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Entre tu y yo por KariHondaMeyer

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Notas del fanfic:

Tengo mucho tiempo con esto en la cabeza, no soy la mejor en gramatica y ortografìa y ando buscando una Beta, si tienen info...

Advertencia, he leido a otras autoras y puede que en algunos detalles me haya inspirado en ellas, nunca con motivo de plagio, pero para mayor seguridad, estas son las autoras que admiro

-plock

-naruko

y alguna otra de por ahì a la que nunca he visto el nick pero que la haya leido mucho...

 

 

Notas del capitulo:

Bueno, bueno, este es el primer chap, tengo mucho tiempo con el escrito y guardado enlo mas profundo de mi pc...

Es la introducciòn, no sean tan estrictos, y algunos detalles ya los ire desarrollando a lo largo de la historia.

Como iniciarlo lo agarre de mi propia situaciòn, pues mis compañeras y yo abrimos un grupo por face para hacer las tareas XD

                       “si me preguntasen ¿Qué es lo que más aprecias en la vida? yo no sabria que contestar..."

Un cosquilleo subía por su estómago, hasta perderse en su húmeda garganta, ya se debería de haber acostumbrado, habían hecho eso tantas veces… pero en vez de eso, la sentía como si fuera un primerizo, es que la sola presencia del pequeño debajo suyo lo hacía olvidar toda experiencia, todo pensamiento, toda distracción y placer que no fuera enfocado a el, puesto que era todo su mundo. A estas alturas, las personas comunes con sentimientos mediocres ya se habrían fastidiado del compañero, sobre todo por vivir juntos, comer en el mismo comedor, dormir en la misma cama…. Pero los sentimientos de la pareja estaban lejos de ser mediocres, estaban tan apegados el uno al otro que casi se podía decir, en un examen superficial, que rayaba lo dependiente, y prácticamente, si el amor va acompañado de dependencia, así era, aunque el mayor no lo aparentara y el menor lo negara

Beso tierno y demandante el cuello del menor, este soltó un profundo suspiro, a lo que el peli plata sonrió, aunque callara, sabía por sus acciones y reacciones cuanto le amaba y deseaba y claro, eso lo hacía sumamente feliz, ver como se estremecía, como suspiraba, como se retorcía de placer el cuerpo debajo suya a cada contacto, de él, solo de él.

- Espera un momento, por favor – sintió como le acarició el rostro, mientras la otra mano recorría su ancha y fuerte espalda, suavemente, cálidamente, el límite al que llegaba, a pesar de que nunca le negaba nada, esta vez no podía complacerlo, lo deseaba, lo necesitaba demasiado como para esperar, bajó la mano que estaba sobre su pecho, acariciando su torso, erizándole la piel, más y más hasta llegar a…

 

- HAAA¡ - se levantó sobre saltado del sillón en el que se encontraba recostado y con los ojos cerrados, ese grito no era exactamente lo que esperaba, buscó al causante con la mirada, algo alterado, hasta que lo encontró, tumbado en el suelo, sobándose la espalda baja – ¡usagi-san baka! - gritó su amante – si te vas a quedar dormido al menos deja la taza llena en la mesita – se levantó indicando el líquido café derramado en el piso, con el que había resbalado y así caído, dándose contra el suelo.

- Tu tienes la culpa – murmuro molesto de que lo hubiera sacado de su fantasía mental, necesaria para su próxima novela BL, dejó la taza medio vacía que tenía enredada en los dedos y se inclinó hacia el menor – estando tan cerca, debiste caer encima de mí – le regala una de sus sonrisas insinuantes, para halarlo de la ropa y que cayera en el sillón, sobre su cadera

- Us…usagi-san¡ - protestó el castaño, intentando levantarse, en respuesta, logró que el otro se aferrara a su cintura – por favor… - quedó silenciado por un casto beso – tengo cosas que hacer

- Me has despertado – murmuró en su oído, provocando que la persona sobre él se estremeciera – ahora afronta las consecuencias – coló una mano debajo de la playera azul zafiro que armonizaba de

alguna extraña manera con sus ojos verdes, para acariciar la delicada piel del dorso, provocando a su novio, que se removía inquieto sobre el

