Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Quién dijo que el amor fuera fácil? por L-Blackrose

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Naruto dormía plácidamente sobre su cama. Los rayos del sol empezaban a entrar por las rendijas de la ventana. Aun así el joven no se despertaba, hasta que se escuchó el jaleo de gente que subía y bajaba y empezaba a mover muebles en el piso de al lado. Este se levantó y se restregó los ojos con los puños, aun adormecido. Alguien picó a la puerta de su habitación.

-Naruto, llegarás tarde…-comenzó Iruka vestido con un delantal- oh… vaya, pero si ya estas despierto ¿Te despertaron los nuevos vecinos?

-¿Nuevos vecinos? –Preguntó Naruto con la voz aún ronca- ¿a quién se le ocurre mudarse a estas horas de la mañana?

-Como sea, antes de ir al instituto pasaremos por su casa y nos presentaremos –repuso el mayor poniendo el uniforme de Naruto doblado sobre el pie de la cama de donde ya se había levantado el rubio- y date prisa, no quiero llegar tarde al trabajo.

Iruka fue a preparar el desayuno mientras el otro se bestia y preparaba su mochila. Se acercó a su escritorio y de un cajón de este sacó una carta. Hoy era el día, quería declararse a Sakura y hoy lo conseguiría. De repente Iruka entró por la puerta y Naruto guardó la carta apresuradamente con lo que recibió una mirada dubitativa de su tutor legal y profesor de escuela.

-¿Estas ya listo Naruto? –preguntó el maestro recibiendo una afirmación por parte del aludido- Pues cómete rápido el desayuno que iremos a visitar a la familia Uchiha.

Y así lo hicieron, tras el desayuno se acercaron al piso de enfrente. Picaron y por la puerta salió un chico de mayor edad que Naruto. Era moreno y ojos totalmente negros. Su piel era blanca y en su rostro una radiante sonrisa al ver que sus vecinos se habían acercado a conocerles.

-¿Uchiha? Soy tu vecino de enfrente, Umino Iruka –comenzó este con la presentación- y este de aquí es mi ahijado Naruto.

-Ho… hola –contestó el rubio algo azorado ante el nuevo inquilino- encantado.

-Encantado, Itachi Uchiha –se presentó el moreno y se asomó al interior de su nuevo hogar como buscando a alguien- ¡Sasuke! Ven un momento a conocer a tus vecinos.

Por el umbral de la puerta apareció un joven bastante más joven que el rubio. Era un niño realmente guapo. Su pelo y ojos eran como los del otro Uchiha. Su piel era incluso más blanquecina y su expresión seria y no presentaba signo de alegría alguna. Apareció por la puerta como quién pasa de pura casualidad, echó un vistazo a sus vecinos, movió la cabeza a modo de saludo y volvió a entrar en el hogar. Naruto e Iruka quedaron estupefactos por tan breve aparición. Itachi parecía intranquilo por algo.

-Ese era mi hermanito pequeño- comenzó el mayor de los hermanos- solía ser un jovencito muy jovial y alegre, pero tras la muerte de nuestros padres… no he conseguido que se relacione con nadie. Ruego le perdonen.

-No tiene importancia, ambos les entendemos a la perfección.

Naruto se quedó cabizbajo ¡Y tanto que los entendía! El mismo había perdido a sus padres en un accidente de tráfico, sólo que era tan joven que casi ni los recordaba, sólo por una foto que guardaba bajo su almohada. Iruka lo recogió y lo acogió bajo su tutela hasta la mayoría de edad. Este se había sentido identificado con Naruto puesto que sus padres también habían muerto, pero por otras circunstancias de las que nunca le había querido hablar. Tampoco él iba a preguntarle por algo tan doloroso.

-Bueno señor Uchiha…

-Llámenme por mi nombre, no es necesario tanta formalidad –lo cortó amablemente Itachi.

-Como quieras pues, Itachi, nosotros nos retiramos por el momento y esta tarde Naruto se compromete a ayudarle con el piso –le propuso Iruka ante la mirada de desaprobación de Naruto ante la nula consulta sobre el asunto.

-¿De verdad? No es necesario de verdad…

-Está bien, a mi no me importa –Convino el rubio tras un suspiro.

