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Whatever you just said is just enough... por olgap_k

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Notas del fanfic:

El Homin me ha robado el alma... esto de hacer fics casi diarios no es muy bueno para mi salud mental, ¿o sí?



El humo del cigarrillo se elevaba en espirales que se desaparecían cuando la suave brisa nocturna soplaba, y despeinaba el cabello de la persona que estaba apoyada en el balcón, observando a la distancia, bebiéndose el paisaje perfecto que se le presentaba. Corea en todo su esplendor, luces de colores y espectaculares que daban publicidad a distintos productos y personas, y él no podía más que frustrar un suspiro más y apagar el cigarrillo bruscamente contra el balcón.

Estaba cansado, la vida de superestrella que llevaba le daba muchas satisfacciones pero también iba drenándole de a poco y no podía evitar sentirse como muñeco de trapo, o a punto de desvanecerse por completo y caer al suelo sólo su ropa, en un montón que Changmin miraría con desaprobación, maniático de la limpieza que era.

Se permitió una sonrisa, en medio de tanta frustración aún era capaz de encontrar cierta gracia en algunas cosas.

Regresó su atención a la maravillosa visión de la ciudad bañada de luces multicolores, al ruido que podía escuchar, a los cientos de personas que podía observar perdiéndose entre las calles de la ciudad.

—¿Estás bien? —la pregunta le sacó de su ensimismamiento y se preguntó en qué momento Changmin había entrado a su habitación y salido al balcón con él.

Esa apariencia etérea del otro joven, su piel blanca y su cabello negro, ese rostro perfecto y esos ojos expresivos que le observaban fijamente, como queriendo comprenderle y no conseguían hacerlo, y por eso el menor estaba tan molesto con él.

Lo comprendía, esa frustración por querer meterse en la piel del otro y experimentar lo que él, ser uno mismo en emociones y sincronizar sus latidos, poder conectarse así intímamente como los dos querían.

Se encogió de hombros como respuesta y se pasó una mano por el cabello despeinado.

—He estado mejor —admitió y su voz fue apenas un susurro que el otro apenas pudo escuchar, por sobre el ruido de vehículos allá abajo, en el mundo real.

Ellos, en su esquina del mundo, cobijados por un balcón y la altura en la que se encontraban, acompañados sólo de la luna demasiado curiosa que de tener emociones estaría celosa de la palidez perfecta de Changmin, de esa piel como porcelana.

—Hyung... —y el menor podía ser bastante cruel con Yunho cuando se lo proponía, claro que sí, pero había ocasiones en que sus sentimientos, ese afecto desmedido que sentía por el líder era mayor a su autocontrol y a su personalidad y se le escapaba, no podía contenerlo.

Su voz delató su preocupación por él.

Y Yunho le miró, canalizó todo su afecto en su mirada y le sonrió, una calidez que atravesó el pecho de Changmin y le rodeó de lleno, haciéndole sentir protegido. Siempre que estaba ante el líder se sentía bien, protegido, querido... Amado.

—Estaba pensando en ellos —confesó, voz quebrada, como lo estaba aún su corazón, herido por el abandono, golpeado y aplastado—. Ha pasado ya bastante tiempo y siento que esto jamás va a volver a estar bien.

Tenía una mano sobre el pecho, ahí donde su corazón obstinado continuaba latiendo, no obedeciéndole cuando le pedía que se detuviera porque la distancia seguía siendo dolorosa y sus amigos ya no estaban con él... su mejor amigo.

Miró de reojo a quien aún estaba a su lado.

Se movió hacia él y Changmin retrocedió un paso, igualmente herido, quizás un poco más, por saber que no importaba realmente lo mucho que él se desbordara de afecto y que le amara tanto que le hacía sentirse estúpido, parecía no ser suficiente.

—Min—ah... —un murmullo, una caricia vocal que erizó los vellos de la piel del menor, porque había un matiz que el líder empleaba sólo con él, ese tono que lo decía todo y al mismo tiempo no delataba nada.

