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“No lo hagas”
Fue una frase que salió de sus labios una cálida mañana de verano y yo lo miré sin comprender… sin querer comprender
“No lo hagas” Volvió a decir, me encaró y yo lo mire sin cambiar de expresión, como si realmente no supiera a que se refería con esa perturbadora súplica, mi cuerpo se tensó y me quede inmóvil intentando no temblar ante esa anhelante y melancólica mirada infantil y entonces, sus pequeños y pueriles labios soltaron una frase atropellada que dejo congelada mi mente… “Sé que nuestro padre y los líderes Uchiha planean un golpe de estado… sé que tu misión es asesinar el clan” Y antes de que mi mente pudiese maquilar una mentira creíble él volvió a hablar “No te pido que no los mates… solo te pido que no me dejes, por favor… No lo hagas, no me abandones”
Y así fue, como todo cambió…
La brillante luz de un nuevo día dio de lleno contra mis ojos, y yo me gire con la intención de volver a dormir, sin embargo la lucidez llego a mi mente con un simple pensamiento “En Akatsuki no hay luz matutina… nunca hay luz… Carajo, ¡La guarida es una jodida cueva!” Abrí mis ojos y me incorporé rápidamente y todo fue rápido: el sonido de algo al estrellarse contra el suelo y mi reflejo frente al espejo que tenía adelante “¿Qué mierdas es esto?” Me dije al notar mi apariencia de un niño de 8 años otra vez, me quede anonadado y cuando me disponía a salir de mi aparente habitación para investigar lo que sucedía el sonido de una voz enojada me llego…
-Otooto baka ¿Por qué me has tirado?
“Oh por Dios, no puede ser cierto” Pensé aún sorprendido y giré lentamente hacia atrás y ahí, en el suelo sobándose el trasero estaba él…
-¿Qué tienes otooto? ¿Por qué me miras así? –Me preguntó repentinamente preocupado, ya sin rastro de molestia en la voz.
-¿Itachi? –Pregunte manteniendo mi semblante tranquilo “Esto debe de ser algún tipo de ilusión, definitivamente hay algo raro aquí… pero mientras fingiré que no lo he notado”. -¿Qué hacías en mi cama?
Y entonces, mi hermano de aparente 13 años me miró con una ceja alzada, analizándome de pies a cabeza -¿Itachi? –Me pregunto serio - ¿De cuándo a acá me llamas por mi nombre? –Y me miro inquisidoramente –Primero haces que duerma contigo porque te dan miedo los relámpagos, después me tiras de la cama, luego me llamas por mi nombre y al final me miras como si no me conocieras ¿Qué te pasa, otooto?
Yo me puse repentinamente nervioso, había olvidado que Itachi “o el Itachi de ésta ilusión” podía leerme como un libro abierto, baje la mirada pues su penetrante mirada no me dejaba pensar claramente, tan confundido estaba que no note ninguno de sus movimientos has que de repente sentí sus brazos rodearme –No te preocupes, no le diré a papá –Me susurró a la vez que me despeinaba el cabello.
Me separé de él lentamente, deseando realmente no terminar con el contacto, Itachi me sonrió –Yo siempre te protegeré…
Su voz hizo eco en mi y con esa frase todo se hizo claro, la verdad me golpeo de frente y cerré los ojos “éste fue el último día que convivimos como una familia… en ésta noche asesinaste a todo el clan” –Pensé.
-Voy a mi cuarto a prepararme –me dijo de repente mientras se separaba de mí. –Ve a desayunar que pronto tienes que ir a la academia.
-No... –Murmuré mientras me volvía a aferrar a su cuerpo con mis brazos y enterraba mi cabeza en su pecho. –No te vayas –dije, sin poder evitar un lastimero tono de voz.
-Por favor Sasuke, ya hemos hablado de esto, tengo que ir a una reunión –Me dijo, su voz se hizo repentinamente más seria. “Hoy aceptarás la misión de masacrar a toda nuestra familia” pensé con dolor. –Soy un AMBU y debo de cumplir con mi deber –Murmuro con ese tono de voz sereno, que ahora que lo volvía escuchar, pude notar el amargo dolor detrás de esas palabras y el enorme esfuerzo por no quebrarse. –Nos veremos… nos veremos en la tarde, cuando regreses de la academia… -Me dijiste y tu voz me pareció más agria que nunca “Como no pude notarlo la primera vez… Nii_san”
- No lo hagas… -Murmuré, sentí su mirada clavarse en mí, levante mi mirada y nuestros ojos se encontraron –No lo hagas – Repetí, su cuerpo se tensó y noté por un breve segundo como su mirada se perturbaba y antes de que pusiese encontrar una manera de evadirme continúe - Sé que nuestro padre y los líderes Uchiha planean un golpe de estado… sé que tu misión es asesinar el clan –Dije atropelladamente, mis emociones se agolpaban en mi pecho, no sé si era un jutsu, algún tipo de ilusión o un sueño, lo único que en éste momento pensaba era que quizá, podía ser una oportunidad de que un futuro distinto nos deparará a mi amado Itachi y a mí, podría cambiar muchas cosas ahora… solo una frase, el todo por el todo… “Lo primero que debo de hacer para evitar nuestro tormentoso y doloroso futuro… es crear uno nuevo, uno en el cual jamás nos tuvimos que haber separado… eso es lo más importante, tenernos el uno al otro, no me importa nada más que eso, pues al final, en el pasado, los traidores del clan ya han tomado su decisión (por la cual morirán), tú tomaste la decisión de dejarme por el amor que me tenías, el Tercer Hokague tomó la decisión de no decirme la verdad, Orochimaru, Madara… todos tomaron las decisiones sobre mi y sin consultarme y ahora que el pasado se repite… es mi turno de tomar las decisiones, y solo espero, que todo sea diferente para ti y para mí…” Todo esto lo pensé rápidamente y dije lo que siempre quise decirle - No te pido que no los mates… solo te pido que no me dejes, por favor… No lo hagas, no me abandones…
Sus ojos no aguantaron más, se notaron confusos, llenos de dolor y aunque su semblante seguía impávido, serio y distante…
Tuve la certeza....
de...
que...
todo...
cambiaría...
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