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Amores Bipolares por NeSLY

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C a p i t u l o   2

 

 

 

—Sungmin.

 

Lee dejó el celular, tan solo instante, los ojos crispados de Hyukjae frente a él lograron tomarlo desprevenido mientras se levantaba y lo observaba, capturando de inmediato ese ambiente tenso y preocupante que se cernió sobre ellos y lo hizo bajar la mano y olvidar el mensaje que escribía hace tan solo un instante.

 

—Hyukjae ¿qué sucede?

—Es Youngwoon —entonces, con esas simples palabras todas sus alertas se dispararon— él y Jungsoo... ellos...

 

De pronto, las palabras de Hyukjae murieron y Sungmin frunció el ceño.

 

—¿Ellos qué?¿Qué sucede Hyuk?

—Ellos se estaban besando... en el salón frente a mi casillero. Ellos... dios.

 

Sungmin probablemente no canalizó adecuadamente aquello, porque primero giró sus pies y caminó lento en dirección conocida antes de que la noticia llegara lentamente a su cabeza y entonces se descubriera corriendo y finalmente abriendo la puerta de aquel salón supuestamente vacío donde hacían trizas a su disparatado corazón que se sacudió bravío en cuanto esos ojos lo miraron y el mundo entero pareció dar vueltas de repente.

 

—Sungmin...

 

Odio su voz, sus ojos, su falsa preocupación.

Y huyó.

 

—¡Sungmin!

 

Como si no le importara en lo más mínimo recoger los pedazos rotos que se iban quedando atrás.

 

...

...

 

Kyuhyun tiene clara sus prioridades, camina por la vida sin preocupaciones por que sabe lo que quiere hacer con ella, y como lo va a hacer, tiene claras las perspectivas de aquello que lo llevará a triunfar lejos, así que camina entre los pasillos de ese día con un par de libros que seguramente le servirán para todo aquello que le habían mandado de tarea y conoce muy bien cómo funcionan los demás. No necesita esforzarse demasiado para ser el mejor.

 

Pero es como una mala costumbre, el crear una diferencia entre él y los demás.

Casi como si no pudiera evitarlo, mientras el resto hace lo que puede y parecen haber olvidado que el centro de su mundo ahora es alcanzar los puntos adecuados.

 

Pero no se sienta a pensar demasiado en eso, porque hoy como nunca antes tiene intenciones de ir a casa pronto, de descansar un rato y entonces poder estudiar algo, preparar la tarea y luego jugar un poco. Pero el golpe en su espalda lo hace tambalear, sus libros caen al suelo y su ceño por instinto se frunce, severo y molesto.

 

—¡Oye!— Lo mira como si quisiera por un momento golpearlo, y sin embargo sus ojos lo distinguen, tan pronto que es incluso hasta doloroso. Es el muchacho del que Donghae le ha hablado esa mañana y sus ojos borbotan ansiosos de repente, nota en su rostro preocupación y angustia, ambos sentimientos entremezclados en  una vorágine de emociones descomunales que hacen a su pobre estómago sentir los estragos —¿estás bien?

 

Sungmin niega de inmediato, mira asustado hacia atrás donde los pasos veloces de Youngwoon se escuchan y Kyuhyun puede notarlo, en cada fibra de su piel blanca y sus ojos temerosos.

 

—Escóndeme —le suplica, bajito, escurridizo. Así son las primeras palabras de Lee Sungmin hacía su persona— por favor.

 

Kyuhyun apenas tiene tiempo para agarrar sus pocos libros y empujar al mayor hacía la puerta semi abierta de uno de los cuartos de limpieza, lo cierra inmediatamente y el olor a desinfectante le impide siquiera percibir la fragancia del muchacho que ya había notado cuando chocó contra él tan repentinamente.

 

Sungmin está en frente en suyo, es más bajo y delgado, y su cabello rubio lo hace ver como un niño pequeño que contradice su edad y postura.

 

—¡Sungmin!

