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DISFRACES por Athan_Anubis

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Notas del fanfic:

Hola,

Los personajes no son míos, son de Masashi Kishimoto.

Notas del capitulo:

Hola,

Espero les guste.

Estos niños me encantan... tan precoces jejeje. Nada que ver...

 

 

Disfraces

 

 

 

 

 

 

 

- Sasuke, abre la boca – escuchó que le decía Itachi mientras le acercaba algo blanco a sus labios.

 

 

 

 

 

- ¡Aniki! – le dijo mientras le veía con el ceño junto mostrando su desacuerdo y molestia en su rostro. – Yo puedo hacerlo solo, ya estoy grande - Dijo mientras arranchaba de las manos de su hermano mayor los colmillos falsos. Y luego, con algo de duda, intentaba colocarlos en su boca de manera que encajaran con sus dientes.

 

 

 

 

 

Intentó mover los labios, para acomodar mejor el artilugio y que así se acomodara mejor a su pequeña boca, haciendo gestos y muecas en el transcurso. Eso hasta que vio como Itachi se acercaba a él con intenciones de abrazarle, sin embargo, antes de que su hermano le alcanzara, corrió a escudarse al otro lado de la mesa principal del comedor.

 

 

 

 

 

- Sasuke, no corras, te puedes tropezar con la capa.

 

 

 

 

 

- ¡Eso no importa, no te me acerques! No soy un muñeco para que me quieras abrazar – dijo señalándole con la pequeña mano de la cual salían unas uñas filosas.

 

 

 

 

 

- Pero Sasuke, es que te ves muy mono.

 

 

 

 

 

Inmediatamente después de decir eso Itachi se cubrió con sus manos esperando que algún objeto volara hacia a él, producto del carácter de su pequeño hermano de 5 años. Pero el golpe no llegó, así que volteó con curiosidad a ver a su hermanito. Y le preocupó un poco la expresión que tenía, pues se veía como reflexionando algo que le tenía sumamente preocupado.

 

 

 

 

 

- ¿Qué pasa Sasuke? – dijo acercándose y poniéndose a la altura del pequeño. Quien antes de responderle se mordía los labios, mostrando su duda o vergüenza.

 

 

 

 

 

 

 

- ¿No debería dar miedo? ¿Seguro que el traje está bueno? Porque si no es así, entonces el dobe se va reír de mí y tal vez no quiera ir conmigo – luego frunció el ceño con más fuerza aún, y ya molesto y hablando más para sí mismo que para su hermano, continuó – Aunque si no quiere ir conmigo, tampoco le voy a dejar salir a pedir  caramelos con otra persona, mira que es un dobe y le puede pasar cualquier cosa.

 

 

 

 

 

Itachi quiso reír por la ocurrencia de su hermano, dado que técnicamente no le podía prohibir nada a Naruto, ya que si su mamá o papá querían, ellos podían llevárselo. Pero explicarle esas cosas a Sasuke era un caso perdido, el pequeño creía que tenía todo el derecho que quisiera sobre el niño rubio que vivía en la casa contigua a la suya. Es más, ya hasta le había comentado que pronto haría que Naruto se fuera a vivir con ellos, “Mi cuarto y mi cama son grandes, Naruto debería dormir conmigo” le había dicho el pequeño vampiro que estaba frente a él.

 

 

 

 

 

- Claro que das miedo, Sasuke – dijo aguantándose la risa – lo que pasa es que yo sé que te has disfrazado y que en realidad no eres un vampiro.

 

 

 

 

 

Sasuke por fin dejó de fruncir el ceño, pero no parecía muy convencido de que fuera cierto lo que su hermano le decía. Pero no pudo pensar más en eso, ya que escuchó el sonido del timbre de la entrada de la casa.

 

 

 

 

 

- Apúrate aniki, seguro es el dobe – dijo el pequeño acercándose a la puerta para intentar abrirla, pero no pudo llegar más allá de intentos, ya que la puerta tenía cerraduras altas.

 

 

 

 

 

Cuando su hermano llegó, fue él quien corrió el cerrojo de la puerta y dejó la pasada a los visitantes.

 

 

 

 

 

- Teme, ya llegué. Vámonos, ya he visto a otros niños pidiendo. Seguro ya no nos van a dar nada a nosotros – dijo un pequeño niño de cabellos rubios hablando fuerte y haciendo un pucherito, quien se hallaba agarrado firmemente por una de sus manitos por un señor de cabello rubio, bastante alto, y con parecido al pequeño.

