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La Naturaleza de los Pingüinos por NeSLY

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Notas del capitulo:

 

Algo que se me había olvidado mencionar en el capitulo anterior, tengo muy poco conocimiento sobre el método de ordenamiento en los orfanatos de Corea y la edad legal en la que ya no pueden pertenecer a ellos, así que vamos a fingir que es como por acá en mi país, que ya a los dieciocho años, los jovenes que se encuentran aún en un orfanato deben abandonarlo, teniendo sus estudios completos y con un pequeño bono para que puedan mantenerse por un tiempo mientras encuentran un trabajo estable ayudados por el estado.

 

Cabe recalcar que no todos los que pertenecen al orfanato saldrán con sus estudios completos, por que como podrán imaginar por diversos factores, algunos prefieren irse antes o simplemente no estar ahí, pero ese es un tema un poco aislado por el momento. 

 

Espero que disfruten la actualización ;)

 

 

La Naturaleza de los Pingüinos

Máscaras blancas como copos de nieve

Segunda Parte

 

 

 

—Había notado algo extraño cuando Yunho nos llamó a los tres luego del almuerzo.

 

Key caminaba enojado, sus brazos cruzados y el entrecejo arrugado mientras a sus lados Minho y Jonghyun permanecían en silencio. Jonghyun mantenía las manos en los bolsillos de su pantalón. Y Minho jugaba con un pequeño bolígrafo en las manos tarareando una canción.

 

—No entiendo por que te ha molestado tanto.— Empezó Minho,  sin mirar al mencionado y con sus pasos interpolados entre un lado y otro. –Era de esperarse que en algún momento nos tocara recibir a otros dos muchachos.

—¿Y no te molesta a ti que el nuevo bloqueará tu hermosa vista de la ventana?

 

Justo en ese instante, con el mordaz comentario de su amigo Minho había captado algo que no había sido capaz de notar antes. Detiene sus pasos por que sabe, que no tiene una salida ni siquiera meramente plausible a esos días de invierno en los que le gusta despertar y mirar hacía la ventana como primera imagen de la mañana.

 

Adelanta sus pasos, como si de pronto le hubieran quitado el aire y buscara recuperarlo a como diera lugar, cuando entra en la habitación están dos muchachos sentados sobre la cama junto a la ventana. Uno frente al otro, moviendo sus manos y lo suficientemente metidos en su mundo como para notar su presencia y  más tarde la de Jonghyun y Key.

 

—Oh.— Uno de ellos parece reparar en su presencia, tiene el cabello un poco largo y una expresión demasiado amable para el gusto de Minho. –Mucho gusto, mi nombre es Jinki.— Puede escuchar el bufido de Key, justo detrás suyo. –Él es Taemin.— Y es que pareciera que el menor, que encoge un poco su cuerpo y esconde su rostro como si pretendiera obviarlo no parece dispuesto a cruzar palabras.

 

Pero Minho solo guarda silencio y lo observa, con un prisma insonoro mientras lo observaba y el menor solo acaricia su delgado brazo, pegado al otro que sonríe abiertamente, con esos dientes perfectos y blancos que hacen ver a Minho cosas tan sencillas pero tan notorias, ambos chicos tan perfectos y sofisticados, con los restos de una vida que ya no llevaron.

 

—Somos Jonghyun, Kibum y Minho— Es finalmente Jonghyun, con su voz un poco animada quien se abre paso y estrecha la mano de Onew, comparten sonrisas y Key todavía parece inconforme –Lamento que mis amigos sean tan idiotas, es que Minho ama la ventana, pero odia acostarse cerca de ella por el frío y a Key le cuesta adaptarse a la gente nueva— Jonghyun se acerca un poco a la oreja de Jinki y él solo se agacha un poco –Es más, creo que odia a la gente en general.

