L no dejaba de darle vueltas al último encuentro con Light.
Realmente le había dejado aturdido. Kira le había hecho el amor en ese mismo sofá.
Lo había forzado y quizá ridiculizado algo, pero lo disfrutó tanto...
"Maldito Yagami, me hizo perder los papeles." L se mordía el pulgar.
TOC TOC.
-Ryuuzaki, ya estoy aquí. Abre, tenemos que poner al día con la investigación.- La voz de Light era amigable y como siempre tras la puerta.
L se levantó y fue a abrir.
Le dejó pasar, sin decirle nada.
-Ryuuzaki, ¿ha vuelto a actuar el segundo Kira?- Ambos se sentaron.
-No, Light. Parece estar esperando órdenes del verdadero.- L estaba algo confuso, el castaño no había dado señales de recordar lo del otro día.
-Entonces se las daremos- Dijo Light levantándose del sofá, aprovechando para acariciar el muslo de L de forma sutil, pero suficientemente notable para que el moreno se diese cuenta.
Yagami se quitó la chaqueta y miró disimuladamente a L con una sonrisa: pretendía provocarlo. Fue hasta la mesa y cogió el distorsionador de voz.
Volvió junto a L y comenzó a grabar un mensaje para el segundo Kira.
-Ryuuzaki, manda esta grabación a la televisión, lo publicarán a las once de esta noche.
L obedeció y empezó a manejar el ordenador para enviarlo.
Mientras el detective estaba atento a su trabajo, el castaño aprovechó para acercarse peligrosamente.
Llegó a estar tan cerca que el moreno sentía su respiración rozándole el lóbulo de la oreja.
El corazón de L empezó a latir con más fuerza, se estaba poniendo nervioso, pero fingía que no pasaba nada.
-Ya está, Yagami Light. Ya la he enviado.- Dijo con falsa tranquilidad el moreno.
El castaño susurró en su oído, despacio, de forma sensual: -Muy bien, Ryuuzaki, buen trabajo.
Cada sílaba que pronunciaba, provocaba un escalofrío en L.
-No te pongas nervioso, Ryuuzaki.- Hablaba bajo. Dio un beso en el cuello a L.
L tenía el corazón a cien, y le aturdía el comportamiento del castaño, que pasaba de no recordar lo del día anterior a provocarle en menos de un minuto.
El moreno pensó que aquel atractivo chico, algo menor que él, era Kira. Ese pensamiento hizo que intentase pararle. Estiró su cuello para alejarlo de la boca de Light.
Al ver ese gesto, el castaó paró. Fue a por algo a la cocina. "No vas a escapar, L."
Cuando volvió a aparecer en el salón, traía un postre con fresas para Ryuzaki y aparentaba normalidad. Como si hace segundos no lo hubiese estado tocando.
Acercó el dulce al moreno y actuó como siempre.
Cuando en el plato solo quedaban dos fresas, el castaño decidió volver a la acción.
Empezó sonando inocente: -Ryuuzaki, yo puede que no sea Kira. O puede que sí- Y continuó algo más picante: -Es algo a lo que te arriesgas.- Mordió una fresa de forma provocativa.
-Lo sé, Yagami. Por eso cuento contigo para la investigación. "Este tío me vuelve loco, en muchos aspectos. Vaya mierda."
-Te agradezco mucho que me dejaras colaborar en el caso, L.- Se acercó algo más al moreno y acarició su muslo.
-No es... nada. No tienes... no tienes que agradecerlo.- L volvía a estar muy inquieto.
En una de las caricias, la mano de Light subió más, a punto de rozar la entrepierna del detective.
L agarró la mano de Light, frenándolo.
-¿Qué es lo que quieres, Light Yagami?- El moreno se había puesto serio.
Eso divertía a Light. -¿No te gusta?- Lo miró con lascivia.
-No se trata de eso... Kira.- L se atrevió a llamarlo así.
Que lo nombrara de esa forma provocó en Light una mezcla de rabia y lujuria.
"Este maldito L... es peligroso. Y me pone tanto..."
Le brindó al moreno una sonrisa llena de perversión y subió su mano de una vez hasta su miembro. Comenzó a masajearlo. Alternaba suavidad y efusividad.
El calor de ambos empezaba a notarse, así que Light se apartó para quitarse la camisa.
Lo hizo lento, como si fuese un show para el moreno. Ese ritmo era torturador para L, que solo deseaba que lo tomase en ese mismo instante.
Yagami cogió las manos del moreno y las llevó a su pecho, invitándole a que lo acariciara.
L así lo hizo, tímidamente pasaba sus manos por el torso del castaño.
Yagami lo miraba dominante.
Cuando las manos del detective se acercaron al miembro de Light, este no se lo permitió.
Agarró sus manos con fuerza y las puso sobre su cabeza.
-L, seré yo el que marque el ritmo.
Cuando Light le llamaba "L" en esos momentos, una extraña sensación recorría su cuerpo.
