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Shed Blood por DarkSide

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Notas del fanfic:

 

Pues es solo un fanfic que escribi para un consurso en el cual no me gane ni el premio de consolacion y el cual mi hermana me obligo a subir a este pagina y yo como aun quiero seguir viviendo le hice caso 

 

 

 Primera Parte

 

 



Un castillo, la luna y oscuridad… era todo lo que conocía en mis cientos de años siendo lo que soy, a lo que pertenezco es a la desdicha, a la deshonra y al repudio. El ocultarme es rutina diaria, el matar personas también pero jamás he conocido aquel tema hablado desde mi nacimiento humano.

El amor es un completo enigma para mi detenido corazón que en la oscuridad intenta superar el hecho de que jamás nadie me amara porque soy un vampiro.

Grite con ira contenida mientras presionaba entre mis dedos el balcón de piedra en el que me encontraba, la piedra se volvió tierra en mi palma y la estilizada forma del barandal quedo con un pedazo menos en su infraestructura. Mis ojos vagaron por el bosque que se alzaba imponente frente al castillo de mis ancestros mientras la luna se cernía tranquila iluminando mi cara. Intente calmarme y respire profundo intentando revivir mi interior que se encontraba más que muerto luego de años de haber dejado de funcionar.

Intentando volver a sentir algo que no fuese soledad

Pero fue en vano, mi corazón no volvió a latir, ninguna lágrima cayó por mis ojos y ningún atisbo de aire salió de mis oxidados pulmones.

Apreté con rabia mi mandíbula mordiendo mi labio de paso mas no me importó el hilo de sangre que corrió por mi barbilla, ya nada me importaba. Una patada terminó por destrozar totalmente el balcón en el que me encontraba reduciéndolo a escombros.

Miré el fondo, nada más que oscuridad se hallaba allí. Sonreí divertido, yo pertenecía allí ¿Por qué simplemente no iba al lugar donde crecí?

Cerré los ojos y puse un pie frente al vació, sintiendo el cosquilleo de vertido en mi estomago y el aire en mi pie, tantos años de infinita soledad encerrado en mi habitación intentando llenar mi interior con conocimientos del mundo que jamás llegaría a conocer, aprendiendo matemáticas, ciencias, historia como un vago intento por pertenecer al mundo real cuando yo solo era parte de una ilusión porque para los humanos yo solo era un invento utópico.

Cuando sentía que ya todo se resolvería la puerta a mi espalda se abrió

-Jaejoong… tenemos un problema- abrí los ojos con sorpresa dándome cuenta de lo que realmente estaba a punto de hacer, retrocedí asustado topándome con los brazos de Yoochun que me envolvieron en un abrazo reconfortante, deprimido y maldiciendo mi impedimento por derramar lágrimas enterré mi cara en su brazo intentando hallar calor en su frió cuerpo de vampiro. Estuvimos en silencio un par de minutos hasta que alejándome de él le pregunté lo que ocurría.

-Un chico, un bebe ha sido abandonado en el bosque- me informó observando mi deplorable estado con sus ojos calculadores bajo su azabache cabello que brillaba aun mas bajo el fulgor de la luna. Lo miré con indiferencia ante su noticia

-¿Un bebé? Pobre desgraciado solo será comida para los lobos- respondí desinteresado ante la situación volviendo mi vista al cielo

-¿Cuál es su orden?- insistió Yoochun acercándose

-No me interesa lo que le pueda pasar – gruñí molesto volteándome a verlo ensañándole mis colmillos pero Yoochun no se intimido en ningún momento

-Tú no eras así Jaejoong- fue su cortante comentario junto a una gélida mirada antes de desaparecer por la puerta

-Estar tanto tiempo junto a los humanos te ha ablandado- le grité a sabiendas que me escuchaba a pesar de que ya se encontraba lejos.

