SiHanChul
Había un chico su rostro era bastante masculino, pero demasiado guapo y pobre para ser aceptado, hasta que se tropezó con alguien que le ofreció todo a cambio de nada.
Estaba aquel chico de cabellos negros frente a ese demonio de cabello largo y lila al igual que sus labios perfectos, era obvio que los demonios no eran precisamente feos, acepto la condición de aquel ser, si conseguía juntar el nivel perfecto en torno al pecado correspondiente podría ganarse un lugar en el infierno como uno de sus demonios.
Se vio al espejo donde encontró su reflejo con los ojos de color violeta, esta le sonrió y lo jalo dándole un casto y lento beso, ni en sus fantasías más retorcidas pensaría en besarse a sí mismo, en su cuerpo algo estaba cambiando como prueba la saliva que recorra la comisura de sus labios era de color lila, tal cual como el veneno de una serpiente venenosa, te llamaba a pecar hundiéndote en el dolor profundo. Toda chica preciosa que lo viera caía ante sus encantos y así construía su propio harem, las arrastraba hasta su mansión con una flor entre sus manos, las hacia bailar y no las dejaba ir, nunca…
“Hoy… una nueva y preciosa chica viene hasta mi…Esa sonrisa quiero que sea mi nueva esposa…Un acuerdo prohibido con aquel demonio, ha puesto este poder en mis manos todas las mujeres que me miran quedan hechizadas”
Con el poder de encantar a cada una de las mujeres que veía, el hombre que vivía solo en la mansión de Londres, llevaba una por una a las mujeres que les gustaba transformándolas en sus esposas y esclavas sexuales.
“Una vez la ropa afuera… no hay escapatoria no puedes volver atrás”
El conde de venomania de vez en cuando hacia fiestas donde las chicas se escondían en el sótano de la mansión, y el buscaba nuevas presas para arrastrar hasta su harem. Esa tarde salió de compras al pueblo, cada chica que lo veía comentaba acerca de su belleza algunas de ellas hasta casadas, pero él se limitaba a entregar una flor solo a una chica. Cuando la vio a ella, la princesa rella, se decía muchas cosas de aquella chica como que era misteriosa y que nunca hablaba, que tenía ya un prometido y con el solo compartía palabras, se acercó sigilosamente y cuando sus miradas se cruzaron el corazón de ambos latió profundamente, el de él porque había pasado algo que no tenía previsto y el de ella porque había caído en el hechizo, la flor fue entregada en sus manos y con ella una invitación en purpura, alardeaba un baile así que ella buscaría su mejor atuendo para asistir.
La luna saludo al hermoso manto de estrellas y se dispuso a ser la más brillante, este día se veía más majestuosa de lo normal, las puertas de la mansión se abrieron al igual que las del salón, la chica entro con un bello vestido de color celeste, un peinado alto y sus cabellos rojizos bailaban al ritmo de sus pasos, el pelinegro estiro su mano invitando a la chica a bailar, esta correspondió a la invitación dejando que los brazos fuertes del moreno rodearan su cintura con fuerza, se acercara a su cuello y lo besara sin pudor. El conde estaba totalmente al tanto de algo, la princesa rella era nada más ni nada menos que el príncipe Kim Heechul su amigo de infancia, del cual siempre estuvo enamorado, sin embargo él también se había burlado de su aspecto, lo había humillado y abandonado, desde ahí el comenzó a buscar posibilidades logrando encontrarse con el demonio.
El pelirrojo fue arrastrado hasta la mejor habitación, no era comparado con las chicas que estaban ahí todas vestidas en un vestido negro con blanco, solo el poseería todo de aquel conde, la habitación estaba sola hoy solo serian dos personas, desgarro el vestido de seda que tenía el chico dejando al descubierto toda su piel, su cuerpo y su inocencia.