- No…n…-suspiros, era lo único que lograba articular, se estaba empezando a dejar llevar, poco a poco por esas frías y fuertes manos, cuando el timbre empezó a sonar incesantemente, como cuando dejas presionado el botón. En un principio el escritor besó al universitario para que este no gritara “ya voy”, pero segundos después empezaron a golpear la bocina, haciendo un ruido ensordecedor, aún con el timbre presionado, estaba claro que su niño le reclamaría duramente si hacía algo que pudiera oír la persona de allá afuera, así que lo soltó, inmediatamente el castaño corrió despavorido hacia la puerta, vamos, ni le estuviera haciendo algo malo

- ¿si? – preguntó a la bocina un Misaki nervioso, agitado y sonrojado

- Paquete para takahashi Misaki – respondió una voz juvenil y alegre

- Pase- dijo Misaki extrañado, que le enviaran un paquete ¿a el? Que raro, a menos que fuera de su hermano, si era así no tenía mucha importancia

Usami, al ver que Misaki se quedaba cerca de la puerta para abrir ya que pronto aparecería alguien ahí, se levantó para reemplazar el café tirado y prender un cigarrillo, a los pocos minutos se escucharon unos pequeños golpecitos en la puerta, Misaki, abrió inmediatamente

- ¿no me había dicho que era un paquete? – dijo impresionado al ver el enorme ramillete de rosas rojas aparecer frente a sus ojos

- ¿e? lo siento, es que es mi primer día de trabajo y a todo le llamo paquete – contesto el joven de unos 15 años, parado ahí enfrente, rascándose la cabeza por el nerviosismo, abrió los ojos y se sonrojó al ver las hermosas pupilas del castaño – esto, disculpe lo del escándalo, pero se lo debí de haber entregado hace ya media hora y si me quedo con alguno lo descuentan de mi salario –tartamudeo apenas, se suponía que si eras buen empleado no debías de decir eso, pero era un niño, era novato y los ojos de enfrente lo estaban matando, de pronto sintió algo extraño en su frente, que no era nada mas ni nada menos que la mirada envenenada que le dedicaba cierto albino, pues se había dado cuenta de las reacciones del adolescente, caminó rápido hacia el pobre chico y lo encaró

- Bien, si ya terminaste, vete – gritó y le cerró la puerta en la cara sin que Misaki haya firmado el documento de recibido

- Cálmate Usagi- san – murmuró el pequeño – el chico solo hacía su trabajo, no te desquites con el si estas de mal humor – era claro como el agua que no se había dado cuenta de las miradas que le echó, “pobre niño inocente” pensó el mayor, sintiendo unas enormes ganas de abrazarlo – quien habrá sido- distraído, buscaba la tarjeta entre tanta maleza y rosas, poniendo el arreglo sobre la mesa, hasta que la encontró – de Usami Haruhiko – el cabello de su nuca se erizó, pero siguió leyendo – te amo, algún día te alejaré de Akihiko, para que seas solo mío, solo tienes que esperarme – al terminar de leer le temblaba la voz, sentía vértigo y empezó a gritar de desesperación

- HAA ¿Por qué continúa con eso? – se halaba el cabello, se tiraba al sillón y daba vueltas sobre el colchón, mientras veía como el mayor tomaba el gran arreglo, con camino al triturador de basura en la cocina – ha, no, usagi- san, eso es una grosería – corrió detrás de él para rescatar a las pobres flores, lo cual logro, a duras penas, pero lo logró, molestando al otro, lo que más le molestaba no era que misaki recibiera flores (aunque claro que lo hacía) si no, de quien las estaba recibiendo – que desperdicio, triturar a unas pobres plantitas

- Misaki – ese susurro… esa voz, ese tono, lograron que el aludido se estremeciera y mirara lentamente hacia el, sabía lo que seguía a continuación, una guerra, ahora los hermanos se pelearían por cual era el arreglo mas grande o las flores mas hermosas, estaba esperando un reclamo, pero a cambio de ello, recibió los labios del otro, conocía demasiado bien a su casero como saber que esa era una posibilidad de lo que tenía planeado hacer, pero aún así lo tomó por sorpresa, haciéndolo soltar las flores en el proceso de abrazarlo fuerte, pero, como nada es perfecto… sonó el teléfono

- Déjalo – susurró contra sus labios, viendo que tenía intención de contestar

- No puedo, puede ser mi hermano y se va a preocupar – entonces, con muchos esfuerzos, jalones, pataletas y berrinches, logró que el mayor lo soltara para la 6ta tonada – bu… bueno – contestó nervioso

- MISAKI – gritó una voz al otro lado de la línea - ¿en que estas pensando? Te envié el trabajo hace media hora y aún no lo has contestado ¡MEDIA HORA!