-¡Genial! ¿Has oído Sasuke? Tendremos compañía, así que deja de estar tan mustio –le comentó Itachi a su hermano quién al parecer no se había ido y estaba escondido tras la puerta.

Dicho esto maestro y estudiante se dirigieron a la escuela. El día iba pasando como de costumbre, en la hora del recreo Naruto charlaba con sus compañeros hasta que avistó al grupito de las populares. Dicho grupito estaba encabezado por Sakura, una chica linda, de pelo rosado, aun que se lo tenía bastante creído. Con ella la acompañaban Tenten, Temari y Hinata. Esta última siempre le había caído bien. De lo que nunca se había percatado era que la morena estaba interesada en él. Ese día también habló largo rato con Hinata hasta que avistó a Sakura a la que se acercó para hablar de algo importante y se fueron solos al pasillo. Las otras chicas también los acompañaron pero algo más alejadas.

-¿Y bién? –repuso Sakura con cara de agobio.

-Yo… Sakura mira –comenzó Naruto ruborizado sacando la carta que le había hecho especialmente- te he escrito esto… yo, veras… me gustas ¿Querrías salir conmigo?

La chica de pelo rosado empezó a reír a grandes carcajadas ¿ella salir con tal pardillo? ¿Cómo se atrevía siquiera a preguntárselo? Cogió la carta y sin siquiera leerla la rompió ante la mirada agonizante de Naruto. No podía creer que esa chica fuera tan despiadada con él ¿cómo podía romperle el corazón de aquella manera? Sus ojos empezaron a derramar lágrimas ante la mirada de odio que le mostraba la muchacha.

-¿En serio pretendías que me enamorara de ti? –Continuó ésta dejando caer los trocitos de su carta ante sus narices- no sé cómo pretendes tal cosa, nunca saldría con alguien tan penoso como tú ¡ves a llorarle a tu mamaíta! Ay no… que no tienes.

Naruto echó a correr dolido por las atroces palabras de Sakura. Hinata quería correr tras él pero una de sus amigas la paró negando con la cabeza. Pero esta no quería ver mal a su amigo, aun así lo dejó por miedo a las otras chicas. Sabía que si iba a ayudarle ellas le harían la vida imposible. Así que muy a su pesar las obedeció. Naruto por otra parte salió del edificio y cuando estaba a punto de pasar por la valla que separaba la entrada del instituto con la calle se chocó un descomunal par de ¿tetas? Miró hacia arriba. Era Tsunade-sama, la directora del colegio. Esta lo miró con expresión enfadada.

-¿Se puede saber a dónde te crees que vas? Las clases no han terminado aun, jovencito- lo riñó hasta que vio una gran mar de lágrimas en sus ojos.

Naruto no pudo por más que esquivar su agarre y huir de aquel lugar fuera como fuera. Corrió todo lo que pudo, corrió aun que sus piernas ya se desestabilizaban, corrió aun que su aliento no se lo quisiera permitir… no paró hasta llegar a su apartamento. Cayó en la entrada de abajo, sí, pero se recuperó de seguida. Por la recepción encontró al joven Uchiha quién llevaba consigo una gran caja. Se chocó con él y la caja cayó junto con ellos dos.

-¡Mis cosas! Idiota, mira por dónde… -gritó Sasuke enojado hasta que se giró y vio al rubio de aquella mañana, llorando en el suelo.

-Sí… tal vez si lo sea… un idiota.

Sasuke no podía apartar su mirada del otro muchacho. Sus ojos celestes, cristalinos y inundados en lágrimas, su rostro enrojecido, su pelo alborotado y dorado, su respiración agitada, y una gota de sudor cayendo por su mejilla, pasando por su cuello y cayendo a su torso por el cuello de la camisa blanca ¿Qué era eso que sentía? Quería consolarlo. Se levantó acercándose al rubio, pero antes de poder tocarlo Naruto se levantó y se dirigió a las escaleras. Sasuke se quedó solo en la recepción, cabizbajo, podría decirse que impotente. Pero no se rindió. Corrió tras él y lo logró alcanzar ante su puerta. Naruto lo miró sin entender. Sasuke se abrazó a la cintura de este, puesto que era a lo máximo que llegaba. Naruto profirió una sonrisilla y le acarició el pelo.

