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Ahora tu vida se hace parte de mí... Sonríe. por Sabaku No Ferchis

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Notas del fanfic:

Helloo!!!

Bien este es el primer Fanfic que hago en mi vida =)

Espero que les guste xDD

El nombre del Fanfic Ahora tu vida se hace parte de mi...Sonrie es una parte de la canción "Call My Name" de Yousei Teikoku.

 

Notas del capitulo:

Bueno esta es la primera parte de Ahora tu vida se hace parte de mi... Sonrie. Espero que les guste

El nombre del capitulo  And I can't sleep, I need to tell you goodnight! es la parte de la canción "You" de Evanescence.

Capitulo 1



And I can't sleep, I need to tell you goodnight!



Sasori bostezó mientras se recargaba en el eje de la ventana de su pequeño departamento, el chico tenía una expresión nula en su rostro, pero se le notaba cansado y es que para el pelirrojo era un completo fastidio tener que estar despierto a esas horas de la mañana, más aun cuando la noche anterior había tenido uno de sus típicos encuentros con Itachi Uchiha, afortunadamente para el pelirrojo, no había pasado nada más que una hora de sexo oral, pero aun así se sentía completamente agotado esa mañana y no tenía ganas de nada ni de nadie.

- ¡Sasori-kun!- El chico bajo la mirada hacia la solitaria carretera y vio a Yashamaru con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, como la de un niño antes de abrir los regalos de Navidad.

-Vamos Sasori-kun, es hora de que bajes, Gaara-kun ya está en el auto, ¡ya es hora de irnos!- El entusiasmo de Yashamaru era lo que Sasori más detestaba de él, y haberlo tenido que soportar durante veinte años junto a su primo Gaara, había sido el colmo. El hecho de no tener que verlo más era una de las ventajas de mudarse a la Universidad.


El pelirrojo dio media vuelta, cerró la puerta del apartamento y tomó el ascensor. Una vez adentro se recargo sobre la pared y de sus ajustados pantalones negros saco un cigarrillo, lo llevo a su boca y empezó a degustar de su pequeña dosis cancerígena. Después de todo, a Sasori le gustaba envenenar sus pulmones antes de cualquier alimento.

Cuando el joven salió del ascensor y cruzó la decorada puerta del lobi del edificio, Yashamaru lo aguardaba en el auto. La puerta de atrás estaba lista para que Sasori entrara al pequeño Beatle verde. El pelirrojo apoyó sus manos en el toldo del auto y se inclinó mirando hacia adentro de este. Una perfecta figura masculina lo miraba desde el fondo del auto, sus ojos turquesa se enfocaron en los ojos miel de Sasori.

Sasori respondió a la mirada de su primo con una falsa sonrisa y entró en el auto.

Era evidente que los dos jóvenes estaban relacionados, compartían rojos cabellos y pálida piel, pero Gaara, además de tener cabellos más rojizos y ardientes que los de Sasori, tenía unos oscuros círculos negros alrededor de sus ojos aguamarina y justo arriba del lugar donde debería haber nacido una ceja, tenía tatuado el kanji del amor.

Al igual que Sasori, Gaara no mostraba expresión alguna.

No pasaban de las seis en punto de la mañana, cuando el entusiasmado Yashamaru
conducía felizmente por las solitarias carreteras con su sobrino y Sasori abordo, los dos muchachos miraban hacia la calle desde la ventana del pequeño auto. El aire jugaba con los rojos mechones de Gaara, dejando al desnudo su hermoso rostro. Ciertamente, el muchacho era atractivo, tenía una mirada tan seductora que podría volver loco hasta a su mismo primo y, él lo sabía, sabia como manipular a la gente con tan solo una mirada azul. Su cuerpo estaba perfectamente proporcionado, no le faltaba nada, ni le sobraba nada.

Eran aproximadamente las siete y media de la mañana, cuando los ojos miel de
Sasori divisaron un letrero en la carretera.