Pensé en sus palabras y las pesé, aunque fuera un buen ser, aunque tuviera puros sentimientos no cambiaba el hecho de que de todas maneras me pudriría en el infierno, salvar a un bebe definitivamente no me salvaría de la eterna desdicha… pero al infante lo salvaría de la muerte.

Que injusto que muriera sin saber lo que es haber vivido.

Llevé una mano a mi pecho teniendo claro lo que haría a continuación. Corrí por los pasillos ignorando las hermosas esculturas que me miraban mientras pasaba y esquivando a mis hermanos que se atravesaban en el camino llegué hasta la puerta.

Cerré los ojos intentando escuchar a los lobos en busca de su presa, concentré todo mi poder en ello y pude captar su llanto.

Salté arboles y atravesé troncos hasta toparme con una escena que jamás olvidare, el bebé no estaba llorando, estaba riendo junto a los lobos que habían destrozado a su madre, los animales se entretenían con los pedazos de carne de la mujer dejando sus hocicos infestados de sangre.

Pero el niño reía ante la escena totalmente ajeno…

Cuando bajé del árbol en el que me encontraba y me acerqué al recién nacido los lobos ignoraron mi presencia demasiado divertidos con la muerta mujer. Tomé en mis brazos al pequeño notando que era del porte de mis dos manos juntas, me sonrió y tendió sus manitas hacia mi cara tocándola con torpeza, sus mejillas enrojecidas y su cara de ángel hicieron que por un instante mi corazón se llenara…

Le dí una última mirada al cadáver destrozado y volví al castillo. En la entrada Yoochun me esperaba con una sarcástica sonrisa

-Cállate, no digas ni una palabra- le gruñí cuando pase a su lado- Bien ¿ahora qué haremos?

-¿De qué hablas? Tu cogiste al bebe, tú decides lo que se hace- fruncí el ceño ante su respuesta

-Yoochun no estás siendo de ayuda- le dije con un tono amenazante, mi amigo suspiró.

-Puedes pedirle a una chica del pueblo que lo cuide- me aconsejó mirando al bebe dormir en mis brazos

-Es una buena idea, secuestrare a una chica del pueblo-

-También puede funcionar- me dio la razón dudando de sus palabras- De todas maneras ¿Qué nombre tendrá?- mire al bebe detenidamente pensando en algo adecuado para él

-Yunho, su nombre será Kim Yunho- acepté cediéndole mi apellido- Este bebe será mi protegido y quien se atreva a hacerle algo o si quiera beber una sola gota de su sangre, morirá en mis manos.

-Le informare a los demás tu decisión pero sabes que Changmin no estará contento con esto- señalizo lo obvio

-Tengo mis formas de convencer de Changmin- Yoochun hizo un gesto de asco ante mi respuesta y se dirigió a la puerta

-Retiro lo dicho anteriormente, eres el mismo de siempre Jaejoong, sigues teniendo un corazón de abuelita

-¡Yoochun!

 

 

**

 

 

La chica que “contratamos” para cuidar de Yunho estaba aterrorizada ante la noticia de nuestra existencia que le fue revelada así que en un intento por protegerse siempre se encontraba cubierta de ajo y a pesar de todos mis intentos por convencerla de que nadie le haría daño se negaba a cuidar de Yunho.

-Esta chica es una molestia- me quejé con unas inmensas ganas de matarla y deshacerme de su cuerpo pero Yoochun me tranquilizó

-Esa chica tiene nombre y ni siquiera te has dado el tiempo de conocerlo- me reprochó

-¿Para qué? Ella solo cuidara de Yunho- no entendía el fin de conocerla

-Jaejoong- me advirtió. Bufé molesto

-¡Esta bien, esta bien!- refunfuñe aceptando su comentario

Le pregunté el nombre a aquella molesta chica y me respondió con desconfianza que se llamaba Boa, decidí ser más amable con ella y pedirle con mi tono más gentil que por favor cuidara del bebe. Ella me respondió que seguía sin confiar en mí pero no deseaba que el bebe muriera así que lo haría.

