Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Coma por Winy9

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Muuuuuuy largo, paciencia =) 

Su novia no volvió a aparecer por allí en toda el mes. Los médicos lograron identificarlo gracias al nombre proporcionado y a la sangre de su ropa, así que Donghae se encontró dos días después, en la misma habitación donde el chico estaba ingresado, a los padres de este que no fueron mucho más amables que la muchacha. Donghae les explicó quién era él y lo que había pasado, y ellos acudieron a la explicación con una indiferencia que no podía ser normal para tratarse de sus padres. Pero no había duda de que eran ellos. Le dieron las gracias por estar junto a él y se despidieron con un “hasta pronto”. Pero tampoco volvieron después.

Él no entendía nada, pero era el único que no lo abandonaba en aquella fría y deprimente habitación. Ahora que sabía que estaba solo incluso a conciencia de los que lo conocían, se sentía casi más obligado a estar allí. Aunque no lo sentía como un deber el ir a visitarlo cada día, sino como una costumbre, como algo que ya formaba parte de su día a día y que hacía con más ganas que cualquier otra cosa, como, por ejemplo, volver a casa y encontrarse con el semblante inexpresivo de Siwon, que seguía sin hablarle.

Las cosas con él iban de mal en peor, ya no es que no lo saludara, es que ni siquiera lo miraba y parecía haber cambiado turnos en su trabajo para no tener que cruzarse con él en el piso. Lo peor es que aunque sabía que algún día tendría que disculparse con él, ahora mismo no se sentía con fuerzas para eso. Estaba más atento a otras cosas, a averiguar más sobre el tal Hyukjae. Le intrigaba sobremanera saber por qué todo el mundo le daba la espalda, por qué si lo había dejado con su novia puso tanto empeño, por qué parece que sus únicas visitas se alegran de lo sucedido. Necesita saber si tiene que alejarse de él a tiempo o puede seguir visitándole hasta que despierte. Hace tiempo que dejó de ser pena o culpa lo que siente por él, ahora es como si lo conociera, como si fuese un amigo o un hermano el que estuviera postrado en esa cama y siente que no puede darle la espalda, que no puede dejarlo solo, que quiere verle abrir los ojos para ofrecerle la mejor de las sonrisas e inculcarle un poco de esperanza.

-          Hola, Donghae – la enfermera encargada de cambiar el suero del chico lo saluda con una sonrisa -. Vienes hoy más temprano.

El castaño sonríe soltando la mano de HyukJae con cierto disimulo, esperando que no lo haya visto.

-          Tengo día libre en la pastelería.

-          Oh, los bombones del lunes estaban exquisitos, creo que te haré un pedido.

-          Mañana los tendrás aquí.

La mujer termina su labor apuntando algo en una carpeta que llevaba bajo el hombro, toca la frente del enfermo y vuelve a apuntar algo más antes de estirar las sábanas para taparlo un poco mejor.

-          Genial, entonces, tráeme una cajita pequeña, ¿vale? Son adictivos.

Donghae asiente con la cabeza y una nueva sonrisa. La enfermera sale de la habitación y cierra la puerta tras de sí, así que, viendo que se ha quedado solo, vuelve a coger la mano del chico entre las suyas. Recuerda haber oído que el contacto y el calor les hacen sentir mejor, que los sienten y los notan, que también escuchan todo lo que les dicen. Así que desde hace un par de días, se lleva el periódico y lo lee en voz alta para mantenerlo al día de las últimas noticias, a veces no puede dejar de sentirse un tanto idiota  o incómodo porque tiene la sensación de que no sirve para nada, pero no se da por vencido y lo vuelve a intentar todos los días.

Le resulta casi imposible no pensar en él cuando se levanta y no dedicarle un último pensamiento al acostarse. Es con la persona que más tiempo pasa, con la que más habla y con la que más a gusto se siente, al fin y al cabo, no le replica, quizás ni siquiera puede escucharle. Es inevitable también imaginar qué pasaría si despertase, ¿cómo le explicaría lo que hace allí o que nadie de su familia quiere saber nada de él? Pero eso es lo que menos acude a su mente, más bien imagina cómo es él, cómo le hablaría, si se harían amigos… Es una sensación muy rara, no lo conoce de nada y sin embargo lo ve como a uno de sus mejores amigos. Tampoco puede evitar pensar en qué pasará si no se despierta nunca, si se queda en coma para siempre o, peor, si se muere… Y se sorprende a sí mismo al comprobar que la sola idea le horroriza, que sin saber cómo, si eso ocurriera, sería un golpe demasiado duro porque se ha convertido en alguien importante para él de una forma u otra, no puede explicarlo, quizás porque le habla sin pudor, porque imagina cosas que no suceden y en esos momentos se conocen, se respetan y se tienen cierto cariño, o quizás simplemente porque se ha acostumbrado demasiado pronto a su compañía.

