-¡Maldita sea! ¿Cuántas veces tengo que decirte que estaciones tu puto auto en tu garaje, no en mi acera? Interrumpes mi salida, maldito teme del demonio- Exclamó Naruto con la respiración entrecortada luego de una acelerada corrida.
Sasuke quien acababa de bajar de su automóvil se mantenía a la escucha o algo parecida a la misma, con rostro apacible, observando el desnudo pecho de su revoltoso vecino subir y bajar, por enésima vez. Si sus cálculos eran correctos éste le había esperado junto a la ventana de su casa todo el día, justo para gritarle y reclamarle quién sabe qué estupideces. Y Sasuke Uchiha, nunca jamás se equivocaba.
El moreno enarcó una de sus delgadas cejas, ignorando el ceño fruncido de su acompañante, soplando intencionalmente el humo de su cigarrillo a su rostro.
Naruto tosió -¡Quítalo, quítalo! ¿No me escuchas bastardo?- Gritó, berrinchando como tal niño luego de arrebatarle un dulce.
El Uchiha le ignoró y caminó hacia el porche de su casa, haciendo caso omiso a los incesantes gritos del rubio.
-¡Sasukeeeeeeee!
Algo en esta situación se volvía monótono, ya no le divertía hacer enojar a Naruto; al principio sus gestos diversos habían logrado divertirlo pero luego al transcurrir los días esos gestos que disfruto en su momento llegaron a aburrirlo. Era siempre los mismos, no mostraba alguna expresión inusual. Mofletes inflados, cejas encontradas y labios fruncidos.
Aburrido.
Sasuke siendo seguido por Naruto, arrojó su recién comenzado cigarrillo al suelo y se adentró a su hogar, cerrando la puerta en las narices del ojizazul. Los gritos de éste no se hicieron esperar e irritando sus tímpanos golpeo innumerables veces su puerta, rindiéndose en cuestión de minutos y soltando deliberadamente un: bastardo
Naruto, iracundo, caminó nuevamente hacia su casa, maldiciendo internamente su bendita suerte. Si Sasuke quería jugar, perfecto, se podía jugar de dos.
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Knock, Knock, Knock* -¡Dobe!
… Somebody help me through this nightmare. I can't control myself. Somebody wake me from this nightmare. I can't escape this hell*…
-Naruto, abre la maldita puerta- Un Uchiha jamás gritaba, no importaba la situación, no interesaba si su mal nacido vecino mantenía su minicomponente a todo volumen, crispando sus nervios con estrepitosa música. Que parecía más bien algún tipo de ritual para el inicio de un exorcismo.
Su cabeza no aguantaba, la sentía estallar. Quería matar a cierto dobe, lenta y dolorosamente –Naruto, abre la maldita puerta – Repitió.
Eso fue suficiente para quebrantar la entereza del cabeza hueca número uno en sorprender a la gente, quien obedeció de inmediato. Sasuke Uchiha nunca repetía las cosas, no hasta que se enojaba de verdad.
-¿Sucede algo, Sasuke?-. Preguntó fingiendo inocencia.
-Tú sabes muy bien que sucede, idiota.
Naruto miró hacia arriba en busca de alguna posible respuesta – No, no lo sé y más idiota serás tú.
-Necesito que le bajes el volumen a tu… música-. Dijo apático.
El ojiazul sonrió abiertamente, preparado para cerrarle la puerta en la cara, como éste lo había hecho hace tan sólo unas horas, si conocía al Uchiha, como sabía que hacía, este contestaría con pedantería lo siguiente.
-Yo necesito muchas cosas.
Pero muy al contrario de lo que pensaba Naruto, el Uchiha no vituperó, al contrario calló, como muy pocas veces hacía.
-¿Algo más?- Inquirió indiferente, esperando el tan anhelado insulto.
-No-. Respondió simple, yéndose.
Naruto era tan fácil de leer, un libro abierto para cualquiera y Sasuke sabía de antemano cualquiera de sus intenciones. Era sólo verlo para comprenderlas. Desde el momento en que éste tomó entre sus dedos la puerta, Sasuke lo supo.
Sin mencionar otra palabra se marchó, dejando nuevamente a Naruto con la palabra en la boca.
Si quería que Sasuke se fastidiara de verdad, tenía que hacer algo realmente grande e imposible de evitar y ya tenía una idea bastante clara de ella.
Con una sonrisa en sus labios cerró la puerta, disponiendo de todo su tiempo para su dichoso plan, el cual traería posible consecuencias.