Pov´S Tao
-Según la teoría Cuántica….- Explico el profesor de materia que estaba parado frente al pizarrón trazando líneas, a las que desde hace ya rato no prestaba atención.
-Ah…- un jadeo escapo de mi boca. Quizá ese no era el mejor lugar para hacer eso… pero es que su voz me excitaba, era profunda; parecía internarse por mis oídos, dando descargas por mi columna y creando un foco de calor en mi entrepierna. Apoye mi pecho contra la banca para que no se viera lo que hacía.
Desde principio de año que elegía el lugar más alejado del podio donde se daba la clase; al final de la escalera, que tenía alrededor cien peldaños, en el sitio más elevado, y el más indicado para lo que hacia todos los martes por la tarde noche durante la materia de Física Cuántica. Casi todos los alumnos se sentaban cerca, para prestar atención, o solo para echarle el ojo al profesor Kevin… que no estaba nada mal, alto, de piernas largas, ojos marrón claro, manos grandes, mirada profunda, voz grave, cabello castaño claro recogido en una coleta…
-Así vemos, que la teletrasportación de hombres atreves del espacio no es imposible...- Sin duda reprobaría el curso por no prestar atención. Siempre fui un chico muy tímido, me anote en la universidad para conocer gente, pero lo único que había descubierto es que tenía un fetiche por la voz del profesor, y era muy fuerte… Solo me concentraba en sus labios, pequeños, que formaban un casi perfecto ovalo en su angular cara.
Deje mi mano deslizarse por mi miembro, lubricado por el mismo pre-semen que escapaba, jugando con mis dedos en el glande, apretando y aflojando, dejando que los estremecimientos recorrieran mi cuerpo.
-Mmm… Ah…- Gemí por lo bajo al sentirme próximo al orgasmo. Acelere mis movimientos, intentando atrapar en mi mano mi propia esencia. Pegue mí frente a la mesa tratando de regular mi respiración, la cual estaba más que desbocada; me limpie con unos pañuelos descartables, acomode mi ropa y saque mi cuaderno y una birome para copiar las formulas del pizarrón… Debía hacer algo en clase, por lo menos simular que entendía, aunque el profesor ni siquiera girara a verme.
-Listo…- dijo dejando la tiza en la base de la pizarra que tenía un soporte -Nos vemos la semana que viene, no olviden hacer sus trabajos…- recomendó mientras se sentaba en su escritorio recibiendo las hojas de algunos alumnos. Entre que juntaba mis cosas y me ponía el abrigo quede solo en el salón con él. Me dirigí a la salida, por no decir que corrí hacia ella –Usted no Zi Tao…- un escalofrió recorrió mi espalda… Sabía mi nombre…
-¿S...si profesor…?- pregunte mientras daba media vuelta “Omo…” me sobresalte… ¿En qué momento se había parado? Ahora estábamos frente a frente; un “leve” rubor cubrió mis mejillas.
-Necesito hablar con usted en mi despacho…- Exigió, caminando hacia una puerta pequeña; lo seguí, tras ella una habitación de no más de tres metros cuadrados, la pared a la izquierda era una biblioteca cubierta de tomos que no reconocí, la de la derecha poseía unos cuadros con algunos títulos de universidades varias; contra el fondo, había un escritorio de madera oscura, con varias hojas apiladas… todo era demasiado sobrio y estaba en orden. Amague a sentarme a en uno de los dos sillones de cuero marrón –No se siente, seré breve…- advirtió, juraría que había echado el cerrojo a la puerta. Se paro frente a mí por lo que quede atrapado entre él y el escritorio – Necesito que me muestre sus apuntes…- pidió. Con las manos temblorosas saque mi cuaderno y se lo extendí.
-Aquí t…tiene…- lo tomo, hojeándolo sin prestar mayor importancia.
-Bueno… veo que copia… aunque dudo que entienda algo de lo que aquí dice…- afirmo devolviendo el objeto. Su voz había empezado a carcomerme por dentro… tenía que salir de ahí… y rápido…
-Lo lamento siempre fui muy despistado… prestare más atención…- prometí mientras huía, pero me tomo con fuerza del brazo, frenándome; mire su mano agarrándome, y luego a sus ojos, por dios, esos ojos claros perecían atravesarme.
-No creo que tu vengas a mis clases a aprender…- alzo una ceja- ¿O me equivoco?- me solté y di unos paso para atrás escapando de el... con tanta mala suerte que quede nuevamente contra el escritorio.
-No…no se dé que habla… - Me hice le estúpido… ¿Qué más podía hacer?