Ya casi todo estaba listo, tenía alguien que cuidara de Yunho e incluso me había dado el tiempo de crearle una habitación junto a la cama de Boa el problema solo recaía en… Changmin

-Jaejoong ¿Qué es lo que haces?- me preguntó mientras yo terminaba los últimos arreglos de la habitación junto a Boa- ¿Y qué hace esa humana aquí?- insistió molesto. Le dije a Boa que se retirara de la habitación y ella asintió. Changmin caminó con su característica altivez hasta quedar frente a mí, tan cerca que sentía su aliento- ¿Qué es lo que pretendes Jaejoong?- susurró lento y amenazante tomándome del pelo y abligándome a mirarlo a la cara.

-Este bebe está abandonado, sus padres fueron despedazados por los lobos y yo lo cuidare- usé mi tono más firme contra él pero solo recibí una gélida mirada de su parte

-No- me soltó con brusquedad escupiéndome su negación en la cara.

-Tu opinión no me interesa lo haré de todas maneras- dictamine altivo mirándolo fijamente sin dudar. En un segundo sin que me percatara estaba contra la muralla y contra Changmin, nuestros pechos rozándose y nuestras miradas cruzadas, orgullo versus orgullo. Y el idiota sonrió, sonrió y me besó.

-Siempre has sido un gatito huraño- me alagó riendo- Esta bien, cuida al mocoso- su mirada cambio drásticamente- pero te lo advierto, si el chico causa problemas al crecer yo mismo seré el encargado de matarlo. Nos veremos luego Jaejoong-

Le sostuve la mirada hasta que desapareció por la puerta así que solo pude suspirar y dejár que me temblaran las rodillas cuando estuve seguro de su ausencia y me dejé caer al suelo. Changmin era de temer cuando se enojaba, lo bueno es que parecía que estaba encaprichado conmigo y me concedía todo lo que le pedía…

 

 

**

 

 

Y así todo se dio por sí solo, Yunho comenzó a crecer y a antes de que me diera cuenta ya decía sus primeras palabras. Fue un típico día en el que Boa y yo jugábamos con el bebe cuando dijo su primera palabra, entre los dos le hacíamos gestos con las manos para que se riera pero solo nos miraba como si estuviéramos loco.

-Esto no está funcionando Boa, no sabes cómo entretener a un bebe- le recriminé molesto y ella me golpeó el hombro en respuesta.

-Tú no sabes cómo ser gracioso, el ser un vampiro ha matado su humor- me molesté con ella

-¿Qué demonios tiene que ver mi condición de vampiro con tener gracia?- pregunté

-Pues averígüelo señor helado- se mofó de mi baja temperatura

-Tu…- intente insultarla pero una pequeña risa hizo que olvidara todo que se me había ocurrido. Ambos miramos a Yunho y lo encontramos con una hermosa sonrisa en su pequeño rostro. Le sonreí y lo acurruque en mis brazos- Así que te divierten nuestras peleas ¿eh?- Yunho me sonrió

-Jaeboo- pronunció y me quedé totalmente helado. A pesar de mis años pisando esta tierra y mi gran conocimiento sobre cultura general jamás podre expresar el cálido sentimiento que invadió mi pecho cuando Yunho intentó decir mi nombre, la alegría de saber que yo fui su primera palabra y no la bruta de Boa.

Sus primeros pasos se dieron lugar en la sala de estar del castillo, Yoochun estaba mirando como Boa le cambiaba el pañal Yunho.

-Es imposible- susurró aturdido mi amigo

-¿Qué es imposible?- preguntó Boa sin desviar su mirada de lo que estaba haciendo.

