–Esa canción… - YunHo cerró los ojos y respiro profundamente. –Es estúpida.- Dijo con la mirada fija en su empañado reflejo que podía observarse, si uno se detenía fijamente a ver, en la tapa de la nevera que resguardaba y mantenía siempre en perfectas condiciones los helados de la nevería donde trabaja desde hacía ya casi dos años. La canción dio sus últimos acordes, pero el joven no dejo que esta terminara cuando quisiera porque antes apago el aparato que la reproducía. –Antes sintonizaban verdadera música.- Resoplo nuevamente, apretó los parpados y pego su espalda en la pared, se mantuvo en silencio unos minutos antes de que su compañero de trabajo saliera de la puerta de servicio para entrar al espacio que tenían asignado para ventas de los diversos sabores de helado. – ¿Qué sucede?- El castaño arrugo la frente y no respondió, el otro joven se quedo con la vista en él, bajo la cabeza y suspiro. –Esa estúpida canción…-Su voz se apago, porque no dejaba de decir que esa canción era estúpida, se sentía tonto porque la letra ni siquiera lograba entenderla, sólo sabía que cuando la escuchaba se sentía fatal.
-¿Aun no quiere hablar contigo? –YunHo negó y miro al otro joven que tenía la cabeza gacha y miraba al piso como si ahí se produjera una especie de espectáculo, pero la razón es que sentía vergüenza de sí mismos, vergüenza ante el más joven y vergüenza por la persona a la que le hizo daño por su capricho. –Realmente no importa.- El más alto intento que sus facciones se mostraran duras y que esa ruptura no le afecto, pero era demasiado obvio que le extrañaba. – Yo hablaré con ChangMin.- Al escuchar su nombre el joven abrió los ojos y su rostro no oculto la alegría que le causaba, pero al mismo tiempo sintió como un profundo dolor se instalaba en su pecho, le oprimía y taladraba en su cabeza cuando recordó el rostro de su ahora ex novio, le costaba tanto pensar de ese modo por quien apenas unas semanas atrás planeaban como sería su próximo aniversario. –No es necesario… él no quiere verme, no saber nada de mí. Le lastime y bueno, no puedo hacer nada para…- Su voz se quedo ahogada cuando el mencionado aparecía en la entrada, las puertas automáticas se abrieron cuando estuvo frente a ellas y el chico entro al establecimiento, saludo inclinando la cabeza, pero no volvió a levantarla porque se quedo observando su reloj, YunHo hizo lo mismo con el que estaba pegado a la pared en forma de cono de fresa cubierto de chocolate y con unas chispas de colores para adornar y recordó como había comenzado a amar esas pequeños palitos de colores de dulce sabor. Cuando miro al frente únicamente vio la mochila que cargaba en la espalda el menor cuando entro a la misma puerta que minutos antes el otro, que ahora permanecía en silencio, saliera.
-¿Lo notas? Es como si no existiera para él.- Sus dientes atraparon su labio inferior y se presionaron hasta que YunHo sintió dolor y justo antes de que sangrada dejo de morder. –Deberías acercarte de nuevo…- El más alto le dirigió una mordaz mirada y negó nuevamente, ahora más serio que antes. –No lo conoces, ChangMin es rencoroso, pero también me ama.-Su voz callo y dudo antes de continuar. –Me amo y estoy seguro que no me perdonará tan fácilmente, incluso puede que ahora, en estos precisos momentos esté planeando algo para vengarse.-Cuando dijo esas últimas palabras se dio la vuelta y entro por la puerta que el chico más alto, pero de menor edad ingreso. Tan sólo entrar se encontró con la escena que muchas veces, durante aquellos largos meses se había repetido. El hombre mayor apretó los dientes y se quedo frente a su taquilla, apoyo las manos en el metal hasta que los formo en puños, ChangMin se mantenía en silencio. “Tan fácil me ignora” Pensó el castaño, suspiro e intento que su resoplido no se escuchara y sus labios se abrieron su voz afloro, no porque él lo mandará sino porque su subconsciente así lo ordenaba. –ChangMin… Nece…- Pero antes de terminar la palabra los profundos e inquisidores ojos del menor le observaron con los parpados entrecerrados, tenía puesto el delantal con el logotipo de negocio donde se habían conocido dos años atrás. –Tú y yo no tenemos nada que hablar, nada que nos vincule, nada que nos pueda acercar y no existe nada… Simplemente no existe nada entre nosotros.