 

Sucede por primera vez en aquella habitación, en medio de ese cruce de miradas y tensiones restantes que Jinki ríe, divertido y ameno como no lo hacía desde hace mucho tiempo, Taemin abre sus ojos, levanta la cabeza por primera vez y cree haber recordado como suenan las risas de su hermano, y casi por inercia, por que su pecho borbota de calidez, sonríe.

 

Como lo hacía antes. Aunque la sonrisa fuera débil y la comisura de sus labios apenas se levantara.

 

—Tae…

 

Onew ocurre a su lado en la cama, su sonrisa cambia por una tan repleta de afecto que Taemin vuelve a sentirse en casa, cuando él toma sus mejillas. Onew es calidez y a Taemin solo le queda aferrarse a él, por eso cierra los ojos y suspira. En medio de un mutismo que se ha propagado mientras los otros tan solo observan.

 

 

 

 

—Así que son hermanos.

 

Concluye Kibum, de repente interesado mientras mira a Onew sentado junto a la cama de Taemin, acariciando su cabello. Hace diez minutos que el menor ha caído rendido y Jinki no ha querido separarse.

 

—Si, recién hoy nos dejaron salir del hospital.

 

Kibum aprieta la pasta del libro en sus manos, aquel objeto que le había permitido fingir que hacía otra cosa que prestarle atención a los recién llegados, mientras Jonghyun ha salido por ahí, y Minho parece mirarlos de soslayo de vez en cuando desde su cama. Kibum no tiene intenciones de saber historias tristes, por que no las comprendería y es pésimo con las emociones.

 

Sin embargo Onew parece ya resignado, con su mirada en el rostro fino del menor que ha caído ante el cansancio y la rutina que ahora seguramente les espera. Pero Kibum suspira, aprieta sus labios y murmura.

 

—Va a ser muy difícil.

—¿Qué cosa?

—Que él se adapte a este lugar.

 

Key apenas señala a Taemin discretamente, pero Onew solo sonríe, acariciando todavía el cabello del menor y parece perderse en sus pensamientos como si nada más le importara en esos momentos. Kibum observa sus facciones, tan comunes y pasivas que parecen de mentira, y su cabello alborotado lo hace ver más pequeño de lo que seguramente es. Así que se levanta curioso, lo mira y lo analiza por un segundo antes de que esos ojos pequeños, igual que los suyos lo miren con atención.

 

—¿Cuántos años tienes?

—Dieciséis.

 

Kibum frunce el ceño. –Es imposible, incluso soy más alto que tú.

—Bueno…— Murmura Onew –Tampoco es que sea muy alto.

 

Jinki parece tener esa mala costumbre de llevar la tranquilidad en sus manos y jugar con ella, de hacerla parte de su esencia mientras Key se cruza de brazos y suspira.

 

—Yo tengo quince— Confiesa Kibum, avanzando un poco más hasta quedar del otro lado de la cama –Quiere decir que eres mi hyung— Onew asiente, más como una confirmación que como algo que lo hubiera analizado con antelación –Sin embargo no estoy dispuesto a aceptarte como tal.

 

Onew parpadea, desinteresado y aburrido, por que no planea iniciar disputas y sin embargo su voz tan carente de entusiasmo solo logra exasperar al otro que acentúa su expresión molesta ante sus palabras.

 

—En realidad no me importa— Onew ha perfeccionado con el tiempo, esa capacidad tan suya para que lo que los otros piensen no le afecte, y mira a Kibum como si de repente estuviera vacio –Que seas insolente no cambia el hecho de que sea mayor a ti— Levanta los hombros, con la mirada asesina del otro, dispuesto a golpearlo en cualquier momento seguramente –Y de todas formas todas esas cosas me parecen irrelevantes, allá tú si quieres complicarte.

 

Kibum está acostumbrado a las atenciones, a su carácter fuerte que logra atraer las atenciones de todos y su mirada propia de paralizar a cualquiera que el día de hoy ese tal Jinki ha ignorado y ha puesto en claro lo poco que le interesa. Su sangre hierve de coraje y prefiere girar sobre sus talones y regresar  a su cama, no tienen nada más que hablar con él, agarra su libro de nuevo, lo abre en una página cualquiera, y se maldice internamente, una y otra vez, por mirarlo cada tanto, como si su orgullo no entendiera que ese sujeto, solamente seguía siendo un niño mimado.