El momento de volver a casa, a la hora de la comida, es realmente frustrante. Cuando está con HyukJae se aísla de todo, de la realidad e incluso de sí mismo, porque es un mundo paralelo en el que todo ha ocurrido de una forma diferente. Pero cuando sale del hospital, vuelve a su misma rutina, a ese desencanto natural por vivir el momento que le corresponde. Un suspiro acompaña al ruido de las llaves cayendo sobre la mesa, sabe por el silencio que hay en casa que Siwon no está allí y se siente en parte aliviado, pero no puede posponer más el momento en que acabe con todo.

Porque tiene que hacerlo, ya no puede engañarse más a sí mismo y tampoco a él, al que siempre ha sido su mejor amigo, al que no logra ver como algo más. Activa el sonido de su móvil y marca el número de Siwon que desde hace dos años sabe de memoria.

-          ¿Qué quieres, Hae? Estoy trabajando.

-          No muestres tanto entusiasmo – se queja Donghae sentándose en el sofá, notando lo cansado que está -. ¿Cuándo vuelves? Tengo que hablar contigo.

Un silencio un tanto tenso prosigue a sus palabras, tal vez sea demasiado obvio lo que tiene que decir o lo que tiene que pasar. Claro que era obvio desde el mismo momento en que comenzaron con esto.

-          No lo sé, Hae, intentaré llegar pronto.

-          Bien, te esperaré en casa de todas formas. Ten un buen día.

-          Hasta luego.

Siwon corta la llamada rápidamente y Donghae le agradece que no alargue el momento de la despedida. Se da cuenta de que no tiene hambre, ni ganas de quedarse allí en casa, así que decide que podría relevar a su madre durante unas horas. Total, Siwon llegará tarde a pesar de sus palabras.

Vuelve a coger las llaves y sale de casa de nuevo para ir a la pastelería. Su madre se sorprende de verlo allí, sobre todo porque ya estaba a punto de cerrar, pero él se ofrece para mantenerla abierta. Ella vuelve a casa no sin antes asegurándose cinco veces de que él se ocupará de todo hasta que regrese, desde el día de San Valentín, no se fía nada de él.

Comienza a preparar la caja de bombones para la enfermera con una sonrisa. No precisamente porque esté pensando en ella, sino porque está pensando en él. En lo feliz que parecía al encargar la tarta para su novia y lo ilusionado que lo vio al ver el trabajo realizado, quizás imaginando la alegría de la muchacha. ¿Por qué entonces ella lo desprecia de esa manera?

Por supuesto ahora no tiene a nadie en la tienda, todo el mundo estará comiendo o preparando la comida, así que se entretiene limpiando una vez más todo el local mientras en su mente se desarrollan miles de ideas en torno a esa extraña pareja. Tampoco olvida la reacción de la joven al verlo allí, ¿con quién lo confundió? ¿Hay alguien más a quien pudiera importarle? ¿Pero por qué no aparece entonces?

La puerta se abre a su espalda y él se apresura en volver tras el mostrador para atender a su cliente. Sonríe ampliamente sin ganas, pero es una norma impuesta por su madre. Un chico con cara de perdido se acerca hasta allí sin pasear la vista por los dulces como suelen hacer instintivamente todos los que entran allí.

-          Hola – lo saluda el muchacho con voz temblorosa -. ¿Lee Donghae?

El aludido asiente.

-          Dígame, ¿en qué puedo ayudarle?

-          Soy Cho Kyuhyun, en el hospital me dijeron que podría encontrarte aquí.

No puede evitar ni esconder su sorpresa. ¿Del hospital? ¿Eso quiere decir que él conoce a Hyukjae? Y lo más importante… que ha ido a verlo.