-"Universidad Yomi del Norte" , eh- dijo Sasori con un tono entre aburrimiento e indignación y tal vez el humor de Sasori se debía a que Yashamaru había pasado gran parte del camino con una enorme mueca de felicidad en su rostro, explicando cuan maravilloso sería para ellos poder estudiar en un lugar como ese, pese a eso, los dos pelirrojos no prestaron ninguna atención.


Mientras el auto se acercaba más al nuevo hogar de Gaara y Sasori, los chicos pudieron notar que el campus de aquella escuela era enorme y estaba hermosamente adornado con verdes jardines y preciosas flores de Sakura alrededor. Aquella escuela se asemejaba a los famosos internados ingleses que aparecen en las películas de vampiros, pero a pesar de eso, no lograba impresionar a los hermosos y fríos pelirrojos.

Yashamaru estacionó el pequeño auto a las afueras del campus y salió a admirar la escuela, seguido por los dos pelirrojos. Yashamaru notó la nula expresión en el rostro de los jóvenes y sabía que no estaban nada entusiasmados con la idea de mudarse a un colegio como ese, pese a eso, aquel joven solo quería lo mejor para ellos. El hecho de que Gaara fuese su sobrino lo llenaba de un gran orgullo y no quería olvidar aquel momento, así que llevo una de sus manos al interior del bolso negro que llevaba y de un jalón saco una cámara digital. Miró a su alrededor y jalo de la mano a un tímido joven de cabellera larga y dorada.


-¿Q..Que hace, señor?, un- El rubio parecía asustado a pesar del simpático aspecto de Yashamaru. Enfocó su mirada en los dos pelirrojos y de alguna manera unos preciosos ojos miel robaron su atención. Empezó a notar las perfectas facciones del rostro de Sasori y sintió una sensación muy extraña en el estómago.

- Solo una foto, por favor- El joven rubio salió del trance en el que estaba cuando escuchó hablar a Yashamaru.


-Eto... Ok un- El chico torpemente tomó la cámara, a lo que Sasori respondió con una pequeña sonrisa que lo hizo sonrojar.

Yashamaru corrió alegremente a colocarse en medio de los pelirrojos y colocó sus manos alrededor de ellos. Notó la seriedad en el rostro de los jóvenes e introdujo el dedo índice en la boca de Gaara obligándolo a sonreír, lo mismo hizo con Sasori.

El rubio, temblorosamente enfoco la cámara en Yashamaru y los pelirrojos y no
pudo evitar pensar en lo "tierno" que se veía Sasori al hacer ese puchero en forma de sonrisa.

Después de plasmar ese recuerdo en la memoria de los tres ((mejor dicho, de los cuatro)), Yashamaru le quitó la cámara al ya sonrojado rubio y le agradeció la molestia con una sonrisa mientras se alejaban dejando al joven solo, en su sitio.

El chico de cabellos dorados quedó totalmente impresionado por aquel pelirrojo y pensar en volver a toparse con él hacía que su corazón palpitara más rápido que de costumbre y sintiera un ligero cosquilleo en su estómago.

Definitivamente quería conocer a aquel extraño pelirrojo.










El despertador sonaba con demasiada fuerza, retumbando los oídos de aquel que se encontraba bajo las blancas sabanas. Una alborotada cabeza rubia se asomó de entre las cobijas seguida por unos brillantes y dormilones ojos azules. Naruto apagó el despertador de mala gana seguido de un casi infinito bostezo.

El joven se apresuró a vestirse, tomo su casi vacía mochila y salió de su habitación.