“Las gotas de sudor iré acumulando, para hacer perfecto mi pecado…”
El mayor de ambos se relamió los labios al ver el virgen cuerpo de aquel hermoso y delicado chico bajo su cuerpo, una sonrisa retorcida se dibujo en su rostro cuando le vio rogándole con la mirada que comenzara ya y ahora también con los labios.- P-por favor… te quiero sentir dentro de mi…- se removió el menor para susurrar dichas palabras al oído del pelinegro. Su sonrisa no hizo más que aumentar así que descendió hacia el menor comenzando a besar su cuello lentamente bajando por su suave piel hasta su hombro, dejo en cada lugar los rastros de su saliva, sonreía satisfecho al saber que el más mínimo toque estremecía al pelirrojo entre sus brazos y el sudor que ahora no era más que perlado se hizo presente en color lila, cada gota era de veneno. Las chicas escuchaban tras la puerta los suspiros de “la princesa” que acababa de llegar, al parecer seria la consentida de su esposo, porque estaba en su cuarto, después de todo las chicas eran tomadas en cualquier lugar menos en la cama del conde Choi Siwon.
Conforme los minutos avanzaban subía la temperatura de los cuerpos, el mayor ordeno al pelirrojo que se pusiera sobre sus rodillas y manos dejando que se viera su pequeña entrada, ante la vista Choi se relamió los labios y sin chistar acerco su lengua a aquel lugar comenzando a redondearlo con su lengua, un gemido solido escapo de los labios del menor al sentir como era de alguna u otra manera embestido por la lengua del más alto, sus manos se aferraron a las sabanas y su boca no dejaba de repetir aquellos sonidos que demostraban que lo disfrutaba. Prontamente sintió un dedo moverse dentro de sí, solo podía sentir placer ante estos movimientos, hasta que llego el segundo realmente era imposible que se sintiera tan bien aquello que el moreno hacia pronto un tercer dedo se introducía dentro de su interior moviéndose de adentro hacia afuera simulando estocadas, su lengua abandono sus labios sin evitar sus gemidos mas esta se movía de una manera erótica por fuera de sus labios dejando que un liquido lila se deslizara por sus labios y barbilla, el mayor ordeno que usara aquella lengua en algo bueno y así fue como el menor mantuvo aquella posición pero esta vez con el miembro del mayor en su boca y la lengua de este lamiendo su entrada, sus dedos adentrándose de vez en cuando haciendo que aquella acción algo sucia fuera tan delirante.
Tenía una obvia erección la cual era lamida desde la base hasta el glande por los pequeños y torturantes labios del pelirrojo, bajaba aquel trozo de piel móvil de una manera rápida para captar mejor la cabeza de su miembro, acabo por meterlo en su boca comenzando a subir y bajar de una manera rápida, llevándolo a profundidad en un intento de que este entrara por completo violando su garganta, sentía algo de nauseas pero estas eran nubladas por el placer que le producían los dedos del mayor y los fluidos que llenaban su garganta dejando un sabor entre salado y amargo, no dudo en tragarlos y volver a intentar, a veces lo lograba y continuaba un movimiento rápido en aquel lugar antes de que le dieran arcadas y debiera volver a captar solo la punta. De pronto su objeto de “entretenimiento” le fue arrebatado el mayor le daba otra orden y el acato, puso su pecho sobre el colchón y dejo sus brazos estirados descansar en el este mientras alzaba sus caderas abriendo las piernas dejando a la vista sus glúteos.
Una ola de calor recorrió su cuerpo y una sensación casi de que le estuvieran partiendo el trasero le invadió cuando el mayor entro en su cuerpo moviéndose con una fuerza bestial sin esperar a que se acostumbrara, mas en vez de lloriquear volvió a gemir con sus fuerzas rogando por más de lo que ya tenía en exceso, el mayor arremetía sin piedad contra su entrada haciendo que su cuerpo se tensara cada vez que llegaba más profundo que la ultima vez. Era una sensación de placer innato cada momento en que el pelinegro tocaba aquel lugar en su interior que hacía que la saliva y las lagrimas de placer se escurrieran por su rostro, las sabanas estaban a punto de ser arrancadas, el menor intento soportar su peso con sus brazos pero su pecho volvió a chocar contra la cama, su lengua relamía sus labios salía de su boca moviéndose con desesperación, el mayor se inclino hundiendo su rostro en la espalda del pelirrojo, llevo sus dedos hasta la boca del pequeño para que se entretuviera con ellos mientras con su mano libre masturbaba el olvidado miembro del menor.