-          Oh – sale de detrás del mostrador -. ¿Conoces a HyukJae?

El muchacho sonríe de medio lado con un murmullo que no logra descifrar.

-          Sí, sí lo conozco. Somos amigos, me enteré hace unos días de lo ocurrido, todo es demasiado raro.

Por fin ve un atisbo de tristeza en alguien que habla de lo sucedido a HyukJae. Se alegra de que no esté completamente solo, además de su compañía, claro.

-          Sí, fue muy rápido todo.

-          Ya, bueno, gracias por quedarte con él, has sido muy amable pero, en fin, no hace falta que sigas yendo por allí, no te sientas obligado porque ya me ocuparé yo de todo.

-          No… no es una obligación para mí.

Le hubiera gustado poder explicarle lo bien que se siente cuando está con Hyukjae, que con él logra olvidar todo cuanto le rodea y logra poder relajarse con su compañía aunque ausente, pero prefiere callarse para que no lo tache de loco.

-          Según tengo entendido, no os conocíais de nada.

-          Bueno, era cliente habitual – inventa para intentar suavizar las cosas.

Kyuhyun se encoge de hombros y sonríe de una forma más cálida que antes.

-          Como quieras, solo quería agradecértelo personalmente.

-          No hay nada que agradecer.

-          En fin… supongo que si sigues yendo, nos veremos por allí.

-          Oye… ¡espera!

El chico se detiene antes de llegar a la puerta y se gira para mirarlo de nuevo. No puede dejarlo irse tan fácilmente y dejar su próximo encuentro en manos de la casualidad. No puede dejar escapar la oportunidad de conocer de verdad a HyukJae.

-          ¿Por qué nadie más va a verlo? Su novia y sus padres parecían incluso alegrarse de todo.

-          Supongo que no ha sido ni el hijo ni el novio ideal – se encoge de hombros sin dejar de sonreír -. Pero es una buena persona.

-          Pero… ¿qué pasa? Por muy mal que se haya comportado con ellos…

-          Digamos que hay cosas que la gente no entiende y que nadie puede remediar.

Donghae no comprende absolutamente nada pero sabe que no va a sacar nada más de él, no al menos en este momento.

-          ¿Sabes dónde puedo encontrar a su novia?

-          Según tengo entendido ya no es su novia.

-          ¿Pero podrías…?

-          No, no sé nada de ella.

No serán amigos tan cercanos entonces, aunque ella dijo que tampoco conocía a sus padres.

-          Bueno, gracias.

-          A ti. Hasta luego.

Sale de la pastelería y lo deja nuevamente solo, más confundido que antes. Donghae vuelve a su puesto tras el mostrador y, viendo que sigue sin venir nadie, va a la trastienda para preparar algo más y así poder practicar su arte culinario, que tampoco puede llamarse “arte”.

-          ¡Dongie!

La voz de Sungmin le hace sonreír, siempre con su buen humor ante cualquier cosa, es de agradecer.

-          ¡Estoy aquí dentro!

Sungmin entra con toda confianza y se apoya sobre sus hombros deformando por completo la forma que estaba intentando moldear. En fin, otra vez será.

-          ¿Qué tienes que hacer hoy?

-          Cortar con Siwon.

La boca de Min se abre inmediatamente, haciéndole reír. Posiciona dos dedos en su mentón y se la cierra, levantándose y saliendo de allí para volver a la parte pública de la tienda. Sungmin lo sigue casi corriendo.

-          ¡Y lo dices tan tranquilo!

-          ¿Cómo quieres que lo diga?

-          ¿Y qué, le vas a preparar una cena romántica y después… ¡pam! Adiós, muy buenas?

-          Simplemente se lo voy a decir y ya está, no puedo alargar más esta situación.

-          ¿Y quién te ha hecho ver eso? ¿Tu amigo medio muerto? Porque mira que yo te lo he dicho veces, ¿eh? Y ni caso…

-          No vuelvas a llamarlo así. Ten un poco de sensibilidad, Minnie.

Sungmin pone los ojos en blanco, ignorando su petición.

-          Pero cuéntame, ¿cómo has llegado a esa conclusión?

-          Porque ya no puedo más, Min, no puedo fingir algo que no siento.

-          ¿No se te levanta o algo así?