- Sumi- sempai – exclamó el aludido, llamando la atención de su compañero – lo siento, lo siento muchísimo, estuve ocupado pero ahora mis… ¿e? ¿se cortó? – confundido volteó al cable de la línea

- ¿de que es este cable? – preguntó curioso un albino, con el cable en la mano.

- ¡¿Qué?! ¡Sumi- sempai me va a matar por eso, compórtese como adulto! – gritó desesperado, un día de estos le iba a dar un ataque, corrió hacia su computadora portátil, situada en el sillón enfrente al que minutos atrás dormía Usami y se puso a teclear con rapidez, la página era blanca, al menos desde lejos, Usami se acercó más para poder leer lo que escribían, parecía una conversación en el Messenger, lo que le molestó no fue su contenido, que era básicamente disculpas y después hablaban sobre la literatura del romanticismo en Inglaterra, Francia e Italia, probablemente por algún trabajo de Hiroki, la molestia era por al imagen que tenía sumi en su Messenger: a el sonriendo prepotente a la cámara, mientras abrazaba a un contrariado y sorprendido Misaki del cuello y la espalda, como intentando que no cayera al suelo en lo que duraba la foto.

- Y esto ¿Qué? – preguntó tocando al pantalla y asustando de sobre manera al muchacho

- ¡USAGI-SAN! ¡no me asuste de esa manera¡ además, ¡¿que hace leyendo las conversaciones ajenas?! – el muchacho se levanto despavorido apuntando con el dedo acusador a su amante, que permanecía implacable recargado al sillón rosa

- No tengo nada mejor que hacer – murmuro tranquilo – y quiero saber por que te esta tocando tan descaradamente – el aura tranquila desapareció de un segundo a otro, para ser reemplazada por una de celos, que asustó más al castaño

- N… no me esta tocando descaradamente –ponía sus manos enfrente, intentando protegerse del monstruo de los celos, agradeciendo que había un sillón en medio - nos iban a tomar una foto y… y yo me tropecé y…y… el me atrapó, justo cuando dieron el flashazo y… y… no pasó nada, después me soltó, te lo juro – el seme estuvo a punto de llegar al uke, justo cuando llegó un mensaje en el mensajero, sonó tan fuerte, que no pudieron ignorarlo, usami abría preferido acosar al chico que tenía en frente, pero suspiró, algo cansado, sabía que estaba ocupado, podía ver el estrés en sus ojos, en sus hombros y en la forma en que su cabeza temblaba ligeramente con solo mirar la pequeña máquina de la mesa, así que optó por terminar de prepararse ese café vespertino

Extraño, fue la palabra que cruzó por la cabeza del otro, no era normal que se detuviera y no lo acosara como solía hacerlo, y eso lo preocupaba, lo estresaba mas, si se puede, esperaba ese ataque, el no tenerlo, lo hacía sentir… inexistente, movió la cabeza frenéticamente y se concentró en el trabajo que tenía que realizar.

Pasaron 2 lentas horas, el cuarto estaba silencio, a pesar de las dos personas que lo habitaban, solo el rápido teclear de unos dedos delgados rompía la calma, desesperando a cierto escritor que fingía leer tranquilamente, pero en realidad vigilaba hasta su mas mínimo movimiento, esperando a que terminase, pero se estaba tardando demasiado, estaba a punto de interrumpirlo, cuando el otro esbozó un hondo suspiro

- Esto es imposible – se tiró al respaldo sobándose las sienes, con la vista cansada y el estrés temblando en sus hombros – nunca terminaremos

- ¿Qué es imposible? – la pregunta parecía ser casual, pero estaba cargada de curiosidad

- ¿a que maestro se le ocurre pedir 3 ensayos de 4 literaturas diferentes con el plazo de 2 semanas? Como si no tuviéramos otras materias a punto de finalizar – se seguía quejando – ya habríamos terminado de no ser por ese demonio

