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Ratón que te pilla el gato… y lo pilló el ratón. por L-Blackrose

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Aquel era un día como otro cualquiera. Kyo se despertó y se dirigió a la cocina para desayunar. Allí lo aguardaba Yuki, quién se había levantado antes que los demás. Al entrar Kyo los dos se miraron a los ojos. El ambiente se volvió tenso, pero se giraron ambos cuando dio pie la aparición de Tohru.

-Buenos días chicos –empezó esta con una fragante sonrisa.

-Hola Tohru –la saludó Yuki amablemente.

Kyo se limitó a alzar levemente un brazo. Los tres se prepararon para ir al instituto y finamente llegaron. El día transcurrió como siempre, Hatsuharu y Momiji los esperaron en la puerta mientras Tohru aguantaba otro enfrentamiento más entre el gato y el ratón.

-Rata idiota ¿Qué acabas de decir? –empezó kyo señalando provocativo a yuki con el dedo índice.

-Que eres una molestia, por tu culpa hemos tenido que apresurarnos para no llegar tarde –respondió el aludido de forma pasiva y orgullosa- ¿Quieres que te lo vuelva a repetir? ¿o tus oídos gatunos lo han oído ya?

-¡Cállate rata consentida! Te lo tienes muy creído por tener ese signo, pero no eres más que un perdedor y cuando quieras te lo demuestro.

-Pues venga, a qué esperas –dijo yuki con una media sonrisa en la boca, y de vuelta a la pelea.

-¿Ya están de nuevo? ¿Es que tú no te cansas de verlos así todos los días? –le preguntaron Hartsuharu y Momiji a Tohru qué suspiró agotada- pobrecita.

Kyo acabó de nuevo al suelo y la pelea concluyó con otra victoria por parte de Yuki. Esta vez, por alguna razón, a Kyo le sentó peor que de costumbre y salió corriendo para dirigirse a la terraza del instituto. Yuki lo notó y aunque no mostraba simpatía por e pelinaranja si que lo apreciaba como a un amigo. Lo siguió y cuando lo vio al final del pasillo lo llamó alzando la voz. Kyo se giró pero cuando se disponía a marcharse de allí vio como de repente Yuki desaparecía y corrió hacía donde él estaba.

-Pero qué… -empezó una muchacha en el suelo- juraría que me había chocado con alguien… ¿Y esta ropa?

-¡Es mía! Es que llevo un recambio por si acaso y mira, se me calló –chilló Kyo acercándose a la ropa esparcida del suelo y cogiéndola a prisa antes de que la muchacha viera a Yuki convertido en rata.

Metió la ropa en su maleta y cogió a Yuki en una mano, escondiéndolo en su pecho. Este otro se sintió aliviado y se apoyó en el pecho de este.

-“ ¿um? Qué bien huele…” -pensó Yuki estrechándose más en el pecho de Kyo y de repente se separó un poco- “¿pero en qué estoy pensando?”

-Maldita rata… no podías estarte quietecito, no –refunfuñó el otro que corría a algún lugar para esconder a Yuki.

-¡Ey Kyo!

El aludido se sobresaltó y en un acto reflejo metió al ratoncito dentro de su camisa en ver que el delegado de su clase se acercaba a él a prisas. Estos se pusieron a hablar sobre no se qué reuniones y qe lo necesitaba para no sé qué trabajos, nada que le interesara a Yuki. Tampoco podía prestar mucha atención. Este notaba como sus pieles se juntaban, pecho con pecho. De algún modo se sintió desnudo rozando su pecho con el otro Sonhma. Extrañamente su corazón empezó a latir y un calor intenso le recorría el cuerpo.

-“¡Mierda! Pero qué narices esperas para sacarme de aquí Kyo” –se preguntó el ratoncito.

Kyo seguía hablando con el otro muchacho, pero notaba un cosquilleo en su estomago. Maldecía al ratón por encima de todo pero no era él quién causaba el hormigueo. De alguna forma se sentía raro de tener a Yuki tan cerca durante tanto rato, aun en forma de ratón. Se lo estaba imaginando abrazado a él, los dos con el pecho descubierto, tan cerca, tan próximos… se excitó.

