Cada beso, cada caricia, cada simple rose que antes disfrutaban, pero ahora solo dolía, dolía tanto que desgarraba el corazón y alma también. Dos cuerpos que empezaban a sudar en la tormentosa y oscura noche, demostrando el amor que al mundo no pueden mostrar. El dolor de sus pechos cada segundo crecía un poco más, los besos trataban de aliviarlo, las caricias trataban de curarlo pero no lo lograban, una mentira los daños a ambos, pero ninguno era capaz de revelar la verdad. Muchos podían sufrir si su amor salía a la luz, un amor prohibido en la sociedad que vivía, un amor tan puro pero a la vez tan prohibido.
Un pequeño pelinegro era recostado sobre la fría cama, mientras que un alto pelirrojo quedaba encima de el, un beso demandante daba inicio, lleno de ira e importancia, rudas caricias que ambos se daban lastimando sus pieles que aun estaban cubierta por sus ropas.
Las gotas de la lluvia quedaban marcadas en la ventana, como los moretones en la piel del pequeño, su cuerpo dolía, pero su corazón lo hacía a un mas. El demandante beso paso a ser cálido lleno de amor, solo que un gusto salado invadió ambas bocas. Las lágrimas del pelirrojo escapan de su corazón, destrozando al pelinegro. Pero nada los detuvo, ni el dolor de sus almas, esta noche volverían a ser uno, una última vez, esa última vez que ellos se dispusieron a tener, solo que ambos sabían que era solo una vil mentira, lo volvería a hacer la próxima noche. Y esa noche le seguirían otras más, y a esas otras mas así estarían hasta que ambos se cansaran o que el dolor los terminará de matar a ambos.
Sus ropas comenzaron a desaparecer, uno por una, dejándolos a ambos desnudos en la oscura habitación, los besos del alto pelirrojo se volcaron sobre el cuello del pequeño, besos que pasaron a ser chupones, y de chupones a mordidas, solo que no lastimaban, ya nada lo hacía, nada podía lastimarlos como la mentira que salió al mundo. Cada mordida era una promesa, estarían siempre juntos en cuerpo y alma. Las mordidas volvieron a ser besos, besos que era dejados en pecho del pelinegro. Y de nuevo los besos se volvieron a transformar a chupones, chupones que atacaban uno de los pezones del pequeño, mientras que una mano bajo lentamente por su pecho hasta su entrepierna. Encontrándose con el miembro erecto del pequeño, y de la cual el alto no dudo en atender, mientras su boca se ocupaba de chupar y mordisquear eso cada uno de los pezones, su mano se encargaba de bombear el miembro del pelinegro, que solo reprimía sus gemidos.
-Aahh!!!-el pequeño se arqueo a no más poder, y liberó toda su semilla en la palma de alto pelirrojo.
-eres solo mi baek...-dijo el alto, y un pequeño inaudible "Chanyeol..." se escapo de los labios de Baekhyun.
Los ojos de Chanyeol brillaban en la oscuridad, su vista estaba plegada sobre los ojos de su Baekhyun, que no pudo resistir las ganas de volver a besar los cálidos y dulces labios de su channie. Sus brazos rodearon el cuello del alto y el beso se profundizó, sus lenguas se entrelazaron, ambos se saboreaban lentamente, guardando ese sabor tan exquisito en sus mentes. El beso fue cortado por baek, que miro a los ojos brillantes ojos de Chanyeol
-channie ya no aguantó – el alto entendió el mensaje.
Chanyeol ensalivo tres de sus dedos, que paso lentamente por el pecho y vientre de baek. Separo las piernas de su pequeño. El primer dedo invadió la pequeña entrada, seguido por el segundo y finalizó por tercero. Los movimientos de sus dedos desesperaban a baek que solo se podía aferrar a las sabanas de la cama y dejar salir los gemidos que solo Chanyeol podía provocar.
-yeol...por favor...- suplicó entre cortado, lo necesitaba, necesitaba sentirlo dentro y no podía esperar.
Chanyeol no se hizo esperar, y saco sus dedos de la dilatada entrada, baek liberó un suspiro y una sensación de vacío lo invadió. Solo que no duro por mucho yeol lo comenzó a penetrar lentamente, con el mayor cuidado, como si estuviese tratándolo como si fuera de un frágil cristal a punto romperse. El pequeño Baekhyun cerro fuertemente sus ojos, yeol ya estaba totalmente dentro suyo, y dolía, siempre dolía, pero era un precio que se tenía que pagar y el estaba dispuesto a serlo. Sus manos se entrelazaron, sus labios se volvieron a unirse, y un pequeño vaivén comenzó, no tendrían sexo. Harían el amor lentamente, disfrutando cada segundo, cada caricia, cada beso. Como si fuera el último.
Baekhyun enredó sus piernas a la cintura del yeol, obligándolo a aumentar el ritmo de las estocadas, los gemidos ambos eran callados por sus labios que nunca se separaron, sus manos entrelazadas se apretaron a un mas. La espalda de Baekhyun se arqueo cuando yeol dio directamente en su próstata y a la vez sus manos se separaron para dejar salir un gran gemido de placer, que no fue el único, yeol aumento ritmo, y los golpes en el punto dulce de Baekhyun era fuertemente golpeado sin compasión, lágrimas del pasión escaparon de baek, su cuerpo no aguantaba tanto placer, era algo sobre humano lo que hacia Chanyeol, algo que Baekhyun no entendía como lo hacía, pero él lo disfrutaba a más no poder. Como si no fuera poco yeol ataco su cuello dejando a un mas marcas, marcas que costarían ocultar a la mañana siguiente, pero no importaba eso ahora, estaba con su giganta, y eso era lo que importaba, si fuera por el mundo se podía destruir en ese instante, y a el no le importaría, tenía a Chanyeol con él, eso era suficiente para vivir en un mundo hundido en caos.
Una estocada, otra más, y otras más. Ya había perdido la cuenta de la veces de las que yeol lo hizo correrse manchando sus vientres con sus semilla. Una última y fuerte estocada los mando al cielo a ambos, yeol se termino por correr dentro de baek, y este sentía ese cálido esperma recorrer sus entrañas. Yeol cayó a un lado, ambos estaban sudados, agitados y sonriendo como idiotas.
-no me importa que digan tú serás siempre mío baek-
-siempre tuyo channie...-