Todo no parecía tener fin pues el menor ya se había corrido, mas aun faltaba el mayor, volteo al pelirrojo volviendo a entrar en el de golpe moviendo sus caderas en círculos buscando el punto que había tocado anteriormente, pudo escuchar un chillido de placer de los labios del menor y sonrió arremetiendo contra aquel lugar logrando que el chico volviera a tener una erección, vio el vaso de agua sobre la mesa de noche y sin dudarlo lo tomo derramando el liquido en el cuerpo del menor, puso una de sus piernas en sus hombros y bajo logrando más profundidad y alcanzar los pezones endurecidos por el agua, los mordió y lamio, tomo su miembro y lo masturbo con rapidez ya que sintió las cosquillas debidas en su abdomen avisando de lo que se avecinaba, aplico la máxima fuerza y arremetió con el máximo de su brutalidad contra del menor logrando que arqueara el abdomen y se oyera el sonido de sus testículos chocando contra los glúteos ajenos, logro liberar toda aquella esencia caliente dentro del menor escuchando sus gemidos y como se mordía el labio con una sonrisa pervertida mirándolo con una mirada lasciva, correspondió a la sonrisa y continuo su movimiento, sería una noche larga.
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Era de madrugada y el llanto de dos padres desesperados se oía en aquel lugar tan innecesariamente amplio, un chico lloraba en silencio su nombre Hangeng era el novio de la princesa rella el sabia obviamente que su nombre era Heechul y que era un hermoso y caprichoso chico, ellos estaban comprometidos por amor así que su llanto se debía a que su hermosa princesa había desaparecido, desde que aquel famoso conde Choi había llegado desde venomania el país de Londres era un total caos las chicas desaparecían no le habían dado importancia pues no eran chicas con posiciones sociales y eran únicamente chicas, pero ahora las aristócratas e incluso los chicos con los rostros más bellos estaban desapareciendo.
-Quiero la lista de desaparecidos…- Hablo el chico de procedencia china mirando al investigador que le informaba a su futura familia que el menor se había perdido.
- Bueno los desaparecidos son la mayoría chicas de pueblo…- Le entrego la lista al chico de cabellos rubios y este la miro de reojo leyendo los nombres, estaba cada nombre en orden y el ultimo en desaparecer fue otro chico aristócrata.
~Lista~
* Luna – Florista. * Sunny – Prostituta. * Jessica – Prostituta. * Amber – Aristócrata * Victoria – Aristócrata. * Kristal – Cantante. * Yoona – Costurera. * Yuri – Ama de casa. * Tiffany – Desempleada. * SeoHyun - Aristócrata. * Kim Heechul - Príncipe. * Lee Donghae – Aristócrata. * Leeteuk – Medico. * SungMin – Florista. * Ryeowook – Menor de edad. * Henry – Violinista.
- Los demás son personas sin empleo e irrelevantes pues no nos han dado información sobre ellos, pero el total original no es de 16 desaparecidos han desaparecido alrededor de 30 mujeres y solo 6 hombres, hay esposas y adolecentes entre ellos realmente es un caso nunca antes visto… no sabemos que puede ser, si las personas están muertas nada… no hay un solo rastro, solo que todas las chicas coincidían en una cosa… todas estaban enamoradas del conde Choi Siwon de venomania…-
Los puños del rubio se cerraron con fuerza, estaba decidido a llegar al fondo de esta absurdo y simple caso, estaba todo tan claro y no podía creer como el investigador no lo notaba, aun asi debía averiguar unas cuantas cosas ¿Su hermosa rella estaba muerta? ¿Qué hacia ese maniático con las chicas? ¿Cómo lograba enamorarlas y arrastrarlas con tanta facilidad? ¿Sería alguna clase de hechizo?