-¡Aaaah! –gritó Kyo de repente ante la mirada asustadiza de todos los que le rodeaban- yo… eh… creo que tengo algo importante que hacer.

-Espera kyo –lo llamó el otro muchacho en vano- te dejas… la maleta.

Este se lanzó hacia el terrado, agarrando a Yuki como podía dentro de su camisa. Yuki por su parte sentía la calidez de este y de algún modo eso lo excitó también a él. Y al fin llegaron al terrado. Kyo cerró la puerta y se sentó en un rincón abriéndose la camisa, dejando entrever a un sonrojado ratoncito. Estos se miraron y desviaron sus rostros sonrojados. El uno excitado a causa de su alocada imaginación, el otro al verlo de torso para arría después de haberse sentido expuesto ante el calor de su piel.

-¡Maldita rata! –lo maldijo el pelinranja ruborizado.

Con esas palabras captó la atención del ratoncito quién reparó en la rojez de las mejillas de Kyo. También notó que le temblaban las manos y que su voz había sido nerviosa. Él se sentía exactamente igual, aun que no sabía si se trataba de lo mismo. Ni siquiera si lo suyo era debido a algún tipo de atracción hacia el que estaba enfrente suyo. Tragó saliva y comenzó a caminar por su tripa hasta llegar a su torso. Kyo lo miraba dubitativo pero no lo paró en ningún momento. Yuki lo miró primero para observar su reacción y luego empezó a lamer la piel de este.

-¡¿Pero qué haces?! –Preguntó Kyo excitado sin saber por qué- no… para…

Yuki hizo como si oyera llover y siguió con lo suyo. Mientras Kyo veía cómo el ratoncito le hacía eso su mente empezó a jugarle otra mala pasada. En su mente un Yuki totalmente desnudo lamía su cuerpo con afán. Su cuerpo no se movía con lo que Yuki podía hacer de él lo que le placiera. Pronto dejó de ser producto de su imaginación y Yuki se transformó de nuevo en humano. Estaba totalmente desnudo lamiendo su pecho aun sabiendo que era de nuevo él.

-Yu… Yuki, vístete- pidió Kyo entrecortado.

-Tú tienes mi ropa- contestó este mirándolo directamente a los ojos.

-Está en mi…-comenzó Kyo y se percató de que la maleta no estaba con él- mierda… me la dejé.

-Lástima.

Yuki empezó a besar el cuello del otro, estaba demasiado excitado para parar. No sabía decir si era amor o sólo un capricho, lo que sabía seguro es que en aquellas circunstancias no podía parar. Su olor era tan agradable, su sabor tan exquisito… ¿Cómo sabrían pues sus labios? No tardó en descubrirlo, pues Kyo también se había excitado con el atrevimiento de Yuki así que cogió su rostro e hizo que lo mirara a la cara.

-Rata idiota, incluso en esto te ganaré.

Dicho eso lo besó inocentemente, con torpeza, pero con dulzura. Yuki quería derretirse, era demasiado inocente y pueril, más de lo que se imaginaba. Kyo nunca había tenido relaciones con nadie (aun que Yuki tampoco) pero estaba menos puesto en el tema. El pelinaranja trató de hacerlo lo mejor que pudo, pero no sabía ni por dónde empezar. Ponía sus manos en la espalda del otro, lo acariciaba, lo besaba, lamía su cuello… se volvía loco sin saber a que arrimarse cada vez. Yuki rió por lo bajo, acercándose al otro para besar su frente y acariciarlo, con orgullo y satisfacción. Viendo que Kyo se movía con torpeza lo sujetó por las muñecas y lo besó con pasión. Posó sus manos en la cintura de “su gatito” y lo atrajo para sí. Este otro estaba excitado sí, pero en el fondo tenía miedo… era la primera vez que alguien se le acercaba en ese plan, nunca se había interesado por ese tipo de relaciones ¡y aún menos con la maldita rata! Notaba cómo lo tocaba, cómo lo besaba y cómo lo miraba. Le agradaba, no lo iba a negar, en verdad se sentía bien en sus brazos, pero era demasiado pronto… quería que fuera más despacio. Sin embargo ¿cómo decírselo en un momento como ese? Cerró los ojos con fuerza pues se sentía en verdad impotente.