-Que puedas ser capaz de ver esa monstruosidad y soportar su olor- comento señalando el pañal sucio. Boa rió divertida

-Si pues no es tan malo como parece, mira- Boa acercó el sucio papel a la cara de Yoochun y este retrocedió asustado

-¡Aleja esa cosa de mi!- le advirtió Yoochun

-Oh vamos no me digas que los vampiros le tienen miedo a un pañal sucio, debiste de habérmelo dicho antes, cuando llegue a este casa- no pude evitar reír de la cómica situación. Mire a Yunho y me percate que este con su nuevo pañal puesto uso sus manitas para intentar levantarse pero volvió a caer, lo intentó de nuevo y poniendo todo su esfuerzo en ella pudo quedar en cuclillas y con mucho esfuerzo comenzó a levantarse, despacio sin perder el equilibrio. Cuando pudo estabilizarse bien aplaudió por su hazaña mientras mis ojos se abrían cada vez más. El pequeño Yunho puso una expresión de concentración y dando un paso inseguro comenzó a caminar

-¡Boa, Yoochun!- les grité pero ninguno volteo debido a su gran batalla, así que volví a insistir-¡Chicos, Yunho está dando sus primeros pasos!- ambos se voltearon para ver como Yunho daba dos inestables pasos más. Todos sonreímos pero luego cuando el pequeño perdió el equilibrio e iba a caer al suelo nuestras expresiones se congelaron, corrí lo más rápido que pude y lo agarré a tiempo

-Jaeboo- dijo mi nombre de nuevo y le sonreí

-Eres toda una caja de sorpresas Yunho

 

 

**

 

 

Los años han pasado y Yunho tiene 6 años, debido a que no puede ir al colegio porque nuestro castillo está demasiado alejado de la civilización Yoochun es el encargado de enseñarle lo básico mientras Boa lo consiente como si fuese su madre. No ha surgido ningún percance a pesar los demás vampiros que habitan la casa, Changmin ha visto al niño crecer pero no ha comentado nada sobre él, es como si ignorara su presencia en la casa, y yo, bueno yo tengo el máximo cuidado de siempre estar lleno de sangre solo por precaución, aunque no sería capaz de matar a aquella criatura que tanta dicha ha traído a mi oscura vida.

 

 

**

 

 

Yunho ha crecido, ahora tiene 15 años y es un hermoso muchacho, es bastante inteligente y últimamente me rebelo que ama bailar, no lo he visto haciéndolo pero pienso que ha de ser bastante bueno. Mi pequeño hermano ya no es tan pequeño, está casi por llegar a mi estatura y me preocupa ya que lo tendrá como un motivo de burla.

En su cumpleaños número 16 con Yoochun le explicamos la situación de los vampiros y Yunho lo aceptó, dijo que era peculiar pero interesante a la vez y que sospechaba desde aquella vez que leyó Dracula de Bram Stocker de mi librería personal, nos pidió que le relatáramos como fue que lo “adoptamos” porque era obvio que yo no era su hermano y le dijimos la verdad. Yunho aceptó todo sin interrumpirnos y me alivió tremendamente el hecho de que se lo hubiera tomado a bien pero algo cambio en él aquel día, Yoochun me dijo que eran paranoias mías pero Yunho era una parte de mí y yo sabía cuando le pasaba algo.

 

 

**

 

 

¿Cómo fue que Yunho cumplió 18? Aun no lo sé, todavía lo veo como aquel bebeé perdido en el bosque junto a una madre destrozada por lo lobos, aun lo veo como mi pequeño hermano. Decidí organizarle una fiesta en el castillo (a pesar que Boa se negó porque aun no confiaba en los vampiros) con todos los habitantes de ella celebrando la mayoría de edad de Yunho.

Estaba sentado esperando que Yunho saliera vestido con el traje que Yoochun le había cedido así que cuando la puerta se abrió y un varonil hombre salió casi lloré de alegría. Me acerque a él y acaricié su rostro

-Te vez hermoso Yunho- miré sus fuertes facciones, sus pequeños ojos y su mercada quijada, mi hermano se había vuelto uno de los hombres más bellos que había visto en mi vida. Yunho se sonrojó ante mi comentario, lo que llamó mi atención.

-Gracias Boo, pero estoy nervioso- se sinceró mientras jugueteaba con sus manos.