Naruto era un muchacho alegre, casi siempre seguro de sí, pero tenía el mal hábito de quejarse de todo. Tal vez se debía a todos los años que había pasado sufriendo en el orfanato y que a duras penas había logrado salir de ahí e ingeniárselas para entrar a la Universidad y ser alguien en la vida. Pero si algo era cierto, era que Naruto era bastante flojo e impulsivo y se tomaba la mayoría de las cosas a la ligera. De alguna manera, sus días siempre eran iguales y el joven estaba harto de eso, quería a alguien nuevo en su vida, pero para su mala suerte, el rubio nunca había tenido suerte con las mujeres. Claro, se había acostado ya con varias, pero eran tan solo momentos lujuriosos en la vida del joven ya que ninguna de las jóvenes, ni siquiera Hinata o Sakura habían logrado robar el corazón de Naruto.

El rubio, fastidiado de todo, llego al salón de clases y como de costumbre había llegado tarde, así que se preparó para el regaño de su tutor.


-¡Uzumaki Naruto!, llegas tarde otra vez- dijo su querido sensei dirigiéndose al rubio en un tono demasiado paterno.

-Lo siento, Iruka-sensei, ¿puedo pasar?- preguntó Naruto llevándose una mano a la cabeza frotándose su cabello y soltando su típica risita despreocupada.


-Adelante- dijo su sensei dándole la indicación para pasar.

Naruto tomo asiento y miro con aburrimiento las anotaciones que el moreno había escrito en la pizarra y en ese momento le hubiera gustado regresar al tiempo en el que él y sus amigos, Kiba, Shikamaru y Choji, solían saltarse las clases y hacer cualquier tontería mientras sus maestros y los demás alumnos permanecían en el aburrido salón, pero Naruto ya estaba en la Universidad y si quería terminar su carrera como abogado profesional, tenía que aguantar aquellas aburridas clases.

Naruto ignoró los golpes que escuchaba desde la puerta del salón.

-Adelante- Iruka dejo de explicar el teorema de Pitágoras para dirigir su atención a la puerta que lentamente se abría.

Se dejaron ver cabellos más rojizos y deslumbrantes que la intensidad del mismo sol y dos jóvenes casi idénticos entraron a la clase. Pareciera que la presencia de los pelirrojos hubiera robado la atención de todos los presentes, sin contar a Naruto, quien seguía con la mirada fija en la pizarra, pero sin poner atención, era como si estuviera dormido con los ojos abiertos.

Gaara y Sasori tomaron asiento en los únicos lugares que estaban vacíos.  Alado de Naruto.


-Por lo visto son nuevos aquí- las palabras de Iruka llegaron vagamente a los oídos de los pelirrojos a lo que Sasori respondió con una mirada afirmativa.

-Bien entonces díganme, ¿Cuáles son sus nombres?- preguntó el moreno.

Todas las miradas se posaban en los dos pelirrojos y Naruto seguía sin notarlo.

-Akasuna No Sasori- dijo el joven en un tono demasiado calmado, pero eso basto para que Naruto por fin pusiera atención en lo que estaba pasando y dirigiera la mirada a los pelirrojos. 

Simplemente su alma se quedó callada de cualquier pensamiento al contemplar el rostro de aquel joven que se encontraba alado de él, callado, serio.

Toda la clase posó los ojos en Gaara, esta vez contando al rubio, este quería, anhelaba conocer su nombre. Sin embargo, el pelirrojo permanecía callado.

Los segundos pasaban y las voces se empezaban a oír, Gaara se percató de eso, no más que puras tonterías, suposiciones e incoherencias llegaban a los oídos del pelirrojo y si Gaara odiaba algo, era justamente eso. Odiaba a la clase de gente que critica sin conocer, que juzga el libro por su portada... ¿Qué derecho tenían ellos para criticarlo sin siquiera conocerlo? Y fue tanto su enojo que Naruto y Sasori pudieron notar los puños sudorosos del pelirrojo ejercer presión a la nada.