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En la mansión del conde estaban todas las esposas y esposos reunidos, las chicas un poco más lejos y los seis chicos a su lado, a la derecha Heechul y a su izquierda Donghae, todos frente a la chimenea veían como los viejos cuadros y fotos del pelinegro se quemaban, no quería saber nada de su pasado. Halo fuertemente el brazo del pelirrojo a su lado y lo beso abrazándole por la cintura, no había ninguna objeción por las personas ajenas al beso y por Heechul pues este correspondía rodeando el cuello del pelinegro gustoso.
Llego la hora del momento habían siete chicos en una habitación, todos caían ante el placer perdían poder del saber con quién estaban tiendo sexo, todos lo hacían con todos excepto uno, Kim Heechul solo podía ser tocado por Siwon por nadie más, por lo que el pelinegro tuvo sexo con el muchas veces y de vez en cuando lo dejaba para hacerlo con uno que otro de los demás. La habitación tenía el aroma de los fluidos y el semen en el aire, se percibía el sexo con solo olerlo pues solo bastaba ver los cuerpos sudorosos siendo penetrados por quien llegara a su lado, solo compartían una necesidad esa era tener sexo, sin reglas, sin límites y sin una pareja fija.
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El rubio estaba perdiendo los estribos y las esperanzas el famoso conde solo tenía de vez en cuando fiestas y casi siempre se le veía solo, no había posibilidad de que fuera él, había perdido a quien más quería en un pestañeo, ahora se le deslizaba por las manos y huía por la puerta dejándole solo. –Que hare ahora….- Cerro sus ojos y tomo sus cabellos revolviéndolos en un gesto de desesperación.
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El conde se había aburrido de las chicas, ahora solo atraía a la mansión a los chicos de rostros de ángel, estos eran los únicos que resultaban seducidos recordó lo difícil que había sido cruzar su mirada con el novio de ryeowook al entregarle la flor, este le miro con desprecio y celos mientras el solo sonreía con cortesía sabia que el menor vendría a sus brazos por algo más que mas flores. El salón de baile se volvía a abrir y por la puerta entraba Lee taemin con una sonrisa tímida y una flor entre sus dedos junto a otra en sus cabellos. El menor de edad era precioso casi una flor de desierto pero no tanto como Kim Heechul, algo hizo clic dentro de la cabeza de siwon, ahí supo que el lobo había sido casado por caperucita pues ahora estaba a su merced como un canino obediente, deseando beber de la fuente que eran sus labios, siempre pensaba en él a pesar de tener al chico de cabellos negros en sus brazos. Estos caían por su rostro dándole un aspecto femenino, el conde se relamió y lamio los labios del menor besándolo con gula y algo de desesperación, poseería el cuerpo frágil de aquel pequeño chico como el de muchos.
Aquel cuerpo aferrado a su espalda con cada embestida mordía su hombro como una fierilla que no tenía nada más que hacer, rio sonoramente entre jadeos mordiéndose los labios.-Eso… muérdeme…- Exclamo deseoso mientras aumentaba aquel brutal ritmo que mantenía sin problemas, su poder sexual era mil veces más que el de alguien normal, pues cada gota color violeta que se escurría le daba poder, marcaba su piel en el pecado y le hacía más fuerte, más osado lo acercaba a lo demoniaco. Arremetió contra la cavidad anal del chico de cabellos negros mientras este se retorcía derramando gotas de sudor, esta ya era la 5 vez en la noche y aun siwon se sentía con ganas, aun no se saciaba y seguiría entrando y saliendo del menor hasta quedar satisfecho, llevo sus manos hasta los glúteos del menor abriéndolos para cavar mas dentro en su interior, llegar más profundo y deleitar sus manos con el trasero del menor, adoraba la posición donde podía ver la espalda de su acompañante y manosear su trasero a gusto, porque lo admitía ninguna de sus presas -Hombres- tenía un mal trasero.
