Minseok bien que sabe cómo llegó a esto, y podría echarle la culpa al alcohol, pero el bien sabe que no es por eso, el estaba completamente lúcido la noche anterior, cuando tomó la iniciativa de acercarse a Tao y besarlo sin previo aviso.
Es consciente de que hicieron el amor como si no existiera un mañana, el lo quiso así, el lo hizo, y es que la verdad, el extrañaba a ese chico con cara de panda, no podía dejar de admitir, que aunque hubiesen terminado ya hace un tiempo, sigue amándolo como si fuese la primera vez.
Zitao por su parte, quisiera culpar al alcohol pero él sabe claramente que no es así, porque apenas y había bebido una copa cuando el mayor se acercó a él e inicio aquel beso candente pero lleno de mor al mismo tiempo.
Quisiera negar, que con solo el roce de los labios de Minseok sintió que su mundo se movió bajo sus pies. Y que perdió el control completo de su cuerpo, se dejó llevar por el amor, por la pasión, y el deseo. Deseaba al mayor, lo extrañaba, lo añoraba y cumplió su deseo de hace meses atrás.
FLASHBACK
Minseok tomó su tercer copa de Martini, sintiendo como el claro liquido le quemaba la garganta y los pulmones, sus ojos estaban completamente hipnotizados en la figura que se encontraba frente a él.
Zitao vestía una sudadera color gris, con su cabello rojizo peinado a un lado, unos skin jeans de color negro, que marcaban muy bien su figura, se veía, hermoso y completamente comible –literalmente hablando-.
Se mordió el labio inferior, este tomando un color blanco por el apretón, se levantó de la mesa donde se encontraba e hizo a sus piernas encaminarle hasta donde el chico se encontraba. Cruzo sus piernas dejando a su cuerpo tambalearse, fingiéndose ebrio.
Cuando estuvo frente al chico de cabellos rojizos que estaba con sus brazos a poyados al mostrador del bar, mirando fijamente hacia él. Se abalanzó sobre este, sin darle tiempo a siquiera moverse.
Se apoderó de los labios ajenos, tomando lo que por inercia le pertenecía, lo que tanto había necesitado por muchas noches de soledad. Movía sus labios sin descanso ni piedad alguna.
Zitao sin pensárselo mucho llevo sus brazos alrededor de la fina cintura del mayor, apretándolo a su pecho tan fuerte, como si quiera fusionarse con el contrario. Sus labios captaron con agilidad el movimiento de los contrarios.
Mordió el labio inferior del mayor e introdujo su lengua en la cavidad contraría sin pedir permiso alguno. Cuanto extrañaba esto – pensó para sí mismo- mientras su lengua recorría la húmeda y cálida cavidad.
Minseok apretó a como pudo sus brazos en el cuello de Zitao, mientras movía sin control alguno su lengua, rozándola con la del contrario y no pudiendo evitar gemir en la boca de Zitao.
Aquel gemido lo único que hizo fue enloquecer al menor. Quien deshizo el beso para luego tomarlo de la mano y jalarlo hacia un rincón parcialmente oscuro de aquel bar.
Acorraló la espalda del mayor contra la fría pared y lo elevó del suelo. Minseok gimió en sorpresa pero aun así, envolvió sus piernas en las caderas del menor. Moviendo inmediatamente su cadera, friccionando los poco despiertos miembros de ambos.
Gimieron libre y fuertemente, ambos moviendo y presionado más fuerte, en busca de mas contacto. Zitao coló una de sus manos bajo la camisa del mayor, tomando uno de sus pezones, apretándolo y estimulando, mientras Minseok solo podía gemir en respuesta.
Las piernas Minseok volvieron a tocar el piso, solo para sentir como Zitao se deshacía de su pantalón. Zitao dejó reposar su cálida respiración sobre el despierto miembro del mayor, antes de engullir lo que pudo en su boca sin previo aviso.
Oh Dios MIO Zitao! – Gritó el mayor- su espalda se despegó de la pared al momento en que la encorvó, su cabeza estaba hacia atrás, y sus labios semiabiertos, gimiendo y pronunciando el nombre de Zitao incitándolo a que continúe.