-Sabaku No Gaara- dijo levantándose bruscamente de su asiento y callando el eco de las voces de todos -Soy huérfano, vivía con mi tío Yashamaru y con mi primo Sasori, tengo dos hermanos, Temari y Kankuro, mi hermana está casada con un sujeto llamado Shikamaru, mi hermano esta enfermamente obsesionado con Sasori. Y yo, simplemente soy Sabaku No Gaara, no hay nada más que tengan que saber de mí, así que cierren esa jodida boca suya y dejen de hacer comentarios estúpidos, o que ¿Acaso su vida es tan miserable que tienen que...


-¡Gaara!- Sasori interrumpió a su primo y lo tomó de la mano para luego obligarlo a tomar asiento. Después de todo Sasori ya estaba acostumbrado a Gaara. Desde siempre.

Gaara dejó a la clase bastante impresionada, incluso las chicas lo catalogaron como "El chico malo" de la clase.


-Muy bien, Sasori, Gaara, Bienvenidos- Iruka borró su sonrisa torcida dejada por la presentación de Gaara -Prosigamos con la clase- dijo el moreno sin más.


Naruto no le había quitado los ojos de encima a Gaara desde que Sasori intervino en la presentación del pelirrojo y Gaara ya se había percatado de ello.

-¿Tienes algún problema?- preguntó el pelirrojo y pudo notar el color rojo que se apoderaba del rostro del rubio, Gaara no pudo evitar soltar una ligera sonrisa y alejó sus ojos de Naruto.



-¡Tonto!- pensó Naruto, quería responder a la pregunta de Gaara, pero las palabras se le hicieron un nudo en la garganta que simplemente no podía soltar y para empeorar las cosas, se había puesto del color de un tomatito. Al final siguió sin prestar atención a la clase, pero esta vez en todo lo que pensaba era en su nuevo y extraño pelirrojo.

No volvió a ver a Gaara en el resto del día, pero el rostro del pelirrojo seguía presente en su mente ¿Cuándo lo volvería a ver?, ¿Qué le diría?, ¿Que tan bien besaría?. Todos esos pensamientos pasaban por la mente del rubio hasta que una rareza en su habitación lo había hecho reaccionar.


-La puerta está abierta- y recordaba muy bien haberla cerrado.

Para empeorar las cosas, había alguien ahí, recostado justo en la cama de
Naruto. El rubio se acercó y toco la puerta sarcásticamente.

-¿Se puede?- dijo con el mismo sarcasmo abandonando sus labios.

Naruto se entumeció un momento al ver una cabellera roja girando hacia el para luego asomar unos ojos miel. Las mejillas del rubio dieron un cambio drástico de color, de rojo a "verde" , literalmente.

-¡Tú!- dijo el rubio en un grito bastante decepcionado.

-Este "Tú" tiene un nombre- dijo el pelirrojo levantándose de la cama, llevándose un dedo a la parte inferior del ojo y sacando la lengua. Un gesto bastante gracioso para un inexpresivo pelirrojo.


-Ah, claro...¿Sasori?- dijo Naruto haciendo el mismo gesto que Sasori.

-¿Qué demonios estás haciendo aquí?,¿Que no te enseñaron a tocar? Además esta es mi habitación, ¿Que...que derecho tienes para ent...


-Sí que eres fastidioso- lo interrumpió el pelirrojo - En primera no tendría por qué haber tocado la puerta ya que no había nadie aquí- nuevamente Naruto quedaba como un tonto.

-Y en segunda, esta también es mi habitación- completó Sasori.

-¡¿Qué?!- Ciertamente Naruto no podía creerlo y, si le iban a asignar un compañero de habitación ¿Porque demonios no fue Gaara?

-¡Sordo!- dijo Sasori en un tono un tanto burlón  -soy tu nuevo compañero, idiota-

Naruto hizo un puchero y señalo un pequeño sofá que estaba enfrente de su amplia cama.

-Tu, ahí- gritó Naruto ejerciendo presión en el dedo al ver que el pelirrojo hacia caso nulo de sus palabras.

Sasori se acercó a Naruto apartándolo de su camino con un ligero empujón para acabar saliendo de la habitación.