 

 

 

 

A la mañana siguiente, se paran los segundos en la vida de Minho. Tan detenidamente que sacude su cabeza con fuerza mientras observa la nieve caer, como un milagro adorable que hace mucho no presenciaba, por que abrió los ojos de repente, azotado por un frío que estaba sobrepasándolo y que la manta ya no solapaba.

 

Ve la silueta de Taemin, del muchacho pequeño y de cuerpo delgado mientras permanecía parado junto a la ventana, con sus ojitos mirando de un lado a otro maravillado por una nieve que al parecer había esperado y recién llegaba ante sus ojos que por primera vez parecían entusiasmados.

 

Minho no está acostumbrado a tratar con niños que parecían más bien callados y en realidad sociabilizar no era una prioridad para él, cuando la situación no le convenía, sin embargo esa mañana se levanta, toca con sus pies fríos el suelo que supera sus expectativas ante lo helado que se encontraba y camina, con los zapatos a medio poner hasta el lugar donde se encontraba el otro.

 

—Buenos días— Se coloca junto a él, pero Taemin no parece escucharlo, sigue hipnotizado por el manto blanco que asomaba por todas partes y Minho se descubre de pronto sonriendo, la imagen que el otro le devuelve es reconfortante y descubre que hace más frio del previsto, que Taemin es demasiado pequeño y delgado como para soportar tanto frío.

 

Corre hasta su cama, en el pequeño cajón debajo de ella donde tiene su abrigo negro y lo coloca sobre los hombros de él, entonces ocurre, como una vorágine de miedo que sacude al otro alejándose de inmediato ante el tacto, retrocediendo sin cuidado y chocando contra su mesita de noche junto a la cama, sus ojos abiertos y grandes lo miraban con temor y el sonido de las pertenencias de Taemin regadas en el piso parece alertar al resto que aún dormían, y Minho sin embargo sostiene todavía el abrigo entre sus manos.

 

—¿Tae?— La voz de Jinki suena tras su espalda, tropezando un poco, pero llegando al fin y al cabo el mayor llega hasta su hermano y toca suavemente sus hombros aunque este pareció un poco tenso al principio —¿Qué pasó? ¿Estás bien?— Taemin solo lo mira, aún pegado a la mesita de noche, arrinconado como un indefenso animalito asustado —¿Qué le hiciste?

 

La voz de Jinki suena llena de reproche y Minho parpadea asustado.

 

—Yo… No, nada— Agita un poco su mano y finalmente la pasa por entre su cabello, exasperado y sintiéndose como idiota, por eso casi siempre evitaba ser amable –Hace mucho frío y parecía tener rato levantado frente a la ventana, pensé que necesitaba un abrigo. Yo solo lo posé sobre sus hombros y él retrocedió asustado.

 

Kibum despertaba en ese momento con una mano paseando por sus párpados, con los ojos a medio abrir ante el pequeño escándalo que se había armado y Jonghyun en cambio tratando de no escuchar se cubría la cabeza con una almohada, aferrándose a los sueños como podía. Onew entonces aprieta un poco más a Taemin contra su cuerpo, con el menor más relajado entre sus brazos. Recuerda que hace mucho no dormía como antaño, sus sentidos parecían despiertos todo el tiempo para su hermano y dormir profundo se había vuelto un lujo que ahora tampoco poseía.

 

—A Taemin no le gusta que lo toquen desconocidos— Susurra mientras siente el rostro de Taemin pegarse a su pecho, abrazándolo con fuerza –Mucho menos si es sorpresivamente, suele aguantar un poco cuando alguien quiere mostrarle apoyo o algo por el estilo debido a lo que estamos pasando, pero en general… Lo odia.

 

Minho aprieta el abrigo entre sus manos.

