Charla en la biblioteca por Celat Black

Charla en la Biblioteca


Aquella casa siempre había tenido ese aire antiguo y elegante, detalle que compartía con muchas edificaciones de la zona. El aire sobrio y señorial de su construcción era apenas conquistado por una enredadera de campanillas y verdes hojas encaramadas a las paredes exteriores, encuadrando algunas de las ventanas que daban a la entrada...

Ninguna habitación, ni siquiera la habitación principal, tenía una vista tan privilegiada del bonito jardín como la de la biblioteca...




- Hum... esto es rico... - murmuró Zore mientras rodaba por el tapete que había acomodado bajo un gran ventanal abierto. Lo había puesto allí con el único fin de tomar un poquito del sol de la tarde y leer un buen libro de esa sacrosanta biblioteca. El profesor lo miraba furtivo desde un sillón muy cómodo, aparentando leer pero sin poder concentrarse del todo. De repente sentía como si tuviera una mascota siempre inquieta que hoy estaba inusualmente tranquila...




Y es que la biblioteca de la casa de Koler era algo especial. Lo único que ese serio profesor había ido a recoger de las muchas casas de sus parientes muertos habían sido libros; como si se tratasen de los damnificados de una gran tragedia, Koler había ido a rescatar novelas, enciclopedias, antologías de cuentos, inclusive recetarios y libros de consulta...

Koler no se había atrevido a dejar a ninguno a la deriva, ni siquiera los de pastas chamuscadas por el incendio... Y es que el clan Koler dividía los libros básicamente bajo dos criterios: “necesarios/útiles” e “innecesarios bonitos”

Materias como finanzas, derecho, matemáticas aplicadas, incluso algunos de medicina... libros repetidos, de diferentes editoriales, en diversos idiomas... viejos, amarillentos de páginas apergaminadas... y otros completamente nuevos de arte y cultura Universal. La familia Koler, rica y por obvia razón consumista, parecía que compraba los libros "innecesarios" con el único fin de hacer mas estética la vista de los estantes en la oficina o el estudio. Koler deducía que no había otra razón para que sus grises tíos hubieran tenido libros tan hermosos como los de arte, aún envueltos en celofán, como recién comprados, o enciclopedias que aún olían al papel nuevo...

Además, como profesor de literatura, Koler había hecho crecer su colección literaria con compras compulsivas, regalos de sus colegas y con volúmenes que dejaban de ser útiles en la biblioteca de la escuela al renovar y comprar títulos nuevos.


Zore ya se había percatado de que su amante era metódico y práctico para muchas cosas menos para su gusto por la lectura; se tardaba mucho más en comprar libros que en comprar ropa. El joven de cabello verde no se explicaba que pudiera tener tan buen gusto y tardarse tan poco al escoger su guardarropa cuando a él le costaba eternidades elegir entre un par de jeans...

Tampoco se explicaba que Koler le hubiera permitido la libre entrada a la biblioteca; en términos de su relación parecía una muestra de amor extralimitada...

Zore, con un par de meses de vivir en esa casa, había aprendido a ser feliz con las cosas “simples” de la vida... por ejemplo; en ese instante el lograr que Koler desviara la vista de su libro para ponerle atención ya lo empezaba a llenar de orgullo




Cuando Zore ahogó una risita y en unos pocos segundos otra, Koler suspiró cediendo a su curiosidad

- ¿Que te tiene tan entretenido?

- Un libro... - obvió Zore, tendido en el suelo, y sonrió travieso mientras observaba a su querido profesor alzar una ceja, fingiéndose incrédulo - ¿Quieres adivinar?

- Tal vez...

- Es una triste historia, sobre un amor fallido... - dramatizó el joven de cabello verde - un triangulo amoroso que los personajes olvidaron mencionar... que los personajes ni siquiera se molestaron en definir

- ¿Hum? - y aunque el semblante de Koler no dejaba ver nada, Zore notaba como repasaba mentalmente cada titulo en esa biblioteca

- ¿Nunca has sentido eso?

- ... - Koler lo miró un par de segundos y Zore supo que no se había explicado correctamente así que se levantó y se sentó en el piso, frente a Koler


Zore lo había notado en el tiempo que llevaba viviendo con Amatt; notó que si se sentaban juntos o permanecían demasiado tiempo cerca inmediatamente la charla se iba al carajo y, sin saber de que manera, terminaban yendo a trompicones a la habitación para hacer de todo menos hablar. Y no se quejaba en absoluto de ello, pero le gustaba terminar las conversaciones de vez en cuando. Si ese era el caso, procuraba mantener su distancia y ver como mantendría interesado a un Koler que, de hecho, era insospechadamente cooperativo

El joven de ojos verdes insistió

- ¿Nunca has sentido que los personajes esconden cosas?¿Como que si el autor los dejara libres harían algo más? ¿O si la época se los permitiera el autor mismo les daría otra trama?