-Nos vemos luego, compañero- dijo el pelirrojo despidiéndose de Naruto con un simple movimiento de mano.

Sasori había llegado a la conclusión de que le gustaba hacer enfadar a su nuevo compañero y estaba casi seguro de que se terminarían llevando bastante bien.

Al pelirrojo le gustaba dar paseos y más si era en la noche. Había pasado más de dos horas vagando por el campus, conociéndolo. Hasta que por fin se detuvo en la cafetería de la escuela.

El lugar era bastante agradable, se asemejaba a un "Starbucks Coffe" con sus cómodos sillones y la música de fondo, pero Sasori prefirió las mesitas con sombrillas al aire libre.

No habían pasado más de veinte minutos y el pelirrojo ya había acabado con su taza de café americano. De sus ajustados pantalones sacó un cigarrillo y aspiró profundamente llenando sus pulmones de humo negro. Era tarde ya, así que el pelirrojo sacó su celular para ver la hora y en vez de ver números en la pantalla de su iPhone, vio reflejados unos preciosos ojos azules que lo miraban desde dos mesas atrás.

Pudo reconocer por los ojos azules y la larga cabellera dorada, que era el joven de aquella vez, el rubio que le había tomado la foto a él, a Gaara y Yashamaru. Dios ¿Cuánto tiempo había estado ahí observándolo? Sasori sonrió ligeramente y se puso de pie, lo que hizo que el rubio desviara la mirada hacia otra parte. Sasori volvió a sonreír y se acercó a la mesa del rubio.

-Desde aquí podrás verme mejor- dijo el pelirrojo tomando asiento frente al rubio.

Las mejillas del joven se tornaron rojas y se hacían evidentes las gotas de sudor que se formaban en su blanca frente.


-¿Cómo te llamas?- preguntó Sasori tirando el cigarrillo que tenía en su mano.

-Mi nombre es...- las palabras del rubio se hacían cada vez más difíciles de salir, pero el pobre ya había esperado mucho para poder intercambiar identidades con el pelirrojo.

-Soy Deidara, un- al abandonar las palabras de su boca, el rubio de alguna manera se sintió aliviado y suspiró.

Sasori sonrío.

-Dei...dara- repitió el pelirrojo mirando a los ojos del rubio de forma algo pensativa. Deidara parecía ya un tomate maduro y lo único que hizo fue asentir con la cabeza, rápida y tiernamente.

-Sa..so..ri- dijo el pelirrojo tomando la mano de Deidara fingiendo un saludo formal. 

Fue un trabajo duro para Sasori poder arrancar la pena del pecho de Deidara, pero por fin lo había logrado y ¿Quién diría que tenían tanto en común y a la vez nada?

-Marionetas ehh, yo también soy artista, pero para mí ¡El arte es una explosión!- fue la primera vez que Deidara hablaba frente a Sasori con tanta seguridad.

-¿Una explosión?- y no era una pregunta como tal -¿Qué sentido tiene algo que muere cuando nace?, el arte es algo que radica en las cosas que duran para siempre, conservando su belleza eterna- el pelirrojo notó el cambio de expresión en el rostro de Deidara , obviamente se sentía decepcionado.

Sasori sonrió nuevamente.

-Quien diría que somos muy parecidos, ehh mi Dei-

-¿Mi ...Dei?-  Solo esas palabras bastaron para que el corazón del rubio empezara a latir al máximo.

-Mi Dei- Afirmó Sasori y en ese momento un cosquilleo invadió el cuerpo de Deidara, su rostro no podía estar más rojo, su alma no podía estar más feliz.

De alguna manera, el pelirrojo también estaba feliz, aquel rubio era tan interesante y "tierno" que hizo que Sasori se olvidara de todo... Hasta de la hora.

El pelirrojo noto que eran los únicos que quedaban en la cafetería, a excepción de su profesor Iruka-sensei, que compartía la mesa con un hombre de pelos plateados. Sasori miro la pantalla de su celular.