-Todos en esta casa te adoran, aun no sé cómo hiciste para que todos te quisieran tanto- Yunho me miró con una expresión que nunca antes le había visto

- ¿Y tú me quieres Jaejoong?- Yunho jamás me llamaba por mi nombre por lo cual dude un tanto en contestar, hoy estaba actuando demasiado extraño

-Por supuesto que te quiero Yunho- siempre se lo he dicho no entendía su pregunta, pero volvió a mirarme con aquella expresión e insistió

-¿De qué manera me quieres?- se acercó más a mí provocando que nuestros pechos se rozaran. Sus ojos tenían una expresión madura, estaba hablando en serio y yo también

-Como a un hermano Yunho, tú eres mi pequeño hermano- precipitadamente Yunho tomo mis muñecas y nos acercó aun más.

No entendía nada de la extraña situación.

-Jaejoong, yo…- lo que me quisiera decir le estaba costando demasiado

-¡Jaejoong, Yunho estamos todos listos! … ¿Interrumpo algo?- Changmin entro a la habitación elegantemente vestido y Yunho me soltó en instantes.

-Por supuesto que no Changmin-hyung-respondió altivo. Yunho siempre tomaba aquella actitud frente a Changmin, esos dos jamás pudieron forjar lazos porque simplemente no se llevaban bien.

-Pero que bien te vez Yunho, quien pensaría que te encontraron en un bosque ¿eh?- la malicia en la voz de Changmin casi era palpable y Yunho lo notó porque lo miró con desprecio. Decidí intervenir antes de que ocurriera algo, así que tomé a Changmin de un brazo obligándolo a dirigirnos al salón donde todos nos esperaban mientras Yunho nos seguía de cerca.

Bajamos las escaleras mientras todos los demás vampiros nos miraban atentos, pude divisar a Yoochun junto a Boa en un rincón apartado de los demás, mi amigo miraba receloso a los lados cuidando a Boa de cualquier peligro y a sonreí ante ello, el que tenía un corazón de abuelita era él.

Changmin fue el anfitrión de la fiesta, dijo unas cuantas palabras que me sonaron más a cinismo que a afecto y dió la partida a la fiesta. El salón que siempre estaba en la oscuridad se iluminó con unos hermosos candelabros, de los cuales ni yo tenía idea de su existencia. Un vals comenzó a sonar y Changmin me tendió su mano, le sonreí en respuesta y comenzamos a bailar…

Inspiré su aroma y me acurruque en su pecho, jamás tuve claro lo que sentía por Changmin pero amor estaba seguro que no era, se que él fue mi creador y me salvó de morir pero también me condeno a una vida de oscuridad, creo que solo sentía gratitud hacia él, no podía comparar el amor que le tenía a Yunho con lo que sentía por él.

Yunho…

Mire hacia donde se encontraba y lo vi sonriendo junto a Yoochun, su hermosa sonrisa que siempre podía alegrar mi día no importa lo mal que me sintiera…

-¿Qué es lo estas mirando Jaejoong? Deberías mirarme a mi- me susurró Changmin trayéndome de improviso a la realidad con un jalón de pelo.

-Lo…lo lamento- me disculpé sorprendido de mi propia actitud. Seguimos bailando hasta que la canción terminó, hice una reverencia y fui por un vaso de sangre algo peculiar en un cumpleaños pero normal para un cumpleaños con invitados vampiros. Yunho llego a mi lado y me tendió su mano

-Jaejoong debes bailar con el cumpleañero- me comentó riendo y yo acepté.

Me llevó a la pista de baile y no pude evitar pensar que si hubiese sido humano me hubiera sonrojado ya que la típica sensación cálida que inundaba mi pecho cuando estaba con él me volvió a invadir pero con más fuerza de lo usual. Lo miré a los ojos y el también lo hizo y por un momento sentí que quería mas a Yunho de lo que debería, porque sus pupilas eran tan puras y su expresión tan sincera como ningún vampiro llegaría a ser… como yo jamás podría llegar a ser.