El castaño comenzó a subir la camiseta de L, dando besos fugaces por cada trozo de piel que se iba dejando al descubierto. Cuando le retiró la camiseta al fin, le besó en los labios.
Light empezaba a querer besar sus labios con más frecuencia. Eran tan fríos y suaves...
"Maldito L... Todo él me provoca. Mierda." Abrió sus ojos durante el beso y vio las mejillas sonrojadas del moreno. El joven sentía algo diferente cuando lo veía así. "¿Ternura? ¿Aprecio? ¿Cariño?" Ese sentimiento se mezclaba con la excitación de dominarlo y hacía que deseara poseerlo a todas horas.
Los dedos del castaño jugaban sobre el torso desnudo del mayor.
Descendieron como el curso de un río y llegaron a la bragueta de L.
Bajó la cremallera lentamente y finalmente le quitó los vaqueros y los boxers.
Que Light lo dejara tan de repente completamente desnudo lo avergonzó.
Al ver que L se ruborizó, el castaño se excitó mucho y le dió un profundo beso con lengua, jugando en el interior de su boca con ansia.
Seguidamente, tiró de él y lo sentó sobre sus piernas. El moreno lo abrazó manteniendo su mirada sorpendida.
En esa posición, sus miembros rozaban. Ambos tenían ya una erección bastante marcada, pero Light buscaba que el detective deseara más.
Light pegó con más fuerza al moreno a su cuerpo y comenzó a morderle el cuello.
L gimió, apoyando su cabeza en el hombro del castaño.
Light mordisqueaba desde su barbilla hasta su clavícula.
Cuando el castaño cesó por un momento, L, excitadísimo, bajó la bragueta de Light y sacó su miembro. Comenzó a masturbarlo, haciendo que rozara con el suyo.
Light gemía ahora en los oídos del moreno.
-Ryuuzaki... ah... espera...- L paró.
El castaño acomodó a L sin cambiar de posición. Ahora el detective podía notar la erección de Light entre sus nalgas.
L empezó a balancearse ligeramente sobre el miembro del castaño, inicitándole a penetrarle.
Esa desesperación del moreno de que lo poseyera volvía loco a Light. Pero este decidió jugar un poco más con él.
Light hacía ligeros movimientos para que su pene rozara la entrada de L.
El moreno estaba bastante lubricado por el roce y su excitación, y lo único que quería es que entrase ya en él.
-Light-kun... por favor... ah...- El castaño mordió su lóbulo. -Por favor... quiero... te quiero sentir ya...
Yagami estaba extasiado; que el moreno le suplicase de tal modo lo enloquecía.
-Ryuuzaki, eres un maldito vicioso...- Y puso la punta de su miembro en su interior.
-Va... vamos... Yagami...- Que le hiciera esperar tanto era... excitantemente cruel. Cuanto más le hacía esperar, más lo deseaba.
El castaño entró un poco más. Un grave gemido se escapó de los labios del moreno.
Pero Light no hacía ningún movimiento. Solo le mostraba una sonrisa burlona.
L, completamente desesperado, empezó a mover sus caderas sobre el miembro de Light.
Puso sus manos sobre los hombros del castaño, agarrándose, y subía y bajaba.
Ese acto de absoluta necesidad por parte de L lo volvió loco.
Light no podía aguantar más, así que llegó hasta lo más profundo y empezó a embestirle él. Iba a gran velocidad, descargando todo lo que había tenido que contener minutos atrás.
-Ya... yaga... mi... aah...- Verle decir su nombre entre gemidos y sonrojos era perversamente delicioso.
Light elevaba sus caderas para llegar más profundo y L cabalgaba sobre él.
El moreno jadeaba a cada espiración, mientras el joven jugaba con su oreja entre lengua y dientes.
-Ya...yagami... aah... AAH... yo...- L estaba a punto de llegar al clímax.
-Espera, Ryuuzaki... ah...- Impidió que llegase ya, presionándole el glande.- Quiero... quiero que... lleguemos juntos.- Estiró el brazo para coger la fresa que había quedado del postre y la llevó hasta la boca de L.
Los ojos del moreno se abrieron mucho de repente. Esa frase lo había pillado completamente desprevenido. "Qué romántico..."
El detective masticaba la fresa entre placer.
Las penetraciones subieron el ritmo y Light tomó el miembro de L.
-Light... light-kun... yo... estoy... estoy a punto... ah...
-Sí... espera, L...- Sudorosos y llenos de pasión esperaban para correrse juntos. -YA... YA... RYUUZAKI... DILO.
-Yo... ya me vengo... KIRAAA.- Y con ese nombre en la boca del moreno, llegaron juntos; Light en el interior de L y este ensuciando el abdomen del castaño.
Agotados, se dejaron caer. Light sobre el sofá y L sobre él, jadeando, con su nalgas apoyadas en el miembro del castaño, que asomaba sobre sus vaqueros.