Dicho eso se dio la vuelta cerro con demasiada fuerza la taquilla y avanzo a la puerta, antes de cruzar el umbral se detuvo, con la mirada atónita, el corazón congelado y el alma rota, YunHo le miro. –No existe nada desde el momento que me engañaste, desde que rompiste tus promesas.- El mayor apenas noto la tristeza en los ojos del joven, porque en ese momento sólo sentía su propio dolor que le crucificaba, el dolor de tenerlo lejos, un dolor por ser él quien causara su separación. –No sé qué quieres decirme si todo lo que vi me quedo claro, entonces no hay nada más que hablar, me cambiaste y debo aceptar tu decisión.-Con esa última frase YunHo se quedo solo, sus manos que aun se encontraban contra el metal, se aporreo con fuerza, pego la frente en la fría aleación y contuvo las lagrimas que luchaban por anegar sus ojos, mojar sus mejillas y mostrar cuan débil era y cuanto le dolían aquellas palabras, porque la verdad, como dolía la verdad aunque no fuera del todo cierta. Si una de las partes la creía de ese modo y todos los hechos constataban que él era culpable, simplemente lo era. No tenía modo de excusarse porque aunque no quisiera aceptarlo, no podía ir con la cabeza baja y simplemente decir “ChangMin, yo no fui, él me beso sin mi consentimiento. Me obligo a tumbarlo y… Por suerte, no paso a nada más porque en ese mismo momento él había llegado y los había visto. Recordaba que esa noche, cuando los vio, sintió una vergüenza que jamás se había podido creer vivir y sentir. Era poco decir que quería morirse lentamente, pero tampoco quería morir simplemente, deseaba morir en las manos de ChangMin, porque a pesar de ese horrible error, el profundo amor que le tenía al menor ahí estaba, clavado en lo más profundo de su corazón y tatuado de manera permanente en su alma.
¿Debía darse por vencido? ¿Permitir que su alma gemela se fuera justo delante sus ojos? No estaba dispuesto, pero debía encontrar la manera de que ChangMin le escuchará y sobre todo, pedir disculpas por eso, el engaño, y por tantas cosas que con el tiempo había olvidado cumplir, promesas que por el día a día dejo pasar, pero que sin duda eran importantes para recuperarle.
“-YunHo, despierta o te sacaré de la cama con un balde lleno de agua fría…- ChangMin se encontraba a horcajadas sobre el cuerpo del nombrado, sus manos tiraban de las sabanas y con parte de la camisa del hombre que aun dormía y se negaba con todas sus fuerzas en despertar. – ¡YUNHO!-Grito cerca del rostro del mayor y este se removió, abrió los ojos de par en par, asustando por el repentino despertar que había tenido. – ¿ChangMin qué haces?- El menor rodo los ojos y luego los entorno en el cuerpo bajo el suyo. –Es obvio que dormir no.- Su rostro formo una suave sonrisa e inclino la cabeza para depositar un corto beso en los labios de un incrédulo YunHo. –Feliz cumpleaños.-Susurro aun sobre sus labios y sus brazos pronto rodearon su cuello, se aferraron a él del mismo modo que sus piernas se enredaban.- Vaya, que despertar tan inesperado.-Musito el cumpleañero cuando los labios de su novio le dejaron. –No seas tonto, es el primer cumpleaños que pasamos juntos en un mismo lugar, ya sabes.- Menciono el de cabellos negros, ocultando su vergüenza cuando miro a la ventana. – ¿Quieres decir que estás feliz por qué esté es el primero de mis cumpleaños que pasamos en la misma casa, en la misma habitación y en la misma cama como una pareja?