totalmente estupefacto viéndolo. De verdad su niño tenía muchos celos de su editora y era su culpa por no haberlos disipado desde el principio.
-¡¡¡CON UN DEMONIO SENSEI!!! ¡¡¡SALGA YA DEL BAÑO!!! ¡¡¡O VOY A ENTRAR POR USTED Y LO VOY A SACAR DE AHÍ, IMPORTANDOME POCO SI ESTA DESNUDO O NO!!!- Grito Aikawa sin saber que Misaki se encontraba escuchando lo anterior y con sus celos a no más poder por pensar en que esa mujer pudiera si quiera ver a su amado desnudo en al ducha.
- Te lo pido Usagi-san, acaba pronto para que ella se vaya…-Le pronuncio Misaki a Akihiko lo más calmadamente posible y controlando a no más poder sus celos. Acto seguido abrió la puerta del baño y salió, dejando al momento impactada a la pelirroja por verlo mojado, enojado y con la toalla en la cintura.
-Misaki-kun… no sabía que eras tú el que estaba en la ducha… Perdóname yo… yo estaba buscando a sensei para que cumpla su trabajo ¿No lo has visto?- Recitó tímidamente Aikawa al verlo, por obvias razones, tan molesto.
Sin embargo ante estas palabras el menor, solo le dedico una fulmínate mirada y pronuncio lo más cortante posible lo siguiente.
-Si lo busca, está ahí adentro- Después de esto Misaki se dispuso a ir a su habitación para cambiarse lo más pronto posible y vigilar aquella mujer que no intentara propasarse o hacer algo indebido con el escritor.
En ese momento Misaki se dio cuenta de que tenía celos excesivos por el escritor, pero más dio cuenta de que por el ser amado, él seria incluso capaz de aniquilar a todo el que se pusiera en su camino con tal de estar con Akihiko y tenerlo solo y exclusivamente para él.
CONTINUARA…
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