Apresé mis brazos aun más en sus hombros debido a nuestra diferencia de altura

-Tanto has crecido que ahora debo mirarte hacia arriba mi pequeño Yunho- acaricié su cara con cuidado, delineando sus facciones y sintiendo su cálida piel bajo mis gélidos dedos, el me miró con una seriedad que me perturbo y con delicadeza hizo que bajara mi mano, juntándola con la suya y entrelazando nuestras manos en un intimo contacto

-Hace mucho tiempo que he dejado de ser el pequeño Yunho… y hace años que yo ya no te veo como mi hermano- detuve mis pies al escuchar sus palabras perturbado por su significado, sentí que Changmin nos miraba a nuestras espaldas

-¿A… a que te refieres Yunho? ¿Acaso no me quieres?- el hecho de pensar que me repudiaba por ser un vampiro heló mi sangre y entristeció a mi corazón. El abrió los ojos sorprendido y me abrazó con desesperación.

-Bobo Boo por supuesto que te quiero- pronunció lentamente- Te quiero tanto- recalco abrazándome con mayor ímpetu enterrando su cara en mi cuello. Sentí su respiración sobre mi piel… y me gustó- Tanto que deseo que mi regalo de cumpleaños sea convertirme en uno de ustedes- soltó de improviso. Mi sorpresa fue tan grande que no pude reaccionar a tiempo y solo sentí cuando Yunho me tomó de la mano y me llevó al balcón del castillo a sabiendas que reaccionaria con histeria

-¡¿Qué tu qué?!- grité colérico- Oh no, por supuesto que no- dictaminé furioso sin poder concebir la idea de que Yunho quisiera ser alguien como yo, sin concebir que deseara entregarse una vida manchada con sangre, manchada con la muerte de inocentes y dejar de ser mi dulce y tierno hermano.

No, mientras yo viviera él jamás seria un vampiro

-Pero Boo yo…-

-¡No!- le grité fuera de mi mostrándole mis colmillos amenazante, me acerqué a él y lo encaré- ¡Tu jamás te volverás un monstruo, jamás! No mientras yo pueda impedirlo…

-Me criaste Boo y te debo todo cuanto tengo pero si tú no quieres darme lo que quiero entonces se lo pediré a cualquier otro vampiro en esta casa- me respondió.

-No te atreverías

-Soy muy terco cuando me lo propongo- comentó autosuficiente consigo mismo.

Estaba desesperado y cuando un vampiro se desespera no controla sus impulsos y el mío fue tomar a Yunho del cuello de su camisa y estamparlo contra la muralla con fiereza.

-No Yunho tu no me estas escuchando, esto no es una sugerencia, es un hecho, tu jamás serás como yo- nuestros rostros estaban tan cerca que sentía su nariz chocar con la mía

-Entonces seguiré creciendo, envejeceré y moriré ¿Es lo que quieres Boo?- apuntó lo obvio pero me descolocó.

-No es eso de lo que estamos hablando- negué con la cabeza desviando mi mirada y soltando mi agarre sobre su cuerpo. Yunho tomó mi cara con sus manos y me obligó a mirarlo

-Tienes razón, lo que intento decir es que no quiero separarme de ti Jaejoong y la muerte no será lo suficientemente fuerte como para alejarnos- sus palabras fueron pronunciadas con tal pasión que mis rodillas temblaron y sentí como si mi corazón latiera de nuevo. Admiré su rostro y por algún motivo mire sus labios, aquel lunar sobre su labio que siempre me llamó tanto la atención comenzó a hipnotizarme y sin percatarme de mis acciones comencé a cercar aun mas nuestros labios como si una urgente necesidad de tocarlo me invadiera pero pude reaccionar a tiempo y detenerme.

