Mi nombre es Misaki Takahashi. Soy un estudiante de Economía en la universidad de Mitsuhashi y vivo en la casa del mejor amigo de mi hermano, Lord Akihiko Usami (no se porque adopte la costumbre de llamarle Usagi-san) quien es un famoso y galardonado escritor. Sinceramente no tenemos mucho en común y nuestra diferencia de edad es algo grande, pero eso no significa que no podamos hablar tranquilamente o soportar la presencia del otro. Me encantaría decir que mantenemos nuestra distancia, pasamos muy poco tiempo juntos y que de ninguna manera tenemos una relación intima o sexual… Pero eso seria una completa mentira.
Usagi-san es un hombre difícil de describir, en gran parte por lo RARO que es. Realmente se preocupa por mi (quizás demasiado) y siempre se preocupa por mi felicidad. Pero por otro lado es frío, solitario, fuma como una chimenea y tiene una actitud de “grande y poderoso” en la que las cosas son como el dice…o como el dice!! Pero lo que mas me molesta es que yo quizás lo amo por eso…Bueno quizás!!!
Me pare en la cocina, recargado en el recibidor y meditando lo enfermo de mi situación, jugando inconcientemente con el moño de Suzuki-san junior y observando fijamente a Usagi-san, que estaba en medio del sofá de la amplia sala, con un libro en una mano y en lastra un cigarrillo. (Si el día en el que yo salgo temprano, es su día libre…Algo mas que una coincidencia no creen?)
-Misaki?- Yo salte sobresaltado, al percatarme de su molesta voz interrumpiendo mis pensamientos.
–Ven aquí- dijo dejando su cigarrillo en el cenicero de panda y palmeando el sitio a su lado.
En respuesta, yo entrecerré los ojos mirándole.-Porque?-gruñí mirando su suspicaz e inocente sonrisa.
-Porque estoy solo y Suzuki-san esta en mi habitación.-respondió regresando su vista al libro.
-Bueno, iré por el-respondí suspirando y comencé a subir las escaleras.
-No, yo quiero a Misaki-
-Ngh…Vale-Sabia que estaba cavando mi propia tumba pero decidí tomar mis pocas oportunidades de salir vivo al sentarme a su lado y esperar mi cruel destino.
Como si me diera la razón, Usagi-san abrazo mi cintura y siguió en su libro mientras yo me sentaba ahí como un limón.
-Um…Sensei…esto es realmente necesario?-pregunte tratando de liberarme y casi seguro de que Usagi-san me estrechaba con mas fuerza.
-Si-respondió secamente y siguió leyendo, ignorando mis intentos de liberarme de su abrazo.
-Nghhhh-suspire con fuerza con el conocimiento de que Usagi-san no se movería para nada en un rato, me acomode en una posición mas cómoda, después de rendirme y sentarme en total silencio(pero cargándome una cara de miseria esperando que me consiguiera ver).
Después de una hora creo(según el reloj de Usagi-san solo 5 minutos, pero sospecho que era mentira)me empecé a hartar, aunque estaba bien. Usagi-san se veía realmente feliz mientras me acercaba mas a el. Solo podía intentar adivinar que era tan especial de mí.
-Bueno-Usagi-san se acercaba al final de su libro-Creo que es hora de hacerle caso a mi Misaki.-
-WH-Caso?! Que significa eso?!-yo reinicie mi intento de huida cuando Usagi-san comenzó la ultima pagina. Esto era, yo sabia que terminaría envuelto en alguno de los juegos estúpidos de Usagi-san.
-Ahora- El puso su libro en la mesita y con su ya libre mano me abrazo.
-ESTUPIDO USAGI!!- trate de mover mis brazos en protesta pero fui detenido por sus fuertes manos que me recostaron en el sofá.
-Eres tan lindo- Usagi-san susurro esas dulces palabras cerca de mis labios, trate de moverme en protesta pero cerré los ojos mientras el se acercaba totalmente, haciendo que nuestros labios se encontraran. Yo sabia que el estaba mal, intente con todas mis fuerzas empujarlo, pero los dulces besos que me daba eran demasiado para resistirme.
-Misaki-me susurro mientras una mano fría se deslizaba por mi cuerpo hasta mi cintura, sus dedos tomaron juguetonamente la parte superior de mis jeans.
-N-no por favor, los dos somos hombres-suplique desesperado, sin hacer anda para detenerlo mientras el lamía mi cuello y seguía jugueteando alrededor de mi cintura.
-M-mi cuerpo no es un juguete!!Déjame en paz!!-mi respiración se aceleraba y se hacia mas profunda y me detuve asustado, no podía permitir que Usagi-san oyera mi voz, no podía dejar que supiera cuanto me estremecía y hacia que mi cuerpo pidiese mas.
