Descubrimiento traumático.
- Vamos Cross esto ya va demasiado lejos, todos sabemos que tu prefieres a las mujeres – reclamo el asiático – así que deja de jugar conmigo – termino de decirle al peli-rojo que ahora se encontraba en el suelo por un golpe que le propino el azabache al intentar besarlo.
- idiota insolente – se paro rápidamente con enfado – por eso mismo tú crees que haría esto solo por un mero juego – acorralándolo en un rincón de la oficina del asiático que lo vio con enfado – no sabes el martirio que me causo el saber que fueras tu – dijo con frustración viendo como el menor trataba de escapar de el –
- si tanto te molesta deja de molestar – expreso desanimado
- oh claro que no te voy a dejar, después del incordio que he pasado por tu maldita culpa – sentención el mayor acercándose al rostro de menor que lo veía con asombro -
- claro mi maldita culpa - dijo colérico – el que me haya enamorado del mujeriego más grande del mundo, que solo me tomo en cuenta en una de sus más grandes borracheras – reclamo encarando al mayor que se veía sumamente sorprendido por esa declaración – ahora que ya lo sabes, déjame que no estoy para tus estúpidos juegos – termino de decirle logrando zafarse del mayor e irse de ahí, sino fuera porque Cross lo abrazo de improviso por la espalda.
- ahora que se lo que sientes por mi y que yo mismo estoy locos por ti – le empezó a decir al oído – no voy a dejarte que te vayas ya que desde este día solo tú me perteneces – le declaro para voltearle y besarlo sorprendiendo al azabache que correspondió, su beso a todo lo contrario no fue rudo sino suave, lento y con un gran cariño que hasta Marian se sorprendió de el mismo, olvidándose de todo lo que les rodeaba sin percatarse que abrían la puerta y la volvían a cerrar.
___afuera de la oficina___
- Lenalee… - decía un albino a su amiga que cerraba con cuidado la puerta de la oficina.
- Si Allen… - contesto sin creer lo visto segundos anteriores.
- Todo lo visto y escuchado en esa oficina… – empezó a decir el alvino pero no se atrevió a continuar quedando en silencio por unos minutos e irse corriendo al empezar a escuchar ruidos dentro de la oficina – no escucho lalala – dijeron unisonó tapándose los oídos para irse de ahí corriendo como desquiciados.
- Qué bueno que los encontramos – dijo el Bookman Jr. Que venía junto al japonés que se veía muy molesto – nos acaban de decir que vayamos con Komui para una misión – les informo el peli-rojo llevándoselos jalándolos del piso donde dejaban rastros de sus uñas en el piso.
- Tenga piedad, no quiero perder la inocencia de mis ojos y oídos – decían los menores que en cada oportunidad se aferraban a las columnas o muebles de la orden – no nos lleves Lavi, por favor – gritaban
- Por fin llegamos – dijo triunfante Bookman Jr. – Yuu abre por favor – pidió el conejo cansado.
- Tsk – trono la lengua el de cabello largo al ver la cara de sorpresa de los menores cuando paso de ellos y puso una mano en el picaporte de la oficina – entremos de una vez – ordeno el peli-negro girando la perilla para horror de los menores y la atenta mirada del Jr.
- Nooo Kanda – gritaron el Allen y Lenalee al mismo tiempo que tacleaban al japonés antes de que abriera la puerta.
- Pero qué demonios les pasa par de inútiles – les grito enojado el agredido en suelo bajo los dos menores que no dejaban parase.
- ¿Por qué tanta conmoción? – pregunto ahora el del parche quien abrió la puerta de par en par quedando atónito por lo que presencio su único ojo.
- Demonios mocoso no saben tocar – reclamo Cross al ver como los jóvenes exorcistas los veían primero con sorpresa pasando al total horror – acaso quieren que les dé una lección sobre como… - no termino de decir al ser golpeado por su pareja que estaba sumamente sonrojado al verse descubierto de esa forma.
- Lenalee, chicos podrían dejarnos solos – pidió Komui con amabilidad haciendo que los jóvenes serraran la puerta con un “perdón por la interrupción”
Al cerrar la puerta Komui le empezó a gritar al General – por tu culpa he traumado a mi pequeña Lenalee –
- Por mi culpa, yo no fui el que entro sin tocar – se empezó a defender – y si no mal recuerdo tú eras el que gritaba por mas – dijo con una sonrisa arrogante – ahora sigamos en lo que nos quedamos – termino de decir, tirando al azabache en el sillón.
________ En los pasillos de la Orden Oscura____________
- Malditos pervertidos – decía el japonés sonrojado.
- Tendré pesadillas de por vida – lamentaba la única chica del grupo – me pregunto cuánto costara un psicólogo – termino de hablar Lenalee
- Para eso existen los hoteles – exclamo el albino.
- No volveré a sentarme en ese sillón – declaro decir el peli-rojo del grupo.
- Pero sobre todo siempre tocaremos primero – pensaron los cuatro.