Su mano se abre paso entre las suaves hebras rojizas, apretando levemente dando el movimiento justo de cómo quería ser succionado por aquella gloriosa boca. Y sin previo aviso terminó en la boca del menor.
Zitao se levantó satisfecho, lamiendo las comisuras de sus labios, limpiando cualquier rastro de semen, llevó su mano a la nuca del mayor, tirando de él hasta unir de nueva cuenta sus labios, introduciendo su lengua sin previo aviso, y Minseok pudo probarse así mismo, era amargo, pero dulce.
Zitao se deshizo por completo del pantalón y bóxer del mayor y bajó los suyos hasta las rodillas, tomó al mayor entre sus brazos y lo elevó en el aire haciendo que este volviera a envolver su cintura con sus piernas.
Bajó su boca hasta la línea de la mandíbula del mayor, dando algunos besos, lamidas y mordidas, siguiendo con su cuello. Minseok gemía, y apretaba una buena porción del cabello de Zitao, haciendo gemir al menor en dolor y a la vez excitación.
Zitao tomó su propio miembro entre sus manos. Regando el pre-seme que escurría de la punta de de este, y decidió usarlo como lubricante. Empujó su primer dedo en la entrada del mayor, quien gimió fuertemente y luego se mordió el labio al sentir dolor y ardor al mismo tiempo, una rebelde lagrima se escapó de su ojo, y Zitao la limpió con sus labios, repartiendo varios besos en su rostro y moviendo su dentro del mayor en círculos.
Minseok comenzó a gemir en placer así que Zitao decidió añadir un segundo dedo, esta vez moviéndolo en forma de tijeras. El mayor empujaba sus caderas en contra de esos dos dedos, buscando más fricción, más placer.
Ha- Hazlo Zitao, No puedo aguantar más, Fóllame Zitao –gimió alto y claro el mayor. Y el mismo Zitao sintió como su propio miembro palpitó ante las candentes palabras del mayor. Y sin pensárselo dos veces, retiró sus dedos del interior del mayor.
Posicionó la cabeza de su pene frente a la entrada de Minseok y de una sola estocada se adentro en aquel cálido y apretado agujero. Ambos llevaron sus cabezas hacia atrás, gimiendo el nombre del contrario.
Zitao sentía que sus piernas le fallarían en cualquier momento pero él no quería terminar con ese delicioso sentimiento. Y sin esperar a que el mayor se acostumbrara a su tamaño. Comenzó a moverse rápido y fuerte, entrando y saliendo una y otra vez, cada vez más fuerte, más rápido.
Sus bocas solo podían soltar incoherencias y gemidos cargados de éxtasis total. Zitao se adentraba cada vez más dentro, más profundo, sintiendo las cálidas paredes apretar alrededor de su deseoso miembro. Mordía sin piedad el cuello del mayor, mientras este solo gritaba rogando por más. Más de lo que Zitao le daba sin dudarlo un solo segundo.
Si, si, si ahí, ahí mismo Zitao, golpea otra vez ahí – grito Minseok, poniendo los ojos en blanco y viendo fuegos artificiales estallar a través de sus parpados.
Zitao remojó sus labios y sonrió ladinamente, y volvió a tocar el punto dulce de Minseok, aquel que lo hace gritar incoherencias y pedir por mas, y el estaba decidido a dárselo. Salió de Minseok hasta que solo la cabeza de su miembro quedó dentro del mayor y se empujó fuerte y sin piedad dentro del mayor, tocando de nuevo su próstata.
Y sin ser tocado y con un grito ahogado, Minseok se corrió. Tiras de leche blanca manchando el abdomen del mayor.
Zitao siguió embistiendo, gimiendo cada vez más fuerte, mientras las paredes del mayor apresaban más fuerte su miembro gracias al glorioso orgasmo de este. Unas cuantas embestidas más y Zitao se corrió, llenando al mayor con su semilla.
