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Demonios por Son Yamuri

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Notas del fanfic:

Hola, Son Yamuri al habla.

 

Una idea que se me vino mientras lavaba trastes...

Notas del capitulo:

Hola~

 

Esta es una pequeña idea que se me vino. Lavaba trastes y se me vino a la mente una imagen de Usagi hablando por teléfono y sonriendo malévolamente.

Cuando lean el one-shot entenderán a lo que me refiero por lo del teléfono.

Está corto, pero espero que haya quedado bien.

¿Gustan leer?

Cierta mañana, el joven Takahashi Misaki se encontraba en su computadora haciendo un trabajo de literatura. El maestro Kamijou había dejado tarea sobre un libro llamado Angeles y Demonios, escrito por un tal Dan Brown.

Después de que estudiaron el polémico libro llamado "El Código DaVinci", el maestro Kamijou les había dejado de tarea leer la segunda parte. Misaki sentía que quería llorar, no solo porque tendría que leer un libro, sino porque no lo conseguía. Le hubiera dicho a su casero, Usami Akihiko, que lo consiguiera por él, pero en verdad tenía miedo al "tipo" de pago que éste le pudiera exigir.

Así que decidió buscarlo por internet.

Pero, en cuanto escribió "Angeles y Demonios" le apareció un link que no era del libro.

 

Tipos de Demonios.

 

Misaki se quedó extrañado. No es que creyera mucho en los demonios... Además, el trabajo no era precisamente para el día siguiente...

Lleno de curiosidad, entró a la página y comenzó a leer el contenido.

 

Demonios.

Los demonios son criaturas que representan el mal en la tierra, según la religión, así como todos los pecados, siendo el más común entre ellos la lujuria.

Los demonios a veces llegan a la tierra en busca de almas, para diferentes usos, pero siempre será lo mismo: almas humanas dignas de ellos.

Entre ellos, el primer paso para conseguir almas, es estando en el mundo mortal, por lo cual algunos toman formas que ellos creen "humana" aunque a veces fallan un poco.

Al querer ser aceptados entre los humanos para buscar un alma, toman una forma que -ellos creen- nosotros tomaríamos como "perfecta", para así ser aceptados por todos. Toman formas demasiado perfectas, como mujeres jóvenes y hermosas, u hombres apuestos y bien formados, cuya belleza es sobrenatural.

Kotakati, la llamada "Barbie Real", se rumorea que es un demonio, debido a su perfecta belleza.

Otra característica de los demonios es que para ellos la belleza física de un humano no tiene valor. Ellos se rigen por el valor de un alma. Si el alma es valiosa, entonces es bella.

Debido a su falta de capacidad de apreciar la belleza física, no suelen medirse respecto al color de ojos o cabello se su forma humana. Los ojos pueden llegar incluso a colores extravagantes, como el violeta, el rojo e incluso el naranja. Lo mismo con sus cabellos: pueden ser azules, rosas, plateados e incluso verdes.

En estas épocas, los tintes y pupilentes son muy comúnes, por lo cual es difícil...

 

Misaki se estremeció un poco. Bajó la página, leyendo solo entre líneas.

 

Los demonios son capaces de enamorarse. Según antiguos textos, tienen la capacidad de amar. Si se enamoran, se convertirán en el más fuerte, pero también en el más fuerte, pero también en el más débil, pues su debilidad no estaría dentro de ellos, sino fuera.

Es por eso por lo que su relación con otros demonios es de "trabajo" y con los humanos de comida o de apareamiento...

 

Misaki siguió bajando la página...

 

Usualmente, la piel de la forma humana de los demonios es fría. Siempre será fría, si se llega a enamorar ocasionalmente será cálida...

 

Vio que hasta el final venían links de varios tipos de demonios. Vio uno que le interesó.

 

Demonio Coleccionista.

 

Dio click.

 

Los demonios coleccionistas son los más interesantes entre todos. Ellos son capaces, al igual que los demás demonios, de viajar entre el pasado, el presente y el futuro y cambiarlos sin que nosotros nos demos cuenta.

Lo que diferencia a estos demonios de los demás, es que ellos vienen al mundo mortal estrictamente a coleccionar cosas.

Se cree que estos demonios, más que hambre, tienen curiosidad por el mundo humano. Son capaces de coleccionar de todo: estampillas, animales, juguetes, e incluso una que otra alma bella que se encuentre por ahí.

Otra característica interesante de estos demonios, es que ellos si pueden llegarse a fijar en el físico humano. Si les es demasiado bello, pueden llegar a hacer que permanesca a su lado para siempre... O al menos hasta que se aburran de él o ella y encuentren otro mejor.