Torpe, torpe Minho…

 

—Yo… Lo siento mucho— Murmura, intentando que los ojos de Taemin lo enfocaran y sin embargo es en vano –En verdad, no sabía.

—No tenías por que saberlo— Jinki trata de sonar comprensivo –Disculpa el susto.

 

Taemin no volvió a separarse de Onew en lo que restó del par de horas para el desayuno, ambos sentados sobre la cama del menor mirando la nieve y moviendo sus manos como si se comunicaran con ello, Onew miraba fijamente los ojos del otro y de vez en cuando susurraba palabras bajitas para que solo Taemin escuchara, recién entonces cayó en cuenta, en medio de la curiosa mirada de Kibum y los ronquidos de Jonghyun, que hasta ahora, en lo que iba del día, no había escuchado jamás, una sola palabra de Taemin.

 

 

 

 

—Se llama lenguaje de señas.

 

Kibum camina, con la pequeña charola sobre el mesón mientras escoge lo que será su desayuno durante esa mañana y la mayoría de los estudiantes parecen verdaderamente emocionados con el acontecimiento de la ligera nevada que ha caído, pero Minho en cambio lo escucha atento, camina junto a él y arrastra su charola agarrando lo primero que encuentra sin que este le importe demasiado.

 

—¿Entonces se comunican así por que Taemin no puede hablar?

—Quien sabe…— Key parece detenerse un segundo –Acaban de pasar por un evento seguramente muy trágico que los condujo hasta acá, quizás todos estos cambios acumulados sobre alguien que no sabía nada del sufrimiento lo hayan obligado a cerrarse.

 

Minho entonces frunce el ceño.

 

—¿Puedes decirlo en palabras normales?

Kibum bufa, exasperado y rueda los ojos –Hay dos posibilidades, o no puede hablar o simplemente no quiere.

 

—¿Por qué no querría hablar?

—Y yo que sé Minho… Quizá no se siente preparado, no lo sé.

 

Minho es curioso por instinto, necesita saber lo que no comprende y se exaspera aún más cuando Key no puede aclarárselo firmemente, siendo Kibum el que lee tanto, el que conoce tanto. Así que mira a los hermanos sentados en una mesa, Jinki come un sándwich cualquiera y Taemin tiene una ensalada de frutas, quita el melón de su plato y lo pone en el de Jinki como si estuviera acostumbrado a hacerlo, por que el otro solo sonríe y Taemin parece muy concentrado en lo que hace.

 

—¿Vas a seguir o no?

 

De pronto la voz de un muchacho lo saca de su letargo y Minho agarra un yogurt velozmente, Kibum se ha adelantado varios espacios decidiendo todavía su menú de la mañana. Siempre tan exquisito y elaborado.

 

 

 

 

—Así que Taemin no recuerda nada.

 

Yunho suspira, sentado frente a Yoorim que levanta un poco sus hombros y mira al hombre frente a ella que parece verdaderamente preocupado por aquellos dos niños, que fácilmente serían unos desconocidos para él.

 

—Eso dicen los reportes— Mueve un poco sus manos, espera que Yunho note que quiere cambiar de tema –Al parecer fue un accidente muy grave y Jinki estaba en el colegio en esos momentos, estudiando para un decatlón o algo así.

 

A ella se le han acabado hace mucho las esperanzas en el resto de las personas, mucho menos en el mundo que habita donde todos son casos especiales que ella tiene que atender, le ha exasperado la actitud tan evasiva del menor, y la controladora de Onew mientras atendía a su hermano y la ignoraban a ella. A ella que solo quería ayudarlos, por que es su trabajo.

 

—Me preocupan un poco, no creo que les sea tan fácil adaptarse— Y Yunho, el hombre de sus afectos no hace más que hablar con ella de los niños en aquel orfanato, que a ella solo logran sofocarla, haciéndola creer firmemente que se ha equivocado durante esos cuatros años que gastó su vista estudiando —¿Por qué ningún familiar ha querido hacerse cargo de ellos? Parecen gente de dinero.