 

Nuevamente esa voz se escucha entre los pasillos y Lee lleva las manos a su propia boca, como si imprudentemente pudiera dejar escapar algún sonido, Kyuhyun no lo entiende hasta que lo ve cerrar los ojos con fuerza y las lágrimas que salen de sus ojos son notorias. Sungmin está sollozando, y ha agachado la cabeza. Cerca, tan cerca de él. Sus cuerpos a pocos centímetros de rozarse y aun así, Cho siente que no puede hacer nada por él.

 

Pasan los segundos lentamente y Kyuhyun solo puede mirarlo sin entender, sin salir de ese estupor repentino que lo ha rodeado. Como si estuviera maravillado con su presencia a pesar de todo. Venerarlo, fue quizá su primer error.

 

—¿Se ha ido?

 

Su voz es suave, tersa, lo hace estremecerse repentinamente.

Y despierta.

 

—Dejame ver.

 

Se asoma un poco, mira por los pasillos y camina un par de pasos para asegurarse de que el dichoso sujeto que seguía a Sungmin hubiera desaparecido. Se toma esos cortos segundos para poder pensar claramente de nuevo y respirar hondo. Como si en su corta edad acabara de ocurrir el suceso más importante de su vida.

 

Debió demorarse demasiado porque la pequeña cabeza de Sungmin aparece tras la puerta, nervioso todavía y mirando de un lado a otro. Kyuhyun nota sus ojos un poco rojos y la incomodidad con la que sale de aquel lugar.

 

—¿No está?

—No hay nadie.

 

No puede decir nada más. Está todavía inmiscuido en esas sensaciones extrañas y confusas que la sola presencia de Sungmin han despertado en él.

 

—¡Sungmin!

 

Sucede tan rápido que Kyuhyun no tiene tiempo a reaccionar cuando Lee ha corrido a sus brazos, escondiéndose tras de él y siente sus manos suaves y cálidas agarrando sus brazos y vuelve a sentir escalofríos en cada parte de su cuerpo.

 

"¿Quién eres realmente Lee Sungmin?"

 

Pero el agarre disminuye en cuanto Sungmin parece reconocer al muchacho frente a ellos, que luce cansado y agitado.

 

—Me tenías preocupado, lamento haberte dicho las cosas así, debí tener más cuidado ¿qué sucedió? ¿estás bien?

 

Él no parece ser la persona de quien Sungmin huye porque el rubio apenas logra soltarse de él y camina despacio hacía el otro muchacho quien lo recibe con los brazos abiertos. Y Kyuhyun logra recordarlo.

 

—Hyuk... vámonos a casa, por favor.

 

La voz de Sungmin es baja y se pierde en el pecho de Hyukjae mientras lo abraza con fuerza.

 

—Claro, vamos.

 

Sungmin se mueve rápidamente. Toma sus cosas que quedaron en el cuarto de limpieza y luego lo mira, apenas son unos segundos y Sungmin le sonríe escasamente tan solo, pero Kyuhyun se paraliza por completo ante eso. —Gracias.

 

Y luego simplemente desaparece lentamente de su día.

 

 

...

...

 

 

—¿Alguna vez has pensado seriamente en eso de encontrar el amor?

 

Donghae está sentado junto a él en el pequeño soda bar a pocas cuadras de su casa, tiene la mirada perdida en la lista de precios de las bebidas que ofrecen en el lugar, como si aquello realmente le interesara y Kyuhyun solamente bebe un poco de su jugo de frutas y niega sutilmente, con los estragos de Lee Sungmin sobre su cuerpo todavía.

 

—Todos dicen que a nuestra edad es fácil creer que lo has encontrado. Pero a veces veo las relaciones maduras de los amigos mayores de mis primos y son otra cosa ¿sabes?

—Lo que sucede es que a nuestra edad lo sobredimensionamos todo y creemos que todo causará el fin del mundo.

 

Donghae ríe, divertido con ello y gira para poder mirarlo al fin.

