Un chico corría por los corredores esperando a que la directora no iniciara su clase aun, su corbata verde esmeralda estaba mal anudada, y su túnica iba abierta, aun la faltaba un corredor y solo sabía algo si llegaba tarde mataría a su compañero de habitación por no despertarlo.
Cuando llego a la puerta se terminó de anudar la corbata y medio cerro su túnica, un Slytherin no podía ser visto así por nadie, entro y solo vio a la Sra. Norris, exhalo un gran suspiro y busco la cabellera dorada que estaba buscando y se fue en esa dirección, pero justo antes de sentarse…
- Señor Potter – la gata había dado un salto enfrente de él y se había transformado en la directora, “mierda olvida que era una animaga y se podía transformar en gato” – parece que además del físico, le heredo lo retardado a su padre – Scorpius soltó una risita – y usted señor Malfoy lo burlón al suyo, ahora siéntense todos, y si vuelve a llegar tarde quitare puntos a Slytherin sin contar estos 5 puntos –
- Vaya, menos mal que solo fueron 5 – dijo Scorpius a Albus cuando se sentó.
- Te voy a matar, es la primera vez en los 5 años que llevamos en Hogwarts que llego tarde – dijo irritado - ¿Por qué no me despertaste? –
- Lo intente pero me dijiste “No 5 minutos más mamá” luego te hice cosquillas y me diste un puñetazo, así que decidí dejarte en paz, sino hasta yo hubiera llegado tarde – dijo – ahora pon atención –
- Bien muchachos, hoy les enseñare el encantamiento animalia, con el podrán ponerle partes de animales a quien ustedes quieran – dijo la profesora – de esta manera – tomo su varita la giro 2 veces – animalia y el hechizo golpeo a los dos Slytherin que estaban más cerca, Albus y Scorpius a los que les salieron picos de loro – eso es para que aprendan que no deben de hablar en mi clase –
- Pro- profesora, ¿Cómo lo quita-prooo-mos? – dijo el de cabello oscuro.
- Ese es su castigo por llegar tarde y hablar, averiguar cómo hacerlo – dijo ella con una gran sonrisa – y déjenme decirles que un finite no les servirá, así que vayan ahora mismo a la biblioteca, tienen media hora, por cada minuto que tarden les pondré una parte de animal a sus compañeros, animalia – su encantamiento salió hacia un Gryffindor al cual la salieron alas en vez de brazos.
Los chicos salieron apresuradamente hacia la biblioteca y rápidamente fueron a la sección de transformaciones, tomaron todos los libros que les era permitido y fueron a la sección de humanos- animales, y comenzaron a devorarlos.
Ya habían transcurrido 15 minutos así que la mitad del salón ya tenían partes de animales, se debían apresurar si no los iban a matar o mínimo a cruciar hasta la locura. 5 minutos más tarde el azabache encontró la forma.
- Listo aquí esta – dijo Al y comenzó a leer – “el encantamiento animalia es un encantamiento que produce un cambio de una parte del cuerpo por otra del animal en que piense la persona o incluso ponerla en otra parte, solo hay dos formas de anular sus efectos uno es usar un hechizo confundus para que el usuario piense en otro animal y se deshaga o bien desarmar al usuario y usar un finite con esta varita…”
- Perfecto hay que pelear contra la directora – dijo Scorp – ¿eso no va contra las reglas?
- Sí, pero ella nos los pidió proooo – el chico maldijo el pico que tenía y planearon como hacerlo, fueron rápido por la capa de invisibilidad, se la puso Scorp y corrieron de nuevo llegaron justo a los 25 minutos.
Albus entro lanzando un confundus, ante lo que los presentes gritaron, la profesora hábilmente lo esquivo, y contraatacó. Una gran gama de hechizos salieron de ambas varitas golpeando contra todo lo que tenía paso, mientras Scorp, se escabullía por atrás de los alumnos que anonadados observaban el febril combate, sin percatarse de esto.
Un nuevo hechizo salió de la varita de la directora McGonagall que a pesar de su avanzada edad se defendía muy bien, Albus uso un protego y cuando ambos colisionaron Scorp aprovecho la situación y le lanzo un expelliarmus a la directora, su varita salió volando hacia la mano de Scorp y el protego hizo su cometido revistió el petrificum totalum de ella golpeándola y haciéndola caer en un golpe sordo.
- Si, lo logramos, bien ahora – dijo Scorp y lanzo un finite a cada uno de los presentes y al final a la profesora.
- Muy bien muchachos, ahora aprendieron bien la lección, como pueden ver la única manera de revertir el hechizo es desarmando a la persona que usa el hechizo y hace un finite con su varita, en dado caso de que no me hubiera tomado desprevenida el señor Malfoy yo misma hubiera quitado el hechizo, ahora a limpiar esto – todos sacaron sus varitas y en un movimiento todo estaba como nuevo.
Después de esa clase, Scorp no dejaba de ver de una manera extraña a Albus, era cierto, el chico le gustaba desde tercero pero jamás se lo había dicho, por miedo a que no le correspondiera y rompiera si egocéntrico corazón de serpiente, que aun así palpitaba como loco al ver sus ojos verdes, escuchar sus suspiros, sus respiraciones al dormir y su risa.
Antes de ir al Gran comedor, pera la cena decidieron ir con Rose al Lago Negro, donde hablaron de todo, pero en especial de los TIMOS, que después de los EXTASIS eran los exámenes más difíciles del colegio, y siendo dos serpientes y un cuervo no pensaban pasarlos con un simple, supera las expectativas.