Donghae se echa a reír sin poder evitarlo, la simplificación de Sungmin ante todo le hace ver las cosas con un poco más de optimismo. No es tan malo no corresponder a alguien, no es su culpa, sería peor si siguiera con esta farsa.

-          ¿Qué querías proponerme tú?

-          Oh, nada, salir por ahí. ¡Y es la noche ideal! Tú te quedarás soltero, Siwon te echará de casa… ¡Puedes venirte conmigo!

-          Gracias por alegrarte tanto de mis desgracias.

-          No seas exagerado, te estoy ofreciendo piso.

-          Creía que tenías la habitación alquilada.

Min se encoge de hombros con una sonrisa de oreja a oreja, realmente entusiasmado con la idea de que se vaya a vivir con él. Bueno, tiene razón en que deberá buscar un nuevo lugar de residencia.

-          Duermes conmigo, no te voy a comer para tu mala suerte.

-          Bueno, ya me lo pensaré. Pero nada de fiesta, hoy no.

-          De acuerdo – se resigna el mayor -. Pero vendrás a dormir entonces, ¿no?

-          Si no me queda otro remedio, allí estaré.

 

Cuando su madre regresa a ocupar su puesto de trabajo, no tiene más excusa con la que prolongar su jornada laboral en su día libre. Además, le dijo a Siwon que esperaría y no cree que su pareja necesite un motivo más para echarlo de su vida definitivamente. No es eso lo que quiere, solo quiere volver a recuperar su amistad y a que todo vuelva a ser como antes, sin celos, sin control, sin ataduras, sin discusiones cada día. No debe ser tan difícil si llevan toda la vida haciéndolo.

Al menos tiene la suerte de que Siwon aún no ha llegado. Intenta encontrar las palabras adecuadas para terminar con todo, no sabe cómo decírselo, si directo al grano o suavizando un poco la situación, que tampoco es muy agradable entre ellos. Desiste tras no decidirse por ninguna opción y lo deja en manos del destino. Lo que salga, saldrá. Lo que sea, será.

Siwon llega a casa cuando él tiene la cena a medio hacer. Ha decidido, contra todo pronóstico, hacerle caso a Sungmin y prepararle su comida favorita. Sabe que eso no lo animará cuando le diga lo que le tiene que decir, pero al menos tendrá la cena hecha cuando se marche, porque, independientemente de si lo echa o no, sabe que tiene que irse de allí, dejarle tiempo y espacio para que las cosas vuelvan a estar bien entre ellos.

-          Hola, Hae.

Es lo primero que le dice frente a frente desde el catorce de febrero. Bueno, al menos vuelve a hablarle, aunque sea por poco tiempo. Donghae suspira, aparta la sartén del fuego y comienza a servirlo todo en un plato perfectamente ordenado. No puede alargar más este momento, también Siwon espera una explicación.

-          Siwon, yo…

-          Sé lo que me vas a decir. Yo también he estado pensando en eso.

Donghae lo mira por fin, quizás las cosas entonces no tengan que ser tan drásticas, quizás todo vuelva a la normalidad mucho antes de lo que esperaba.

-          Siento mucho haberme comportado así estos días, Hae, ha sido culpa mía, sé que no te gustan esas cosas y… En fin, no quiero seguir de esta forma contigo – lo abraza fuertemente, casi dejándolo sin aire -. No soporto esta situación, perdóname por favor.

El mayor le corresponde al abrazo rodeando su cintura débilmente. ¿Que le perdone? ¿Qué tendría que perdonarle, que le quisiera como lo hace y desee celebrar San Valentín con él? Todo debería estar sucediendo al revés, definitivamente no era esa la idea que se había creado a partir de sus palabras iniciales. Donghae lo aparta de sí viendo en él una expresión suplicante, triste y descompuesta, de noches sin dormir. No puede dejarlo solo, no puede echarlo todo por tierra, no es tan fácil como había creído. Vuelve a tener miedo de perderlo para siempre y eso es algo con lo que no podría convivir.

Así que lo abraza una vez más dejando un beso sutil sobre su cuello al tiempo que nota cómo los brazos del menor lo envuelven de nuevo. Se siente aliviado de haberlo recuperado, pero sabe que esta noche no debería acabar así.