Yunho me miró curioso

-Si no deseas cumplir mi deseo de cumpleaños entonces deberé cambiarlo- acepté de inmediato feliz de que dejara de lado el tema de la conversión

-¿Qué es lo que deseas Yunho, que es lo que más deseas? Sabes que te lo daré- susurre contra su mejilla. Sonrió con malicia y susurró despacio

-Te quiero a ti- y me besó. Así como así unió nuestro labios, me sorprendí tanto que abrí los ojos de inmediato pero Yunho no desistió y me arrulló con sus brazos pegándome más a su cuerpo, chillé conmocionado y el aprovechó el momento para adentrar su lengua en mi boca, saboreando todo a su paso… y todo a mi alrededor se desvaneció, olvide el hecho de que estaba besando a mi “hermano”, olvide el hecho de que Changmin era mi pareja, olvide el hecho de que no estaba besando a un vampiro…

Porque se sentía tan jodidamente bien sentirlo tan cerca de mí…

Tan indefenso como nunca lo fue…

Tan mío como jamás demostró serlo.

Y cedí, cedí ante él y sus dulces labios, ante sus cálidas manos y a sus delicadas caricias sobre mi espalda.

La comparación que surgió en mi mente fue instantánea, con Changmin nuestros besos eran por obligación y jamás los disfrutaba al grado que estaba disfrutando este beso con Yunho.

Pero de improviso me percaté de su sangre, caliente y burbujeante bajo su piel. Mi garganta comenzaba a quemar de inmediato.

Nos separamos cuando golpe su rostro con mi mano, no podía creer lo que había ocurrido y había actuado como cualquier vampiro lo hubiese hecho, con desconfianza y violencia

-¿Qué sucede contigo Yunho? ¿Qué… que fue lo que sucedió?- vi como llevaba una mano a su ahora rojiza mejilla. Cuando volvió a posar su mirada sobre mi pude apreciar que tenía un brillo de dolor y me sentí sumamente culpable de lo sucedido después de todo yo no rechace su beso hasta el final- ¿Por qué Yunho?… No entiendo- la cabeza comenzó a darme vueltas y me sentí mareado.

-Nunca lo notaste, Jaejoong ¿Jamás notaste mis miradas, mis actos… mis gestos? Eres tan hermoso como para atraer a cualquier ser viviente sobre la tierra, incluyéndome a mi- Abrí mis ojos asombrado- Te deseo desde que comprendí que no eras mi hermano, durante tantos años me atormente con estos sentimientos prohibidos hacia ti, la persona que me crió y me cuidó pero fue inevitable porque en el fondo de mi corazón siempre supe que te amaba- miré sus ojos buscando algún indicio de broma en ellos pero solo encontré la seriedad de una persona que sabe lo que quiere. Yunho me amaba como un hombre… y la revelación me asustó, me asustó tanto al punto que salí huyendo hacia el interior del salón dejándolo solo en aquel balcón.

Me topé con Yoochun y Boa, ellos me preguntaron porque estaba tan alterado pero no les respondí estaba demasiado aturdido como para hacerlo, les pedí que me disculparan pero no estaba de ánimo para seguir en la fiesta y que iría a mi habitación a descansar.

Corrí raudo por las escaleras y me recosté en aquella cama que durante años me ha acompañado en mi difícil existencia, a pesar de que jamás dormí en aquel lugar mi habitación era un lugar importante en la casa ya que allí podía perderme en mis pensamientos sin que me molestaran. Miré el techo y cerré los ojos, intente relajarme pero la sensación de los labios de Yunho sobre los míos me estaba matando y el olor de su sangre embriagaba mis sentidos.

Estaba cansado, más de lo usual como si de un momento a otro todos los años que me he vivido me pasaran la cuenta y colapsaran en mi interior. Intenté volver a abrir los ojos pero por algún extraño motivo no lo logré…

 

 

**

 

 

Nada ha sucedido, luego de la fiesta de Yunho lo he seguido tratando como a mi hermano a pesar de que tengo conocimiento de sus sentimientos es más cómodo para mí ignorar la verdad. Pero a pesar de todo soy consciente de sus miradas, de cómo su mano busca la mía por debajo de la mesa, como intenta quedarse más tiempo a mi lado y como yo rehuyó su cercanía.