- Los personajes de una historia no son personas de verdad, incluso las novelas históricas... tienen demasiado del autor y de suposiciones de otros - habló Koler sin mostrarse en contra o a favor

- Ya lo se... pero hay personajes tan bien creados... - murmuró con ensoñación - y algunos tienen finales tan trágicos que solo dan ganas de decir... “No... yo quería que él llegara al final...”

- Por algo lo hizo el autor... - Koler tuvo que emplear todo su tacto en esa frase porque Zore parecía algo triste repentinamente

- Claro... - Zore bajó la mirada a su libro y por la tipografía y el color de las páginas, Koler intuyó cual libro había puesto así de melancólico a Zore

- Leer “El retrato de Dorian Gray” no debería ponerte tan mal... - Koler se preguntaba como podía ser así de sensible

- Me da coraje...

- ¿Por que?

- ¡¡Porque es evidente que Basil esta que se muere por Dorian!! ¡¡Y tambien Lord Henry!! - intentó esconder los pucheros pero no lo logró - Y se nota en especial en el primer capitulo, se nota como los dos se pelean por el uke mas dulce del universo

- Pero... ¿de que hablas? - de repente Koler dudó un poco

- Imagina esto; imagina que sólo existe el primer capítulo de la novela... ¿no de ese capítulo podría salir una historia de amor? Lord Henry es demasiado cínico y es distante con su esposa, Dorian se sonroja, toca el piano y es pura dulzura, Basilio es al artista conmovido por la belleza, callado, reservado... quizás algo tímido, que esta tan locamente enamorado que es el único que en la historia lo demuestra

- Entiendo tu punto pero... ¿entonces quien contaría la historia de la que ellos vienen?

- ... - Zore hizo pucheros - vamos...

- Bien... - Koler cedió, cerró el libro que leía y le prestó completa atención - juguemos... imagina que la historia es así como la planteas... ¿quien se queda con Dorian?

- ¡Es difícil! - a Zore le brillaron los ojos, le gustaba que Koler accediera a sus locas ideas. Se hincó para sostenerse de las rodillas de Koler - depende de el Dorian que quieres que llegue al final

- El carácter de Dorian es demasiado moldeable al inicio de la historia - el profesor entrecerró los ojos verdes, no le costó recordar la trama - si el punto de la novela es hablar de la degradación del alma...

- Mezclamos a Dorian con Lord Henry y obtenemos un uke algo depravado, quizá travieso, que quiere dar la talla de un hombre con la lengua afilada - se sentó de nuevo, era naturalmente inquieto - que piensa que probar el mundo es conocerlo... - Zore sonrió, le gustaba impresionar a su profesor. Cuando hablaba con el procuraba hacer un mejor uso de su vocabulario. Siempre era parlanchin, pero en esos instantes lo hacía con más elegancia

- Supongo que la situación con Basil resultaría bastante lenta... - murmuró Koler pensativo, mirando hacia el techo

- ¿Por qué?

- Por que es un personaje con poca confianza; la belleza de Dorian y la importancia que llega a darle al juicio de Henry en lo que a toma de decisiones respecta lo vuelven presa fácil de sus inseguridades... - Koler debía aceptarlo, a ambos se les daba bien eso de analizar... sus platicas se volvían más fluidas cuando estaban relativamente concentrados en algo que no los involucraba directamente

- Creo que un artista podría ser realmente apasionado - Zore se acomodó el cabello, estar en desacuerdo con su amado profesor lo divertía mucho

- ¿En verdad? - Koler bajó la vista de nuevo para mirarlo a los ojos

- Ya ves, lo que ocurre cuando le pide ver el cuadro... cuando le confiesa lo importante que es para él, que no puede pensar en nada sin que su recuerdo se presente... que lo ve como Adonis, como Eros... - recordar esa escena ponía especialmente melancólico a Zore, pensar que algo así lo ponía sentimental, desvió la mirada - bueno... creo que debió reunir mucho valor...