-          Yo también lo siento – murmura distante -. Pero no era eso de lo que quería hablarte.

Siwon es ahora quien se aparta de él, desconcertado. Ver tanto amor en sus ojos le echa para atrás, aunque se siente como un idiota por no poder sincerarse con su amigo, no puede hacerle el daño que le haría si lo dejara. Pero tampoco está dispuesto a seguir de esa manera.

-          Creo que debería irme de aquí.

-          ¿Qué, por qué?

-          ¿Cómo que por qué, Siwon? No podemos vivir juntos, chocamos continuamente, solo nos estamos peleando… y yo tampoco quiero estar así contigo. Quizás si nos damos un poco de espacio… En fin, no es que vaya a cambiar nada.

-          Hae, ha sido una pelea… No tenemos por qué ser tan radicales, yo quiero estar contigo a cada momento del día.

-          Ese es el problema, que me agobio con facilidad, que siento que no tengo escapatoria y que no puedo hacer nada si no es contigo. No puedo seguir así, necesito recuperar un poco de mi vida y… aquí no puedo.

Siwon suspira y aparta la mirada de sus ojos. Sabe que está siendo poco sutil, pero ya lo ha sido mucho tiempo, ha aguantado cosas que no todo el mundo aguantaría, y no va a seguir haciéndolo por miedo a perderlo, porque ahora se ha dado cuenta de que tienen la suficiente confianza como para poder explicarle la situación.

-          Eso no tiene nada que ver con que vivas aquí, Hae. Te daré tu espacio y cambiaré y haré lo que quieras, pero no te vayas.

Donghae sonríe enternecido por su súplica, por ver cuánto le quiere. Se siente halagado, pero también confuso y triste por creer que deberá seguir así toda su vida, porque Siwon no se cansará tan fácilmente de él y porque no está dispuesto a hacerle daño.

-          No es que me vaya a ir a la otra punta del mundo, me iré con Sungmin, nos seguiremos viendo todos los días, no cambiará nada.

El menor no parece muy convencido pero finalmente asiente resignado y lo abraza de nuevo sellando de esa manera el “trato” que acaban de establecer.

 

Sin embargo, no comienza con la mudanza hasta la mañana siguiente, ya que aprovecharon su reconciliación para pasar toda la noche juntos. Ese es el amigo que quiere recuperar, el que estaba junto a él viendo una película, riéndose por lo absurda que era o comentando lo impresionante que son los efectos especiales, ese amigo que está a su lado pase lo que pase y que no se enfada con él porque no llega a cenar a tiempo. Pero aún no puede, aún no es el momento, y está dispuesto a todo lo que sea necesario por tal de recuperarlo.

Incluso a eso, a vivir con Sungmin. No es que sea desordenado, mal cocinero o un irresponsable, todo lo contrario, es simplemente que son un tanto diferentes y sabe que la convivencia será difícil. Sungmin es optimista, impaciente, inquieto, le saca el punto positivo a cualquier cosa, siempre está de buen humor y siempre tiene una broma preparada que ofrecer. Donghae es más tranquilo, más realista, más racional por decirlo de algún modo. Y de ahí no puede salir nada bueno.

-          Ayer, después de salir de la pastelería fui a mirar colchones y camas y eso… En un par de semanas tendrás tu propia cama – le informa emocionado ayudándole a dejar su pequeña maleta en la habitación.

No ha parecido decepcionado porque no haya dejado a Siwon, según él “era obvio que no se atrevería”, pero sí está realmente entusiasmado por su mudanza. Donghae debe admitir que él también, que Sungmin es ahora su mejor amigo y que se lo está demostrando con creces.

-          ¿Y a tu inquilino no le importa?

-          No, ya se lo comenté ayer. Es muy simpático – comenta quitándole importancia -. Os llevaréis bien.

-          Bueno… ya me lo presentarás luego, que mi madre me va a matar si llego más tarde de la hora que me ha dejado para el traslado.

-          Venga que te llevo, hoy no entro a clase hasta las once y media.

Donghae acepta agradecido su oferta pues lleva veinte minutos de retraso.

