C a p i t u l o 1
Lee Sungmin es de esos muchachos que tiene el mundo a sus pies, al menos desde su perspectiva nada le falta y todo le ha sido otorgado. Sonríe ante su buena fortuna y el mundo se siente complacido cuando eso pasa, su rostro, su ser, su voz, todo le ha sido otorgado como un regalo y la gente parece contenta con ello.
Camina entre los pasillos del instituto con su habitual maleta en la espalda, con su cabello rubio balanceándose un poco mientras tararea una canción tonta que ha escuchado en la radio. Youngwoon no ha podido encontrarse con él temprano en la mañana por que ha tenido entrenamiento temprano, pero a Sungmin no le ha molestado, que estén juntos no significa que se la pasen pegados todo el día.
Así que ha venido caminando y la gente dentro del instituto lo saluda, le sonríe, le otorga miradas y palabras que hacen a Sungmin sentirse en un palacio donde él es el príncipe y todos parecen darse cuenta de eso. Hoy, es un día particular por que el mundo parece sonreírle y todo brilla. Se ha levantado con indudable sentido del humor que incluso si ha olvidado alguna tarea eso no va a amargarle el día.
—¡Hey!— Es el brazo de Hyukjae el que se posa sobre sus hombros y es la sonrisa de su mejor amigo la que siente cerca de su rostro —¿Cómo así temprano por estos lares, eh Min?
—Decidí llegar temprano.
Sonríe sutilmente y Hyukjae solo agita sus cabellos en señal de confianza, con esa mirada penetrante que de vez en cuando le envía y Sungmin solo piensa en que su amigo es demasiado cercano, como si pretendiera que leyera en su mirada algo que él hasta ahora no ha podido descubrir.
—Escuché que el campeonato de Kangin está cerca— Las manos de Eunhyuk se mueven mientras habla, tiene esa costumbre que hace a Sungmin recordar tanto a Siwon mientras avanzan entre los pasillos y el buen humor de Sungmin mejora, como si eso fuera posible –Debes estar muy orgulloso de él.
—Si, lo estoy.
Entonces sucede, igual que desde hace un tiempo cuando hubiera comenzado a salir con Kangin, la voz de Hyunkjae por un momento se vuelve baja y su mirada se pierde. Pero es cuestión de segundos, Eunhyuk parece recuperar su animosidad y le sonríe, y le platica de cualquier otra cosa.
Sungmin piensa que a veces su amigo le oculta cosas.
Y a veces piensa, que es mejor no saberlas.
…
…
—Entonces necesito que muevan esas cosas hacía su lugar, no podemos permitir que la comida se estropee para el día del campeonato.
La voz de Jungsoo se eleva entre la mayoría de los alumnos, con su pose firme y sus ojos determinados en la lista que lleva entre las manos. Kyuhyun mira a Donghae asentir enérgicamente ante la orden del mayor y la mayoría de estudiantes se mueve a cumplir con la orden del presidente escolar. Jungsoo es admirado y respetado, tanto que su intachable conducta ha sido objeto de envidias durante bastante tiempo.
—¿Aún estudiando?
La voz de Donghae suena cerca de su oreja y por instinto Kyuhyun las tapa, como si la sola cercanía lo hubiera tomado por sorpresa y lograra incomodarlo de repente.
—Oh, vamos soy yo Kyu.
—Ya sé— Admite un poco más tranquilo –Solo me tomaste por sorpresa— Cierra el libro sobre la mesa y suspira un poco antes de mirar la caja que el mayor lleva entre las manos —¿Para que es todo esto?
—La fiesta por el campeonato que los del club de básquet va a ganar es pronto y el presidente Jungsoo lo está organizando todo.
—¿Tan seguros están de que van a ganar?
—Bueno, Youngwoon es el capitán y el mejor jugador que he visto, así que es lo más seguro— Donghae agarra mejor la caja entre sus brazos y sonríe –Es más o menos la misma seguridad que yo tengo de que ganarás esa aburrida decatlón de matemáticas.
—Es más complicada de lo que crees, y nadie arma tanto alboroto por eso.
—¡Yo haré un alboroto!
Kyuhyun entonces ríe divertido –Donghae, tú haces un alboroto por todo.
Lee logra como puede golpear en el brazo al menor quien solo logra reír un poco más mientras los pasos acelerados de un muchacho se escucha en medio del gran salón.
—Leeteuk— La voz es suave y se acerca sin miramientos al mayor para abrazarlo y sonreír —¿Cómo va todo? ¿Te puedo ayudar en algo.
—No, muchas gracias Sungmin. ¿Y Hyukjae?
—Viene atrás mío.