-Ya es tarde, tengo que regresar- dijo el pelirrojo


- Yo te acompaño Saso..ri, un- dijo Deidara esperanzado de no separarse de su pelirrojo, no aún.

-¿Cuál es tu dormitorio?- pregunto Sasori, porque ciertamente, él tampoco quería separarse del rubio.

-Edificio G, cuarto 19, un- dijo Deidara levantándose de la silla y tomando su mochila.

Ahora los dos sonrieron y tal vez era mera coincidencia que los cuartos de ambos estuvieran tan cerca. 

Los dos jóvenes caminaban por los pasillos del edificio y Deidara no podía estar más feliz. Estaba dispuesto a todo con tal de estar alado de su pelirrojo, mirar sus ojos, sentir sus labios, tocar su cuerpo, tomar sus manos... Sus manos... Las mismas manos que tenían ya al rubio acorralado en la pared.

Deidara no se dio cuenta de ello hasta que sintió la jugosa lengua del pelirrojo probar de su blanco cuello, para luego llegar a lamerle la oreja tan seductoramente que no podía negar que lo disfrutaba.

-Sa...Sasori un- el rubio apenas podía hablar, no podía creer lo que estaba pasando y por un momento se llegó a preguntar si estaba soñando.

-¿Si mi Dei?- susurró sensualmente en el oído del rubio.

-Ahhg- un ligero gemido abandono los labios del rubio y se perdió en los oídos de Sasori.

El pelirrojo prosiguió a colocar su pierna izquierda en la entrepierna de Deidara, rozando entre las telas de los pantalones, el miembro ya erecto del rubio. Ante esto, el rubio soltó un gemido más fuerte y lleno de deseo.

-AGHH.. Saso..ri..dan..na- ¿Danna?, al pelirrojo le parecía tierna la forma en que Deidara reaccionaba, tan tímida, tan adorable.

De nuevo Deidara tenía el rostro de Sasori frente al suyo. Estaban tan cerca que ambos podían sentir el calor de sus bocas deseadas por un beso... Un beso que no llegó.

-Buenas Noches, mi Dei- susurró nuevamente en el oído de Deidara y luego se marchó.

Si hubiera sido otra persona como Itachi o Kankuro, era seguro que Sasori inmediatamente los llevaría a la cama, pero esta vez no, y lo cierto era que no entendía porque no lo hizo con Deidara ¿Acaso Akasuna No Sasori se estaba enamorando?

-Sasori no... Danna...- dijo el rubio y se sintió tranquilo al notar que sus palabras se perdían en el eco, llegando a los oídos de la nada.

-Buenas Noches, mi Danna, un- dijo






 





-Gaara- Naruto dejo salir el nombre del pelirrojo sin darse cuenta, y no podía creer que aun no lograba dormirse. Había estado recostado en su cama por más de dos horas, queriendo mirar las estrellas, pero lo único que veía era el viejo y blanco techo de su habitación.

Casi lograba dormir cuando escucho un golpe en la puerta.

-Ah, al fin aprendiste a tocar, idiota- gritó el desesperado rubio levantándose de su cama y abriendo la puerta bruscamente para poder hacerle otro puchero a su compañero. Y lo hizo. Inmediatamente después de abrir sus ojos azules, vio al pelirrojo, pero no era el pelirrojo que se esperaba encontrar frente a él.

Era Gaara quien estaba frente al rubio.

-Mierda- pensó Naruto. Había llamado idiota a Gaara, a su Gaara, aunque a este parecía no importarle.

Sus ojos azules estaban más abiertos que nunca, obviamente por la impresión de ver al pelirrojo frente a él.

- Lo siento, p...pasa por favor- dijo el rubio tratando de sonreír lo más que podía y cerrando sus pequeños ojos de manera en la que solo se le veían dos líneas torcidas.

Gaara lo miró por unos segundos.

-¿Donde esta Sasori?- preguntó el pelirrojo.

