Hacia tiempo ya realmente que conocía a Alfred F. Jones, la primera vez que lo había visto le pareció un completo idiota, molesto y ruidoso chico, no se equivocaba en lo absoluto, estar un minuto en una habitación junto con Jones era el suicidio, pero no por ello decidió tratarlo mal, muy por el contrario había terminado siendo su compañero de trabajos en la escuela, el problema era hacer callar al chico porque dios como hablaba, la segunda vez que miro a Alfred había sido en una fiesta, y de perdida había descubierto que el chico era muy poco para la bebida, nadie se emborrachaba con solo una cerveza, aquello había sido patético. la preparatoria no había sido una época muy buena, tampoco mala cabe aclarar, solo normal, aburrida y común como suele ser la escuela para la mayor parte de los alumnos ahí en E.U.
Su familia había llegado a la famosa tierra de las oportunidades por el mismo medio que la mayoría de las familias del barrio en donde vivían, cruzando el Bravo, aquel día había perdido a su hermana, Itzel, porque su padre no fue lo suficientemente fuerte como para nadar e ir a rescatarla, aunque contra todo pronostico no culpaba a su padre, quien los abandono a el y a su madre tiempo después, tampoco culpa al destino, las cosas ocurren por algo, le había dicho su abuela tiempo atrás, solo habían sido casualidades de la vida, la suerte, si lo veían de una forma menos científica, la vida de las personas de alguna u otra forma ya esta escrita, le recordaba siempre su abuelo, pero, ¿y no podía llegar a haber la oportunidad de cambiar tu destino? ¿no había manera de llegar a burlar a la suerte?
Apenas llego a tener la mayoría de edad se lanzo a buscar suerte en New York, debía decir que no le había ido tan mal, había conseguido trabajo como mesero de un modesto restauran en el centro de Brooklyn, su vida volvió a ser monótona hasta que lo volvió a ver, reconocería esa cabellera rubia donde fuera, esos ojos azules como el cielo y esa imborrable sonrisa, algo boba, en el rostro. Pensó que jamas volvería a ver a Alfred F. Jones en su vida, realmente se había equivocado, su rostro marcaba mas madurez, ya no tenia las facciones infantiles de la adolescencia, su guardarropa cambio completamente, se veía mucho mas guapo de traje, ya no conservaba sus lentes, aquellos que le había regalado, y aseguraba que los lentes de contacto le quedaban mucho mejor, se sonrojo fuertemente al encontrarse pensando en aquello.
se acerco sigilosamente al lugar en donde se encontraba el Estadounidense, hacia mucho tiempo ya que no se veían y pensaba realmente en la posibilidad de que ya ni se acordara de el, podía llegar a ser muy pesimista cuando quería pero era verdad, dudaba que una persona como Alfred, ocupado y sin tiempo de nada, lo recordara como lo que fue hace mucho, el chico mexicano que llego a Boston sin visa ni pasaporte, un invasor que apenas y podía pronunciar "hola" en ingles sin atorarse o equivocarse, realmente no tenia una visión muy prometedora de si mismo, ¿porque había de pensar que Alfred lo recordara de manera diferente? suspiro y trato de poner una sonrisa en su rostro, debía de hacer bien su trabajo, era lo único que le quedaba después de la muerte súbita de su madre cuando salió de la escuela, estaba literalmente solo.