 

 

 

 

 

Rápidamente dentro de la casa de la Familia Uchiha, Naruto intentó soltar su mano para ir corriendo en dirección al pequeño vampiro. Pero su papá, como siempre hacía, se negaba a soltarle y mantenía el agarre en su mano. Bueno, eso al principio, porque ya luego de hacer más pucheritos, estaba seguro su papi le soltaría suspirando. Su mamá siempre decía que eso estaba mal, que no debía manipular a su papá así, pero realmente no entendía mucho de lo que quería decirle su mamá. Pensó un momento en su mamá, y determinó que mejor no, si su mamá decía que no, entonces era no, así que lo más fácil, era soltar su calabaza y hacerla rodar por el piso para que su papá le dejara libre para ir a por ella. Dicho y hecho, su papá le soltó para que fuera por la calabaza donde metería sus caramelos y chocolates. Corrió rápidamente y sin flexionar las pequeñas piernitas, se agachó a recogerla. Pero antes de erguirse nuevamente, escuchó cómo los pasos de Sasuke se acercaban hasta dónde él estaba.

 

 

 

 

 

- ¡¿Por qué has venido disfrazado de calavera, dijiste que te ibas a disfrazar de un zorro?! – le dijo el pequeño azabache, siendo visto con desaprobación por el padre del niño rubio por haberle gritado a la luz de su vida.

 

 

 

 

 

- Pero teme, ¡a mi traje le cayó mostaza! – dijo la pequeña calavera mientras se acercaba al vampirito.

 

 

 

 

 

Sasuke lo reflexionó por breves segundos antes de dar el veredicto de su decisión.

 

 

 

 

 

- Pues no, entonces ya no vamos a ir a pedir chocolates – y comenzando a hablar más bajo y con un pequeño sonrojo en su blanca piel, continuó – Todos los demás niños te van a ver con ese traje.

 

 

 

 

 

Todos los presentes, excepto el pequeño esqueleto, estuvieron de acuerdo con ello mientras miraban ese traje tan pegado al pequeño pero bonito cuerpo de Naruto. Minato respiró con un poco de molestia ¿Por qué su esposa había escogido ese traje para su retoño? Es más, francamente hablando, él ya había hecho su pataleta en su casa y con su esposa ¿Por qué su niño tenía que salir exhibiéndose así? Definitivamente no era algo que él quisiera hasta que su pequeño tuviera al menos unos 28 años, pero negarle algo al pequeño rayito de luz de su casa, era algo que Minato aún no podía hacer. Así que solo le había quedado la esperanza, aunque ello también le haya molestado, de que el mocoso de la casa de al lado hiciera eso por él. Ese engendro se creía con el derecho de decidir sobre su retoño. Solo por este caso dejaría que él se encargara. Pero solo esta vez.

 

 

 

 

 

- ¡Pero teme! Tenemos que ir a pedir chocolates.

 

 

 

 

 

- No vas a salir con ese traje. Si tanto quieres chocolate, entonces Itachi nos puede comprar chocolates ¿Verdad? – dijo volteando a ver a su hermano.

 

 

 

 

 

- Claro Naruto, pueden ver una película o algo – Itachi por su lado, intentaba ayudar a su hermano, pero también así mismo, que con 14 años lo único que iba a hacer era perseguir a dos niños con ínfulas de demonios por las calles. Podría hacerles ver una película de terror, y luego los podría asustar. Siempre le divertía asustar a Naruto.

 

 

 

 

 

Naruto casi se vio acorralado, las cosas no estaban yendo tan bien como había pensado irían. Él no solo quería los chocolates, también quería ir a pasear y hacer travesuras con Sasuke. Miró a su papá esperando que él le ayudara, pero solo le vio con la cabeza volteada en otra dirección. Traidor. Pero…Y recordó, que a pesar de que su papá no quisiera ayudarle, ya lo estaba haciendo, pues le ayudó a recordar como hacía su papá para convencer a su mamá. Queriendo reír se acerco a Sasuke y le dijo algo al azabache en el oído para que solo lo oyera el otro niño.

 

 

 

 

 

Todos en la casa vieron como la cara del pequeño vampiro, se tornaba roja, a casi un granate. Después de unos segundos el pequeño volteó, y quitándose su capa se la entregaba al niño calavera.