-Kyo… ¿qué te pasa? ¿Por qué lloras?

El aludido abrió los ojos sorprendido ¿llorando? Si… estaba llorando ¿Por miedo? No, confiaba en Yuki y sabía que no le haría daño… en verdad era… le dolía que para Yuki en verdad sólo fuera un mero juego, un juguete con el que despacharse y fin. No, había algo más. Un sentimiento ¿amor? Tal vez… ¿y él? Qué sentiría por él…

Yuki lo acarició y le sonrió. Era la primera vez que le sonreía de aquella forma tan cálida. No había odio, no había desprecio, ni orgullo, ni rivalidad… sólo dulzura, cariño, amistad…

-¿Te quiero? –preguntó involuntariamente Kyo, alzando sus pensamientos en voz alta.

-Tal vez yo también –repuso el ratoncito- un ratón amando a un gato… que ratón más imbécil…

-Un gato amando a un ratón… que gato más masoquista…

El gatito naranja se acercó al otro y lo abrazó con calidez. El ratón de ojos violeta le correspondió abrazándose. Kyo inhaló aire, y se levantó dejando sobre Yuki su camisa. Este lo miró dubitativo. Veía como el pelinaranja se acerca a la puerta y se paraba en el umbral de esta mirándolo sonrojado.

-Ahora vuelvo, voy a por tu ropa.

-Pero como va a ir así, toma tu camisa –exigió Yuki con expresión preocupada.

-Nah, enseguida vuelvo, tu no pilles un constipado –continuó este masculinamente- si no adivina quién tendrá que bajarte la fiebre.

Ese comentario dejó muy colorado a Yuki el cual volvió a convertirse en ratón del sofocón al imaginarse una escena realmente pornográfica en la que Kyo lo hacía totalmente suyo. Este otro puso los ojos en blanco, cogió a su ratoncito y lo llevó rápidamente hacia un lugar seguro tras encontrar a Tohru, quién casualmente llevaba su maleta en el pie de la escalera por donde se subía al terrado.

Al cabo del día todo volvió a la normalidad salvo en la actitud de los dos acompañantes de la muchacha Honda. Los dos acompañaban iban en su compañía cuando esta se paró de repente por el camino.

-¡Ay! Esto… Arisa y Saki me esperan para ir a hacer unas… compras ¡eso es! Y bueno… creo que Shigure no llegará a casa hasta la noche así que… supongo que no habrá nadie en casa… jajaja –les decía con nerviosismo la muchacha- espero que no peleéis mientras estéis solos en casa ehh… esto me marcho.

Y así hizo, se fue corriendo en busca de sus amigas a las que llamó para quedar. En esto que lo dos muchachos se miraron nerviosos. Ambos tragaron saliva. En llegar a casa se quedaron sentados en el salón, en silencio. Se miraron y empezaron a calentarse, así que empezaron a quitarse la camisa.

-Ni se te ocurra pensar que lo de esta mañana iba en serio –comenzó el gato.

-Nah… ya lo sé que no…

-Tampoco es que me desvista por nada… hace calor…

-Lo mismo digo…

Dicho esto los dos se abalanzaron y juntaron sus cuerpos deliciosamente. En otro lugar, en casa de una de las amigas de Tohru.

-¡No me jodas! –exclamó una de ellas con la cara totalmente colorada.

-¿Y no escucharon cuando los espiabas desde la puerta?-  preguntó otra de pelo verde.

-Yo lo único que hice fue subir a ver si estaba Kyo enfadado y cuando vi que tenía a Yuki encima suyo… no sabía qué hacer –explicó Tohru totalmente roja- ¡por favor! No lo digas a nadie.

-Está bien –dijeron las demás al unísono.

 

Notas finales:

Nyaaaaa, pero que monos... Realmente no sabía que hacer con estos dos, pero así acabaron y no se si hacer una precuela... de momento lo dejaré tal como esta... si tienen sugerencias... en fin... espero sus reviews, gracias >////<


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