- ¿demonio? – como no parecía obtener respuestas tangibles, no le quedaba mas que seguir preguntando

- Si, ese profesor kamijou, parece tener algo en contra de lo llamado “simple proyecto” ya abríamos terminado, de no ser por lo difícil que es encontrar las obras que nos pidió, y no son nada cortas – se quedaron mirando unos instantes

- A ver – extendió la mano para que le pasara la lista, la obtuvo en un segundo, pues el otro no estaba en condiciones de renegar, el agotamiento lo estaba matando - si esto… - sonrió secamente, pero divertido “son estudiantes de comercio, no de licenciatura en literatura hispánica Hiroki” pensó con un sentimiento de lástima hacia los pobres estudiantes – yo te puedo ayudar – dijo como persona importante, de cualquier manera no tenía nada mejor que hacer, acababa de terminar un trabajo grande (que ahora estaba nominado a un gran premio) y además, si su novio seguía en ese estado, no iba a poder hacer nada por algún tiempo

- ¿En serio? – gritó alegre, con la esperanza brillándole en los ojos

- Claro, pero necesito algo a cambio – le guiñó el ojo, provocándole un escalofrío

- E… ¿Qué…que es? – dudaba en preguntarlo, pero, debía de hacerlo, si aceptaba a sí nada mas, terminaría arrepintiéndose

- Te lo diré ya que acabemos – era injusto, estaba usando su seductora voz y unos movimientos lentos, una indirecta bastante directa para su gusto, tragó saliva, pues no podía permitirse aquello

- Si no me lo dices ahora, lo aré solo – desvió la mirada de sus ojos, como odiaba que el escritor invadiera hasta la última fibra de su ser, y mas aún que se diera cuenta de ello

- Ya me di cuenta que no puedes, esto es demasiado para ti – esa mirada afilada, esa sonrisa encantadora, esa voz grave… definitivamente lo odiaba con toda el alma

- 30… personas me… ayudarán – tartamudeo intentando terminar el tema

- 30 personas ya se están tardando demasiado – se sonrojó, era cierto, se estaban tardando demasiado y aún faltaba otra materia, era sencillo, pero tardaría una hora mas, suspiró

- Esta bien – al articular esas palabras con pesadumbres y en un susurro sintió como cavaba su propia tumba, el escalofrío de nuevo

- Muy bien, si tienes apuntes o libro, tráelo, lo vamos a necesitar – se levantaron de su asiento casi al mismo tiempo, uno hacia el sillón de en frente y el otro hacia el segundo piso

- Gracias – gritó antes de perderse en alguna de las puertas de la planta

- veamos, que tanto llevan – tomó la computadora ajena y empezó a ver todas las ventanillas abiertas, una conversación privada con Sumi, otra grupal con 15 personas y una entrada a una página azul con blanco, tenía toda la finta de ser una red social * y precisamente, así era, leyó una notificación reciente donde Misaki había sido etiquetado, el título “notas de zusuki, parte 3 del trabajo” leyó el trabajo, esperando encontrar algo mediocre, pero no era sí, al parecer se estaban apoyando bastante bien, dio mas abajo, comentarios recientes hacían la página mas y mas pesada, eran puras quejas sobre lo difícil que era el trabajo y del profesor, los leía aguantándose las ganas de reír, de seguro ahora su amigo de la infancia tendría un horrible dolor de oídos, pero vio que había un mensaje no abierto para Misaki, lo anexó, era de una tal “candy stars” algo bastante cursi, no podía ser de una estudiante de comercio, lo abrió, descubriendo que ya tenían varios enviados y contestados, al parecer, retomaba una conversación interrumpida

- “buenas tardes gatito, ¿Cómo has estado? Es sábado, así que me debes de contestar rápido ¿e? n.- je, ya está confirmado, me voy de vacaciones, aunque aún no se a donde, así que quien quita que te caiga por haya, y dime ¿A dónde me vas a llevar? ¿a comer o al cine? Me encantaría ver el acuario del que me contaste, ¿me dejarás ver donde vives ahora? Takahiro- niisan debe de extrañarme,

supongo, pero no me contesta el número, casi olvido que se ha trasladado y ¡que se ha casado! Bueno, ¡respóndeme! , ha, a ver cuando te consigues un correo personal“

