Copy & paste por mitsui-chan

Maldito examen.

Maldito examen de matemáticas, con sus números, sus símbolos, sus ecuaciones, sus problemas que parecía burlarse de él. 

Suspiró y levantó la vista del papel y enfocó esa misma al papel de su novio, quien, a su vez, era su compañero de pupitre.

Completo.

El papel de su novio estaba todo completo, y conociéndolo, estaría todo bien.

Volvió a mirar su papel, completamente en blanco, esperando un milagro como que se escribiera solo o que su cabeza se iluminara.

Muchos suspiros después, borradas de lápiz, mordidas en el mismo y unas cuantas maldiciones mentales a Dios, sus profesores y a sus padres, a sus hyungs y todo aquello que estuviera vivo, el papel seguía igual que al principio, solo que ahora era de color grisáceo y estaba un poco arrugado.

Y el silencio se rompió por un suave, muy, muy suave susurro.

-Minnie.- giró un poco su cabeza y miró a su novio de reojo, y vio que apuntaba una sonrisa divertida.- Copia.

“Copia” esa palabra resonaba en su cabeza y, sin poderlo evitar, sonrió como tonto enamorado: su novio le quería lo suficiente como para dejarle copiar de su examen, aun si eso iba en contra de su código moral.

Su novio puso el examen de manera que lo pudiera copiar mejor y él, rápidamente copió, haciendo algún que otro fallo o ejercicio mal ya que si estaba todo bien, de seguro que el profesor de la materia sospecharía y no le apetecía irse a detención.

En cuanto terminó el examen, los dos salieron a fuera al patio y justo al cruzar la puerta, TaeMin saltó a los brazos de su novio, besándole amorosamente, rodeando el cuello del mayor con sus bracitos a lo que el moreno correspondió rodeándolo por las caderas y besándole de la misma forma, moviendo sus gruesos y rellenos labios de forma calmada.

-¿Y ese beso?- le preguntó jugando con uno de los mechones del pelo rubio del menor, que le miró sonriente.

-Por dejarme copiar de tu examen.- le dije antes de abrazarle y posar su cabecita en el hombro del mayor.

-No es nada bebé.- le dijo.- Sino tu madre te castigaría y no podríamos estar juntos.

Sonrió y se sonrojó un poco antes de volver a besarle.

-Chicos, yo no es por nada, pero están en medio de la puerta y todo el mundo les está viendo.- dijo MinHo, quien abrazaba a Jonghyun por las caderas.

-Dice el que se declaró en medio del patio.- la voz de la Diva se dejó oír a sus espaldas y un tierno sonrojó abarcó las mejillas del más alto.

-Oh, cállate Diva.- le reclamó Jonghyun a su mejor amigo por salvar a su novio de ese momento tan embarazoso en el que la Diva del grupo le había metido.- A mí me gustó, bebé.- le dijo antes de voltearse y plantarle un beso que dejó al otro sin aliento.

-Bueno, como sea.- dijo el menor de todos, colgándose del brazo de su novio y echando a andar.- Vayamos a comer que tengo hambre.

-Tú siempre tienes hambre.- le dijo Key antes de revolverle el pelo con cariño.- Pero como soy una buena persona, diré que el culpable de que comas tanto es Jinki hyung.- dijo antes de sentarse en la sombra del su árbol.

-¿Mía?- dijo sin entender el mayor, acomodándose a su lado y sentando al más joven de todos en su regazo.- ¿Y por qué es culpa mía que TU hijo coma más de la cuenta?

-Por que le haces hacer demasiado ejercicio, “nocturno”.- señaló y los rostros de ambos se tiñeron fuertemente.- ¡Ja! Ni siquiera lo negáis.- y TaeMin sonrojó aun más.

KiBum siguió molestándoles por lo que quedaba de recreo y en la comida.

Cuando finalmente llegó la tarde, Onew y TaeMin, como ya era costumbre, iban a casa del más pequeño para estudiar y ayudarse en las materias en que uno de los dos flaqueaba.

Llegaron a casa y subieron al cuarto del menor y Onew, disimuladamente, cerró la puerta de la habitación sin que el maknae se diera cuenta.

A fin de cuentas, su madre no estaría el día de hoy (estaba de viaje al extranjero) y nadie le impedía cobrarse su recompensa.

-Amor, ¿qué hacemos hoy?- preguntó inclinándose hacia delante para sacar el estuche de la mochila, dándole una perfecta vista de sus partes traseras a su novio.

-Humm…- se acercó a él y le cogió de las caderas, poniéndole de pie y juntando inmediatamente sus labios con el cuello del más chico.- ¿Qué te parece hacer el amor?

Los colores invadieron rápidamente el rostro del menor, quien tembló ligeramente ante la idea de que su novio le tomara y por los delicados besitos que dejaba en su cuello.

-P-pero hyung…mis padres llegaran…- intentó, sabiendo que era imposible, detenerlo.

-No llegaran hasta dentro de dos horas y media. Tiempo suficiente.- la mano derecha se posó sobre el abdomen y lo acarició, aun por sobre de las ropas.- Además…Me la debes, cariño.

-¿Qué?- preguntó, girándose para mirarle a los ojos.

Se inclinó hasta dejar sus labios rozando el lóbulo de la oreja del menor, causándole un agradable cosquilleo que le recorría toda la espina dorsal con pequeñas corrientes eléctricas.