 

—No lo sé, Yunho— Se da cuenta, tarde, que el tono de su voz es descaradamente hastiado y los ojos de Jung la  miran con sorpresa, así que ella sonríe y baja la cabeza –Lo siento, es que todo este asunto de ellos me tiene estresada— Miente, mordiendo su labio y suspirando en el camino –Trato de ayudarlos, pero no se cómo.

 

Yoorim está cansada, cansada de tantas cosas que es incluso hasta aburrido enumerarlas mientras se sumerge en la rutina, la amargura, el resentimiento y la tristeza que la rodean día con día, mientras intenta lidiar con ello, y presiente que aquello se le está impregnando en la piel como un tatuaje que no ha querido.

 

—Vamos a ayudarlos,  Yoorim. Estos niños, al igual que todos, necesitan mucho de nosotros.

 

Ella sonríe, asiente y deja que Yunho tome sus manos, por que le agrada su tacto.

En cambio, su mente cabila una y otra vez ‘Si yo me hago cargo de ellos ¿quién se encarga de mi?’

 

 

 

 

 

Jonghyun parpadea sorprendido mientras mira a Onew escribir en la pizarra, la mano del otro parece deslizarse segura mientras escribe con el marcador que el profesor le ha entregado, Jonghyun compara y se percata que además de que la caligrafía de Jinki es mucho mejor que la suya, Onew sabe lo que hace, no titubea, ni siquiera duda mientras resuelve el difícil ejercicio de ese día y finalmente termina, con las felicitaciones del profesor y los aplausos de sus compañeros que parecen igual de sorprendidos que él.

 

—¿En serio sabes como resolver este tipo de cosas?

 

Lo primero que pregunta, en cuanto Onew vuelve a sentarse a su lado es eso y los ojos de Jinki lo miran por un rato, antes de sonreír y tapar su boca para que el profesor no lo descubriera –No es tan difícil— Admite, mira el cuaderno de Jonghyun, con varios tachones y apenas un par de líneas correctamente escritas, que luego fueron tachadas –Pero supongo que en mi otro colegio íbamos una o dos clases más adelante, quizá es por eso.

 

—No lo creo— Jonghyun muerde un poco su lápiz –Yo al menos soy un asco en esto.

 

Jinki sabe que puede meterse en problemas y sin embargo no duda en coger el cuaderno de su amigo y colocarlo sobre su lugar, con el lápiz escribe un poco y luego mira discretamente a Jonghyun quien lo mira expectante –Lo único que necesitas saber es descomponer factores, el resto se resuelve por si solo— Y empieza con su explicación, los ojos atentos de Jonghyun sobre su mano que se desliza en el papel mientras parece prestarle atención de verdad. Jinki se siente conforme, usualmente no suelen prestarle tanta atención.

 

—Jonghyun, Jinki. ¿Se puede saber que tanto hablan?

 

Los ojos de ambos se abren de par en par y es Jonghyun el primero en levantarse y hablar.

 

—Onew me estaba explicando, profesor.

—¿Ah, si? Pues venga y demuéstrenos lo que ha aprendido Jonghyun.

 

Los pasos de Jonghyun son inseguros, camina lentamente como si odiara tener que pasar vergüenza y sin embargo Jinki sonríe por que el ejercicio que el profesor ha puesto en la pizarra es bastante básico, uno de tres pasos apenas que Jonghyun puede resolver si en realidad le prestó atención a lo explicado.

 

La escritura de Jonghyun es lenta y desconfiada, pero su resolución es correcta, el silencio está en medio del salón y el profesor observa sin expresiones la resolución del menor que parece dudar un instante, jala de repente el borrador y borra la respuesta que había empezado a desarrollar. Jinki no entiende, estaba todo muy bien.

 

Y de todas formas Jonghyun lo borra todo y vuelve a empezar, se equivoca y falla. El profesor solo niega suavemente y le pide a Jonghyun que vuelva a sentarse y preste más atención. Jinki lo mira, pero no entiende, el rostro del menor parece desanimado y algo hastiado mientras raya su cuaderno y bufa cansado.