Debido a su contacto con humanos, uno de estos demonios es más suceptible a enamorarse que el resto de sus compañeros, debido a que su contacto frecuente con nosotros, pueden llegar a encontrar un alma que ellos consideren digna de sí y quedársela para siempre.

 

Misaki se estremeció. Había algo muy raro...

 

Es muy raro ganarse el cariño, respeto, admiración, amor e incluso lealtad de estos demonios, am enos que sea mediante un pacto...

 

Misaki dejó de leer. Sabía que era estúpido. ESTUPIDO.

Pero... Siempre se había preguntado el porqué Usagi-san era tan perfecto...

 

- "¿Un demonio?" -pensó- "¿esto diciendo que Usagi-san es un demonio?"

 

Era tonto e imposible pero...

Akihiko llenaba ciertas características de los demonios. Solo para comenzar: el color de sus ojos y su cabello. ¡Por favor! ¿Cada cuando veías a personas con ese color de ojos? Y sus cabellos plateados, con apenas 32 años de edad...

Además, tenía un cuerpo perfecto, y nunca, pero nunca, lo había visto hacer ejercicio. Habían ido juntos a la playa. Mientras él terminó algo bronceado, el color de la piel de Akihiko nom cambió: seguía siendo blanca.

Además, estaba el asunto de las colecciones. Cuando se fue a vivir con él, a Misaki se le hizo muy raro que un hombre de 29 años coleccionara todo ese tipo de cosas: trenes, juguetes, aviones, osos...

La excusa que Akihiko le había dado se le hizo un poco tonta pero... Bueno... Nunca lo había pensado seriamente... Hasta ahora...

Además, Akihiko tenía una lujuria fuera de lo común. No podía hacer o decir algo amable porque el otro ya estaba encima de él, intentando violar su cuerpo... Lo peor es que siempre caía...

 

"Los demonios suelen soltar una feromona especial para que así los humanos cedan a sus deseos..."

 

¿Y qué era lo que siempre ocurría? ¿No decía él mismo cada vez que hacía "eso" con Akihiko... que olía mucho a él? ¿Que su colonia y aroma corporal aumentaba de olor?

Misaki sacudió su cabeza. ¡El solo pensar eso era estúpido!

 

- Misaki -Akihiko lo llamaba desde la planta baja

 

Con algo de nerviosismo bajó, encontrándose a su casero sentado en uno de los sillones. Cuando levantó los ojos para mirarlo, Misaki no pudo evitar estremecerse.

 

- ¿S-sí, Usagi-san?

 

Akihiko lo miró un poco extrañado.

 

- El estofado que hacías -dijo Akihiko- tal y como dijiste, no me acerqué

- Ah... Sí...

Misaki bajó y apagó el estofado. Siguió haciendo los últimos preparativos de la cena mientras miraba insistentemente a su pareja.

usagi... No podía, ¿verdad? Usagi no podía ser un demonio...

 

- Um... Usagi-san ¿te puedo hacer una pregunta?

- ¿Qué pasa? -dijo Akihiko cerrando el libro y centrando toda su atención en Misaki

 

"Cuando un demonio encuentra un alma digna de ellos, la cuidan. Por eso, concentran toda su atención en esa alma".

 

Misaki tragó saliva antes de continuar.

 

- Verás... he notado que tú no tienes ningún parecido con... tu hermano y tu padre... Digo, sus ojos y cabello son oscuros y tú...

- Es obvio -dijo Akihiko volviendo a su lectura

 

Misaki se estremeció.

 

- Mi madre tenía el cabello plateado porque era albina. Genética familiar, tú sabes. El color de mis ojos se debe a que...

 

¿Cómo explicarle a Misaki algo tan complicado?

 

- Nací con los ojos abiertos. Fue un efecto de luz, tú sabes... Mi caso es demasiado raro. De hecho, en América hay una mujer de ojos violetas... Elizabeth Taylor, creo que se llamaba...

- Ah... ¿en serio?

- Sí

 

Misaki se quedó sin palabras.

 

- Misaki, ¿qué ocurre?

- ¡Nada! ¡En verdad no ocurre nada!

- Estás muy extraño

- No... Es solo que... Estoy cansado... Sí, porque... Estaba haciendo un trabajo de literatura y pues...

- Ah... Entonces es solo eso

- Sí. Usagi-san, ya ven a cenar

 

Inmediatamente Akihiko dejó el libro sobre el sillón y se fue a sentar. Misaki aún tenía la idea de que Usagi-san era un demonios... Pero, ¿cómo podría averiguarlo?