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La noche volvía a caer Hangeng vagaba por la cuidad en búsqueda de algún indicio, alguna pista, no podía hallarla necesitaba un milagro ahora, al parecer Dios le escucho. Choco con un chico de cabellos negros, estos estaban algo desordenados era un joven claramente, ni pobre ni aristócrata y este tenía los ojos hinchados de lagrimas.-Que te sucede…- atino a preguntar.
-Eso no te incumbe…- Seco sus lágrimas y con fuerza estrujo la foto entre sus manos, pero esta fue arrebatada de golpe.
-¡Kim Ryeowook!- Exclamo al ver la foto, aquel chico tenia la foto de uno de los desaparecidos, su mente se ilumino si, el era la ayuda que necesitaba.-
-Como conoces a wook…- Pregunto con un deje de infantilismo, le arrebato la foto y suspiro.
-Estoy investigando las desapariciones…-El pelinegro se volteo de golpe mirándole dispuesto a aportar con él, después de todo el estaba buscando a su ángel. -Podría comentarme si viste algo antes de que el desapareciera..-
Jalo al chino hasta un parque donde se sentó a su lado y respiro hondo comenzando a hablar. –Ese día mi pequeño novio cumplía 16 años, llego un tipo raro, vestía un traje y un saco azul, le entrego una flor roja a wook y el pareció caer en trance, pues no dejaba de mirar al chico ese, cuando encontré mi mirada con la suya vi que sus ojos brillaban de color violeta… ahora todos creen que estoy loco, usted debe creerlo también …- rio con cinismo y se puso de pie cuando sintió que era halado , callo de lleno en el asiento no le dolió pero si le sorprendió, vio al extranjero con una ceja alzada y murmuro.-Que sucede…-
-Te creo… Sabía que él tenía que ver… con que una flor…- Sonrió victorioso estaba llegando lentamente a las respuestas, su próximo paso sería buscar pistas en los cercanos a las víctimas, las personas que vieron cuando recibieron aquella flor. Charlo un poco más con el chico y acerca de lo que tenía previsto, necesitaba ayuda para encontrar los lugares. La noche se estaba volviendo espesa y sereno ya caía ambos decidieron volver a sus morada, esta vez con una pequeña y cálida esperanza en sus pechos.
“Las puertas de este bello salón se vuelven a abrir, aquel chico entra con una sonrisa en los labios, su mirada felina me hizo elegirlo, lo acerco a mí y tomo su estrecha cintura buscando su mirada esquiva, ¿esta noche cuantas gotas de tu pecado podrás darme?”
De nuevo los gemidos chocaban en las paredes de aquella mansión hundida en el pecado, el cuerpo inconsciente de dos chicos artos de sexo y el perfecto cuerpo de un conde arremetía contra la entrada de un príncipe pelirrojo que gemía por más era fácil de distinguir sus siluetas en movimiento iluminadas por una vela, el príncipe ponía a prueba su aguante tratando de saciar el hambre de su dueño, pero siempre había algo diferente con él, los besos, las caricias, los casi imperceptibles cuidados y la pasión única con la que Choi Siwon tomaba su cuerpo le hacía sentir bien, lo mezclaba con su hechizo haciendo que su corazón se sintiera levemente enamorado.
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Los segundos, los minutos, las horas, los días pasaban y aun su información no era suficiente solo sabía que aquel famoso conde vagaba por la cuidad buscando su presa femenina, pero hace mucho que el conde había dejado de raptar señoritas cambiando sus gustos por el cuerpo de pequeños he angelicales chicos vírgenes, la ira y el despecho se agolpaban en su mente no le dejaban vivir en paz, le hacían perder la noción de su ser, ¿Dónde estaba su hermoso heechul? ¿Haciendo qué? ¿Para qué quería el famoso conde a aquellas personas? ¿Era algo así como jack el destripador?, en el instante de penar aquello una imagen de su novio descuartizado se cruzo por la mente, cerró sus ojos rezando por qué no fuera aquello.
Otro día más y nada el ultimo chico en ser raptado fue Kim kibum de 17 años solían decirle key, una idea un tanto alocada cruzo su mente, sería difícil tendría que ser paciente y rogar por un milagro.