 

Desde bien temprano ha empezado a llover, lo cual quiere decir que la gente no se decide a salir a la calle y menos a por un capricho como suelen ser los dulces. Así que aprovechando su irrefutable lógica, le ha pedido a su madre salir antes, a lo que ella no ha puesto ningún impedimento. Aún tiene muchas cosas que hacer en casa de Sungmin, como deshacer las maletas por ejemplo, además de que Siwon le prometió que iría a recogerlo a la tienda cuando terminara su turno de la tarde. Así que no tiene ningún otro momento para acercarse al hospital y no piensa romper su reciente costumbre por nada del mundo, de alguna manera Hyukjae lo necesita, y él no será quien le dé la espalda aunque lo haga el resto del mundo.

Le lleva los bombones a la enfermera y esta los agradece encantada. Le alivia ver que no hay nadie en la habitación, pues tenía miedo de encontrarse al tal Kyuhyun. Es cierto que sigue teniendo curiosidad por toda la vida del enfermo, pero también es cierto que se sentiría cohibido de haber alguien más allí. Además, no es justo que pretenda robarle sus visitas cuando él lleva más tiempo yendo allí. Se sentía de alguna forma especial por ser el único que estuviera en la habitación con HyukJae, por ser la única persona que se preocupaba por él y que le mostraba algo de afecto. No quiere compartir esa sensación con nadie, por muy egoísta que sea.

Se sienta a su lado y toma una de sus manos, como siempre hace, mirándole el rostro con atención, captando cada uno de sus rasgos. Desde el primer momento que lo vio le pareció atractivo, interesante al menos, una persona peculiar, indiferente con todo el mundo, pero lo suficientemente romántico como para preocuparse del regalo de su novia. Ahora que lo ve sin ninguna expresión, casi inerte, pálido e indefenso, no puede dejar de pensar en él como la persona más inocente y falta de cariño del mundo. Quizás también influye en que nadie vaya a visitarlo, o en saber que la gente se alegra de lo que le ha ocurrido.

Es raro, porque Donghae siente la necesidad – que no obligación – de verlo todos los días, de hablarle, de estar a su lado, de preocuparse por él y cuidarle, y no puede entender cómo nadie puede ver lo frágil que es, lo mucho que buscaba esa atención que se le negaba y que se puede apreciar tan solo viéndolo en coma sobre la cama, que nadie sienta tristeza por verle en ese estado cuando a él se le rompe el corazón de no obtener ningún gesto por su parte. Sí, de alguna forma lo necesita y necesita que esas visitas formen ya parte de su vida, porque es en el único momento del día en que puede liberarse de todo. Y sí, es raro, es una sensación de lo más extraña pero ya no puede evitarla, porque es ella quien lo atrae hasta el hospital para verlo y le hace sonreír cuando lo tiene delante.

Pero no todo es eterno, claro, y pronto recibe la llamada de Sungmin para saber dónde está y poder ir a por él para ir a almorzar, ya que Donghae aún no tiene las llaves de su nuevo hogar. Así que veinte minutos después, Min lo recoge en la puerta del hospital y conduce tranquilamente hasta su piso contándole lo aburridas que han sido sus clases. Hace dos años estudiaban juntos, pero Donghae decidió que no le interesaba la Historia en absoluto y que prefería hacer otra cosa que aún no había encontrado, así que esperaría el momento oportuno para estudiar algo que realmente le interesara mientras se ganaba la vida con el negocio familiar.

-          ¿Y tu amigo, qué? ¿Cómo sigue?

Suben hasta el segundo piso mientras Donghae le comenta que todo sigue exactamente igual y que no parece que vaya a haber cambios en un futuro próximo. Sungmin abre la puerta al llegar al 2º C y lo deja pasar para después cerrar cuando ambos ya están dentro. Se escucha ruido en la cocina y los dos se dirigen hasta allí, Min alarmado, Hae curioso.

-          ¡¿Qué haces cocinando?! Creía que había quedado claro que no servías para esto.

Donghae no puede creer que esté delante de sus ojos el mismo chico que fue a agradecerle sus visitas a la pastelería. Y él, por lo visto, también lo reconoce porque su sonrisa por la bronca de Sungmin desaparece en cuanto posa la mirada en él.

-          Oh – Sungmin capta las miradas de ambos -. Kyu, Hae. Hae, Kyu. ¿Me explicas ahora qué hacías…?

-          ¿Este es nuestro nuevo compañero? – Kyuhyun vuelve a sonreír -. Vaya, qué curioso.