- El más alto afirmo sin ver el rostro que le hablaba, había situaciones que le hacían demasiado feliz, pero que no podía simplemente admitir a los cuatro vientos. En ese momento Jung pasó una mano por su cintura y la otra tomo su barbilla para dirigir su vista hacia sus ojos, beso lentamente sus labios, acariciándolos suavemente, mojándolos cuando introdujo la lengua en la cavidad que inmediatamente le permitió el paso. El sonido de sus lenguas al frotarse susurraron un húmedo canto mientras sus labios se mojaban e hinchaban cuando más se alargaba el beso. Sus labios se separaron quedando a escasos centímetros de distancia. – Feliz cumpleaños, YunHo.-Musito nuevamente el joven sobre los labios ajenos que se rozaron cuando formulo cada palabra. Movió su cuerpo en un en ondas sobre el cuerpo ajeno, apoyo las manos sobre sus hombros cuando volvió a entreabrir los labios en introducirse en la húmeda cavidad, YunHo gimió guturalmente y sus manos se deslizaron por la ancha y larga espalda de su novio hasta detenerse en sus muslos, introdujo los dedos en la parte interna de sus piernas y las abrió de golpe para acariciar es parte tan tersa y dura que le fascinaba del menor, siempre, desde el primer momento que lo vio supo que esas piernas eran las más sensuales y eróticas que jamás pudiera conocer, y sin duda estaba en lo cierto. Sus húmedos y sonoros besos se detuvieron, separo sus labios de los del menor y le escruto con la mirada. – ¿Dónde está mi regalo?- enarco una ceja mientras hablaba serio. –No seas idiota. Yo soy tu regalo…-ChangMin sintió arder su rostro y empujo el cuerpo del mayor contra el colchón que hundió por la presión, iba a alejarse, pero los brazos del más bajo le aprisionaron la cintura cuando movió las caderas de manera sugerente sobre el cuerpo de su “regalo”.- Sé que eres mi regalo, el mejor regalo que pudiera desear.-Musito volviendo a besar los largos labios del menor que en ese momento jadeaba y gemía por los leves roces de sus caderas. –Tu regalo por la eternidad…-Murmuro entre caricias de sus bocas, YunHo bajo las manos y tomo las sabanas para cubrir su cuerpos, no sentía vergüenza, pero en ese momento deseaba guardar más espacio, fundirse en los brazos y cuerpo de ChangMin, abrazarlo hasta el final de su vida, escondidos en un mundo que aunque únicamente fuera cubierto por una sabana, aun así era su mundo”.
-Esa canción…- YunHo se levanto estrepitosamente de la cama, miró con recelo y odio el aparato, sin darse cuenta lo tomo con fuerza, pero no pudo tirar aquella radio, por más odio y frustración que le causaba esa canción que no entendía, aunque causaba en él un apesadumbrado sentimiento. Lo dejo en su lugar y volvió a la cama, apretó los ojos y miro el lugar que ahora se encontraba vacío, apretó las manos en la cama mientras giraba su cuerpo para hundir el rostro en la almohada que le pertenecía a ChangMin, que perteneció a ChangMin. Sintió apenas lo que quedaba se su aroma, sus parpados se llenaron de lagrimas y sin más se echo a llorar, dejo salir el dolor y pesar que hasta ese día mantuvo a raya, ahora sabía que no importaba la manera, recuperaría el corazón y la confianza de su alma gemela, le haría volver, que le perdonará sin importar nada, porque no podía vivir más tiempo sin él. Extrañaba cada segundo que pasaban juntos. Con esa idea en la cabeza dejo que aquella canción que tanto detestaba llenará la habitación como si fuera la melodía que le obligo a aceptar que ChangMin no regresaría si él antes no hacia algo por hacerle volver. –No te pediré que olvides… Te pediré que volvamos a comenzar…-Musito con las mejillas mojadas. –Me falta tu mirada, tu sonrisa dulce, tu cuerpo al despertar… ChangMin… ¿Dónde estás?