 

—¿Te ha pasado algo? Luces extraño Kyuhyun.

—¿Te parece? —Kyuhyun no suena ni mínimamente afectado o sorprendido por sus palabras— Solo estoy algo cansado.

—¿Quieres ir ya a casa?

 

Kyuhyun esta vez solo asiente y toma su pequeño vaso en cuanto Donghae se ha puesto de pie cancelando la cuenta. El día está extrañamente apagado y pareciera que va a llover en cualquier momento, Kyuhyun termina su bebida y planea en su cabeza el orden en que hará sus tareas ese día. Si Donghae adivinará sus pensamientos lo tacharía de predecible y aburrido con su risa cantarina mientras caminan las pocas cuadras que le quedan.

 

Pero Kyuhyun mentiría, porque en cierta forma, en alguna parte de su cabeza, el rostro dolido de Sungmin todavía le perfora los sentidos.

 

 

 

Hyukjae percibió el suave aroma de las fragancias que Sungmin había utilizado durante su breve ducha y se acomodó mejor en la cama, recibiendo entre sus brazos a un aletargado Sungmin que se hizo espacio para lograr acomodarse y suspirar sobre su pecho. Lucía cansado y triste, como si la vida se le hubiera agotado en tan solo unas horas. Hyukjae tenía la espalda pegada a la pared y se encontraba sentado sobre la mullida cama, acariciando suavemente el rostro del mayor que apenas y suspiraba a ratos. Sin palabras, sin lágrimas.

 

Una utopía personal para Lee Hyukjae.

 

Una que acabó tan pronto escuchó el carro estacionarse velozmente y a los pocos minutos escuchó los pies apresurados de Heechul subiendo las escaleras antes de abrir la puerta y mirarlos durante unos segundos antes de calmarse y acercarse con lentitud a la cama, sentándose frente a ellos y acariciando el rostro alicaído de Sungmin.

 

—¿Qué ha pasado Min? Me preocupé cuando el mono tonto me llamó diciendo que tenía que venir a tu casa lo más pronto que pudiera.

 

Hyukjae tan solo rodó los ojos ante la mención de ese molesto apodo y Sungmin suspiró una vez más.

 

—No lo llames así hyung. —el susurro de Sungmin no hizo más que preocupar al mayor quien se subió por completo a la cama y tomó el cuerpo de Sungmin entre sus brazos, abrazándolo por completo, sintiendo las pequeñas convulsiones del menor que ya había empezado a llorar sin reparo alguno— ¿por qué me hicieron esto hyung? ¿Por qué ellos…? ¿Por qué a mí?

 

 

 

 

—Hoy me toca turno en la noche, así que procura alimentarte adecuadamente, aunque seguro llegue a tiempo para prepararte el desayuno antes de que vayas al instituto.

 

Jungsoo no le prestó la menor atención a la mujer frente a él, quien guardaba su bolso en la parte trasera del auto mientras la bata la colocaba con cuidado en su asiento contiguo y hablaba y hablaba de cosas que él ya no entendía, solo miraba la casa frente a él y el auto negro del primo de Sungmin estacionado frente a la casa y la ventana por la que Sungmin solía saludarlo completamente cerrada y con las cortinas corridas.

 

—¿Me estás escuchando Jungsoo?

—Oh, lo siento mamá… me distraje.

 

Sonrió a modo de disculpa y rascó desinteresadamente su nuca, luego lo que ocurrió, pasaría demasiado rápido.

 

—¡Eres una completa basura!

 

El grito de Heechul se alzó con fuerza varias casas alrededor, el sonido de la puerta al cerrarse ante la abrupta salida del mayor lo tomó desprevenido mientras Kim cruzaba la calle sin cuidado y se lanzaba sobre él poseído por una ira descomunal que hizo a la madre de Jungsoo retroceder asustada en cuanto vio a los dos jóvenes en el suelo y a Heechul sobre su hijo golpeándolo sin la más mínima intención de detenerse.