 

Pero justo antes de que Jinki pueda preguntar, la campana vuelve a sonar.

 

 

 

 

Al término de las clases ese día, Kibum termina cansado, lleva los libros entre las manos y un montón de tarea innecesaria con la que prefiere no cumplir, pero debe hacerlo, por que si no Yunho se decepcionaría y Yunho confía mucho en él y su talento. Yunho después de todo es lo más cercano que Kibum tienen a un hermano mayor que se preocupa y vela por él.

 

Cuando ingresa en la habitación, Taemin se encuentra dando saltitos para alcanzar algo que se encuentra sobre el pequeño ropero de Jinki y que al parecer no alcanza. Es un niño prácticamente y por algún motivo, la vena protectora de Kibum se despierta y suspira resignado antes de virar los ojos, dejar los libros sobre su cama y acercarse a él.

 

—¿Te ayudo?

 

Taemin retrocede un poco, sorprendido de repente al no haberlo escuchado entrar pero finalmente muerde su labio inferior y asiente. Kibum se siente conforme, al menos el menor no huye ante su presencia.

 

—¿Qué quieres alcanzar?

 

Taemin mueve sus manos, ni siquiera hace el intento por mover sus labios y Kibum frunce el ceño por que no logra entenderle una sola seña.

 

—Escucha, vamos despacio ¿bien?— Taemin asiente, Key pretendía colocar una mano sobre el hombro del otro, pero recuerda el incidente de la mañana y prefiere no hacerlo. Mira de un lado a otro y corre por sus cuadernos, un lápiz pequeño que apenas escribe y se los extiende a Taemin –Escribe lo que quieres alcanzar o dibújalo, como sea.

 

El abrigo de Jinki.

 

La letra de Taemin es curvilínea, demasiado estilizada para el gusto de Kibum pero aún así sonríe, cuando mira a Taemin muy abrigado ese día y entonces recuerda no haber visto más que con una camisa cualquiera a Onew ventilarse por los pasillos del orfanato ese día.

 

—No me digas que el muy tonto suele olvidar abrigarse.

 

Taemin asiente varias veces, y vuelve a escribir casi automáticamente.

 

Si, y por eso suele enfermarse seguido. Ayúdame a bajarlo por favor, seguramente lo guardo en las cajas de arriba.

 

Kibum estira un poco su cuerpo, extiende su mano y con un poco de esfuerzo logra alcanzar la caja de colores sobre el pequeño estante en el ropero, Taemin agarra la caja, rebusca en su interior como si la conociera al revés y al derecho e incluso pudiera adivinar la forma en que Jinki deja arreglada sus pertenencias.

 

Finamente saca un abrigo, amarillo y grueso que parece igual de costoso que el de Taemin, quien sonríe ampliamente al haberlo encontrado, antes de cerrar completamente la caja y extendérsela de regreso. Así que Kibum únicamente la devuelve a su lugar anterior y sonríe. Mirando a Taemin escribir otra vez.

 

Muchas gracias, hyung.

 

Taemin se inclina un poco, y luego sale de la habitación con sus pasos un poco apresurados, y Key sonríe, es como un niño pequeño todavía que necesita de muchos cuidados, y por algún motivo siente, que Taemin es de esas personas que necesita de muchos hermanos a su alrededor, y él fácilmente puede ser uno de ellos. Puede encariñarse, como se encariña con los objetos más preciados.

 

Una media hora después Taemin vuelve, satisfecho y con una expresión más tranquila en el rostro, lo mira y sonríe un poco, lo reconoce y Kibum se siente bien al ser el primero en tener un poco de esa confianza que parece tan abstracta en el menor.

 

—¿Habías olvidado lo del abrigo de tu hermano? Por eso estabas tan desesperado por alcanzarlo ¿no?