No volvió a apartarse cuando Yunho le alcanzó y le rozó la mejilla con cariño.

Sus terminaciones nerviosas alertándole aún más del contacto, alborotando por completo su cuerpo, haciéndole experimentar un escalofrío placentero que le recorrió de pies a cabeza y le hizo estremecerse.

Buscó refugio en el cuerpo fuerte de Yunho, y éste lo recibió.

Realmente estaba en deuda con él, y si le sumaba ese amor que todo él guardaba, sabía que la magnitud de sus sentimientos por Changmin era tanta que era incapaz de ponerla en palabras o manifestarla en todos los besos y abrazos del mundo que pudiera darle al otro.

Jamás.

—Quisiera ser suficiente para ti —habló el menor y alzó el rostro, era más alto que Yunho, pero encogido y refugiado en esos brazos, sintiendo como éstos rodeaban su cintura, miraba al mayor hacía arriba—, quitarte ese dolor.

Se sintió un poco mal por hacerle creer a su pareja que no era suficiente para él, porque lo era, sólo que él estaba acostumbrado a aferrarse a las cosas, hasta que la realidad, cruel y violenta, le golpeaba en la cara y le obligaba a abrir la mano y soltar lo que estuviera sosteniendo.

Y como si le leyera el pensamiento, Changmin sujetó su mano y entrelazó sus dedos, enterró su rostro en el cuello de Yunho y se apretó más contra él.

—Hyung —tan suave, afectuoso, como muy pocas veces.

Sin soltar su mano se apartó lo suficiente para enderezar a Changmin lo suficiente para estarle mirando a los ojos y perderse en esa mirada hermosa, ahogarse en emociones sofocantes pero placenteras.

—Min—ah, tú eres más que suficiente —le besó suavemente en los labios y sintió al otro tensarse, relajarse y abandonarse al beso.

Cuando se apartaron, recibió un leve golpe en el antebrazo y se permitió una leve sonrisa.

Seguía melancólico, pero no había mejor cura a su melancolía que la persona a su lado.

—Estabas fumando —un suave reproche—, se supone que dejamos de fumar.

El líder le besó de nuevo, más breve, apenas un roce que le robó las palabras que quería decir y le confundió un momento, robándole el momento.

—Fue sólo una calada —prometió—, la necesitaba.

Un asentimiento, otra vez el abrazo.

—Yunho—hyung —una pausa, como si estuviera pensándolo, y después decidiendo que era el momento perfecto, simplemente continuó—, te amo.

Una exhalación de sorpresa, después una risa suave, complacida y un beso en la frente, susurros que dibujaban caricias sobre su piel y mil promesas de amor que le hicieron sonrojarse profundamente, sentía el rostro caliente.

—Ya lo descubrí —dijo de repente el mayor—, la cura a mi melancolía.

Dedos deslizándose por su espalda, cosquilleando, un aliento tibio golpeando su cuello, una sonrisa presionándose contra su piel, las palabras que se perdieron en su dermis, haciendo vibrar a sus células.

—¿Qué es?

—Eso... —el sonido de un claxón interrumpiéndolos momentáneamente, y Changmin sonriendo ampliamente, su corazón latiendo más acelerado—, eso que acabas de decir.

Y Changmin, para poder derramar un poco más de esa cura sobre el alma herida de Yunho, queriendo ayudarle a sanar lo más rápido posible y hundiéndose en él, queriendo fusionarse, hacerse uno, meterse bajo su piel y vestirse de Yunho, volvió a repetir esas palabras, una y otra vez, sin importarle si podría gastársele la voz.

—Te amo, te amo, te amo...

Hasta que Yunho le besó, y el mundo entero, tras ellos, desapareció por completo.


 

-fin-
Notas finales:

La música que he estado escuchando últimamente me ha llenado de ideas para fics de DBSK y no es justo para mi pobre cerebro moribundo D=

Espero algún comentario, lol, para saber qué tal me está yendo con este pairing en este fandom.


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