-Ojala fuera un mocoso como tú- musitó el mayor con tristeza en su voz- no quieras crecer con rapidez pequeño.

Sasuke reparó en el estado del otro muchacho. Tan alto, tan mayor ¿Cómo que no se diera prisa en crecer? No entendía las palabras de aquel chico ¿Por qué notaba una imperiosa necesidad de abrazarlo y consolarlo? ¿Era esto a lo que Itachi llamaba compadecerse? Creía lograr entenderlo pero no entendía aquel sentimiento.

Naruto finalmente se agachó susurrándole en el oído “gracias” y desprendiéndose del agarre del menor de los Uchiha se apartó. Sasuke notó en su estómago un extraño mariposeo que no logró comprender y sintió un gran vacío en su pecho cuando el otro se alejó y cerró la puerta ante sus narices. Se quedó observando la puerta un rato hasta que notó que alguien le ponía la mano en su espalda. Se giró y vio a su hermano quién lo cogió por el hombro y lo acercó a sí. Y así de próximos lo llevó a su casa. Por las escaleras llegaba otro rubio con la caja que se había dejado Sasuke en la recepción tirada y otra más. Itachi le señaló la entrada de la casa con el dedo índice y sin decir nada más el otro obedeció.

-Deidara, gracias por tu colaboración –le sonrió el Uchiha mayor.

El rubio se ruborizó y negó con la cabeza nerviosamente como si quisiera decir “no es nada”. Itachi llevó a su hermano menor al interior de la sala de estar y lo sentó en el sofá. El muchacho había vuelto a su actitud de siempre. No hablaba, no se movía… parecía una estatua inanimada de marfil. Eso le había preocupado siempre a Itachi, ya que sabía de sobras que era a causa del shock por la muerte de sus padres, el niño había estado presente durante la masacre de su familia, aun lo recordaba como si fuera ayer mismo. El jaleo de las mujeres chillando, los hombre luchando como podían, protegiendo a los niños y ellos dos escondidos en el armario, viendo tan terrible escena… cerró los ojos dolorido. No quería recordarlo. Ahora su hermano lo necesitaba más que nunca. En su mente ahora vio la imagen que había visto cuando sacaba las cajas vacías a fuera del portal. Había visto a su vecino yendo hacia su casa como alma en pena. Lo dejó ir puesto que habría tenido un mal día pero la sorpresa llegó a su rostro al ver que su hermano lo seguía corriendo y se abrazaba a él. Aquella expresión… aquella cara era la de un niño de verdad, uno que vivía. Ahora lo miraba, inmóvil como estaba, no parecía tratarse de la misma persona.

-Naruto parece un chico interesante- Espetó Itachi para probar la reacción de Sasuke.

El menor abrió los ojos con impresión, mirando a su hermano ruborizado. Dentro de Itachi floreció una nueva esperanza. Tal vez aquel chico podría ayudar a Sasuke a salir de su estado de eterna depresión. Realmente no sabía como lo había logrado, pero se lo agradecía enormemente.

-Hermano… -pronunció Sasuke con mejor color en sus mejillas- ¿por qué abracé a Naruto? Vi que lloraba y lo hice sin pensar… pero en verdad lo sentí agradable.

-¡Sasuke! –exclamó este al ver que su hermano le preguntaba cosas, que se preocupaba por alguien que no fuera él mismo. Lo abrazó efusivo- ¡Sasuke, Sasuke! Eso es que sientes algo por ese chico.

-¿Siento algo? ¿Qué es?

-Amistad, tal vez amor –le sonrió el mayor con lágrimas en sus ojos.

Sasuke se levantó de repente con decisión en su mirada. Ni siquiera se había dado cuenta de que su hermano lloraba. En realidad no le importaba lo más mínimo. Quería ver a Naruto, conocerlo, saber lo que le pasaba, consolarlo… quería volver a abrazarlo.

-Me voy a jugar con Naruto.

Itachi lo vio ir. En esto que Deidara llegó con una caja y la puso en el suelo. Reparó en que el moreno lloraba y fue a ver que le pasaba. El mayor de los Uchiha se agarró del cuello del rubio y siguió mirando el pasillo por donde había desaparecido Sasuke con orgullo y devoción.