-Sí que sabe… en un principio había pensado en denunciarlo a las autoridades de la universidad…-Conto serio al tiempo que caminaba hacia atrás y se sentaba en uno de los sillones -Pero el día en que lo iba a hacer lo mire… su cara en medio de tanto placer… logro ponerme duro…-
-Ah…- una exclamación escapo de mis labios… ¿cómo podía admitir eso sin que le diera vergüenza?
-Ahora no puedo evitar excitarme durante las clases, por lo que doy el tema de cada día pegado al pizarrón... con dolor en mi miembro… así que tendrás que recompensarme…- ordeno- Lo que todavía no entiendo es que es lo que te excita… La materia… el publico… el colegio… yo…-
-Ah…-
-Soy yo… -Afirmo divertido con mi tortura.
-N…no, es su voz…- lo corregí mirándolo a los ojos con valor… que ni yo mismo sé de donde había sacado.
-Oh… siéntate sobre el escritorio- mando.
-Pero…- intente rechistar.
-Sh… solo hazlo…- inmediatamente subí sobre el mueble – ahora… mastúrbate- mi corazón dio un brinco… ¿me estaba pidiendo que lo hiciera con él allí mirando desde el sillón? Trague saliva con pesadez mirando hacia otro lado –Como quieras, será por las malas…- “Ah! Ahora me va a golpear…” cerré fuerte los ojos al verlo acercarse a mi… nada paso… los abrí, había tomado un libro y volviendo a su lugar, lo comenzó a leer en una página cualquiera -En la medicina, la teoría cuántica es utilizada en campos tan diversos como la cirugía láser, o la exploración radiológica. En el primero, son utilizados los sistemas láser, que aprovechan la cuantificación energética de los orbitales nucleares para producir luz monocromática, entre otras características- hizo una pausa y me observo… mi respiración se había acelerado y había comenzado a excitarme, mi vista estaba fija en su boca, que se había curvado en una perfecta sonrisa de lado -En el segundo –continuo -la resonancia magnética nuclear permite visualizar la forma de de algunos tejidos al ser dirigidos los electrones de algunas sustancias corporales hacia la fuente del campo magnético en la que se ha introducido al paciente- “Mierda” para cuando había terminado el párrafo la presión que ejercía mi erección contra el pantalón, era demasiada…- Se nota que debe doler…- lo fulmine con la mirada- anda…- me alentó- hazlo…- negué con la cabeza… ¿Cómo se atrevía?... aunque la misma situación me estaba encendiendo mas… que él me observara, era más de lo que podía soportar… un jadeo escapo de mis labios, y mi “publico” rio triunfal…- Otra de las aplicaciones de la mecánica cuántica es la que tiene que ver con su propiedad inherente de la probabilidad. La Teoría Cuántica nos habla de la probabilidad de que un suceso dado acontezca en un momento determinado, no de cuándo ocurrirá ciertamente el suceso en cuestión…-Freno -ríndete…-Exigió... No sabía qué hacer… el calor era cada vez mayor, y ya estaba completamente duro, pero la gota que rebalso el vaso fue notar el bulto que se marcaba en su entrepierna… al parecer el juego que antes era de uno, ahora era de los dos… me sentí con poder, por causar eso en él, y que él necesitara de mi… con lentitud extrema desabroche el botón de mis jeans, y más despacio baje mi bragueta… acariciándome apenas sobre la tela del bóxer.
-Ah…- un jadeo escapo de mi labios, corrí un poco la prenda, la suficiente para que mi miembro quedara liberado. Fije mis ojos en los suyos y sonreí mientras comenzaba a masturbarme. Alzo una ceja.
-¿De dónde sacaste tanto coraje?- Pregunto irónico. No respondí, solo me dedique a sentir mi mano bajar y subir por mi miembro, concentrándome en su presencia. Deje mis parpados caer, tirando mi cabeza hacia atrás.
-Ah… - me sobresalte al sentir su mano sobre la mía -¿Qué… que ah!...haces?- abrí los ojos y lo vi pegado a mí, viendo sin pudor alguno mi miembro.
-No aguanto más…- dijo antes de estampar su boca a la mía, mordiendo inmediatamente mis labios, dejando que su lengua jugara con la mía, robándome el poco aire que en ellas había – tengo ganas de esto desde hace meses… y sé que tu también…-pronuncio cada palabra cargada con deseo -Desnúdate- ordeno mientras aflojaba su corbata. Apresurado me saque mis pantalones, junto a la ropa interior, el calzado y la musculosa, volviendo a sentarme, disfrutando de cómo desabrochaba su camisa y dejaba ante mi hambrienta vista su bien formado cuerpo… freno lo que estaba haciendo y me miro, bajando, deteniéndose en partes nada decentes -¿Quieres ayudarme?- propuso.
