Era de mañana, la luz del sol se asomaba por mi ventana, reflejándose en mi rostro, molesta pero certera. Logrando despertarme de mi letargo. Estaba tan exhausta, me había quedado dormida mientras estudiaba medicina, el examen final sería en tan solo una semana y del cual estaba segura, perdería.
Deje salir un bostezo cansino y me puse de pie retirando los tantos libros que descansaban desparramados en mi regazo, totalmente arrugados y rasguñados. Con las ultimas fuerzas entre en el baño para darme una rápida ducha y con las mismas salir para vestirme e irme, aun sin ingerir algún tipo de alimento. Otra de las tantas cosas a las que había renunciado al tomar tan ajetreada y exigente carrera.
Mis pies inconscientes caminaron dejándome justo al frente de la casa de Sasuke, otro estudiante de la universidad a donde iba. Sonrojada, observe la puerta de su hogar, pensando detenidamente si llamar a la puerta o no. Era tan vergonzoso. Desde hace un tiempo me gustaba, y mucho. Pero como era de esperarse no me pelaba, ni un poco, para él yo era invisible; bueno todos lo eran, excepto aquel rubio: Naruto. Otro estudiante de la universidad con el cual andaba siempre aun cuando daban clases, materias y horarios totalmente diferentes. Pero eso no importaba, esa supuesta mejor amistad parecía más fuerte que todo lo demás y sin querer parecer entrometida, para mí, era mucho más que una amistad.
Decidida llamé a la puerta con golpes certeros y concisos. Pero nadie respondió, aun cuando las luces permanecían encendidas, nadie lo hizo, nadie atendió a la puerta. Tal y como lo sospechaba. Sin pensarlo dos veces, observé a ambos lados en busca de alguien quien pudiese impedir lo siguiente pero no había nadie.
Acariciando mi cien me dedique a pensar si hacerlo o no, pero mis actos fueron más rápidos que eso, cuando lo empezaba a considerar ya me encontraba saltando la cerca que cubría la casa de Sasuke para así escalar un pino que daba con su habitación, dejando mi ropa totalmente sucia en el proceso.
Lo que pasó después, sucedió tal vez, muy rápido: justo cuando me decidía a tocar a la ventana de Sasuke para reclamarle quien sabe que, los vi. Eso hizo que mi puño se detuviera sin romper aquel hechizo y completamente asustada me retire de la ventana, mirándolos desde lejos.
Mis labios se entreabrieron asombrados, era insólito y desastroso pero una parte de mí se cuestionaba de si esto no era lo que hace tanto había esperado, ¿Entonces por qué no estaba herida? ¿Acaso no estaba enamorada de Sasuke? O simplemente era un capricho empecinado en mi corazón, eso no lo podía responder ahora. No podía y me dolía tanto, en lo más profundo de mi alma.
Entonces lo comprendí, estaba total e irracionalmente loca y no me importaba, en lo absoluto de hecho tenia mis sospechas desde hace mucho y juraba ante Dios que si no aprovechaba esta gran oportunidad. Nunca me lo perdonaría, Jamás y tal vez por no decir que así sería; yo con mis estúpidos confusos sentimientos lo echaría todo a perder. Todo.
Con la poca valentía que me quedaba humedecí mis labios mientras sacaba torpemente mi celular de mi bolsillo y sin pensarlo dos veces presione el botón que indicaba el éxito de la ahora fotografía que guardaba mi celular, ¿Qué podría salir mal?- me cuestione mentalmente para luego intentar no quebrarme algún hueso de mi cuerpo al bajar del árbol en el que antes me había subido. Entonces corrí, corrí como nunca, tal y como si alguno de ellos me hubiera visto. Provocando que mi pecho palpitase con tanta fuerza como para retumbar su estruendoso sonido en mis tímpanos.
-¿Sakura?- escuche al entrar en el apartamento que compartía desde hace tres meses con Hinata una compañera de la universidad pero aun así no me detuve, aun estando en la seguridad de mi hogar. Aun me sentía en peligro, aun sentía el éxtasis recorrer mis ventas velozmente, todo por una foto, todo por esta foto.
… Con la emoción a punto de explotarme la cabeza saque el celular de mi bolsillo, fui a galería de imágenes y la busque mientras mis dedos temblaban torpemente. Mis labios agrietados de tanto masticarlos producto provocado por los nervios esbozaron una sonrisa y entonces el miedo se esfumo, era simplemente hermoso.
Raro, pero hermoso. Era solo el hecho de ver a Sasuke junto a Naruto, Ambos sonriendo uno junto al otro mientras Naruto quien estaba sentado sobre su regazo se acercaba y besaba los labios de su pareja por enésima vez.