Simple. Había que preguntarle.

Cuando se sentó frente a Akihiko, y éste estaba a punto de comenzar a comer, las palabras salieron de su boca sin que pudiera evitarlo.

 

- Usagi-san, ¿eres un demonio?

 

Misaki se sorprendió ante sus propias palabras. Akihiko lo miró extrañado.

 

- ¿Qué dices Misaki?

- Que si eres un demonio

- Pero, ¿qué cosas dices? ¿Ahora quién te está metiendo ideas a la cabeza?

- Estaba haciendo un trabajo de literatura... Y vi una página... Y tu llenas varias características...

- ¿Me estás diciendo que soy alguien fuera de este mundo?

 

Akihiko sonrió de manera seductora y pervertida. Misaki se preocupó.

 

- Usagi-san, ¿en que piensas?

- En que este demonio debe devorar tu cuerpo...

- ¡Lo sabía! -dijo Misaki enfadado y levantándose, dejando al mayor desconcertado- ¡Los demonios tienen sed de lujuria! ¡Tú siempre buscas mi cuerpo, ahora ya se porqué!

 

Akihiko se enfureció ante esas palabras. ¡Todos podían pensar lo que fuera, pero Misaki era el único que no!

 

- ¿Qué dices? ¿Que solo te quiero para sexo?

- ¡Sí! ¡Claaaro siendo un demonio! ¡Déjame en paz, maldito demonio! ¡Tienes a millones de personas allá afuera!

 

Misaki estaba dispuesto a irse, pero fue detenido por Akihiko, quien lo sostuvo fuertemente. Misaki volteó para encararlo, pero se llenó de pánico al ver a Akihiko tan enfadado. Demasiado encolerizado. Lo suficiente para que sus ojos brillaran de coraje.

 

- ¿Cómo te atreves a decir que solo te quiero para eso?

- Eh yo... Yo...

- ¡De billones de humanos en el mundo, yo te he elegido a TI! ¡Si solo te hubiera querido para sexo, habrías dejado de saber de mi inmediatamente! ¡Si fui YO quien te trajo a vivir aquí, porque tú eres especial!

- ¡Usagi-san! ¡Espera! ¡Me duele!

- ¡Yo te amo, Misaki! Ni siquiera he amado a Takahiro de esta manera... ¡Como puedes decir tales cosas, cuando en realidad yo te amo!

 

Misaki se quedó un tanto sorprendido, pero luego comenzó a sentirse culpable. ¡¡¡QUE ESTUPIDO ERA!!! ¡¡DEJARSE LLEVAR POR UNA PAGINA DE MIERDA, Y AHORA LA PERSONA QUE AMABA ESTABA ENFADADA!!

La persona que amo...

 

- Usagi-san... Lo siento -dijo Misaki bajando la mirada- yo yo... No sé que me pasó... Perdón por decir tal estupidez...

 

Akihiko lo abrazó fuertemente.

 

- Misaki... Jamás, JAMAS, vuelvas a decir que yo te quiero solo para sexo... Es cierto que cada vez que te veo desearía tenerte jadeando debajo de mi... Pero es porque tus ojos me encantan, me encanta tu voz, tu rostro sonrojado, tu sonrisa...

 

Akihiko levantó el rostro de Misaki para que lo viera.

 

- Tú no eres como el resto de los humanos... Tú has sido el primero que vio a mi verdadero yo, con todos mis defectos, y aún así me aceptaste... Eres de los pocos que me han tratado como un igual, no como un ser superior... Siendo así, ¿cómo no me iba a enamorar de ti? Además, seas hombre, seas mujer, no me importa... Yo me enamoré de tu escencia, de tu alma, no de tu género...


Misaki suspiró y bajó la mirada, temblando un poco. Akihiko sonrió y besó a Misaki.

El beso fue largo y tierno. Fue de los pocos besos largos en los cuales Akihiko no tocaba a Misaki con intención de llevarlo a la cama.

Cuando se separaron, Akihiko volvió a sonreír.

 

- L-lo siento, Usagi-san -dijo Misaki bajando la mirada y sonriendo

- Está bien, ya después me pagarás por eso

 

Misaki estuvo a punto de volverle a gritar, pero como esta vez no intentó seducirlo, se le ocurrió que tal vez, estaba bien el premiarlo.

Justo en esos momentos sonó el teléfono. Misaki corrió a contestar.

 

- Buenas noches, habla a la residencia Usami...

- Buenas noches -dijo una voz masculina- ¿se encuentra Usami Akihiko?