 

 

 

 

 

- Solo si te la pones. Si no, no hay trato.

 

 

 

 

 

Naruto quiso reír, pero se aguantó, pues sabía que si el teme le veía ya no irían a ningún lado. Rápidamente se colocó la capa y la amarró a su cuello. Listo, le gustaba más estar con la capa de todas formas. Aún no entendía que tanto problema se hacían su papá y el teme de que estuviera solo con su traje de calavera. Su mamá decía que se veía precioso y, además le dijo que algún día sería un arrasador y candente chico. No tenía ni idea de que quería decirle, pero igual, parecía que decía algo bueno.

 

 

 

 

 

Minato miró al pequeño con el cejo junto. Al parecer el engendro sería un buen cómplice solo hasta que creciera unos años más. Luego, si seguía por el mismo camino, no dejaría que le ponga las manos encima a su rayito de sol.

 

 

 

 

 

- Bueno papá, ya nos vamos – dijo la calaverita con capa, mientras tomaba la mano del azabache y se acercaba corriendo en dirección a la puerta de la entrada.

 

 

 

 

 

- Hasta luego, señor Minato. Yo lo llevo a su casa cuando regresemos.

 

 

 

 

 

Por suerte Itachi parecía un chico serio y responsable.

 

Suspiró y vio con alegría a su retoño, era un niño muy alegre y enérgico, aún no comprendía porque se juntaba con ese otro niño que era tan serio y amargado. Mientras salía de la casa de sus vecinos y se dirigía a la suya, se preguntó que había sido lo que su retoño le había dicho al niño vampiro para que este accediera. No le dio mucho importancia, seguro serían cosas de niños.

 

 

 

 

 

 

 

*******

 

 

 

 

 

 

 

Una vez terminaron de pasar por todas las casas de aquellos que conocían, y de los que no también. Itachi llevó a los pequeños a su casa. Y los dejó en la sala, mientras el iba por leche, para darle a los pequeños.

 

 

 

 

 

- Teme, ¿De verdad? – dijo el niño rubio mientras veía con emoción al de ojos color negro, que en ese momento tenía las mejillas teñidas de un rosa palo por la vergüenza.

 

 

 

 

 

- Sí, ya sabes que a mí no me gustan las cosas dulces – respondió el otro mientras se acomodaba mejor en el sillón en el que estaban. De reojo volteó a ver al niño rubio y le vio sonreír con emoción a la vista de tantos dulces solo para él. Naruto era muy bonito.

 

 

 

 

 

- Bueno teme, en agradecimiento y porque te lo prometí, ¡te voy a dar la mejor noche de tu vida! – Aunque el pequeño rubio no tenía ni idea de que debía hacer para ello, le había visto a su papá decirle eso a su mamá cuando quería que ella aceptara algo a lo cual ya se había negado. Aún no sabía que es lo que quería decir con eso, pero sabía que empezaba con un beso, eso lo había visto cuando subían por las escaleras y su papá le daba un beso a su mamá. Tal vez luego subían a jugar, a él le gustaría jugar con ellos, pero siempre le decían que solo podían jugar los dos.

 

 

 

 

 

- Bueno, ya hazlo. – dijo el niño azabache mientras miraba de reojo que su hermano no comenzara a acercarse de la cocina. Por algún motivo estaba muy nervioso. Quiso extender sus manos en dirección al niño rubio para recibir lo que fuera que le iba a dar, pero no sabía que era, y no quería quedar en ridículo.

 

 

 

 

 

Naruto no lo pensó más, había visto a su papá hacerlo varias veces. Rápidamente inclinó su cabeza y acercó su rostro al del azabache. Y sintiendo un cosquilleo que no sabía de dónde venía, unió sus labios durante unos segundos antes de retirarse. Los dos niños se miraron y lucieron sus sonrosados rostros. Cada uno pensando que deberían hacer eso más seguido. Se habían sentido muy bien.

 

 

 

 

 

- Hermanito, ya sé de que lado bateas – susurró Itachi con el cuerpo medio escondido en una columna.

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado.

Para los que leen los otros fan fics, Apariencias y El que persigue, consigue, subo este jueves, o como máximo el martes. Por mi cumple me voy a dar un descanso de todo, uno chiquito jejeje.

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