 

Taemin asiente, se sienta un rato en su cama y busca entre sus cajones un pequeño video juego que empieza a hacer un poco de bulla y Kibum deja su libro de lado, con un cuaderno entre las manos y camina hasta él —¿Puedo?— Señala la cama, y Taemin parece dudar un poco, pero al final encoje sus piernas y Kibum puede sentarse.

 

—Tú y Jinki se cuidan mucho mutuamente ¿verdad?

 

Taemin vuelve a asentir y Key sonríe, Taemin despierta en él un lado amable que desconocía.

Y quizá eso es bueno para él.

 

 

 

 

—Es que es un poco difícil de explicar— Jonghyun camina seguro por los pasillos, con una confianza abrumadora que Jinki no tiene pero que es envidiable y sin embargo los ojos de Jonghyun muestran algo muy distinto a su actitud –No es que sea tímido ni nada de eso, todo lo contrario. Además soy muy competitivo, mucho más en los deportes o ese tipo de cosas. Pero nunca he sido bueno en matemáticas, así que la gente suele reducirme a que soy estúpido y ya. Como si el resto de cosas para las que soy bueno no contaran. Entonces siempre me pone de mal humor salir a la pizarra y verlos burlarse de mí por que no puedo con sus estúpidos números.

 

—Pero hoy lo estabas haciendo bien.

—Lo sé…— Susurra, con un suspiro saliendo de sus labios y el cuaderno a su costado –Pero comencé a pensar de más, que si el profesor, que si los estudiantes… Las matemáticas son un asco.

 

Jonghyun suspira otra vez y Jinki lo mira como si se tratara de un niño pequeño.

 

—Yo podría ayudarte. Piensas mucho en los demás y olvidas concentrarte en el ejercicio— Analiza con cuidado y sonríe, justo a unos pasos de llegar a la habitación –No eres malo en matemáticas, solo le tienes miedo, a la materia y al que dirán, si fueras igual de competitivo en las matemáticas como en el resto de cosas, serías incluso mejor que yo.

 

—Oye nuevo— La voz de Minho suena tras de ellos, con un deje burlón y extraño –Mentir es pecado.

 

Pero antes de que Onew pueda sonreír por el comentario, Jonghyun ya ha le ha dado un codazo en el estómago a Minho y este solo se queja, riendo a pesar de todo mientras Jonghyun se finge indignado, con la idea de Onew sonando en su cabeza se adelanta hasta la puerta y nota que Jinki se ha quedado paralizado ahí mismo.

 

La imagen es clara, Key se encuentra sentado frente a Taemin en la cama, con la luz de ese día entrando por la ventana y Kibum sonríe un poco mientras Taemin escribe un cuaderno y finalmente lo levanta ante los ojos del otro.

 

—Oh, así que te gusta bailar… A mi también, pero no soy tan bueno.

 

Taemin los mira de repente y sonríe. Minho dos pasos más allá parece igual de inmóvil que Jinki, mientras Jonghyun solo parece mirar de un lado a otro. En tanto Jinki avanza Taemin se levanta, camina hasta él y le cierra el abrigo por completo, empezando a hacer esas señas que parecen ser solo un lenguaje entre ambos.

 

“Ciérrate bien el abrigo, puedes resfriarte. Estuviste todo el día sin él.”

“Lo sé, ¿todo bien con Kibum?”

“Si, es muy amable y me cae bien”

 

Kibum los mira, como si supiera que hablan de él y Jinki sacude los cabellos de Taemin, complacido de que empiece a relacionarse con otras personas, así que apenas tiene la mirada de Key sobre él, Jinki asiente, con una pequeña sonrisa en los labios en un gesto mudo y acompasado de tregua y comprensión, al menos por ese instante, cuando menos frente a Taemin.

 

 

Fin de la Segunda Parte

 

Notas finales:

 

Lamento la demora, el trabajo, los examenes y la universidad me han tenido un poco loca estos días, espero que les haya gustado y nos vemos en el siguiente capitulo ;)


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