- ¿Quién?... – la pregunta quedó en el aire, había entrado en shock total al leer ese mensaje, el último, miró mas arriba, todas las contestaciones de ella eran informales, con el mismo vocabulario, Misaki al principio había sido respetuoso, incluso le había preguntado quien era, pero conforme avanzaba, se mostraba mas confianzudo y le hablaba como si de su familia se tratase, para variar, ella le decía “gatito”, podía pasar eso, no fácilmente, pero si lo intentaba… lo que lo hacía sentirse al borde, era que el le decía “estrella” un ramalazo de emociones le subían desde el estómago con solo leer esas palabras y hacían que la boca le supiera a bilis, el era suyo. A la única persona a la que le había puesto un apodo era a su persona, lo escuchaba todos los días “usagi-san, usagi- san, usagi- san” y ahora ella también tenía apodo ¿que se creía? Movió sus de repente temblorosos dedos sobre el teclado, iba a poner a “esa” en su lugar, pero un grito lo detuvo

- ¡lo encontré! Disculpa al demora usagi-san, pero no encontraba mi cuaderno – escuchar su apodo de esos labios, ver a esa persona bajar de las escaleras con paso alegre, esa sonrisa cálida, su confianza flaqueó un poco, ese no era un buen momento para discutir, a pesar de que deseaba reclamarle o poseerlo, sabía que no era mas que la furia de los celos, así que se tragó sus impulsos, a duras penas, pues no era una persona que hiciera eso, mas bien, todo lo contrario, pero sabía que tenía que ayudarlo a terminar el trabajo, se lo había prometido, ya después, al entrar en vacaciones, no tendría que buscar alguna distracción u obligación, lo tendría todo para el, ese pensamiento lo hizo sonreír

- Te tardaste – murmuró serio, cambiando de página, a una de Word, donde Misaki tenía hecha buena parte del trabajo, fingía leerlo, pero no podía quitarle la vista de encima a la persona que se sentaba a su lado, no podía dejar de darle vueltas al asunto

- ¿ya leíste lo que llevamos? – la pregunta sonaba asombrada e incrédula, eso le daba un margen de distracción

- Algo, van muy bien, a decir verdad….- y se enfrascaron en terminar el trabajo

 

3 horas después

Ambos hombres suspiraron, el mayor se recargó en el sillón, el menor arreglaba los últimos detalles, pero al fin habían terminado ese arduo trabajo

- Iré por un café- el mayor se levantó, necesitaba moverse, pues se empezaba a sentir engarrotado, pero ahora tenía la mente desocupada, y el recuerdo del descubrimiento de hace unas horas lo empezó a perturbar de nuevo, no podía evitar sentirse inquieto y en cierta forma, traicionado, la confianza con la que le hablaba a esa chiquilla, las palabras informales, las conversaciones que mantenían, era cierto que eran pláticas inocentes, al manos en parte de su amor, pero de la de esa niña estaba cargadas de insinuaciones indirectas y coqueteos descarados. Bien, era cierto que su Misaki no entendía esas cosas, pero también sabía lo inseguro y nuevo que se sentía por mantener relaciones con otro hombre, que apenas si lo soportaba, o al manos eso parecía, a el le gustaban las niñas antes de hacerse su amante, negaba frente a Isaka su relación y se alteraba cuando lo utilizaba para escribir sus novelas – NO- murmuró un poco fuerte para sí, moviendo bruscamente la cabeza, eran solo celos, ese sentimiento engañoso lo estaba matando, debía confiar en su pareja, miró atentamente el agua caliente de color oscuro caer en la taza de la cafetera, “si esta conmigo, es por algo” intentaba desterrar esas inseguridades, pero, un flechazo le cruzó la mente “¿y si me quiere dejar?, Misaki nunca le dice no a nadie” movió la cabeza de nuevo, estaba dejando ver a su amor como un chico fácil, y bien sabía que no era el caso, debía de confiar mas en él, después de todo, se tardaba mucho en contestarle a esa niñita, el último mensaje que ella le había mandado databa de unos 3 días atrás, volvió a sonreír y le dio un sorbo a la taza, para mirar como misaki le sonreía como

idiota a la pantalla y movía rápido los dedos, el licuado de emociones de hace un momento se repitió, pero esta vez no pudo controlarlo, sin remedio alguno, el monstro de los celos lo había devorado, dejó la taza a medias en la barra y con paso apresurado llegó hasta el menor, tomó la pantalla de la portátil y la cerró con brusquedad, para proceder a abrazar con fuerza a su dueño, pegándolo a su propio cuerpo. El menor lo miraba sorprendido y algo asustado, no se esperaba un ataque de esa magnitud y mucho menos en ese momento, sin razón ni son aparente, lo abrazó alarmado, y porque no tubo una idea mejor de cómo actuar ó reaccionar