-¿Itachi? –preguntó Deidara intentando zafarse del agarre del otro.

-Qué rápido crecen los niños, ¿verdad?

-Eh… ¿supongo? –Contestó su amigo- esto ¿qué tal si mañana en vez de raptarme vamos a la uni? No por nada, pero los demás del grupo… deberías verlos, no estaría de más.

-Como quieras cielo- le contestó Itachi con cara romanticona ante los ojos de Deidara, que se ruborizó.

Alguien picó a la puerta. Naruto sin embargo no hizo caso, no estaba de humor. Volvieron a picar insistentemente varias veces hasta que el rubio se levantó y abrió la puerta. Sasuke lo esperaba fuera, inmóvil y no parecía querer marcharse así que lo atendió.

-Sé que me comprometí a ayudaros, pero hoy no tengo un buen día…

-Lo sé, vine a ver qué tal estabas.

Eso sobresaltó al muchacho ¿en verdad aquel niño se preocupaba por él?

-No es nada que un niño como tú pueda comprender… pero te lo agradezco.

-Tengo diez años, son suficientes para saber que te sientes mal así que déjame pasar –reprochó el Uchiha.

-Pero…

Y sin que el rubio tuviera tiempo de decir nada más el moreno entró sin esperar permiso alguno. Naruto no tuvo más remedio que ceder ante los caprichos del chaval ¿Qué iba a hacer? Lo llevó a su habitación y le dio asiento en la cama. Le llevó dulces pero el niño no parecía ponerle buena cara así que simplemente le preparó un bocadillo. Se sentía mejor mientras cuidaba del pequeño Sasuke. Era un niño realmente maduro y además muy guapo, seguramente muchas niñas le iban detrás. De pronto a su mente le vino una imagen del rostro de Sakura y las demás riéndose ante él. Eso lo apenó enormemente. Sasuke no era tonto y lo notó enseguida. Empezó a caminar por la cama a cuatro patas y se acercó al rubio para secar unas pequeñas lagrimillas de sus ojos que se habían presentado inoportunas. Naruto miró sorprendido a Sasuke y este se sonrojó. Se acercó más a él, le acarició la mejilla y besó su frente.

-¿Sasuke?

-Shhh... si has de llorar simplemente hazlo aquí –le dijo el pequeño señalando su hombro.

Naruto no aguantó más y abrazándose al pequeño lo abrazó llorando donde Sasuke le había señalado. Se impregnaba en el agradable aroma del menor, le reconfortaba. En cierta manera le avergonzaba verse así ante el crio, este se mostraba tan cálido con él. Sasuke estiró sus brazos entrelazándolos por el cuello de Naruto, acariciando su pelo. Se sentía más mayor, se sentía más hombre y eso le gustaba. Sin embargo su cuerpo era aun demasiado pequeño como para poder abrazarlo por completo. Debía crecer, sí.

-Sasuke, los dieciséis años son complicados… sólo prepárate por si acaso, no todo son flores y deberás tener fuerza para superar grandes obstáculos- le dijo el rubio separándose para mirarlo a los ojos.

Seis años, pensó el Uchiha, seis años los separaban… Pero menos tuvo que esperar para darse cuenta de la verdad. Y fue desde ese día que frecuentaban sus visitas en casa de Naruto. Itachi más contento que un ocho acabó finalmente su carrera y pudo buscar un buen curro para mantener a su hermano quién poco a poco fue rehaciendo su vida como un niño normal. Incluso acabó emparejado con su mejor amigo Deidara, algo que ya se veía venir.

Y fueron pasando los años, felizmente, hasta que Sasuke se enteró de algo que hizo perturbar dicha felicidad, algo que lo angustió.

Naruto… había encontrado el amor… en otro hombre.

Aún así Sasuke no se rendiría, ni mucho menos… por el momento debía aceptar su amor por Naruto.

Notas finales:

Bueno, espero que os esté gustando jijiji pero esto no ha acabado aún, claro que no. ¿Quién pensais que és el chico del que sa enamorado Naruto? jajajaja a ver quién lo adivina ;)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).