-S…si…- me pare y me acerque a él, besándolo al tiempo que buscaba a tientas su cinto. Lo desabroche y lo deje caer, sus manos bajaron hasta mi trasero, que apretó, separando mis nalgas, haciéndome gemir en su boca; cansado del poco contacto, jale de él hasta el escritorio, subiendo nuevamente, se saco los zapatos, las medias y el bóxer, quedando como vino al mundo; se pego a mí, sin dejar un solo espacio con aire entre nosotros, ataco mi cuello, mordiéndolo con fuerza, descendió por mi pecho, deteniéndose a lamer mi pezón derecho, mientras torturar el izquierdo retorciéndolo entre sus dedos
-Mmm…- un gruñido se le escapo por lo bajo cuando con mi rodilla roce “accidentalmente” su erección.
-Espera… de…déjame pararme… - pedí, a lo que se corrió, no podía creer lo que estaba por animarme a hacer… ni en la mejor de mis fantasías con él me lo habría imaginado. Me arrodille quedando impresionado con el tamaño de su miembro, y calculando si entraría o no en mi boca. Arriesgándome, lo tome y le di una pequeña lamida en la punta, recibiendo un gemido como respuesta, seguí con las lamidas en el glande, que estaba suplicaba por atención.
–Tao… por favor…- rogo tomando mi cabeza… me encantaba verlo rogar…-Ah…- gimió aliviado cuando me lo metí entero en la boca, podía sentirlo palpitar en mi cavidad. Me lo saque completo de la boca, succionando en toda su extensión, introduciéndolo lentamente, repitiendo la acción, hasta que él exigió otro ritmo, mas rápido, que gustoso seguí. Mis vaivenes eran cada vez más veloces, llegando a embestir el mismo mi boca, lo tome por la cadera, clavando mis uñas allí – Ah… me vengo…- anuncio expulsando fuera su esencia, que trague gustoso -Ahora es tu turno…- dijo con la respiración agitada, me tomo y me subió sobre el escritorio, volviendo a dejar un camino de saliva por mi vientre, agarro mi miembro por la base y sin miramiento lo engullo.
-Ah… más despacio… o me vendré… ah… - no me prestó atención, solo freno para lamerse tres dedos, sus boca volvió a lo anterior, distrayéndome de lo que hacían sus dígitos en mi entrada. Introdujo uno, que no preste atención a cuando se convirtió en dos, y menos cuando el ultimo, junto a los anteriores, entraban y salían con total libertad de mi, haciéndome gemir e imposible no venirme; pero en el momento justo, freno toda acción. Lo mire, como reprochándolo. Con un brazo tiro todo lo que había sobre el escritorio.
-Recuéstate…- pidió, pegue mi espalda a la fría y liza superficie, jadeando ante la diferencia de temperatura, agarro mis piernas y las abrió tanto como pudo- Sostenlas…- las tome, sin llegar a ver lo que hacía, por lo que casi doy un brinco al sentir su pene presionando y abriéndose paso dentro de mí.
-Ah…- me queje del dolor.
-Sh… lo siento… Tao- se disculpo, siendo tierno y cuidadoso por primera vez. Me solté, y pase mis brazos por su cuello, besándolo lentamente, invitando a su lengua a que se apodere de mi boca; comenzando una danza con parsimonia, con único objetivo de disfrutar la cavidad ajena. Moví mis caderas, una vez que el dolor había menguado, invitándolo a que me embistiera; así lo hizo, saliendo cada vez más, llegando más dentro de mí, haciéndome ver las estrellas con las estocadas que daban certeras a mi próstata.
-Ah… -ah…- gemía sin control alguno, porque salvo por el conserje, que nunca hacia su trabajo estábamos solos; era mi primera vez, intimando con alguien, ni hablar del mismo sexo que yo, en un lugar tan expuesto, nunca habría imaginado que fuera a ser así –ah… profesor…!- casi que grite.
-Di mi nom…bre…- jadeo aferrando una de sus manos en mi cintura, para facilitar su tarea, y la otra en mi miembro, haciendo casi imposible armar un pensamiento coherente.
-Ke…vin… mas… Ah!! ¡Kevin…!- trate de pronunciar, pero las palabras salían deformadas por lo gemidos, nunca había experimentado tanto placer junto, era demasiado sentir como él bombeaba dentro de mí, dando sin tregua a mi punto dulce, mientras me masturbaba-Kevin… ah! Me vengo…- chille al tiempo que sentía mi vista nublarse y una ola de calor recorrer mi cuerpo al ser llenado por él.