- Misaki – tembló ligeramente al escuchar su nombre con esa voz tan profunda, en su oído, los cuerpos pegados en ese sillón tan pequeño para los dos

- Usagi- san ¿Qué ocurre? – acaricio levemente su espalda, pues su amante comenzaba a temblar - ¿Qué tienes? Estas raro – intentó fallidamente alejarse un poco para verle el rostro, púes el mayor lo apretó mas contra su pecho

- Te amo – esas dos palabras, sabía lo que provocaban en el, sentir sus movimientos, escuchar las protestas, como lo rechazaría, amaba al pequeño ser que estrechaba entre los brazos, ¿Qué acaso no podía entender eso? – eres mío – los celos no se habían ido ¿Cuándo iba a comprender que no podía huir de el? ejerció presión hasta tumbarlo, quedando encima del delgado cuerpo contrario.

- ¿pero que dices? ¡de nuevo me tratas como un objeto!- logró zafarse del agarre e intentó levantarse, quedando sentado entre las piernas del escritor - ¿Por qué insistes en eso? – justo antes de incorporarse, sintió un jalón del mayor, que lo llevó cargando en su hombro, subiendo las escaleras rumbo a su habitación – ¡suéltame!, ¡que me sueltes!, usagi- san, suéltame ¡usagi-san! – pataleaba sin luchar realmente, cada vez se resistía menos, él mismo no sabía muy bien la razón ¿se había acostumbrado? ¿era porque ya presentía que iba a hacer algo parecido? ¿lo deseaba? Desterró esos pensamientos de su mente, intentando bajarse, sin conseguir absolutamente nada.

Llegaron a la habitación, pero contrario a otras ocasiones, lo recostó suavemente, como si lo fuese a lastimar si hacía algún movimiento brusco, se posicionó sobre él, no quería estar ni un segundo más, ni un centímetro más alejado del calor que expiraba

- ¿Qué ha pasado? – el pequeño acarició el pálido rostro, los fornidos hombros y le regaló una mirada preocupada, pero no recibió mas respuesta que un beso, no cualquiera, uno de los serios, de esos que te roban el aliento y te dejan una sensación de hambre en los labios, con ganas de más.

- Te amo – por más que se le preguntara ó reclamara, esas fueron las únicas dos palabras que salieron de la boca del escritor esa noche, que entre gemidos y jadeos, arrancó los celos de su corazón, pero la sombra de la duda nada la podía borrar, era tan inmovible como la sensación de que algo se le escapaba, algo obvio e importante, no era por demás, había cometido el error de fijarse tanto en el contexto y las palabras con las que se hablaban esos dos muchachitos, que no prestó atención al contenido que cargaban, un grave error, que le iba a costar caro, tanto, que ni las lágrimas podrían lavarlo...

 

continuara....

Notas finales:

yey! estoy muy feliz, porque en la semana p'asada cumpli mis 18 años y me aceptaron en la universida en la cerrera de literatura, asì que se me hizo muy buena oportunidad subir este fic que espero y sea de su agrado

sin RR no puedo mejorar, asì que por favor...

he dichoque no subirìa esto hasta tener hasta el tercer chap porque trabajo y se me complica actualizar, y como mis papis y yo misma somo catòlicos, pues... adivinaràn que no lo puedo subir desde casa jejeje

pero no se preocupen, tengo mas de la mitad del segundo chap escrito jeje

bueno, les presento a Eilyon, mi otra mitad que ara las partes de sufrimiento y augustia

E: dirìa un gusto... pero no quiero *fumando*

K: ha que lindo.... pero bueno, nos vemos pronto... espero...

 

--------KariHondaMeyer------


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