Ella es ese sueño que tuve despierto,
Un recuerdo leve de esto que siento.
Una sacudida, a mis salidas,
La cima de un beso en un brinco suicida.
Sonaba alto la música en aquel antro donde siempre pasaba mis noches bailando, besando, inclusive fajando; pero siempre sin tener sexo, no era tan fácil.
- Esta canción tan perfecta es dedicada por todos aquí al niño de siempre: Kitsune. - decía el DJ, mi mejor amigo Shikamaru.
Era yo un chico rubio, moreno, de ojos azules y con un buen cuerpo, procuraba siempre estar marcado y delgado y siempre vestía ropas que lo dejasen ver.
Yo: Naruto, era mejor conocido por todos como Kitsune, cada noche me dedicaban las mismas canciones por diferentes personas, siempre lo mismo, siempre diciendo que me deseaban, que era hermoso, que gustaban de mí.
Su fuente de energía cautiva mis sensores
Pues no hay que la controle cuando baila encendía.
Tiene dentro esa chispa que quema transistores,
Vive de una elipsis que enciende sus motores.
Continué con mis bailes de siempre, no me importaba que me dedicaran o no canciones, siempre era lo mismo.
- Eres hermoso. - me decía un chico de mi edad, alto, pálido, de ojos y cabello negro, facciones finas; pero una sonrisa finguida.
- Ya lo sabía, gracias. - dije cortante mientras pedía un vodka.
- ¿Bailas? - me preguntó.
- Seguro. - accedí sin problemas.
Fuimos a la pista nuevamente y bailamos, bastante juntos aquella canción que me sabía de memoria.
Salio a la disco bailar,
Una diva virtual.
Chequea como se menea.
Uhh Uhh!
Chequea como se menea.
Uhh! Uhh! Uhh!
Chequea como se menea.
Todos me miraban, todos me gritaban o me decían algo, siempre; todos me deseaban y con la mirada me lo dejaban saber.
- Así que tú eres el kitsune. - dijo sonriendo al ver las miradas de envidia que recibía por estar conmigo.
- Así es, ese soy yo. - dije sonriéndo de forma zorruna, haciendo alusión a mi apodo.
- Delicioso. - me susurró al oído cuando rozamos realmente sin quererlo nuestros miembros por sobre la ropa.
Lo empujé y regresé a la barra, no quería tener sexo con nadie y por su reacción eso era lo que él deseaba.
Chequea como te robo con su táctica,
Me ahogo con la batería su técnica.
Su modelo vive con cintura plástica,
Con los movimientos de la mujer biónica.
Tomé mi vodka y seguí escuchando aquella canción que todos y todas denominaban como mía.
- Cada vez encuentro esto más aburrido, sólo ya nada es igual. - pensé dandole un sorbo a mi vaso.
Antes solía venir con mi amigo Gaara; pero desde que me dijo que le gustaba se distanció de mí, yo no tengo problema, de hecho no conozco a nadie que no guste de mí, nadie que nunca haya sentido algo por mí, nadie que no me desee, por lo que ya estaba acostumbrado.
She’s On Fire!
Ta’ encendía’
Con la sangre high prendía’,
Hoy no quiere ver la luz del día,
No trajo bruju, esta noche anda perdía.
Desde entonces venía sólo, compartiendo mi cuerpo con todos los que estuviesen ahí en la pista y no era tan divertido por que no me sabían llevar el ritmo.
- Naruto, eres endemoniadamente sexy, cuídate más. - dijo de pronto un amigo llamado Kiba.
- Kiba, exageras.
- No sabes quienes vienen, cuídate que bien sabes que es lo que provocas. - dijo en mi oído para irse de nuevo.
Soy sicario, soy su tipo calentándose,
Mientras que su frecuencia esta sintiéndose.
Su fluido corporal esta exportándose,
Robótica en la pista esta luciéndose.
Yo nunca antes me había sentido sexy o hermoso, hasta que un día Gaara me había traído a este lugar y descubrí que los demás no dejaban de mirarme.
Apenas noté en aquella ocasión las miradas sobre mí sentí un remolino dentro de mí, me gustaba llamar la atención, me encantaba ser la sensación, provocar, hacer que me desearan.
Desde entonces no podía evitar hacerlo en donde fuere, en el colegio yo no podía dejar de ser el más atractivo, más deseado, más provocativo.
Salio a la disco bailar,
Una diva virtual.
Chequea como se menea.
Uhh Uhh!
Chequea como se menea.
Uhh! Uhh! Uhh!
Chequea como se menea.
En mi casa mi hermano Deidara ya me había dicho en varias ocasiones que no le interesaba hacer insesto, que conmigo lo haría; mis mejores amigos siempre habían sido honestos, me desean todos y cada uno sin excepción.
Mis amigas me deseaban también, los maestros, mi familia, adultos, jóvenes; no importaba, todos me lo habían dicho, a todos se les notaba, todos eran obvios.
- Ya estoy acostumbrado a eso, quisiera... que por una vez fuera diferente. - dije para mí mismo sin si quiera pensar en sí alguien me oía.
Seguí en aquella fiesta que por lo general disfrutaba aunque ahora no podía, no quería.
Chequea como te robo con su táctica,
Me ahogo con la batería su técnica.
Su modelo vive con cintura plástica,
Con los movimientos de la mujer biónica.
Quería irme y a la vez por algún motivo tenía ganas de quedarme, a veces era bueno seguir las corazonadas y yo no era un especialista; pero decidí quedarme un rato más, no me haría daño.
Apenas llevaba unos tragos de vodka encima cuando sentí el celular sonando y vibrando en mi bolsillo.
Era un texto de mi hermano Deidara que me pedía no llegase a la casa temprano, al parecer estaría con su queridísimo novio, me daba igual.
Chequea como te robo con su táctica,
Me ahogo con la batería su técnica.
Su modelo vive con cintura plástica,
Con los movimientos de la mujer biónica.
Me acerqué a la pista de nuevo y seguí bailando otro poco, tal vez encontraría a alguien con quién pasar un rato.
Bailé y seguí bailando aún sin encontrar nada que fuese de mi agrado o que llamase mi atención.
Bailé hasta el amanecer, nadie me había llamado la atención y tenía clases horas después, por lo que pagué mis cosas y me fui a casa.
Al llegar a la casa noté que habían maletas en la sala, al parecer teníamos visitas, pasé por la habitación de huéspedes y estaba vacía y cuando pasé por la sala de arte de mi hermano vi que estaba con dos personas.