……………o………….
Abrí mis ojos… me dolía todo el cuerpo…. Y sobre manera el trasero. De a poco volvieron a mi mente las imágenes de lo que la noche anterior había hecho con Kevin, me levante un poco y lo vi a mi lado, aun dormido en la alfombra, su cabello suelto y desordenado le daba un aspecto un tanto salvaje… luego de la primera vez, una caricia llevo a otra, y terminamos haciéndolo tres veces… que aguante que tenia, luego de la ultima, había caído rendido por el cansancio en el suelo. Analice las probabilidades… esto no podía seguir así… tome mis cosas, me vestí y salí disparado por la puerta, no sin antes echar un ultimo vistazo a ese cuerpo que ahora el mío no podía olvidar, que me había marcado como suyo… sonreí y corrí a desayunar algo, planeando que hacer de ahí en adelante.
…………….o…………..
Pov´S Kris
Volví a echar un último vistazo a la clase… el pequeño no estaba allí… hace tres semanas que no aparecía… ¿había sido demasiado rudo con él? quizás no querría volver a verme la cara… ojala no fuera lo último. Anote una ultimas formulas en el pizarrón y mire nuevamente al espacio al fondo que seguía vacio no importa cuántas veces girara a verlo.
-Listo, es todo por hoy… no se olviden de que los exámenes serán en dos semanas…- advertí mientras me sentaba, intentando ignorar el barullo de los alumnos huyendo de mi clase, que precisamente, no era la más divertida. Metí la mano en el bolsillo de mi pantalón y releí la nota que había encontrado en mi escritorio esa mañana. “Volveré… hasta entonces, con amor Tao…” pase mis dedos por las palabras “con amor” –¡AH!- grite exasperado- ¿Qué piensas Kevin? Eres el gran profesor sin corazón… es imposible que te enamores de un chiquillo por solo hacerlo con él…- dije al aire, arrepintiéndome inmediatamente de haberlo dicho, pues así las cosas encajaron en mi mente… me había enamorado de un alumno, y encima de uno pervertido. Esto último me hizo reír. Suspire cansado, me solté la coleta del pelo, y apoye mi frente en la mesa, dejando que la cortia de cabello me tapara. Un leve sonido me hizo erguirla de nuevo. Allí, ante mí, estaba el ladrón de mis pensamientos, sonriendo con un café en cada mano, además de una carpeta apretada bajo el brazo, para que no callera. Me pare de golpe.
-Hola…- susurro al tiempo que un rubor se hacía presente en su mejilla, miro a otro lado, y en su cuello pude ver los restos de mis chupones… creo que si había sido demasiado bruto… -L…le traje esto…- tartamudeo dejando uno frente a mí. Lo mire más de cerca… tenia crema, justo como me gustaba – Yo… quería presentar mi renuncia a la carrera…- anuncio sacando un papel de un folio y poniéndolo ante mí. Lo revise con rapidez, efectivamente estaba renunciando a la carrera.
-Si es por lo que paso… no te preocupes…- me anime a decir al pensar que era mi culpa- te puedo asignar a otra clase…- se apresuro a negar efusivamente con la cabeza.
-No es por ti Kevin…- sonreí como idiota… me hablaba de manera informal…- renuncio, porque un alumno y un profesor no pueden salir…-
-¿Qué quieres decir?- mi cerebro me engañaba ¿o se estaba confesando?
-Que si quieres salir conmigo Kevin… - aclaro alargando cada silaba.
-¿Y que si digo que no?- pregunte probándolo. Suspiro desesperanzado.
-Bueno… creo que la Ingeniera en Física no era lo mío… Seguiré lo que de verdad me gusta…- confeso.
-¿Y eso sería…?- indague.
-Fotografía… -dijo señalando un bolso cuadrado que tenia colgado del hombro -Lo hago bastante bien… o lo suficiente para vivir de ello… Ah… bueno, veo que me equivoque… Lamento las molestias ocasionadas… me retiro…- comenzó a irse, pero corrí hacia él, jalándolo del brazo, haciendo que los papeles de su carpeta volaran por todos lados; sus ojos se clavaron en los míos -¿Kevin?- me llamo desconcertado.
-Si vamos a salir… puedes llamarme Kris…- dije rodeando su cintura con mis manos, atrayéndolo hacia mí, probando esos labios que los míos pedían a gritos desde hace semanas.
-Yo… yo sigo siendo Tao…- rio abrazándome y enroscando sus piernas en mi cintura, en un gesto de pura felicidad, emoción que ahora compartíamos los dos.