Su voz era algo grave, y eso le gustó a Naruto. Tal vez se beneficiaría de compartir cuarto con el primo de su querido Gaara.

-Ahh jaja, Sasori no, no ha regresado aún- dijo Naruto llevándose una mano a la cabeza y frotando su corta cabellera rubia.

-Pero puedes esperarlo aquí, si quieres-

Gaara soltó una ligera sonrisa, entró al cuarto y se sentó en la cama de Naruto. De sus pantalones negros, sacó un cigarrillo y, al igual que Sasori, empezó a degustar de él.

Naruto estaba nervioso, pero feliz. Tenía a Gaara a solas en su habitación, pero aún no estaba seguro de que decirle y era evidente que él tenía que romper el silencio.

Tomó asiento alado de Gaara, lo más cerca posible.

- Y, ¿Cómo te llamas?- preguntó Naruto tratando de hacer que su pregunta fuera indiferente y discreta, pero no fue así. De hecho su pregunta fue bastante tonta ya que el pelirrojo ya se había presentado ante él, ante todos. Pero ya era demasiado tarde para que Naruto se diera cuenta.

Después de deshacerse del cigarrillo que tenía en las manos, Gaara giró la cabeza, enfocando sus ojos turquesa en Naruto.



El rubio no pudo sentir el momento en el que Gaara se acercó tanto a él. Casi podía sentir el calor de la boca del pelirrojo.

- ¿Cómo me llamo?, Uzumaki Na..ru..to- dijo el pelirrojo en unos hilos de voz tan sensuales que entumecieron por completo al rubio.

Naruto lo podía sentir, podía sentir el calor en los labios de Gaara que, lujuriosamente lo invitaban a probar de él. Era como una droga tentadora a la que no se podía resistir. Nadie podría.

- Ga...Gaara, uhh- dijo Naruto en un tierno suspiro.

Y miraba a su pelirrojo de pies a cabeza. Dios, era tan perfecto, sus rojos cabellos con la intensidad de mil soles, sus hermosos ojos turquesa que penetraban en el rubio como si trataran de buscar algo... Y su perfecto cuerpo, la forma en la que su ropa se amoldaba en su figura. Aquella camisa blanca que dejaba al descubierto su blanco pecho y daba a notar censuradamente sus pezones.

Al notar eso, Naruto se sonrojó aún más, pese a eso, el rubio estaba dispuesto a robarle un beso a Gaara.

La puerta se abrió y el pelirrojo de ojos miel noto como su primo estaba obviamente seduciendo a Naruto. Sasori soltó una risita.

- ¿Qué es esto? - interrumpió.

Naruto volteó a ver a su compañero con un gesto de sorpresa en su rostro. No podía creer que Sasori haya arruinado su momento con su pelirrojo.

- Pusiste en mis cosas tu anillo de escorpión- dijo Gaara levantándose de la cama del rubio. De los bolsillos de sus pantalones, sacó un pequeño anillo y se lo dio a Sasori.

- Ahh, esto, gracias- dijo Sasori mientras depositaba un sensual beso en los labios de su primo, y Gaara correspondió mordiendo suavemente los rosados labios de Sasori, invitando a su lengua a jugar con la de él. Finalmente los pelirrojos dejaron de intercambiar saliva y Gaara salió de la habitación.

Naruto no podía creer lo que había visto. Lo invadía una sensación llena de celos y confusión. ¿Qué diablos había pasado? ¿Gaara y Sasori?. El enojo del rubio se hizo evidente ante los ojos de Sasori.

-¿Que ocurre Naruto? - preguntó el pelirrojo.

-¿Co...Cómo pudiste besar a Gaara?- Naruto tenía ideadas ya muchas cosas que le podía decir al pelirrojo, pero solo esas palabras pudieron salir de su boca -Creí que ustedes eran primos-

-Lo somos- añadió Sasori.