Recostó su cabeza en el hombro del mayor, ambos trataban inútilmente de calmar sus respiraciones. Zitao se deslizo fuera del mayor y lo dejo bajarse y sostenerse sobre sus pies. El estaba cansado y sus piernas temblaban.
Ninguno dijo nada, pero ninguno se apartó, ambos apretaban cada vez más el abrazo y no abrían los ojos. Era como si tuviesen miedo de que todo esto fuera solo un simple sueño. Pero al diablo, que si esto era un sueño, lo iba a aprovechar al máximo.
Zitao se quito la camiseta que traía bajo la sudadera y la remojó en un pequeño chorro de agua que había cerca. Volteó al mayor y le limpió las piernas que escurrían su semen y luego con cuidado limpió la rosada entrada de este. Minseok gimió ante el delicado toque y sus mejillas se tiñeron de un rosa brillante, mientras mordía su labio inferior.
Y decidió deshacerse de cualquier sentimiento de pudor. Demonios, él y Zitao lo habían hecho en un oscuro de un bar, sin pensar en que cualquiera hubiese podido escuchar los fuertes gemidos que ambos dieron.
Se volteó lentamente encontrándose con unos ojos oscuros y suplicantes frente a él. Y sin esperárselo, un par de familiares labios se unieron a los suyos. Soltó una leve respiración y se dejo llevar por el beso, olvidado que no había terminado de ponerse la ropa.
Zitao se inclinó u poco hacia el frente y ágilmente le subió el bóxer y pantalón, sin cortar el beso. Abrochó rápidamente el pantalón contrario y se separó del beso.
Y sin decir palabra alguna, Minseok fue arrastrado por el menor fuera de aquel lugar. Ambos recibieron miradas por parte de otras personas, pero a ninguno de los dos les importó.
Se subieron al auto del menor, sin nadie decir palabra alguna, llegaron al apartamento de este. Y cuando la puerta fue cerrada, Minseok estaba nuevamente pegado en la fría pared.
Besos, caricias, palabras y miradas de deseo. Se dejaron caer en la cama, mientras la ropa volaba por cualquier lugar de aquella habitación, la cual era llenada de gemidos, de palabras obscenas y de suplicas pidiendo más.
Te amo –dijeron al unísono y sonrieron al mismo tiempo, era como si estuviesen conectados y sus pensamientos y acciones fuesen las mismas.
Y bajo el leve resplandor de la luna que las cortinas permitían colarse a la habitación. Hicieron el amor un par de veces más. Antes de quedar dormidos en los brazos del otro. Regalándose unos últimos besos cargados de amor, y miradas cargadas ternura.
FIN FLASHBACK
Y ahora ambos se encontraban fingiendo estar dormidos, apretando más su cuerpo al del contrario. No queriendo que el otro se despierte y termine diciendo que solo fue un error y que esto no debió pasar. Cualquiera de los dos podría echarle culpa al alcohol. Pero ninguno quiere hacerlo.
Solo quieren saber que no fue un error. Que ambos lo sienten, que ambos se aman locamente. Y que nunca lograron olvidarse, que aquellos meses de separación casi los vuelve locos.
Pero es Zitao quien toma la iniciativa, pega más el cuerpo del mayor al suyo y sin abrir los ojos susurra “aun te amo”. Y eso fue lo que le dio puerta libre a Minseok de abrir sus ojos, dejar un fugaz beso en los labios contrarios y susurrar un “yo te amo también”.
Zitao claramente puede sentir como su corazón y el de Minseok se aceleran y solo pueden apretarse más en el beso, dejándose fugaces y rápidos besos en los labios. Susurrando muchos “te amo”, “te extrañe”, “no me dejes nunca más” y sonriendo con dos tontos, dos locos enamorados que pueden vivir sin tener al otro a su lado.
Podrían hacerlo, pero no pueden, porque el otro es el aire que respiran cada día.
Porque son el uno para el otro, y la edad nada tiene que ver en todo esto…. Porque sin importar lo que diga la gente, se aman y eso no podrán evitarlo jamás.