- ¿Quién lo busca?

- Soy un viejo amigo de él, hablo desde Londres

 

Misaki miró a Akihiko.

 

- Usagi-san, te llaman desde Londres

 

Akihiko pareció extrañarse un poco, pero luego sonrió.

 

- ¿Sí? -dijo Akihiko al momento de contestar- ah, hola, hace décadas que no hablábamos

 

Misaki miró a Akihiko charlar por teléfono y luego caminó hacia la cocina.

 

- ¿Qué tal te va? -dijo Akihiko- ¿ahora qué eres? Ah, ¿un mayordomo? Eso si que es extraño...

 

Misaki siguió limpiando la cocina, hasta que escuchó la voz de Akihiko.

 

- Sí, yo tengo a alguien... De hecho, si no estuviera hablando contigo, seguramente lo estaría devorando...

 

Misaki volteó y vio la mirada pervertida de Akihiko. Corrió a refugiarse a su habitación. Pero Akihiko ni cuenta se dio de eso, ya que parecía molesto.

 

- ¡Claro que no! Lo decía literalmente, yo no soy como tú... Recuerda que yo soy de otro tipo... Claro que sí...

 

 

*****

 

Misaki estaba en su habitación apagando la computadora. Estaba enojado consigo mismo por haberse dejado llevar por una estúpida página. Hay que recordar que ese tipo de páginas son para entretener a las personas que les gustan esas cosas, no para creerlas.

 

- ¡Misaki! -escuchó a Akihiko desde abajo- ¿Podrías prestarme un momento tu libro de historia?

 

Bastante extrañado ante la petición, Misaki bajó y entregó el libro. Luego miró el reloj y decidió ir a dormir. Se cambió, se acostó en su cama...

Recordó los labios de Usagi-san. Ya se estaba durmiendo, y comenzaba a pensar incoherencias.

"Los labios de Usagi-san... Saben como a... Pecado..."

Y, extrañamente, se quedó dormido con un sueño muy pesado apenas su cabeza tocó la almohada...

 

*****

 

En la parte de abajo, Akihiko seguía buscando en el libro de historia, en las épocas victorianas, el nombre de cierto conde.

 

- Tienes razón -dijo Akihiko riendo y cerrando el libro- su nombre no aparece

- Te lo dije -dijo su interlocutor

- Es cierto... ¿Entonces estás en la época victoriana?

- Sí, ¿y tú?

- Yo en el futuro. Muchos años adelante

 

De repente, las luces de la casa se bajaron. Todo se quedó a oscuras. Akihiko sonrió y sus ojos comenzaron a brillar con una luz morada.

 

- Yo también encontré un alma

- ¿En serio?

- Sí. Es un alma bella, hermosa, digna de mi

- ¿Es hermoso físicamente?

- Sí, demasiado. Tanto que otros inútiles humanos han intentado quitármelo

- Oh, ya veo. Obvio que no es competencia para ti

- Claro que no

- Bien, "Akihiko", ¿ese es tu nuevo nombre?

- Sí, ¿y el tuyo?

- Sebastian. Ese fue el nombre que mi amo me puso

- Oh, ya veo. Pobre Conde Phantomhive, nunca pasará a la historia

- Claro que no. Akihiko, tengo que irme, me está llamando. Volveremos a hablar en 100 años, ¿de acuerdo?

- Está bien, hasta dentro de 100 años

 

Akihiko colgó. Sus ojos seguían brillando con esa luz morada. Sonrió, mostrando un poco sus dientes, los cuales eran tan blancos que casi brillaban en esa oscuridad.

Dentro de 100 años, le presumiría a su amigo "Sebastian" esa alma tan bella que había encontrado. Obviamente en su cuerpo físico.

 

Akihiko subió las escaleras dispuesto a dormir al lado de su bella alma de nombre Misaki. Mientras subía, la sombra que proyectaba reía a carcajadas.

Ah, lindo y astuto Misaki. Tenía la lealtad de Akihiko, uno de los demonios más poderosos, sin haber hecho un pacto con él.

Y es que, Misaki se había saltado una parte importante.

 

Para lograr la lealtad de un demonio sin pacto alguno, es necesario hacer que el demonio se enamore de ti.

 

Y con esa maligna sonrisa y sus ojos brillando violeta, se acostó al lado de Misaki, abrazándolo posesivamente, asegurándose de que de esa manera ningún otro demonio intentara quitarle a SU amada alma.

A SU amado Misaki.

Notas finales:

Gracias por haber leído. ¡Espero que les haya gustado!

 

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