-Entonces... ¿Porque lo besaste?- preguntó alterado el rubio.

Sasori lo pensó por un momento.

Él y Gaara se habían comportado así desde que tenían memoria y no lo veían como si fuera algo malo. Desde pequeños, no habían tenido la inocencia de cualquier infante. Cuando los dos pequeños pelirrojos se bañaban juntos, ya se habían acostumbrado a tocarse mutuamente y a intercambiar tiernos besos. Claro, esa rutina no había desaparecido por completo. Así se mostraban su afecto como primos.

-Siempre he sido así con Gaara- dijo

-Tú y él son...

-No seas tonto- interrumpió el pelirrojo -No porque beses a alguien significa que estas forzado a tener una relación con esa persona- ... Esa persona...y la imagen del rostro de Deidara apareció en la mente de Sasori.

El joven se acercó a Naruto, tomo su rostro y choco sus labios contra los del rubio.

-¡¿QUE CREES QUE HACES!?- gritó el rubio despegándose del pelirrojo. Estaba tan sorprendido como confundido.

- Te besé- dijo Sasori relamiéndose los labios.

-Sí, ya se que me besaste, pero ¿porque?- preguntó el rubio aún exaltado.

-Dime... ¿Acaso tenemos algo?- preguntó Sasori

-¿Qué? ¡Claro que no!- gritó Naruto sonrojándose un poco.

-¿Lo ves?, te besé y no tenemos ninguna relación, así somos Gaara y yo, solo primos- dijo el pelirrojo.

Naruto sonrió de forma aliviada.

-Tengo sueño, voy a dormir- dijo el rubio mientras se metía entre las blancas sabanas de su cama - Buenas Noches-

-Oye Naruto- el pelirrojo interrumpió el próximo sueño del rubio. -El beso que te di-

-¿Que con eso?- preguntó bostezando el rubio.

-Hubieras preferido que te lo diera Gaara...¿cierto?-

-¿Gaara?- Naruto cortó su bostezo para pronunciar ligeramente el nombre de su querido pelirrojo y era evidente que así era. Besar a Gaara era lo que Naruto más quería. -Si- dijo el rubio llevándose su dedo índice a la boca y lamiéndolo tiernamente.

- Suerte con eso, Naruto- Y era cierto, Sasori le estaba deseando suerte a Naruto con su primo.

Naruto volteó a ver a su compañero y le lanzó una enorme sonrisa de ojo a ojo.



Gaara se recargó en la pared del pasillo justo afuera del cuarto de su primo. Y no podía evitar sonreír... Gaara... Si. Las palabras del rubio habían llegado claramente a los oídos de Gaara ¿Porque se había quedado afuera de la habitación veintidós escuchando la conversación de  Naruto y Sasori? ¿Tal vez porque aquel rubio también era de su interés?. Ni él mismo lo sabía, pero lo cierto era que si su primo no hubiera llegado en ese momento, no habría dudado en besar a Naruto.

El pelirrojo soltó una ligera risita de sus finos labios y se fue.

Estaba ya frente a su habitación, el cuarto diecinueve. Sus suaves y blancos dedos lentamente abrieron la puerta.

-Ja... Buenas Noches...- dijo el pelirrojo al contemplar el cuerpo dormido de su compañero de habitación. -Deidara...-

Y ciertamente a Gaara también le hubiera gustado decir -Buenas Noches, Naruto...-

El pelirrojo entró a su habitación, se recostó en su cama y sus ojos turquesa lentamente se cerraron mostrando solo dos círculos oscuros.

-Buenas Noches, Gaara- dijo Naruto consiguiendo el sueño también.

 


   °°Somehow I'll show you, that you're my night sky°°











 

 

Notas finales:

La última linea es de la canción "You" de Evanescence, muy buena canción xD

Ahh que les pareció, ¿aburrido? jaja ya dije que soy nueva en esto xD

 

ahh y siento haber hecho a Gaara y Sasori tan perv xD


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