“Con el poder de seducir a las chicas y chicos inocentes del pueblo, la sangre, el sudor y el placer me mezclaran dando el toque perfecto de lujuria, el pecado perfecto…”
En la cama estaba el pequeño pelirrojo Kim ryeowook y sobre el penetrándolo de una manera rápida estaba Lee sungmin mientras al chico de cabellos rosa era embestido salvajemente por el conde. Tomo una fuerza más dominante obligando al chico rosa marcar el mismo ritmo en el pelirrojo, este se retorcía de pacer mientras sus manos estiraban y jalaban las sabanas con desesperación, su lengua que dejaba salir su saliva y la típicas palabras sucias.-“Oh ahí”…”`¡Mas fuerte quiero que me partas el culo!” … “Oh, sí mierda, maldición es tan bueno”…”Esta tan adentro maldición”…- Ambos menores llenaban así sus bocas de insolencias y peticiones de mas, finalmente el menor de todos se vino, el pelirosa abandono su interior luego de que su amo lo hiciera, Ryeowook llevo su miembro hasta el rostro de sungmin mientras este sonreía tomándolo entre sus manos comenzando a juguetear con él, por su parte siwon se dedicaba a alimentar sus sentimientos masoquistas así que mando a llamar a Leeteuk, este llego mirando sonriente la escena, tomo la mano de su amado dueño y lo beso dejando que este deslizara sus manos por su cuerpo llegando hasta su trasero profanando su entrada sin aviso, lo que hacía que sonriera al ver su miembro reaccionar fácilmente, se relamió los labios y vio como el chico de cabellos rosas era tomado por el mayor. La espalda del menor estaba pegada al pecho del pelinegro que con sus fuertes brazos sostenía al chico por los muslos obligándole a flectar las rodillas y dejar ver su entrada por completo {No sé si entienden aquello, así que: está viendo a leeteuk, está suspendido en el aire, siwon lo tiene tomado de los muslos ósea que sus piernas están muy abiertas y el que lo ve es leeteuk pues siwon solo ve su nuca.} . El grande y duro miembro del mayor ya estaba dentro del chico rosa, leeteuk se acerco a él y tanteo la entrada del menor metió un dedo dentro, sintió como su este tocaba el miembro de siwon y lo presionaba, Sonrió malicioso y sungmin abrió sus ojos de par en par cuando sintió al rubio intentando entrar con el mayor dentro de sí, le dolía tanto como si fuera su primera vez pero para su asombro el miembro no muy grande de leeteuk entraba fácilmente por su cavidad anal.- ¡Maldición me van a partir el culo!- Exclamo el menor con lagrimas en sus ojos.
-No te partiremos el culo aunque lo quisiéramos, ahora shh…- Sonrió y comenzó a moverse sincronizadamente con el rubio dentro del chico de cabellos rosa, este sentía que su culo no podía estar más lleno, pero el semen que el mayor había dejado las dos veces anteriores hacia fácil la entrada y salida, se sentía tan enfermizamente bien que creyó que si lo iban a dejarlo sin caminar un mes seria con el disfrutando al máximo.
-Ahhh~ más rápido… pártanme de una vez por toda… ¡llénenme maldición!- El dolor era tan real como su placer aquellas estocadas rápidas que daban ambos mayores le estaban volviendo loco, iba a perder el conocimiento apenas acabaran y eso lo sabia, pero lo veía venir su cuerpo se estremecía, su interior quemaba y su ser se tensaba, iba a correrse. -Ahh~ ¡voy ah…!- Exclamo antes de liberar su semen en el abdomen de leeteuk, este correspondió a su gesto y acabo por correrse seguido del mayor, el menor seguía consiente pero leeteuk no podía mas estaba fuera del juego. El mayor recostó a sungmin boca abajo y comenzó a ver su entrada.-Valla, esta tan abierta…- Metió cuatro de sus dedos y lentamente metió su mano completa, así es su puño estaba dentro del culo de sungmin, su interior estaba lleno de semen y fluidos, sonrió de medio lado y se gano tras el menor volviendo a penetrarlo agarraba sus glúteos y los apretaba entre sus manos con fuerza, los pellizcaba, le daba de nalgadas mientras exclamaba estupideces.