-          ¿Qué pasa? ¿Os conocéis?

-          Sí, ayer fui a su pastelería. Y no te preocupes, solo estaba haciendo arroz, no voy a quemarte la cocina – repone con una sonrisa adorable.

Sungmin relaja su postura y su expresión y le devuelve la sonrisa tontamente antes de que el otro aparte a Hae de la puerta con delicadeza y los deje solos.

-          Este chico conoce a HyukJae – susurra Donghae adentrándose más en la sala.

-          ¿A quién?

-          A “mi amigo casi muerto”.

-          ¿De veras? Pues no parece muy afectado.

-          Qué sorpresa – ironiza Hae.

No le da buena espina ese chico, sabe que Sungmin no dejaría entrar a cualquiera en su casa, pero sabe que algo va mal. No es normal que ayer se mostrara como una víctima más por lo acontecido y ahora, en la intimidad de su casa, esté como si nada pasara.

-          ¿No te ha comentado nada? – insiste el menor.

-          No, no somos muy amigos, no sé… Vivimos juntos, vemos la tele juntos y nos preguntaos qué tal el día, nada más.

Donghae sonríe burlonamente.

-          ¿En serio? Pues me ha dado la sensación de que no te parece suficiente ese “nada más”.

Los platos que Sungmin estaba cogiendo para servir la comida tiemblan en su mano, aunque logran mantenerse en la misma de puro milagro, lo cual hace estallar a Donghae en una carcajada.

-          Eres tan evidente, Minnie…

-          ¡¿Pero qué dices?! Te recuerdo que tenía novia.

-          Y que te dejó porque te fijabas más en tus amigos que en ella, ¿te crees que soy tonto?

Sungmin enrojece súbitamente y Donghae intenta controlar una nueva risa para no hacerle sentir tan incómodo. Simplemente sonríe quitándole los platos de las manos.

-          Estás loco – titubea casi sin fuerzas.

-          Oye, que yo salgo con Siwon, ¿recuerdas?

-          Sí, pero no lo quieres, lo haces por…

-          Oh, vamos, si no me gustaran los hombres no me sacrificaría de esa forma.

El mayor sonríe un poco más tranquilo.

-          No es para tanto, Min. Pero por experiencia te digo que no te fijes en tu compañero de piso, no sale nada bueno de ahí.

-          ¡Que no me gusta Kyuhyun!

Sungmin enrojece incluso un poco más cuando el aludido entra en la cocina para ofrecer su ayuda con la comida. No hace ningún comentario, pero tanto Sungmin como Donghae saben que ha escuchado la última parte de su conversación. Bueno, al menos lo ha negado y no lo ha reconocido abiertamente.

Los tres comen tranquilamente, aunque solo hablan Sungmin y Donghae. Kyuhyun asiste a la conversación y se ríe de las bromas del mayor, pero nada más. Y Hae no le quita ojo de encima, no le inspira confianza.

-          Bueno – Hae se levanta recogiendo su plato y su vaso -. ¿Me vas a llevar, Min?

-          Sí, tengo que hacerte la copia de la llave, pero vamos rápido que tengo que terminar un trabajo…

-          Puedo llevarte yo y yo me encargo de sacar la copia – se ofrece Kyuhyun también levantándose -. De todas formas tenía pensado salir para ir al hospital.

Donghae intercambia una mirada con Sungmin, sin saber si aceptar o no. La situación sería incómoda, pero tampoco quiere hacerle perder tiempo.

-          Bueno, no pasa nada, puedo coger el metro.

-          No me cuesta nada – insiste Kyuhyun también recogiendo las cosas de Sungmin -. Venga, en diez minutos estoy listo.

Le quita su plato de las manos para recogerlo también y se dirige hasta la cocina ante la atenta mirada de Sungmin y la risa de Donghae por este hecho.

-          No, claro que no te gusta.

Sungmin lo ignora por completo, tampoco podría llevarle la contraria. 

Notas finales:

He decidido que tenga seis capítulos (bueno, me di cuenta de que el capi 1 era larguísimo y lo había cortado, así que en realidad son 5, pero en seis...xD)

El 3 (que en mi word es el 2 xD) está ya listo así que no tardaré, quizás para el finde ^^ 

Graaaaaaacias! =) 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).