-Te dejé copiar de mi examen. Ahora debes pagármelo.- sonrió antes de agarrarle por los muslos y levantarle, haciendo que el menor enroscara sus largas piernas en las caderas del menor.

-Es-está bien.- aceptó el menor, dejando sus piernas en el colchón y buscó los labios de su amante con desesperación antes de besarlos de una forma juguetona y sensual que distaba mucho de su normal timidez.- Te amo, Jinki.

Y ahí empezó el juego.

Ambos sabían, que cuando TaeMin le llamaba por su nombre real, omitiendo el hyung, era por que la acción iba a empezar.

¡Y claro que comenzó!

Los labios del pequeño rubio se deslizaron desde los labios hasta el mentón y luego hacia el cuello, dejando suaves besos y pequeños mordiscos, así como algún que otro lametazo juguetón.

-Hm…No hagas eso…- le dijo Jinki, al sentir como chupaba un poco de la piel de su clavícula, uno de sus puntos débiles.

-¿Por qué no?- dijo burlón antes de repetir la misma acción.

-Por que no me podré controlar.- gruñó antes de besarle con fuerza y arrancarle la camisa, rompiendo todos los botones. Se deslizó besando todo a su paso, hasta llegar al blanco pecho del menor y empezar a succionar los rosados pezones, consiguiendo que el otro dejara su clavícula para deshacerse en gemidos de puro placer.

-Ahh…Jinki…más…- gimió al sentir la húmeda lengua acariciando cada centímetro de su cuerpo.

-Claro bebé.- rápidamente le desnudó y siguió bajando, trazando un camino de besos hasta llegar a la entrepierna del menor, quien ya estaba sofocado y rojo.

Obviamente, lastres semanas en las que no le pudo poner un dedo encima a TaeMin, estaban pasando factura a Onew, quien ya no se aguataba las ganas de estar dentro de su niño.

-Es-espera.- le dijo el menor, separándolo de su cuerpo ante la estupefacta mirada del mayor.

-¿Por qué?- preguntó frunciendo el ceño de una forma adorable.

-Quiero chupártela.- dijo sin rodeos antes de escabullirse entre el cuerpo de su amante y del colchón y de cambiar las posiciones.

Se sentó en los muslos del mayor y empezó a refregarse contra la ya muy despierta hombría del mayor, quien solo llegaba a suspirar y a morderse los labios para no gemir.

Ante aquello, TaeMin decidió pasar directamente a la segunda parte: desnudó a su novio al completo y se metió todo el pene del moreno y empezó a subir y a bajar su cabecita, dándole uno de los mayores placeres que Jinki había experimentado en su vida en los últimos dos años, desde que estaba con TaeMin.

-Hmm…- gimió TaeMin al notar como un dedo acariciaba su entrada.

-Ahh…Joder Tae… Si pudiera… ahh… Le haría un monumento ahhhh tu lengua ohhh…joder…- gimió cuando una de las manos apretó sus testículos.- Me vuelves…loco.- jadeó.

El otro le miró, como diciendo “Ya lo sé” y le ofreció tres dedos propios para que los lamiera.

Y el mayor, consumido por el placer, rápidamente se los metió a la boca, mordiéndolos suavemente y dejándolos empapados totalmente.

-Ahh…- gimió el rubio cuando uno de sus dedos se adentró en su propio interior, abriéndose para el miembro del otro.- Ahh…Jinki, más…Ahh…- y siguió evocando el nombre, chocando su aliento contra las entre-pierna del mayor, quien sufría de escalofríos solo de oírlo.- ¡Ahhh!- se rozó la próstata con sus dedos y dejó caer su cabeza en la pelvis del mayor, quien estaba al borde la locura.
-Suficiente.- dijo Jinki antes de tomarlo de los hombros y tumbarle con brusquedad a la cama.- Ya no puedo más y tú estás más que abierto.- y sin más, le sacó los dedos y entró en él, lanzando un glorioso gemido de placer.- ¡¡DIOOS!!

-¡Jinki!- gimió el menor cuando empezó a moverse de forma rápida, profunda y brusca dentro de él, llevándole al cielo a cada golpe.- Sii… hyung, más, más…ah, ah, ah, ah…

-Tan estrecho…- fusionó sus labios con el del otro para evitar que los gemidos fueran oídos por los vecinos.- Hmm…mm…

Llevó una de sus manos al pene olvidado del menor y empezó a masturbarlo, hasta que sintió como se tensaba y se venía en su mano, manchando a esta y ambos abdómenes y seguidamente, incapaz de resistir a la presión y al calor, se vino dentro del otro, marcándolo con su semilla.

Con lentitud, haciendo sus labios crujir con sus dientes se separó de él, saliendo de su interior en el mismo proceso. Se arrodilló entre los muslos del menor y lamió el estómago de ese y su entrada, bebiendo de la semilla de TaeMin y de la suya propia.

-Te amo Dubu…- susurró TaeMin, sonriéndole amorosamente, sintiendo sus ojos pesados por el sueño.- Tengo sueño…

-Ven, duerme.- se acomodó a su lado, cogiéndole con cuidado la cabeza y poniéndola sobre su pecho.- También te amo, Minnie.

Estuvieron un rato en silencio, hasta que la voz de TaeMin salió otra vez.

-¿Sabes hyung? Si ese el pago que te debo dar para hacer un “Copy & Paste”, no me importa en absoluto copiar más de tus exámenes.- la risa de Onew fue lo único que se oyó en el departamento antes de que ambos se durmieran.