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Sweet Memories por Roxxs

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Notas del fanfic:

Bueno, escribí esto porque se me ocurrió el título, y porque no quiero hacer mi tarea.

ADVERTENCIAS

1. Cursi
2. Intento fallido de broma en la parte final.
3. Fome (like all my fics lol)
4. Soft Shota (?), again. 

Y si aún así lo quieren leer, asegúrense de escuchar la melodiosa voz de Ji en esta obra de arte:
THAT XX  ♥

Sweet Memories
Oneshot

 

 

 

Ese día era Navidad. Jiyong despertó intentando contener la emoción de encontrar juguetes nuevos debajo de su árbol navideño. Bajó las escaleras con la agilidad característica de un niño de ocho años, y cuando su mirada se posó en aquellas cajas envueltas en papeles coloridos, sus ojitos brillaron y una sonrisa se extendió por su rostro.

 

Pasó toda la mañana en pijama y jugando por toda la casa, mientras sus padres tomaban café y preparaban panqueques para el almuerzo. Un día normal de un niño. Pero unas horas más tarde, cuando el sol apenas y llegaba a relajar ese clima gélido digno del invierno, tuvieron que salir a visitar a la abuela.

 

 

Sus padres decidieron llevar algunas cosas, así que hicieron una parada por el centro comercial. Aún siendo Navidad, el lugar estaba más que abarrotado de gente, que incluso tratar de ver más allá de dos metros lo único que aparecería sería otra tanda de personas con bolsas de compras. Fue ahí cuando el problema comenzó. Sólo fue un segundo en el que la mamá de Jiyong soltó su mano para poder alcanzar esa taza que quería regalar a la abuela, cuando el pequeño sin previo aviso fue arrastrado por una pequeña ola de personas que pasaba por ahí. La inocente mente de Jiyong no alcanzó a procesar nada, y para cuando se acomodó de nuevo, ya estaba en otro lugar completamente diferente.

 

Miedo. Fue lo primero que pensó antes de comenzar a buscar a sus padres por los alrededores. Gritaba, pero nadie lo escuchaba. Aquellas figuras adultas y adolescentes que pasaban a sus costados le comenzaron a intimidar y su voz de a poco se fue apagando. Pasaron los minutos, y no reconocía las tiendas por las que pasaba. Y en un momento del trayecto, se encontró con una salida. Fue en ese momento que pensó en que sus papás tarde o temprano saldrían por ahí, así que decidió esperarlos. Se sentó por fuera de la tienda, con su espalda recargada a la pared, y esperó.

 

Pero sus padres nunca aparecieron. Hacía mucho frío, pero no quería volver a entrar y encontrarse con aquella multitud de gente. Realmente tenía miedo, quería ver a su mamá y a su papá otra vez, quería que lo abrazaran y que le dijeran que todo estaría bien, que irían a casa de la abuela y comerían ese pastel de fresas que tanto le gustaba. Pero nada de eso pasaba. Se abrazó a sus piernas y dejó caer su cabeza sobre sus rodillas.

 

 

– ¿Estás bien?

 

Jiyong levantó la vista y vio a un niño más alto que él con su mirada curiosa. Se secó aquellas lagrimitas traviesas que salieron sin permiso, y se revolvió en su lugar.

 

– Sí…  –  contestó. Su voz temblaba un poco, en parte por el frío y en parte por el llanto.

– Pero, no parece que estés bien – soltó el niño más alto. Jiyong se tensó y lo pensó mejor.

– Es que…  –  comenzó triste – estoy perdido. – bajó su mirada y volvió a hipar un poco.

 

Después de eso, Jiyong le contó todo lo que le había pasado como si hubiera sido una película de aventuras. Aquel niño le escuchó atentamente, sin contradecirle y sin interrupciones. Cuando Ji hubo terminado su historia, se quedaron sentados ahí, sin mucho que decir. Pero regresó el frío que Ji había olvidad durante su conversación y una ráfaga de viento helado chocó en su rostro. El frío se extendió por su pequeño cuerpo y no tardó mucho en comenzar a temblar y a frotarse las manos descubiertas.

 

 

– Toma.

 

En un movimiento rápido, su acompañante se quitó sus guantes verdes y se los extendió, con un deje de preocupación. Ji se sorprendió, pero de todos modos los aceptó soltando un ligero “gracias” de sus labios ya entumecidos. Y, sin saber por qué, cuando sus pequeños dedos entraron en contacto, su corazón latió a un ritmo un poco más rápido, casi imperceptible. Aquellos guantes le quedaban por lo menos una talla más grande, pero Jiyong sólo se limitó a disfrutar la tibieza que había quedado impregnada en su interior de cuando aquel desconocido aún los usaba. Y sonrió inconscientemente.

