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-Lo siento Deidara, al cliente no le ha gustado tu escultura. Según el: “esperaba algo mas artístico viniendo de un gran escultor como Deidara”- Decía una chica de cabello azul imitando al cliente.
-Konan, el cliente es un imbécil que no tiene ni la más mínima idea del o que es el arte.- El artista dio un largo suspiro tratando de calmarse -¿Sabes cuanto tiempo me lleve haciendo esa escultura?... FUERON 3 MALDITOS MESES- El rubio estaba completamente desesperado.
-Lo siento Dei, será mejor que vallas a descansar, no tiene caso terminar la escultura si el cliente no va a comprarla- La chica salió del lugar dejando a un estresado y completamente molesto Deidara.
-No tiene caso estar aquí encerrado- Y dicho esto el rubio se quito su habitual bata llena de pintura para reemplazarla por una chaqueta normal.
Al salir del edificio Deidara se dirigió a su auto, deseaba volver a casa para reponer las horas en vela de los últimos 3 meses, pero sobre todo deseaba ver a esa persona tan especial que siempre le hacia sentir bien.
El rubio estaba tan ocupado atormentando su mente con problemas que no se percataba de lo mal que manejaba, a penas había recorrido unos cuantos kilómetros y ya había arrollado varios conos para trafico, se había pasado mas de 6 altos y había golpeado a los autos que estaban frente y detrás del suyo.
-Baje del auto en este momento.- Gritaba desde el altavoz una patrulla que llevaba más de 10 minutos siguiéndolo.
-Tsk- El rubio se estaciono a un lado de la carretera esperando librarse pronto de aquel oficial de transito.
-Disculpe señorita, me temo que tendré que confiscar su auto- Dijo el oficial haciendo varias anotaciones en una aparente multa de transito –Y pagar a la mayor brevedad su multa de tránsito. –
-Yo soy UN HOMBRE, no una señorita ¿Acaso es estúpido?- Respondió Deidara ante la confusión del Oficial
-Bueno “joven” baje del auto- Respondió el oficial haciendo énfasis en la sexualidad del artista.
-¿Esta dudando de mi sexualidad? Soy un chico puedo demostrárselo grandísimo estúpido- Contesto Deidara dispuesto a mostrarle su hombría al Oficial de transito-
-No me importa lo que usted sea, baje del auto o le daré doble multa por no respetar a la autoridad-Concluyo con una amenazante voz el uniformado.
El rubio bajo molesto del auto, no tanto por las multas, sino porque el tipo había dudado de su sexualidad y lo peor aun le faltaban varios Kilómetros para llegar a casa. El rubio camino por las solitarias calles de la cuidad, y a los pocos minutos una fuerte tormenta se soltó empapándolo por completo, haciéndolo sentir completamente derrotado ¿Qué podría ser peor?
-Hable demasiado pronto-Pensó el rubio al notar que no tenia la menor idea de donde se encontraba – Estoy perdido- Dijo en un susurro conteniendo las lagrimas de furia que amenazaban con salir de sus apagados ojos.
El artista comenzó a caminar completamente derrotado por la calle, en ese momento un auto negro se detuvo frente a el dejando ver a un joven de ojos violeta muy atractivo.
-¿Quieres que te lleve?- Pregunto el dueño del auto sonriéndole al rubio.
-No gracias- Respondió el artista sin detenerse.
-Vamos, así llegaras mas rápido a casa- El tipo del auto era muy insistente y al final Deidara termino accediendo.
-¿Cuál es tu nombre? –Pregunto el dueño del auto retirando los rubios mechones que tapaban los hermosos ojos del artista.
-Deidara- Respondió el artista sin tomarle mucha importancia a la acción de aquel sujeto.
-Es un placer lindura, mi nombre es Hidan- Se presento el joven besando la mejilla del rubio. – Divirtámonos un rato hermosa- Sugirió el joven tomando por la cintura al artista.
Deidara se sorprendió por las palabras de Hidan ¿de verdad parecía que era una chica?
-Aléjate de mi depravado- Ordeno el rubio tratando de bajar del auto.
Deidara trato de zafarse de Hidan pero era inútil, el de ojos violeta había logrado atrapar los labios contrarios en un apasionado beso. Con una mano tomaba de la cintura al rubio mientras que había logrado colar su mano libre por la entrepierna del rubio.
-¿Eres…un chico?-Pregunto impresionado el de ojos lila al sentir algo “extraño” entre las piernas del rubio.
-¿Y tú que crees?- Respondió el rubio golpeando fuertemente al contrario y escapando rápidamente del lugar.
El rubio corrió lo mas rápido que pudo, así pasaron varias horas hasta que la noche cayo y sin saber como había llegado a casa.
Busco las llaves en sus bolsillos y abrió pesadamente la puerta de su departamento. Al entrar a tan anhelado lugar sintió una sensación cálida recorrer su cuerpo por completo, sin pensarlo 2 veces se dirigió rápidamente a su habitación.
-No tienes idea de lo mucho que pensé en ti Sasori - Dijo el rubio abalanzándose entre los brazos de un pelirrojo que leía tranquilamente un libro.
Sasori noto la ropa mojada del rubio y lentamente comenzó a desvestirlo, sus cálidas y suaves manos le daban al rubio una dulce sensación de confort.
-¿Sucede algo cariño? Te ves deprimido- Pregunto con evidente preocupación el pelirrojo sujetando al menor por el mentón.
-Tuve un día horrible…No vendí mi escultura; fueron 3 meses desperdiciados, un oficial se llevo mi auto, la lluvia me mojo completamente, me perdí y un tipo casi me viola- El rubio se desmorono por completo en los brazos de su amante. -Sasori…solo abrázame-pidió el rubio con la voz entrecortada dejando salir todo aquello que le que le atormentaba.
-Cálmate Dei… yo estoy aquí- El pelirrojo abrazo al rubio que se encontraba llorando en su pecho–Todo estará bien –El pelirrojo deposito un dulce beso en los labios de su rubio mientras este recibía las tiernas caricias de su koi.
-¿Hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor?- Pregunto el pelirrojo tapando con las sabanas el cuerpo que descansaba sobre su pecho.
- Lo único que necesito son tus caricias.- Respondió el rubio acurrucándose en el pelirrojo -Te amo Sasori- Fue lo único que Deidara alcanzo a decir antes de quedarse dormido en el pecho de su Danna.
-Y yo a ti Dei- Contesto el pelirrojo acariciando el cabello del menor- Jamás te alejes de mí.-
Sasori era lo único que Deidara necesitaba para sentirse mejor, una simple caricia suya, un casto beso, sentir sus delgados dedos enlazándose en un rubio cabello, incluso el simple roce de sus cuerpos podía hacer que Deidara se repusiera en un instante, Sasori era lo único valioso para el artista. Porque al final del día lo único que Deidara necesitaba eran sus caricias.
♥By:Akatsuki_itasasu♥