- Anda aprieta el culo de una vez, está demasiado suelto…- seguía arremetiendo contra el trasero del menor este ya no tenía fuerzas para gemir, su garganta comenzaba a arder era mucho placer para su pequeño cuerpo, el mayor volvió a venirse en su interior y junto con el chico rosa, este acabo por desplomarse sobre la cama.
“Obrar depravaciones para desafiar a Dios, esta es la noche de demencia que desee.”
Se abrocho los pantalones y se subió la cremallera comenzando a caminar, en el camino tapaba su torso desnudo con una camisa branca, las chicas lo miraba lascivo al pasar mientras este sonreía, hoy era un nuevo baile tenía que conocer a un doncel o una doncella.
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La luna brillaba, estaba más cerca de la tierra de lo normal pero esta era solo la luna vieja, su color era casi rojizo, el baile de la mansión del conde extranjero había comenzado, estaba lleno de bellas chicas y chicos, parejas, aristócratas y por obviedad sus sirvientas que eran sus esposas de rangos desconocidos. Había una chica de cabellos rubios y arremolinados sentada en una silla, mantenía sus manos pegadas a su pecho y la mirada baja, al parecer era una persona tímida, el conde la vio y no dudo en sonreír, una chica tan inocente era la presa perfecta.
Levanto la mirada cuando unos pasos firmes y dominantes caminaron hacia su persona, levanto la mirada con timidez y sonrió, aquella persona le extendió una flor, miro los ojos de aquella persona y una sonrisa ladina se dibujo en sus labios, el conde le correspondió para luego marcharse, no sin antes hacer una reverencia de respeto. El baile avanzo normal las parejas de aristócratas danzaban en el centro del salón con suma delicadeza y refinación, todo estaba perfectamente adornado y la música era suave, melodiosa, acompasada, miro a su alrededor y todo pasaba de manera rápida, jugó con la flor en sus manos y dejo que una sonrisa esperanzadora se dibujara en sus labios, llevo su mano hasta su cuello donde toco un collar, movió un poco el diamante por unos segundos y levanto la mirada, era hora de marcharse; volvería mañana.
Estaba en su cuarto, contando las horas para ir a ver al conde, estaba ansiosa, nerviosa, vería a su amor por fin, podrían estar juntos después de mucha espera, cerro sus ojos las horas avanzaban lento por lo que decidió recostarse e intentar conciliar el sueño; no podía sus ojos se mantenían abiertos y expectantes ante todo, la cabeza se le arremolinaba de ideas, estaba algo cansada.
Las horas avanzaron por fin, quedaba tan solo una media hora para el anochecer. Camino por la habitación tomando entre sus manos aquel vestido azul y blanco que usaría, se vistió con lentitud y se arreglo el cabello, tenía que verse todo perfecto para aquella persona. Se miro al espejo podía ver sus cabellos dorados cayendo por sus hombros, su cuello semi-descubierto a causa del escote y a la vez adornado por un cruz de plata con zafiros incrustados. Los minutos eran desesperantes, tomo la flor entre sus manos y con cuidado la puso en su cabello, una Acontium azul tan profunda que casi se ve purpura.
Se subió al carruaje a paso lento, comía ansias las manos le temblaban y algo molestaba en su brazo, pero no podía quitarlo pues no necesitaba, se froto las manos repetidas veces y jugó con sus cabellos, miro hacia al lado encontrándose con la ventanilla rogo al cielo por tener suerte, esta sería su única oportunidad. Camino por los pasillos de manera lenta, detenida, la tensión le estaba calando los huesos, respiro hondo y las puertas del salón se abrieron.