Es cuestión de segundos antes de que el otro muchacho entre, hablando por el celular y los tres se enfrasquen en una conversación donde el resto del mundo desaparece y la curiosidad de Kyuhyun ha sido despertada, los ojos de Donghae pueden notarlo con claridad.
—¿Qué sucede?
—¿Quiénes son ellos?
Donghae sonríe, decidiendo sentarse a un lado mientras deja la caja en el suelo y mira sin la menor discreción hacía la misma dirección que Cho lo hace.
—Bueno el presidente Park Jungsoo ya lo conoces, el que lo abrazó es Lee Sungmin, según tengo entendido son vecinos y sus familias son muy cercanas, así que a pesar de Jungsoo y se gradúa este año y Sungmin está en segundo son bastante cercanos, es más fue gracias a Jungsoo que Sungmin conoció a Kangin.
—¿Y? ¿Otro más en el cirulo infinito de amistades insulsas?
Donghae lo miró seriamente —Kyuhyun no seas así— Regañó antes de negar un poco y regresar su mirada a los otros –Kangin y Sungmin están saliendo desde hace como un año.
Los ojos de Cho se abrieron de par en par ante esas palabras. —¿Qué?
—¿No sabías? Definitivamente tienes que salir más seguido de esa burbuja de números que tienes— Kyuhyun chasqueó la lengua y de pronto la risa de esos tres se escuchó –El que llegó hablando por celular es Lee Hyukjae. Mejor amigo de Sungmin y parece inseparable…— Esta vez fue Lee quien chasqueó la lengua —…Es molesto.
—¿Lo conoces?
—No, pero es molesto que se la pase pegado a alguien que tiene pareja ¿no te parece?
No, no le parecía. Kyuhyun no sabía mucho de tener parejas estables o algo parecido, pero él imaginaba, como cualquier otra persona que si tuviera pareja no tendría por que alejarse de sus amigos, lo que llevaba a Cho a suponer que lo que realmente molestaba a Donghae era otra cosa.
—Donghae…
El otro lo miró, y Kyuhyun estuvo a punto de soltar esa pregunta antes de que el grito impertinente del tal Sungmin los interrumpiera.
—¡Youngwoon!
El más bajo se lanzó al cuello del otro que había sonreído abiertamente apretando al menor entre sus brazos. Distraídos Donghae y Kyuhyun ni siquiera se habían percatado de su llegada mientras las manos de Sungmin y Kangin a partir de ese momento parecían unidas sin la menor intención de separarse.
Kyuhyun era tan observador como cualquier muchacho curioso de su edad, pudo notar el ceño fruncido de Donghae cada que miraba a Hyukjae, y pudo notar además esa mirada de soslayo que el muchacho le enviaba a la pareja, y que cuando lo miraban o posaban su atención en él, entonces sonreía y fingía que nada pasaba.
Eunhyuk parecía eternamente dolido.
…
…
Resultaba que su atención se había posado demasiados minutos en algo que no era productivo, como por ejemplo denotar el circulo de esas amistades. Sabía que Youngwoon y Jungsoo se encontraban en tercero, Donghae, Hyukjae y Sungmin en segundo y era una verdadera molestia ser consciente de que él apenas y se encontraba en primero.
Era como el niño pequeño, aunque todavía no entendiera por que Donghae se había hecho tan cercano a él, aunque bueno, Donghae era amigo de todo el mundo. Caminó por los pasillos esos que se encontraban un poco vacíos, tenía unos cuadernos en las manos, dispuesto estaba a dejarlos en el casillero cuando los susurros bajos de otra persona lo hicieron sentirse incómodo mientras empezaba a abrir la pequeña puerta del compartimiento.
—¿Te sucede algo?— Era la voz de Sungmin, baja y templada, acariciando a los sentidos con su presencia —Te ves tenso.
—Estoy un poco estresado— Kyuhyun pudo ver a Youngwoon, arrimado contra la pared y con Sungmin frente a él, muy cerca en verdad –El campeonato, ya sabes.
—Ustedes van a ganar— Y esas palabras de Lee parecían una sentencia –Eres el mejor.
Los labios del otro dibujaron una sonrisa antes de bajar un poco la cabeza y que por impulso el otro se alzara, uniendo esos labios que hasta hace unos momentos parecían distantes, Kyuhyun se sintió fuera de lugar, regresó la mirada al casillero y procuró guardar las cosas velozmente, cerrarlo y salir de ahí.
Por que era algo que no le concernía.
¿Por qué tenía que encontrárselos ahora por todas partes luego de que Donghae le hubiera hablado de ellos?
…
…
—Odio las matemáticas.
Donghae lo escuchó, Hyukjae a unos puesto de él murmuraba mientras escribía y corregía cada tanto sobre el cuaderno un par de ejercicios que el profesor les había dejado, deslizaba su mirada hacía él cada tanto y por el momento su hoja se encontraba vacía.