 

—¡Heechul! ¡Basta, detente hijo! ¿Qué crees que estás haciendo?

 

Minha gritaba desesperada, tratando de detener al muchacho que parecía no cansarse de golpear el rostro de un inmóvil Leeteuk que apenas y gemía adolorido ante cada nuevo impacto, pero sus fuerzas resultaron ser pocas ante la del muchacho que casi y consideraba parte de su familia.

 

—¡Hyung! —Hyukjae había salido de la casa también y evidentemente corrido hacía donde se encontraban Heechul y Jungsoo tirado en el jardín de la casa de enfrente— ¡Hyung, basta!

 

En esta ocasión las cosas fueron diferentes, Hyukjae había agarrado por los hombros al mayor que se alzó molesto e iracundo, agitando sus cabellos y sus puños mientras intentaba evitar que lo alejaran del otro.

 

—¡Suéltame Lee Hyukjae! —Bramó acalorado— ¡Suéltame que le rompo la cara a este hipócrita!

—Hyung por favor, piensa en Sungmin. Así no se arreglan las cosas. Cálmate.

 

Heechul sin embargo se removió entre sus brazos un rato más.

 

Hyukjae apenas pudo distinguir el rostro lastimado de Jungsoo mientras su madre arrodillada a los pies de su hijo controlaba sus lágrimas al verlo en ese estado. Tenía golpes en todo el rostro, sangre y posibles lugares que se hincharían en cuestión de minutos. En el fondo, al igual que Heechul, Hyukjae pensó que eso no era suficiente.

 

Pero él siempre fue demasiado bueno.

 

—Tranquilo hyung, déjalo. No vale la pena.

 

Finalmente, y luego de algunos segundos y de la mirada incomprensible de Minha, Heechul se calmó, se soltó lentamente y  miró con todo el resentimiento mal contenido al que decía ser mejor amigo de su primo, que rió y compartió con ellos en las cenas familiares, que pasó navidades con ellos y quien incluso le presentó al que Sungmin decía ser el primer amor en su vida.

 

Recordar sus sonrisas, los buenos momentos, los valiosos consejos. Haberle confiado a su primo, a quien consideraba un hermano menor hizo que su sangre hirviera nuevamente.

 

—Te vas a arrepentir por esto Park Jungsoo. Lo juro.

 

Y como si de una tormenta se tratara Heechul giró sin contemplaciones de regreso a la casa Lee mientras Hyukjae miraba estupefacto la situación y apretando los puños realizó una pequeña venia ante la mujer que miraba preocupa la situación, sin entender y con las lágrimas a punto de salir de sus ojos.

 

—No lamento lo que te ha hecho —murmuró mirando brevemente a Jungsoo antes de dirigirle su mirada a la mujer nuevamente— pero me disculpo por el mal rato que le hemos hecho pasar. Con permiso.

 

Jungsoo tosió débilmente, con la sangre en su boca y el dolor latente en su rostro, divisó con dificultad la espalda de Heechul quien aparentemente hablaba molesto a un paralizado Sungmin que lo veía desde el otro lado de la calle, completamente en shock. Hyukjae había terminado de cruzar la calle y con eso, entre ambos lograron entrar al muchacho que apenas y había respondido autónomamente.

 

—Jungsoo por dios ¿qué está pasando?... ¿qué hiciste?

 

Y la voz preocupada de su madre lo sumergió en un infierno que había llegado demasiado pronto.

Aunque lo hubiera sabido desde un inicio.

Las caricias de Youngwoon serían como un fuego abrazador que lo terminarían dejando en cenizas en cuanto las llamas de su pasión egoísta le quemaran.

 

F i n    C a p i t u l o   D o s

Notas finales:

Lamento mucho la demora, espero que puedan disfrutarlo y que a pesar de ir de poco a poco no se me aburran, los personajes irán apareciendo al igual que sus respectivas historias, así que apciencia gente xD


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