*Pov.Siwon.*
Nuevamente hoy, una hermosa chica venia a mí las puertas del salón se abrieron, ofrecí mi mano y ella correspondió a mi petición intranquila e inocente.-Ven, vamos a bailar bajo esta luna sedienta de pecado…- Tome rápidamente su cintura y comencé a danzar con ella, tome sus cabellos entre mis manos y mientras mi rostro se hundía en su cuello un profundo dolor invadía mi pecho, aquella doncella se alejo de mi con una daga en sus manos.
“Un hombre que buscaba a su amor perdido descubrió su paradero; la mansión donde el demonio habitaba. El joven chico se disfrazo como una chica para acercarse al conde y ¡apuñalo su pecho con un chuchillo!”
Atravesado por el cuchillo que escondía veneno siento mi pecho y mi piel teñida de rojo, colapse en aquel lugar. Sangre y sudor mezclados se están volviendo a poco tiempo en gotas purpuras, mis brazos temblorosos todas las mujeres recobraron la conciencia y huyeron de la mansión, mi cuerpo temblaba en el piso comenzaba a sentir el frio recorriendo por mis venas, aquel liquido vital formando un charlo bajo mis rodillas, mire al autor de la hazaña y mantenía entre sus manos el arma y la peluca, sonreía con victoria y caminaba a la puerta. Lo último que vi fueron los chicos abandonando la mansión, cada uno me miraba con un rostro de pena, pues a ellos no los trate como a cualquier cosa, el último de ellos me miro por un segundo, sus cabellos rojizos se mecían con el viento que salía de las puertas y algo dudoso camino a hacia mí, puso una de sus manos en mi mejilla y junto su frente a la mía, cerro sus ojos con fuerza y salió corriendo.
“Eras mi amigo de infancia, espera aun no te he dicho…”
Flashback…
- ¡Mirala que linda!- un pequeño y hermoso niño exclamo al tomar la flor de tono azulado en sus manos, la miro y la comenzó a acercar a su rostro.
-¡No!, no lo hagas, heechul esta flor es venenosa, una de las mas venenosas en el mundo…- Sonrio amablemente y tomo las manos del menor para arrebatar aquella inocente pero mortal flor de sus manos.
- Ah sí, ¿Cómo se llama?-Ladeo su rostro mostrándose algo curioso ante las palabras de su amigo, sonrió al ver la flor y espero ansioso su respuesta.
-Es una acontium… su veneno es mortal, pero sus pequeñas flores de color azul zafiro las hace hermosas… y letales…- Sonrió mientras a sus adentros susurraba un pequeño “como tú”. –Basta solo inhalar lo suficiente de su polen para caer derrumbado al piso…-
- ¡Woow! Siwon eres muy inteligente…- Sonrió y abrazo a su amigo de golpe casi lanzándose a sus brazos haciendo que ambos pequeños cayeran al piso dejando la flor junto a sus cuerpos, las carcajadas no se hicieron esperar y con ellas el primer e inocente beso de aquellos chicos,un bella amistad también un bello amor que sería arruinada por la quiebra de su familia y los prejuicios de la familia real.
Fin del flashbak…
Dicen que antes de morir tu vida pasa ante tus ojos, pues ante los míos solo paso aquel recuerdo, aun puedo sentir la brisa fresca en mis mejillas y su cuerpo entre mis brazos, su pequeña sonrisa y débil voz la cual susurraba mi nombre.
“¡Espera aun no te he dicho!...Te amo”
*Fin pov*
- Espera… - fueron las últimas palabras del pelinegro antes de que su cuerpo sin vida tocara el piso.
Kim Heechul caminaba hacia afuera de la mansión, las lágrimas recorrían sus mejillas, pudo escuchar aquel débil susurro que decía “espera” su pequeño amor de infancia, podía recordar aquel momento en que sus labios se rosaron, también sabía lo que paso dentro de esa mansión, también sabía que el mayor le había dado un trato especial a el, el primer amor nunca se olvida era totalmente cierto. –También te amo…- Su novio rodeo su fina figura y dejo que el le guiara, no tenía ganas de nada y le dolía el trasero.
~Fin~