-No te detengas-me susurro al oído y su mano se deslizo hasta el frente de mis jeans.-Ya estas duro?-sentí la urgente necesidad de empujarlo mientras el se complacía por mi obvia erección, pero esa urgencia desapareció cuando comenzó a acariciarla, y todo lo que quedo fue mi necesidad de sentir mas placer.
-Estas esforzándote por no hacer ningún sonido verdad?-asentí vigorosamente, sabiendo que si hablaba empezaría a gemir. Me mordí el labio cuando la mano de Usagi-san se introdujo en mis jeans y estrujaba con más fuerza mis boxers y sentí su agitada respiración en mi oído.
-Te voy a follar hasta que grites-cada palabra me mandaba un escalofrío hasta la parte baja de mi columna y cuando lo sentía en la piel, mi necesidad de gemir era incontrolable.
Con el suave movimiento de su mano dentro de mis boxers, deje escapar un fuerte gemido, incapaz de contener esa poderosa presión en mi estomago, cada gemido lanzaba una descarga de placer en mi cuerpo.
-Eso es…-Usagi-san susurraba a través de sus fuertes jadeos, su mano se movía mas rápido mientras yo anhelaba mas-Realmente te gusta aquí no? Pero también te gusta por aquí-dijo burlón sacando su mano de mis boxers y metiéndola en la parte trasera de mis jeans, comenzando a meter sus dedos con más fuerza que nunca.
-P-Por favor n-no ahí-trate de decir exhalando sonidos de desesperación, pero me detuvieron sus dedos, que me empezaban a acariciar dentro. –I-Uh!! U-Usagi!!-gemí con mas fuerza que nunca, la velocidad y el movimiento de sus dedos mandaba deliciosas sensaciones por todo mi cuerpo, mientras me pegaba a el con fuerza y su excitación crecía con violencia.
Usagi-san se mordió el labio mientras me veía jadeando y temblando por el movimiento de su mano, el también jadeaba mas mientras se ponía encima de mi y con la otra mano me acariciaba el cuerpo, observando atento mis reacciones.
-Como se siente?-pregunto con su bella y baja voz, con su mano acariciaba mi pecho.
-M-mal, lo odio, d-debes detenerte.-mentí sintiendo la presión de mi estomago, placentera y algo dolorosa.
-Así que así se siente?-Usagi-san inmediatamente empezó a empujar sus dedos mas rápido y profundo, tanto que me causaba un revoltijo de sensaciones que saque en un fuerte grito.
-Tu, sucio mentiroso-
El sofá crujió con fuerza mientras me daba placer mas rápido, su boca se curvaba en una sonrisa, estaba muy complacido por mis reacciones.-Tócame Misaki- Sentí que mi mano era arrastrada hasta sus boxers y comience a acariciarle rápidamente, el movía sus dedos como nunca y mi cuerpo se tenso al oír el maravilloso sonido de los gemidos de Usagi-san.
Empecé a sudar mientras nuestras manos se movían mas veloces y nuestros gemidos se hacían mas fuertes, podía sentir el calor de Usagi-san creciendo intensamente, mientras ambos nos acercábamos al éxtasis, y bufe levemente al sentir la otra mano de Usagi-san acariciando de nuevo mi cuerpo, lo que acrecentaba el placer.
-N-no U-Usagi, voy a…-dije entre jadeos y fuertes gemidos, el me ignoro y me quito los jeans y los boxers.-Joder, U-Usagi!!-
Antes de poderlo frenar, empezó a penetrarme, grite en una extraña mezcla de dolor y placer, me aferre a Usagi-san y el me penetraba mas profundo. La sensación de sus penetraciones era desastroso e intimo, y mientras gritábamos al unísono nuestros cuerpos se unieron y sentíamos que el clímax ya estaba próximo.
-V-voy a-a…-trate de decir pero era difícil entre los constantes gemidos y jadeos de Usagi-san, sentí que estrechaba con fuerza mi cadera mientras su cuerpo se tensaba.
-J-juntos-dijo poniendo mi cuerpo sobre el suyo y grite cuando me forzó a dar sentones, como ayuda a sus embestidas. Seguí haciéndolo, el eco de su voz al dejarme caer, me acercaba más y más al clímax.
Con un último grito, mi mente se puso totalmente en blanco, todo lo que sentía era ese éxtasis y el latir fuerte de mi corazón.
Momentos después, abrí mis ojos, mi cuerpo me pesaba y estaba cubierto de sudor, me comencé a recuperar de esas consecuencias que me azotaban. Me percate de que me había recostado en Usagi-san, cuyos brazos me estrechaban con fuerza.
Sabía que no me debía de haber sentado en aquel maldito sillón.