- O se vio sobrepasado por sus sentimientos, como cuando estas tan desesperado que no te queda mas que admitir y esperar lo mejor

- Je... si, también hubo mucho de eso... - Zore se sonrojo, eso le recordaba un poco su propia declaración - aún creo que Basil debió obtener respuesta, debió exigirle una respuesta a cambio del pedazo de alma que dejó en esa declaración - volvió a proferir una mueca de ligero enfado

- Pero el alma de Dorian en ese punto ya era tan oscura como la de Lord Henry, quizá más - Koler seguía sorprendiéndose por los cambios repentinos de humor en su amante

- Basil lo hubiera perdonado, con su amor pudo haber recuperado al Dorian dulce, al que amaba y no solo se guiaba por placeres - el joven siguió defendiendo su propuesta

- ... ¿y que hay de su falta de confianza? Basil era mayor, y en palabras de Henry no muy agraciado ¿Qué esperanzas tenía de que Dorian lo amará? - Koler sintió cierta amargura en esas palabras, empezaba a sentirse identificado con Basil

Era ridícula la manera en que los juegos de Zore lo hacían pensar en si mismo... y tan evidente que Zore no tenía malas intenciones al jugar; así que el profesor no podía siquiera enojarse por ello. Así que sin nadie a quien culpar, esas repentinas reflexiones solo descubrían enormes agujeros en la vieja barrera con que se protegía desde adolescente; Koler solo se redescubría como un simple ser humano que no era inmune a preocupaciones y ansiedades...

Y no es que fuera arrogante al sentirse favorecido y libre de problemas si no que era lo suficientemente inconciente para no pensar en sus debilidades

Zore pensó detenidamente su respuesta, recordando con esfuerzo como describía Wilde al “enamorado artista” No se le pasaba por la mente que Amatt empezaba a sentir aquel juego como algo personal

- Todas... - afirmó al fin, muy seguro de si mismo, captando la completa atención de Koler - creo que compartían muchas cosas en común, su amor al arte por ejemplo... - Zore rió - además... ¿por qué iba a confiar en los gustos de Lord Henry? por como lo describe yo creo que Basil sí era guapo - Koler se rió un poco con el comentario

- Bien... ya entendí que te gusta mas la pareja de Basil y Dorian - cedió Koler y Zore enrojeció

- Quizá... - Zore se levantó, se sacudió el imaginario polvo de sus pantalones y se sentó al lado de Koler - además, creo que Lord Henry pudo haberlo abandonado

- Coincido contigo, dudo que se lo tomara en serio... así que Dorian terminaría deseando a alguien que lo amara a pesar de todo lo que había hecho

- Seguro que lo amaría tanto... tan profundamente... que querría envejecer a su lado, y ya no estaría celoso de su retrato porque las arrugas de su cara serían de tanto sonreír - Zore se emocionó un poco - que bonito que la inspiración del artista se quede con el artista je

- Muy apropiado, supongo - Koler sólo sonreía condescendiente, interiormente confortado por las palabras de Zore. Era perturbador como ese chiquillo lo trastornaba tan fácilmente y sin saber siquiera cómo... Lo atrajo hacía él y le dio en breve beso en los labios para luego recostarse en el sillón - ¿Y a que conclusión llegamos?

- Conclusión... - Zore, antojadizo de esos besos, se acomodó entre los brazos de Koler en espera de otro - a que tarde o temprano Dorian sería feliz...

- ¿Fin del juego entonces? - Koler lo acomodó más cerca de él - necesitaremos otro sillón para que no te caigas...

- Abrázame fuerte - Zore cerró los ojos, dócil ante las caricias en su cabello. Era difícil lograr que esos momentos no se convirtieran inmediatamente en sexo, pero cuando lo lograban era muy reconfortante y satisfactorio

Zore sonrió y dio un gran suspiro. Ver el ventanal mientras se sentía así de protegido y amado... podría jurar que no había hecho en su vida nada lo suficientemente bueno para merecerse a ese hombre. Esos brazos que lo envolvían, la calidez de sus manos, y ese respirar suave y profundo... eran más de lo que jamás pidió...

- Gracias

- ¿Por...? - Koler apretó más a Zore como queriendo exprimirle la respuesta. Zore estuvo a punto de aclarárselo “No te lo decía a ti, se lo decía al destino...” pero no lo creyó adecuado

- Por jugar conmigo... - arregló el joven de cabellos verdes antes de suspirar y dejarse querer “Tendré que salvar al mundo en mi siguiente vida...” pensaba risueño mientras se agarraba a los brazos de Koler y recibía otro beso “Si... creo que se lo debo al mundo”


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Fin del especial!