 

– Me gusta tu sonrisa – dijo su compañero, y las mejillas de los dos se colorearon. Jiyong volvió a olvidarse del frío.

 

 

 

 

Parpadeó un par de veces para tratar de despertar. Hacía mucho que no recordaba esa historia. Sonrió para sus adentros y regreso a la realidad, en donde tendría que estar filmando algo importante. Volvió a mirar a aquel par de niños que no pasaban de los diez años; y la misma historia cruzó por su mente una vez más, en cámara rápida. El niño tomó con delicadeza de la mano de la niña, y con rapidez sacó un par de guantes delante de ella. Sólo estaban cubiertos por un fino trozo de listón para regalos en color rojo, y con un moño formándose por un lado. La niña los tomó y se abalanzó sobre el pequeño, abrazándolo por el cuello y parándose sobre las puntas de sus pies.

 

– Mira, hyung, ¡qué romántico! – gritó Seungri, sacando a Jiyong de sus pensamientos.

 

Youngbae y Daesung le siguieron el juego y continuaron su camino a la furgoneta del staff, para descansar un rato. En cambio, Seunghyun sólo trató esconderse. Pero cuando pasó por detrás de Jiyong, escuchó su voz.

 

– Sí, qué romántico – dijo sin voltearse, como si aún hablara para sí mismo.  –  ¿verdad, Seunghyun?

 

Seunghyun se tensó y paró todo movimiento.

 

– Sí-í – contestó entrecortado.

 

En ese momento Jiyong se dio la vuelta y se encontró con la mirada avergonzada del más alto.

 

– Me trae buenos recuerdos, ¿sabes? – dijo Ji con tono dulce. Seunghyun se relajó un poco, y suspiró.

 

Le sonrió. También él estuvo viendo toda la escena de los pequeños, y también había recordado aquella vieja historia que tanto le apenaba contar.



– Excepto por la parte en que me confundiste con una niña – soltó Jiyong, dejando a Seunghyun con la vergüenza amontonándose en sus mejillas.

– Cállate, Ji – pidió el mayor con tono demandante, pero con el rostro más rojo que un tomate – Ya te he dicho que no me gusta esa historia.

 

Mentía. Claro que le encantaba recordar. Amaba recordar aquella tarde que pasó con el pequeño Jiyong hacía diez años, cuando se perdió en Navidad en aquel centro comercial. Aún recordaba cada segundo que había pasado con él, hasta que sus padres preocupados se lo llevaron de su lado cuando los encontraron sentados en el suelo de la acera. Cada detalle de su rostro, cada prenda que llevaba puesta, e incluso las veces que parpadeó, todo lo recordaba. Los mejores quince minutos de su vida. Y lamentablemente sus apretadas agendas para promocionar le habían quitado mucho tiempo, pero pasar un rato con Jiyong hablando de aquella primera vez que se conocieron le había alegrado toda la estadía en la cuidad de Londres, a donde tuvieron que viajar por trabajo en plena época navideña, y ni un día libre habían tenido para siquiera conocer el lugar. Quién diría que aquí vendríamos a recordar aquellos tiempos, pensó Seunghyun.

 

Los niños se fueron alejando de aquel parque, tomados de las manos; mientras la pequeña de cabellos dorados seguía con aquellos guantes rosas que hacía unos minutos su acompañante le había regalado. No muchos metros más adelante se encontraron con los que parecía eran sus padres. Seunghyun y Jiyong les siguieron los pasos hasta donde sus ojos les permitieron, y cuando se perdieron en la distancia, ambos quedaron mirado a la nada, con una sonrisa tonta e inocente plasmada en sus rostros.

 

Jiyong siguió viendo el horizonte, y antes de que la  multitud de personas que estaban ahí para trabajar les mandara llamar para seguir filmando, volteó y miró los ojos de su pareja, los mismos que le habían enamorado muchos años atrás.

 

– ¿Sabes? Aún tengo aquellos guantes verdes.

 

 

Y Seunghyun sonrió.

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? Pueden vomitar sobre el monitor si quieren, me lo merezco, sé que está del asco ;-;

Sólo quería escribir algo con ese título, no pensé en nada antes de comenzar, no tenía una idea clara. Y aparte lo hice relativamente rápido (apróximadamente en 1 hora).

Le echaré la culpa a la escuela. Regresé a clases hace 2 semanas, creo que me están succionando la mente ;-; Odio la escuela :'c 

Así que si les gustó, déjenme comentarios bonitos para alegrarme, y me olvido un rato de mi tarea :'D

Chequen mi perfil y léanme, a ver si algo les gusta n.n 
Y síganme en TUMBLR~ Últimamente me estoy viciando ahí lol

Y ya que están aquí, denme amor a mí, a GDios, y a los conejitos :)
ONE OF A KIND ♥
CRASH ♥


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