Algo me preocupa, siento que Changmin conoce todo lo que ha ocurrido, se que tiene ojos y oídos por toda esta casa no por nada es suya y tengo miedo de que le haga algo a Yunho.

-Jaejoong si te sientes tan nervioso deberías salir a cazar- me aconsejó Yoochun inquieto por mi sospechosa actitud, y decidí seguir su consejo

Salí de la mansión y fui hacia el pueblo. Encontré a una bella muchacha que reía con sus amigas junto al rio del bosque, las chicas se desprendieron de sus ropas y se lanzaron al agua a pesar de a medianoche la temperatura del agua baja más de lo usual.

Rieron divertidas hasta que era tiempo de que las conociera. Salí de mi escondite y les regale una sonrisa y ellas en vez de asustarse por mi repentina presencia me devolvieron la sonrisa y me invitaron a acompañarlas en su baño, les pregunté si la ropa estaba incluida y me dijeron que no. Sonreí ante su respuesta y me entregue a la pasión que una mujer puede entregar a un hombre, sentí sus suaves pechos bajo mis dedos y sus dulces alientos en mi boca, sus gritos de placer me embriagaron y cuando me cansé de jugar con sus cuerpos las mordí, sintiendo el exquisito elixir en mi boca junto a la excitación que siempre sentía llegando casi a un orgasmo de placer solo por sentir aquel sabor metálico acariciando mis colmillos.

Cuando mis sentidos volvieron miré sus pálidos cuerpos y sentí asco, que unas muchachas inviten a cualquiera a tener relaciones sexuales me parecía inaudito, yo solo lo había hecho para que se sintieran más relajadas cuando murieran.

Tenía el estomago lleno y me sentía más tranquilo, Yoochun había tenido razón. Cuando entré a mi habitación vi a Changmin en mi ventana mirando la luna con tranquilidad.

-Llegaste- coment´p en su susurro sin voltear a verme. Cerré la puerta en silencio y me senté en la cama casi ignorando su presencia- ¿Sabías que desde esta ventana se puede apreciar todo el bosque? Que incluso se puede ver el rio… - su voz me pareció fría y cortante y yo sabía porque estaba así, él había visto todo.- Creo que mis palabras aun no son claras ¿cierto Jaejoong?

Y en un segundo él estaba sobre mí presionando mi garganta con sus fuertes manos

-Eres mío, solo mío y no me interesa si la sangre sabe mejor cuando te acuestas con esas zorras no tienes por qué disfrutarlo tanto- a cada palabra que escupía con desprecio iba desprendiéndome de mi ropa dejándome desnudo solo en unos pocos segundos sin dejar de ahorcarme con una mano.

Besó mi cuello dejando sus colmillos en mi piel, sus besos eran buscos y me mordió los labios, lamio mi cuerpo mas no mi entrada y sin prepararme comenzó a jugar con mis genitales con brutalidad casi como si gozara con mi dolor, me humilló mediante sus palabras y me obligó a que tocara su miembro… el dolor que sentí cuando entró en mi es indescriptible jamás había sido tan brusco conmigo y me di cuenta que no solo estaba molesto porque me acosté con esas chicas, algo mas había.

Sus movimientos sobre mi eran rápidos y profundos casi sin dejarme respirar, me hizo ponerme en posicione sumisas en incluso forzó a que abriera mis piernas hasta casi un extremo imposible y como si fuera poco no dejó que me corriera, ni siquiera pude sentir el orgasmo porque el impidió que pudiera eyacular con libertad.

Se vistió en silencio y antes de salir de la puerta susurro: “Aun no me las he cobrado todas” Y más adelante pude comprender el significado de sus palabras.

 

 

Notas finales:

El Martes subo la segunda parte y final asi que si les gusto esten atentos!

Gracias por leer ^^ Nos vemos el martes


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