Cuando se iban Rose tomo el brazo de Scorp y le susurro:
- ¿Ya se lo dijiste? – la chica estaba al tanto de los sentimientos de Scorp hacia su primo-
- No, rose por favor no insistas, no creo que él me corresponda – dijo el rubio bajando la cabeza.
- Vamos, Scorp he visto cómo te mira, no creo que te de un no por respuesta y mucho menos que te deje de hablar, eres nuestro mejor amigo, no creo que quiera perderte por una razón cómo esa, no tienes nada que perder – dijo Rose dándole ánimos a su amigo.
- Tienes razón pero no sé cómo, las veces que lo he intentado, me quedo helado – dijo su amigo.
- Bueno yo te ayudaré – dijo su amiga sacando un pequeño frasco – preparé esto para ti, me tomo 2 años hacerla perfecta e infalible, pero todo gracias a tu padre.
- No es un amortentia ¿Cierto? – pregunto tomando el frasco de aspecto raro.
- No, un filtro de amor no es lo que necesitas, lo que necesitas es suerte para darte valor – dijo la chica.
- Entonces es… - el muchacho la sostuvo con más cuidado.
- Si, una feliz felicis – levanto la cabeza en honor a su creación.
- Vaya, pero mi padre… ¿Cómo? ¿Le dijiste? – preguntó el muchacho.
- Si y me apoyo, ya no quiere que suspires con decepcionado, ni que escuches música muggle triste, o canciones que escucha Al – dijo ella – así que tómala.
- Está bien, la revolveré en mi jugo de calabaza – comenzaron a caminar más rápido, pues Al los había dejado.
En el gran comedor la puso en su jugo y justo antes de terminar su cena lo bebió todo, dio el ultimo bocado y sus razón alguna, se fue a la mesa de los Ravenclaw, se sentó junto a Rose, la tomo del brazo y la beso en los labios.
La expresión de Albus, cambio totalmente, él sabía que eso ocurriría, ellos, eran el uno para el otro, no pudo soportar las miles de dagas que le atravesaron el pecho así que tomo su jugo de calabaza, o el que creía que era, pues confundió su copa con la de Scorp, se sintió un poco mareado y se fue a la sala común y cuando llego saco su varita y se lanzó un hechizo animalia, poniéndose bigotes y orejas de león, las orejas en su cabeza, tomo un libro de Quidittch y salió a la sala a leerlo.
Scorp sonreía como tonto mientras Rose le recriminaba el beso, pero lo único que hizo fue darle las gracias y salir volando a la sala común dijo la contraseña y uso un animalia sobre sí mismo, poniéndose unas orejas de león una nariz del mismo y una cola. Al entrar solo vio un par de orejitas moverse y al escuchar la respiración obligaron a Albus a voltear.
Albus no daba crédito a lo que sus ojos veían, su serpiente, disfrazada de león, y el cómo su pequeño cachorro, sus vidas se habían cruzado, no podían evitar esa atracción mutua, no era natural el apego que sentían, ya no podían.
Scorp dio un paso con mucha seguridad, la hora de efecto de la poción ya estaba terminado, pero lo veía, en los ojos de su amado, que ya no necesitaría suerte, solo el poder y el estilo Malfoy. Siguieron caminando acercándose uno al otro, pasos seguros de león y seductores de serpiente, cuando estaban cerca, la mano de Scorp atrajo a Al.
- Te amo, no lo puedo evitar y si vas a odiarme, hazlo con amor a ese sentimiento – dijo Scorp.
- ¿Yo? ¿Por qué yo? – dijo el chico sonrojándose, sintiendo el aliento a chocolate del otro golpeándole la nariz llenándolo y haciendo recorrer su cuerpo miles de pequeñas descargas.
- Por el simple hecho de ser tú, mi pequeño Albus – su cara se aproximó, lo labios se rozaron, y las llamas se abrieron pasos, un simple rose que se extendió como una chispa por un lugar llego de gasolina.
- Scorp, yo también te amo – Dijo Albus, sus manos subieron por el pecho del rubio hasta su melena, los dedos se entrelazaron en ella y sus piernas subieron con habilidad a la cintura de su amante.
Las manos de Scorp se posaron firmemente para sostener a su gatito, uno que vestía de esmeralda, el que había sido su primer amigo, su primer, único y ultimo amor, nada podría superar esto que acababa de iniciar. Fueron a la habitación, el lugar donde nadie ni nada impediría que el amor de estos dos amantes ardiera, con elegancia, no destrozando ni quemando nada, solo construyendo, algo que jamás se ha extinguiría.
Una chica pelirroja volaba sobre una escoba, paso por una ventana donde sonrió al ver a los amantes, demostrándose su amor, con su varita cerro las cortinas y apareció una carta de felicitación en la cama de Albus, sonrió y con ello regreso a su sala común, orgullosa y esperando tener todos los detalles.
La flama de los amantes se había apaciguado, ambos cuerpos desnudos dormían sobre la misma cama, entrelazados abrazados, el sol comenzaba a salir, lo que alerto a los dos chicos, aun con las orejas, bigotes y cola, despertaron.
- Llego el fin de nuestra amistad, Scorp – dijo Albus.
- ¿Por qué? – dijo Scorp espantado, pensando que todo había terminado.
- Ahora inicia el resto de nuestras vidas – dijo el azabache.
- Te amo -.
- Te amo, y será por el resto de mi vida -.
Un beso lo consumo y el amor se propago…