Eunhyuk fruncía el ceño, movía su boca y rascaba su cabeza con el borrador del lápiz.
¿Y si se acercaba a ayudarlo? Pero luego lo descartaba, él era tan malo como Hyukjae para las matemáticas, pero por un momento pensó que podrían unir fuerzas, que ambos no podían ser peor juntos que separados.
Sin embargo, en el momento exacto en que por fin había tomado valor, la campana del fin de clases sonó y Hyukjae suspiró aliviado, los ejercicios quedaron para deber y Donghae apretó sus puños otra vez, como cada vez en que su valentía llegaba tarde a una carrera que nunca tenía la oportunidad de llegar.
…
…
—¿Nos vamos juntos?
Hyukjae ajustó su maleta y Sungmin se negó.
—No lo creo, voy a esperar a Youngwoon, así que pasaré un rato con los del club de teatro viéndolos ensayar mientras tanto.
—¿Seguro?— Hyukjae se removió en su lugar —¿Por que no le dices a Kangin que te vaya a ver a casa después del entrenamiento? Así tú y yo vamos por ahí a comer algo y divertirnos como en los viejos tiempos.
Sungmin rió. –Hablas como si ya no hiciéramos esas cosas.
—Lo sé…— Murmuró el otro –Pero te extraño ¿qué dices?
La sonrisa de Hyukjae era inevitable. Encantadora y maravillosa, Sungmin no podía negarse a él, a él menos que nadie. Así que suspiró un poco y terminó por asentir –Está bien, le paso un mensaje entonces.
—Perfecto, déjame ir al casillero que olvidé la calculadora y tengo un horrendo deber de matemáticas.
Hyukjae se empezó a alejar a pasos rápidos. Y Sungmin tuvo que gritar par que lo escuchará.
—¿Y aún así quieres ir a perder el tiempo conmigo?
Pero el otro solo agitó su mano apresurando el paso, Sungmin rió divertido y decidió sentarse a esperarlo en el salón ya vacío.
Los pasos de Eunhyuk fueron veloces, como cada vez que se lo proponía, abrió el casillero rápidamente y guardó la calculadora lo más rápido posible, con esa gran sonrisa entre los labios que sabía a victoria y regocijo, cerró el casillero y sus oídos de pronto estuvieron atentos.
—Youngwoon…
Su sonrisa desapareció casi de inmediato, fue como si su cerebro se hubiera desconectado de repente y sus pasos únicamente siguieron esa voz, pasos lentos y silenciosos, directos hacía una de las aulas vacías que quedaba frente a su casillero. Sus ojos se abrieron de par en par y sus pies corrieron lejos de ahí, los pensamientos turbados y los puños apretados. Furioso como nunca antes.
Había pasado desapercibido, y sin embargo su corazón agitado clamaba justicia.
…
…
Sungmin escribía tranquilamente ese mensaje para Youngwoon que jamás llegó. La sonrisa volaba entre sus labios y únicamente le faltaba presionar enviar cuando Eunhyuk interrumpió en el salón con sus ojos abiertos de par en par y la respiración agitada.
—Sungmin…
Tenía esa mirada que lo hacía temer lo peor, por instinto Sungmin se levantó, hasta quedar lo suficientemente cerca de él y sus pensamientos, con el celular entre las manos, apretándolo fuertemente escuchó cada palabra de su mejor amigo y luego todo pareció correr como en cámara lenta.
Sus pasos viajaron despacio primero, luego en algún momento fueron tomando velocidad, el cabello se le sacudía en cada paso apresurado que daba y cuando encontró la puerta entreabierta su mano terminó de abrirla y sus ojos capturaron la notica que ya había recibido.
La pareja que se besaba efusivamente se detuvo de inmediato, los ojos horrorizados de Jungsoo lo atravesaron y fue Youngwoon, solo mirarlo, hizo que sus lágrimas se acumularan, a pesar de que no dejó que ninguna de ellas saliera.
Pero ninguno se movió. Y cuando Kangin dio el primer paso hacía él, sus defensas gritaron que saliera de ahí.
—Sungmin…
Y escuchar su nombre en la boca de él fue el detonante, sus ojos parpadearon y una lágrima salió, una sola que hizo el orgullo de Sungmin despertar bravío e impedir que lo siguieran viendo ahí, así que giró sobre sus talones y salió corriendo, con la mirada apenada de Leeteuk y la voz de Kangin gritando y corriendo tras de él.
—¡Sungmin!
Pero esta vez no se iba a detener, no iba a dejar que Youngwoon despedazara con sus palabras lo poco que quedaba de él.
F i n C a p i t u l o U no